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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Éxodo 10:1-12:13

Octava plaga: las langostas

10 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Preséntate[a] a Faraón, porque Yo he endurecido[b] su corazón y el corazón de sus siervos(A), para mostrar[c] estas señales Mías en medio de ellos[d], y para que cuentes a[e] tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios(B), y cómo he mostrado[f] Mis señales entre ellos, y para que ustedes sepan que Yo soy el Señor(C)».

Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí(D)? Deja ir a Mi pueblo, para que me sirva(E). Porque si te niegas a dejar ir a Mi pueblo, entonces mañana traeré langostas a tu territorio. Cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá ver el suelo. También comerán el resto de lo que ha escapado(F), lo que les ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que crece para ustedes en el campo. Llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios(G), algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo[g] hasta hoy”». Moisés se volvió y salió de la presencia de[h] Faraón.

Y los siervos de Faraón le dijeron: «¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina[i](H)? Deje ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios(I). ¿No se da cuenta de[j] que Egipto está destruido?». Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón(J), y él les dijo: «Vayan, sirvan al Señor su Dios(K). ¿Quiénes[k] son los que han de ir?». Y Moisés respondió: «Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacas iremos(L), porque hemos de celebrar[l] una fiesta solemne al Señor(M)».

10 «¡Así sea el Señor con ustedes», les dijo Faraón, «si los dejo ir[m] a ustedes y a sus pequeños! Tengan cuidado[n] porque tienen malas intenciones[o]. 11 No será así. Vayan ahora solo ustedes los hombres, y sirvan al Señor, porque eso es lo que han pedido». Y los echaron de la presencia de Faraón(N).

12 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano(O) sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado(P)». 13 Moisés extendió su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor hizo soplar un viento del oriente sobre el país todo aquel día y toda aquella noche. Y al venir la mañana, el viento del oriente trajo las langostas(Q).

14 Subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto. Eran muy numerosas[p]. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después[q](R). 15 Porque cubrieron la superficie de toda la tierra, y la tierra se oscureció. Se comieron toda planta[r] de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta[s](S) del campo por toda la tierra de Egipto.

16 Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón(T), y dijo: «He pecado contra el Señor su Dios y contra ustedes(U). 17 Ahora pues, les ruego que perdonen mi pecado solo esta vez, y que rueguen al Señor su Dios, para que quite de mí esta muerte(V)».

18 Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor(W). 19 Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al Mar Rojo[t]. Ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el Señor endureció[u] el corazón de Faraón, y este no dejó ir a los israelitas(X).

Novena plaga: las tinieblas

21 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano(Y) hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan tocarse(Z)». 22 Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días(AA). 23 No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los israelitas tenían luz en sus moradas(AB).

24 Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: «Vayan, sirvan al Señor(AC). Solo que sus ovejas y sus vacas queden aquí. Aun sus pequeños pueden ir con ustedes(AD)». 25 Pero Moisés contestó: «Tú también tienes que darnos[v] sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos[w] al Señor nuestro Dios. 26 Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros. Ni una pezuña quedará atrás, porque de ellos tomaremos para servir al Señor nuestro Dios(AE). Nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá». 27 Pero el Señor endureció[x] el corazón de Faraón, y este no quiso dejarlos ir(AF).

28 Entonces Faraón dijo a Moisés[y]: «¡Apártate de mí(AG)! Cuídate de volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás». 29 «Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro(AH)», respondió Moisés.

Anuncio de la décima plaga

11 El Señor dijo a Moisés: «Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual los dejará ir de aquí. Cuando los deje ir, ciertamente los echará de aquí completamente(AI). Dile ahora al[z] pueblo que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina objetos de plata y objetos de oro(AJ)».

El Señor hizo que el pueblo se ganara el favor[aa] de los egipcios(AK). Además el mismo Moisés era muy estimado[ab] en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los siervos de Faraón como a los ojos del pueblo(AL). Y Moisés dijo: «Así dice el Señor: “Como a medianoche(AM) Yo pasaré[ac] por toda[ad] la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino[ae]; también todo primogénito del ganado(AN). Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto(AO), como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. Pero a ninguno de los israelitas ni siquiera un perro le ladrará[af], ni a hombre ni a animal, para que ustedes entiendan[ag] cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel(AP)”. Todos estos sus siervos descenderán a mí y se inclinarán ante mí, diciendo: “Sal, tú y todo el pueblo que te sigue[ah]”; y después de esto yo saldré(AQ)». Y Moisés salió ardiendo en ira de la presencia de Faraón(AR).

Entonces el Señor dijo a Moisés: «Faraón no los escuchará(AS), para que Mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto(AT)». 10 Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas en presencia de Faraón(AU). Con todo, el Señor endureció[ai] el corazón de Faraón, y este no dejó salir de su tierra a los israelitas(AV).

Institución de la Pascua

12 En la tierra de Egipto el Señor habló a Moisés y a Aarón y les dijo: «Este mes será para ustedes el principio de los meses. Será el primer mes del año para ustedes(AW). Hablen a toda la congregación de Israel y digan: “(AX)El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero[aj], según sus casas paternas; un cordero[ak] para cada[al] casa. Pero si la casa es muy pequeña para un cordero[am], entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número[an] de personas. Conforme a lo que cada persona coma[ao], dividirán[ap] ustedes el cordero[aq]. El cordero[ar] será un macho sin defecto, de un año(AY). Lo apartarán de entre las ovejas o de entre las cabras. Y lo guardarán[as] hasta el día catorce del mismo mes(AZ). Entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer[at](BA). Ellos tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de[au] las casas donde lo coman(BB).

