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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Daniel 11:36-12:13

36 El rey actuará a su capricho. Se engrandecerá y se exaltará a sí mismo por encima de todos los dioses y dirá cosas inauditas contra el Dios de los dioses. Y tendrá éxito hasta que se haya colmado el tiempo de la cólera, pues lo que ha sido decidido tiene que cumplirse. 37 No mostrará respeto alguno por los dioses de sus antepasados ni por el favorito de las mujeres, ni respetará a dios alguno; antes bien, se exaltará a sí mismo por encima de todos. 38 En su lugar rendirá honores al dios de las fortalezas, un dios desconocido de sus antepasados; lo honrará con oro y plata, piedras preciosas y objetos valiosos. 39 Con la ayuda de un dios extranjero atacará las más sólidas fortalezas. Colmará de honores a quienes lo reconozcan, los nombrará gobernadores de una inmensa ciudadanía y les repartirá tierras en recompensa.

40 En el tiempo final el rey del sur le declarará la guerra. Pero el rey del norte se lanzará contra él con carros de combate, caballería y numerosas naves. Invadirá numerosos países y barrerá todo como una inundación. 41 Invadirá también la Tierra del Esplendor y caerán numerosos países, aunque Edom, Moab y una parte principal de los amonitas podrán librarse de su mano. 42 Ampliará su poder a numerosos países; Egipto no escapará: 43 se adueñará de los tesoros de oro y plata y de todas las riquezas de Egipto. Libios y nubios seguirán el mismo camino. 44 Pero llegarán informes de oriente y del norte que lo alarmarán; partirá enfurecido con ánimo de destruir y aniquilar a cuantos sea necesario. 45 Montará el campamento real entre los mares, en el monte santo del Esplendor. Sin embargo, le llegará el fin sin nadie que lo ayude.

Tribulación y resurrección

12 En aquel tiempo aparecerá Miguel, el gran Príncipe protector de tu pueblo. Habrá un tiempo de angustia como no la ha habido desde que existen las naciones. Pero en ese tiempo será salvado tu pueblo, todos los que tengan el nombre escrito en el libro. Despertarán muchos que duermen en el polvo de la tierra: unos a una vida eterna, otros a la vergüenza y al desprecio eternos. Los sabios brillarán como el resplandor del cielo, y los que convirtieron a otros a la justicia lucirán como las estrellas para siempre. Por tu parte, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo final. Muchos lo consultarán y aumentará su saber.

El secreto sellado

Yo, Daniel, me fijé y vi en pie ante mí a otros dos, uno a cada orilla del río. Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino, que estaba sobre el agua del río:

— ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se cumplan estas cosas tan sorprendentes?

El hombre vestido de lino, que estaba sobre el agua del río, levantó sus manos al cielo y lo oí jurar por el que vive eternamente:

— Durará un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Todas estas cosas se cumplirán cuando la fuerza del pueblo santo quede totalmente quebrantada.

Lo oí, pero no pude entenderlo. Así que pregunté:

— Señor, ¿cuál será el resultado de todo esto?

Él me respondió:

— Sigue tu camino, Daniel, pues estas palabras deben guardarse en secreto y el libro está sellado hasta el tiempo final. 10 Muchos serán purificados, probados y quedarán sin mancha, pero los malvados seguirán haciendo el mal. Ningún malvado lo entenderá, pero los sabios lo entenderán. 11 Desde el día en que sea abolido el sacrificio permanente y entronizada la profanación devastadora pasarán mil doscientos noventa días. 12 Dichoso el que sea capaz de esperar y llegue a los mil trescientos treinta y cinco días. 13 En cuanto a ti, vete y descansa. Después, al final de los días, te levantarás para recibir tu recompensa.

1 Juan 4

Dios y el mundo

Queridos, andan por ahí muchos pretendidos profetas que presumen de poseer el Espíritu de Dios. Antes de fiarse de ellos, comprueben si verdaderamente lo poseen. Si reconocen que Jesucristo ha venido como verdadero hombre, es que poseen el Espíritu de Dios. Pero si no reconocen a Jesús, es que su espíritu no es de Dios, sino del anticristo, del cual ustedes han oído que estaba a punto de llegar; y, en efecto, ya está en el mundo.

En cuanto a ustedes, hijos míos, pertenecen a Dios y han vencido a esos falsos profetas, pues el que está con ustedes es más fuerte que el que está con el mundo. Ellos, como son mundanos, hablan de cosas mundanas, y la gente mundana les presta atención. Pero nosotros pertenecemos a Dios, y nos escuchan los que conocen a Dios. No nos escuchan, en cambio, los que no conocen a Dios. Ahí tienen la piedra de toque para discernir dónde está el error y dónde la verdad.

III.— EL AMOR Y LA FE (4,7—5,12)

En las fuentes del amor

Queridos, Dios es la fuente del amor: amémonos, pues, unos a otros. El que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Y Dios ha demostrado que nos ama enviando a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por medio de él. 10 Pues el amor radica no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. 11 Queridos, si a tal extremo ha llegado el amor de Dios para con nosotros, también nosotros debemos amarnos mutuamente. 12 Es cierto que jamás alguien ha visto a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor alcanza en nosotros cumbres de perfección.

13 Estamos seguros de que permanecemos en Dios y Dios permanece en nosotros, porque nos ha hecho partícipes de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo como salvador del mundo. 15 Quien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él. 16 Por nuestra parte, hemos conocido y hemos puesto nuestra confianza en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios permanece en él. 17 Nuestro amor alcanza su más alto nivel de perfección cuando, al compartir nosotros ya en este mundo la condición de Cristo, nos hace esperar confiados el día del juicio. 18 Amor y temor, en efecto, son incompatibles; el auténtico amor elimina el temor, ya que el temor está en relación con el castigo, y el que teme es que aún no ha aprendido a amar perfectamente.

19 Amemos, pues, nosotros, porque Dios nos amó primero. 20 Quien dice: “Yo amo a Dios”, pero al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, si no es capaz de amar al hermano, a quien ve? 21 En fin, este mandamiento nos dejó Cristo: que quien ama a Dios, ame también a su hermano.

Salmos 123

Salmo 123 (122)

Levanto mis ojos hacia ti

123 Cántico de peregrinación.
Levanto mis ojos hacia ti
que habitas en el cielo.
Como dirigen sus ojos los siervos
hacia la mano de sus señores,
como dirige sus ojos la esclava
hacia la mano de su señora,
así dirigimos nuestros ojos
hacia Dios, Señor nuestro,
hasta que él se apiade de nosotros.
Apiádate, Señor, apiádate de nosotros,
pues estamos hartos de desprecio;
estamos ya cansados
de la burla de los arrogantes,
del desprecio de los soberbios.

Proverbios 29:2-4

Cuando gobiernan los justos, el pueblo disfruta;
cuando manda el malvado, el pueblo sufre.
El que ama la sabiduría alegra a su padre,
quien frecuenta prostitutas derrocha su fortuna.
Un rey justo sostiene a un país,
el partidario de sobornos lo arruina.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España