The Daily Audio Bible
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Título
1 Palabras que el Señor comunicó a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, siendo rey de Judá Josías, hijo de Amón.
Amenazas de castigo contra Judá y Jerusalén
2 Voy a aniquilar todo lo existente
sobre la superficie de la tierra
—oráculo del Señor—.
3 Aniquilaré toda persona y animal:
no dejaré pájaros en el cielo
ni peces en el mar;
haré perecer a los malvados
y exterminaré a todo ser humano
sobre la superficie de la tierra
—oráculo del Señor—.
4 Extenderé mi mano contra Judá
y contra todas las gentes de Jerusalén;
borraré de este lugar
hasta el último rastro de Baal:
a todos sus servidores y sacerdotes;
5 a los que adoran en los terrados
al ejército de los cielos,
a los que se postran ante el Señor
jurando al mismo tiempo por él y por Milcón,
6 a los que se alejan del Señor
y no lo buscan ni consultan.
7 ¡Silencio ante el Señor Dios!
Ya está próximo el día del Señor:
él tiene preparado un sacrificio,
y ha consagrado a sus invitados.
8 En el día de ese sacrificio,
yo castigaré a los príncipes,
castigaré a los hijos del rey,
a todos los que visten
al modo de los extranjeros.
9 En aquel día castigaré también
a los que saltan por encima del umbral,
a los que llenan de fraude y violencia
el Templo de su Señor.
10 En aquel día —oráculo del Señor—
se oirán clamores en la Puerta del Pescado,
gemidos en el Barrio Nuevo,
lamentos desde los collados.
11 Lloren los del barrio del Mortero,
pues han sido barridos los mercaderes,
eliminados los cambistas.
12 Acontecerá además en aquel tiempo,
que inspeccionaré a Jerusalén linterna en mano
y castigaré a los desaprensivos
que dentro de su corazón se dicen:
“El Señor no actúa, ni para mal ni para bien”.
13 Sus riquezas serán saqueadas,
sus casas quedarán destruidas;
las edificarán, mas no las habitarán;
plantarán viñas, pero no beberán su vino.
14 Se acerca el gran día del Señor,
rápidamente se aproxima;
en ese día se alzará un gran clamor,
hasta el valiente quedará angustiado.
15 Día de ira será aquel día,
día de angustia y aflicción,
día de ruina y desolación,
día de oscuridad y tinieblas,
día de densos nubarrones,
16 día de clarines y gritos de guerra
contra las fortificadas ciudades,
contra sus elevadas almenas.
17 Colmaré de angustia a la gente
que andará, como los ciegos, a tientas;
su sangre será derramada como polvo
y su carne [tirada] como estiércol,
por haber pecado contra el Señor.
18 Ni su plata ni su oro podrán librarlos
cuando se encienda la ira del Señor;
el fuego ardiente de su celo
consumirá totalmente la tierra,
y acabará de forma aterradora
con todos los que la habitan.
Llamada al arrepentimiento
2 Acudan y congréguense,
nación impenitente,
2 antes que se cumpla el decreto
y llegue el día en que
sean aventados como paja;
antes que descargue sobre ustedes
el enojo enfurecido del Señor;
antes que venga contra ustedes
el día de la cólera del Señor.
3 Busquen al Señor ustedes,
todos los humildes de la tierra,
los que cumplen sus preceptos;
practiquen la justicia
y busquen la humildad;
tal vez esto los proteja
el día de la ira del Señor.
Amenazas contra los pueblos del Oeste
4 Gaza será asolada,
Ascalón destruida,
saqueada Asdod a pleno día,
y Ecrón arrancada de raíz.
5 ¡Ay de los que moran en el litoral,
ustedes, los del pueblo quereteo!
El Señor ha dicho contra ustedes:
Canaán, territorio de los filisteos,
te asolaré hasta no dejar habitante.
6 Toda la franja costera
quedará reducida a región de pastoreo,
a lugar para rediles de ovejas;
7 se convertirá en propiedad
de los supervivientes de Judá;
allí apacentarán sus rebaños,
y por la noche se alojarán
en las casas de Ascalón.
