The Daily Audio Bible
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Conversión aparente
6 “Vengan, volvamos al Señor,
porque él nos ha desgarrado
y él será quien nos cure;
él nos ha hecho la herida
y él nos la vendará.
2 Al cabo de dos días
nos devolverá la vida;
al tercero nos levantará
y viviremos en su presencia.
3 Esforcémonos en conocer al Señor;
segura como la aurora es su venida:
vendrá a nosotros como la lluvia,
como lluvia de primavera
que empapa la tierra”.
4 ¿Qué haré contigo Efraín?
¿Qué haré contigo Judá?
El amor de ustedes es como nube matutina,
como rocío que pronto se disipa.
5 Por eso los he golpeado
por medio de los profetas,
con mis palabras los he quebrantado
y mi juicio resplandece como luz.
6 Porque quiero amor y no sacrificio,
conocer a Dios y no holocaustos.
Infidelidades y traiciones
7 Pero ellos, como Adán,
han quebrantado la alianza
y allí me han sido infieles.
8 Ciudad de malvados es Galaad,
toda empapada de sangre.
9 Cual banda de ladrones al acecho,
así los sacerdotes en grupo
asesinan y cometen abusos
en el camino de Siquén.
10 He visto cosas horribles
en la casa de Israel;
allí se prostituye Efraín
e Israel queda manchado.
11 También para ti, Judá,
tengo preparado un castigo
cuando me decida a cambiar
la suerte de mi pueblo.
7 Cada vez que quiero curar a Israel,
se manifiesta el pecado de Efraín
y las maldades de Samaría.
Y es que practican la mentira;
el ladrón entra en las casas
y, fuera, hacen estragos los bandidos.
2 No acaban de tener en cuenta
que yo recuerdo todas sus maldades;
ahora sus acciones los envuelven
y están presentes ante mí.
Conspiraciones en palacio
3 Divierten al rey con su malicia,
a los funcionarios con sus mentiras.
4 Todos ellos son adúlteros;
son como un horno ardiendo,
aunque no lo atice el panadero,
desde que la masa está preparada
hasta que llega a fermentar.
5 En la fiesta de nuestro rey
los funcionarios quedan aturdidos
por los vapores del vino,
mientras el rey no tiene reparo
en mezclarse con los agitadores.
6 Cuando estos se acercan
son como un fuego de horno,
su corazón está lleno de intrigas;
por la noche su cólera duerme,
pero al clarear el alba
se enciende como fuego ardiente.
7 Todos arden como un horno,
devoran a sus magistrados,
sucumben todos sus reyes
y ninguno de ellos clama hacia mí.
Pactos con extranjeros
8 Efraín se alía con otros pueblos,
es un bizcocho mal cocido.
9 Extranjeros devoran su vigor,
pero él ni siquiera se entera;
las canas cubren su cabeza,
pero tampoco se entera.
10 La soberbia de Israel
testifica contra Efraín,
pero no vuelven al Señor, su Dios,
ni lo buscan a pesar de todo esto.
11 Efraín es como una paloma,
ingenua y atolondrada:
llaman a Egipto y acuden a Asiria.
12 Y mientras ellos van allí,
yo los envuelvo en mi red,
los atrapo como pájaros del cielo
y los barreré por su maldad.
Infidelidad y castigo
13 ¡Ay de ellos, pues huyeron de mí!
¡Ruina para ellos porque
se han rebelado contra mí!
¡Cómo los podré liberar
si sólo dicen mentiras contra mí!
14 No es a mí a quien invocan
cuando se lamentan en sus lechos,
cuando se hacen incisiones
y se rebelan contra mí,
en busca del trigo y el mosto.
15 Yo los había adiestrado
y había fortalecido sus brazos,
pero ellos maquinaban contra mí.
16 Se vuelven, pero no hacia lo alto;
son como un arco que falla;
sus autoridades caerán a espada
por la insolencia de su lengua.
¡Serán irrisión en el país de Egipto!
Idolatría de Israel
8 ¡Haz sonar la trompeta
pues un águila se cierne
sobre la casa del Señor!
Porque han transgredido mi alianza
y se rebelaron contra mi instrucción.
2 Ellos vienen a mí gritando:
“¡Los de Israel te reconocemos como Dios!”.
3 Pero Israel ha rechazado el bien
y el enemigo lo perseguirá.
4 Han creado reyes sin contar conmigo,
han nombrado príncipes sin saberlo yo.
Con su plata y con su oro
se han fabricado ídolos
que causaron su ruina.
5 Me repugna tu becerro, Samaría;
por eso mi cólera ha estallado contra ellos.
¿Hasta cuándo permanecerán impuros?
6 Ese becerro de Samaría
es obra de un artesano israelita;
no es, por consiguiente, Dios
y terminará hecho pedazos.
7 Puesto que siembran viento,
cosecharán tempestad.
Tampoco tendrán mies
ni dará harina la espiga;
y si la da, extranjeros la devorarán.
8 Israel ha sido devorado;
ahora está entre la naciones
como un cacharro inútil.
9 Cuando acudieron a Asiria,
Efraín se compró amantes,
como asno salvaje desbocado.
10 Han sobornado a las naciones,
pero ahora yo los reuniré
y muy pronto temblarán
bajo la opresión del rey soberano.
11 Efraín pecó en muchos altares,
que sólo para pecar le sirvieron.
12 Aunque les haya prescrito mil leyes,
consideran que vienen de un extraño.
13 No cesan de ofrecer sacrificios,
de sacrificar y comer la carne;
pero el Señor no los acepta,
sino que recuerda sus pecados
y castigará sus iniquidades;
tendrán, pues, que volver a Egipto.
14 Olvidó Israel a su Creador
y se ha construido palacios.
También Judá ha multiplicado
sus ciudades fortificadas,
pero yo enviaré a esas ciudades
un fuego que devorará sus baluartes.
El castigo del destierro
9 No te alegres Israel,
no saltes de júbilo
como hacen otros pueblos;
porque te has prostituido
abandonando a tu Dios,
has recibido paga de prostituta
en todas las eras
donde se trilla el trigo.
2 Ni la era ni el lagar
los podrán sustentar;
hasta el mosto les fallará.
3 No habitarán ya más
en la tierra del Señor;
Efraín volverá a Egipto,
y un manjar impuro
tendrán que comer en Asiria.
4 No harán ofrendas de vino al Señor
y no le agradarán sus sacrificios.
Serán para ellos como pan de duelo
que hará impuro a quien lo coma;
será un pan sólo para ellos
y no se ofrecerá en el Templo del Señor.
5 ¿Qué harán el día de la solemnidad,
el día de la fiesta del Señor?
6 La devastación los ha hecho huir;
se reunirán en Egipto,
Menfis será su sepultura.
Las ortigas heredarán sus tesoros
y las zarzas invadirán sus tiendas.
7 Han llegado los días del castigo,
ha llegado el tiempo de la paga.
¡Que lo sepa Israel!
Está trastornado el profeta,
desvaría el hombre del espíritu
a causa de tu gran iniquidad,
de la enormidad de tu odio.
8 El profeta es centinela de Efraín
y está junto a mi Dios,
pero se le tienden trampas
en todos los caminos,
es odiado en el Templo de su Dios.
9 Ha llegado al colmo su corrupción,
como en los días de Guibeá;
pero Dios se acordará de su maldad
y castigará sus pecados.
Relectura de la historia de Israel (9,10—14,9)
Pecado en el desierto
10 Como uvas en el desierto,
así fue mi encuentro con Israel.
Como brevas en la higuera
así elegí a los antepasados de ustedes;
pero cuando llegaron a Baal Peor
se consagraron a la ignominia
y se hicieron tan abominables
como los ídolos que amaban.
11 Como pájaro que vuela
se disipa la gloria de Efraín.
No habrá nacimientos,
ni gestaciones, ni concepciones.