Porque intervendrá el Señor
para favorecer a Judá
y hacer que cambie su suerte.
Amenazas contra los pueblos del Este
8 He oído los ultrajes de Moab
y las ofensas de los amonitas;
contra mi pueblo lanzaban injurias
y prosperaron a costa de su territorio.
9 Pero juro por mi vida
—oráculo del Señor del universo,
Dios de Israel—
que Moab quedará como Sodoma,
y los amonitas como Gomorra:
serán un territorio de ortigas,
un campo sembrado de sal,
un lugar asolado para siempre.
Los saqueará el resto de mi pueblo,
los supervivientes de mi nación
se adueñarán de ellos.
10 Esto les sucederá por su altivez,
porque ultrajaron al pueblo del Señor del universo,
y se engrandecieron a costa de él.
11 El Señor se mostrará terrible con ellos:
destruirá a todos los dioses de la tierra,
y será adorado en sus propios territorios
por los pueblos más alejados.
Amenazas contra los pueblos del Sur y del Norte
12 También ustedes, los de Etiopía,
serán atravesados por mi espada.
13 El Señor extenderá su mano
hacia los países del norte
y Asiria será destruida.
Hará de Nínive un lugar devastado,
la convertirá en árido desierto;
14 se tumbará allí el ganado,
rebaños de toda especie;
incluso el pelícano y el erizo
dormirán en sus capiteles;
el búho ululará en las ventanas
y los cuervos [graznarán] en los umbrales;
el artesonado de cedro
ha quedado al descubierto.
15 Esto sucederá a la ciudad alegre,
la que vivía confiada
diciendo en su corazón:
“Sólo yo y nadie más”.
¡Cómo ha quedado asolada,
convertida en guarida de bestias!
Todo el que pase junto a ella
silbará y agitará su mano.
Amenazas contra Jerusalén
3 ¡Ay de la ciudad rebelde,
manchada y opresora!
2 No ha escuchado la voz
ni ha admitido la corrección;
no ha confiado en el Señor
ni se ha acercado a su Dios.
3 Son sus gobernantes en medio de ella
igual que leones rugientes;
sus jueces, lobos nocturnos
que nada dejan para la mañana.
4 Son jactanciosos sus profetas,
hombres traicioneros;
sus sacerdotes han profanado lo santo,
han violado la ley.
5 Pero el Señor está libre de toda iniquidad
y hace justicia en medio de ella;
cada mañana sin falta
dicta sentencia al despuntar el día.
Aun así, el inicuo no se avergüenza.
6 Yo he destruido naciones
y he derribado sus torres;
sus calles están asoladas,
nadie transita por ellas;
sus ciudades están arrasadas
sin que nadie las habite.
7 Yo me decía: “Me respetarás,
admitirás la corrección
y no volveré a destruir tu morada
cuando venga a tomar cuentas”.
Pero ellos se han apresurado
a obrar perversamente.
8 Así pues, esperen el día
—oráculo del Señor—
en que me ponga en pie para acusarlos,
pues he decidido reunir a las naciones
y congregar en uno a todos los reinos
para descargar sobre ellos mi enojo
y todo el furor de mi ira,
hasta que mi ardiente celo
devore totalmente la tierra.
Anuncios de conversión y restauración
9 Devolveré entonces a los pueblos
unos labios enteramente puros
para que invoquen el nombre del Señor
y le rindan culto todos a una.
10 Desde más allá de los ríos de Etiopía,
mis hijos dispersos, los que me suplican,
acudirán a presentarme sus ofrendas.
11 Aquel día no tendrás que avergonzarte
por causa de las muchas obras
con las que te rebelaste contra mí,
pues arrancaré de en medio de ti
a los que se alegran de tu altanería,
y no te jactarás más en mi santo monte.
12 En medio de ti dejaré como resto
un pueblo de gente pobre y humilde,
que buscará protección en mi nombre.
13 Será un resto de Israel
que no practicará la iniquidad
ni hablará con mentiras;
no pronunciarán sus labios
ninguna palabra engañosa.
Pastarán y reposarán
sin que nadie los haga temblar.
14 ¡Regocíjate, ciudad de Sión!
¡Grita con júbilo, Israel!
¡Alégrate con todo tu corazón,
y gózate, ciudad de Jerusalén!
15 El Señor ha alejado a tus enemigos,
ha revocado plenamente tu condena.
El Señor, rey de Israel, está contigo:
ningún mal has de temer.
16 Aquel día se dirá a Jerusalén:
“¡No temas, ciudad de Sión,
que no desfallezcan tus manos!”.
17 El Señor, tu Dios, está contigo;
él es poderoso y salva.
Se regocija por ti con alegría,
su amor te renovará,
salta de júbilo por ti.
18 Alejaré de ti la desgracia,
el oprobio que pesaba sobre ti.
19 En aquel tiempo actuaré
contra todos tus opresores;
socorreré a los inválidos,
reuniré a los dispersos;
les daré fama y renombre
donde hoy son objeto de oprobio.
20 En aquel tiempo los haré volver
y, cuando los tenga reunidos,
les daré fama y renombre
en todas las naciones de la tierra;
ante sus propios ojos
cambiaré su suerte,
—oráculo del Señor—.
El ángel con el libro abierto
10 Vi luego otro ángel lleno de poder. Bajaba del cielo envuelto en una nube y el arco iris coronaba su cabeza. Su rostro resplandecía como el sol y sus piernas eran semejantes a columnas de fuego. 2 Tenía abierto en su mano un pequeño libro. Puso su pie derecho sobre el mar y su pie izquierdo sobre la tierra firme, 3 y dejó oír su voz, poderosa como rugido de león. A su grito respondió el retumbar de siete truenos 4 y una vez que resonaron los siete truenos, yo me dispuse a escribir. Pero una voz me dijo desde el cielo:
— No escribas. Mantén en secreto las palabras de los siete truenos.
5 Entonces el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y la tierra firme, levantó al cielo la mano derecha 6 y pronunció este juramento:
— Por el que vive por siempre y para siempre; por el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene, juro que el plazo se ha cumplido 7 y que en aquel día, cuando el séptimo ángel se disponga a tocar su trompeta, Dios cumplirá su plan secreto anunciado como buena noticia a sus servidores los profetas.
8 Y la misma voz que había escuchado desde el cielo, de nuevo me hablaba y me decía:
— Vete y toma el libro que tiene abierto en su mano el ángel que está en pie sobre el mar y la tierra firme.
9 Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el libro. Él me contestó:
— Tómalo y cómetelo. Aunque te amargue las entrañas, será en tu boca dulce como la miel.
10 Tomé, pues, el libro de la mano del ángel y me lo comí. Y resultó verdaderamente dulce como la miel en mi boca, pero amargo en mis entrañas una vez que me lo comí. 11 Y me dijo alguien:
— Debes aún proclamar un mensaje profético sobre multitud de pueblos, razas, lenguas y reinos.
Salmo 138 (137)
Te doy gracias de todo corazón
138 De David.
Te doy gracias de todo corazón,
en presencia de dioses te canto.
2 Me postraré ante tu santo Templo,
por tu amor y tu verdad te alabaré,
pues haces que tu promesa supere tu fama.
3 Cuando clamé, me respondiste,
hiciste que aumentara mi fuerza.
4 Señor, te alabarán todos los reyes de la tierra
cuando escuchen las palabras de tu boca.
5 Cantarán en los caminos del Señor
que la gloria del Señor es inmensa,
6 que es excelso el Señor: atiende al humilde,
reconoce al soberbio desde lejos.
7 Si camino en peligro, me salvas la vida,
extiendes tu mano contra mis rivales
y tu diestra me pone a salvo.
8 El Señor acabará lo que ha hecho por mí.
¡Señor, tu amor es eterno!
¡No abandones la obra de tus manos!
11 Hay gente que maldice a su padre
y no bendice a su madre;
12 hay gente que se cree pura
y no ha lavado sus manchas;
13 hay gente de ojos altivos,
gente cuya mirada es altanera.
14 Y hay gente con espadas por dientes
y cuchillos en lugar de muelas
para devorar a los humildes del país
y a los pobres de la tierra.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España