12 Aunque lleguen a criar hijos,
yo se los arrebataré
antes que se conviertan en hombres.
¡Ay de ellos cuando yo los abandone!
13 He visto a Efraín como palmera
en verdes prados plantada,
pero ahora tendrá que sacar a sus hijos
y entregarlos al verdugo.
14 Dales, Señor… ¿Qué les darás?
Dales un vientre que aborte
y unos pechos que no den leche.
Pecado en Guilgal
15 Toda su perversidad
se manifestó en Guilgal;
allí llegué a odiarlos.
Por sus perversas acciones
los arrojaré de mi casa
y no los volveré a amar.
Todos sus jefes son rebeldes.
16 Efraín ha sido golpeado,
sus raíces están secas,
no producirá ya fruto.
Aunque engendren hijos,
haré que muera su fruto querido.
17 Porque no escucharon a mi Dios,
él los rechazará; entre las naciones
tendrán que andar errantes.
Saludo
1 El Anciano a Gayo, a quien amo de corazón conforme a la verdad.
2 Querido Gayo: es mi deseo que goces de buena salud y vayan bien todos tus asuntos, como te va bien en lo que toca al espíritu.
Elogio de Gayo
3 Me alegré sobremanera cuando llegaron los hermanos y me contaron que sigues fiel a la verdad y que vives de acuerdo con ella. 4 Mi mayor alegría es oír que mis hijos caminan a la luz de la verdad. 5 Estás portándote, querido, como un auténtico creyente al hacer lo que haces por los hermanos, aunque para ti sean forasteros. 6 Ellos son precisamente los que han dado ante la comunidad público testimonio de tu amor. Harás bien en ayudarlos a proseguir su viaje como corresponde a servidores de Dios, 7 ya que se han puesto en camino por amor a su nombre y nada reciben de los no creyentes. 8 Así que nosotros debemos acogerlos y colaborar con ellos en la difusión de la verdad.
Diotrefes y Demetrio. Distinto comportamiento
9 He escrito unas líneas a la comunidad, pero Diotrefes, en su afán por manejarlo todo, no nos ha hecho ningún caso. 10 Por eso, cuando yo vaya, le echaré en cara su conducta: sus palabras insidiosas contra mí y, por si esto fuera poco, su negativa a recibir a los hermanos. Hasta se atreve a prohibir a otros que los reciban, bajo la amenaza de expulsarlos de la Iglesia.
11 Pero tú, querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. Quien hace el bien pertenece a Dios; quien hace el mal es que desconoce a Dios.
12 En cuanto a Demetrio, todos, y la misma verdad lo confirma, dan testimonio a su favor. Un testimonio al que sumamos el nuestro, y tú sabes que nuestro testimonio es digno de crédito.
Saludos finales
13 Te escribiría muchas más cosas, pero no quiero hacerlo con tinta y pluma. 14 Confío en verte pronto y hablar personalmente contigo. 15 La paz sea contigo. Saludos de parte de los amigos; saluda tú a cada uno de los amigos en particular.
Salmo 126 (125)
El Señor ha hecho maravillas por nosotros
126 Cántico de peregrinación.
Cuando el Señor hizo renacer a Sión,
creíamos estar soñando.
2 Entonces nuestra boca se llenó de sonrisas,
nuestra lengua de canciones.
Los otros pueblos decían:
“El Señor ha hecho maravillas por ellos”.
3 El Señor ha hecho maravillas por nosotros
y estamos alegres.
4 Señor, haznos renacer
como a torrentes del Négueb.
5 Los que siembran entre lágrimas,
cosecharán entre cánticos.
6 Al ir, va llorando
el que lleva las semillas;
pero volverá entre cantos
trayendo sus gavillas.
12 Al gobernante que hace caso de calumnias,
todos sus servidores le parecen malvados.
13 En una cosa coinciden pobre y explotador:
ambos reciben del Señor la vista.
14 Rey que juzga con justicia a los pobres
afirma su trono para siempre.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España