”Comerán la carne esa misma noche(BC), asada al fuego(BD), y la comerán con pan sin levadura(BE) y con[av] hierbas amargas(BF). Ustedes no comerán nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego(BG), tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas(BH). 10 No dejarán nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana(BI) lo quemarán en el fuego. 11 De esta manera lo comerán: ceñidas sus cinturas, las sandalias en sus pies y el cayado en su mano, lo comerán apresuradamente. Es la Pascua del Señor(BJ).

12 ”Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal(BK). Ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto(BL). Yo, el Señor(BM). 13 La sangre les será a ustedes por señal en las casas donde estén. Cuando Yo vea la sangre pasaré de largo, y ninguna plaga vendrá sobre ustedes para destruirlos[aw](BN) cuando Yo hiera la tierra de Egipto.

Mateo 20:1-28

Parábola de los obreros de la viña

20 »Porque el reino de los cielos(A) es semejante a un hacendado[a] que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña(B). Y habiendo convenido con los obreros en un denario[b] al día, los envió a su viña. Salió después como a la hora tercera[c], y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; y a estos les dijo: “Vayan también ustedes a la viña, y les daré lo que sea justo”. Y ellos fueron. Volvió a salir como a la hora sexta[d] y a la novena[e], e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora undécima[f], encontró a otros parados, y les dijo*: “¿Por qué han estado aquí parados todo el día sin trabajar?”. Ellos le dijeron*: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo*: “Vayan también ustedes a la viña”.

»Al atardecer(C), el señor de la viña dijo* a su mayordomo(D): “Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos y terminando con los primeros”. Cuando llegaron los que habían sido contratados como a la hora undécima[g], cada uno recibió un denario. 10 Cuando llegaron los que fueron contratados primero, pensaban que recibirían más; pero ellos también recibieron un denario cada uno. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el hacendado[h], 12 diciendo: “Estos últimos han trabajado solo una hora, pero usted los ha hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor abrasador del día(E)”.

13 »Pero respondiendo el hacendado, dijo a uno de ellos: “Amigo(F), no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero yo quiero darle a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo(G) porque yo soy bueno?”. 16 Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos(H)».

Jesús anuncia Su muerte por tercera vez

17 (I)Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: 18 «Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado(J) a los principales sacerdotes y escribas, y lo condenarán a muerte; 19 y lo entregarán a los gentiles(K) para burlarse de Él, lo azotarán y crucificarán, pero al tercer día resucitará(L)».

Petición de los hijos de Zebedeo

20 (M)Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo(N) con sus hijos, y postrándose ante Él,(O) le pidió algo. 21 Jesús le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella le dijo*: «Ordena que en Tu reino estos dos hijos míos se sienten(P) uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda». 22 Pero Jesús dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa(Q) que Yo voy a beber?». Ellos respondieron*: «Podemos». 23 Él les dijo*: «Mi copa ciertamente beberán(R), pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes(S) ha sido preparado por Mi Padre(T)».

24 Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 (U)Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor(V), 27 y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo; 28 así como el Hijo del Hombre(W) no vino para ser servido(X), sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos».

Salmos 25:1-15

Oración pidiendo amparo, guía y perdón

Salmo de David.

25 A Ti, oh Señor, elevo mi alma(A).
Dios mío, en Ti confío(B);
No sea yo avergonzado(C),
Que no se regocijen sobre mí mis enemigos(D).
Ciertamente ninguno de los que esperan en Ti será avergonzado(E);
Sean avergonzados los que sin causa se rebelan(F).

Señor, muéstrame Tus caminos,
Enséñame Tus sendas(G).
Guíame en Tu verdad y enséñame(H),
Porque Tú eres el Dios de mi salvación(I);
En Ti espero todo el día(J).
Acuérdate, oh Señor, de Tu compasión y de Tus misericordias(K),
Que son eternas(L).
No te acuerdes de los pecados de mi juventud(M) ni de mis transgresiones;
Acuérdate de mí conforme a Tu misericordia(N),
Por Tu bondad(O), oh Señor.

Bueno(P) y recto es el Señor(Q);
Por tanto, Él muestra a los pecadores el camino(R).
Dirige a los humildes en la justicia(S),
Y enseña a los humildes su camino(T).
10 Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad(U)
Para aquellos que guardan Su pacto y Sus testimonios(V).
11 Oh Señor, por amor de Tu nombre(W),
Perdona mi iniquidad(X), porque es grande.

12 ¿Quién es el hombre que teme al Señor(Y)?
Él le instruirá en el camino que debe escoger(Z).
13 En prosperidad habitará su alma(AA),
Y su descendencia poseerá la tierra(AB).
14 Los secretos del Señor son para los que le temen(AC),
Y Él les dará a conocer Su pacto(AD).
15 De continuo están mis ojos hacia el Señor(AE),
Porque Él sacará mis pies de la red(AF).

Proverbios 6:6-11

Ve, mira la hormiga(A), perezoso(B),
Observa sus caminos, y sé sabio.
La cual sin tener jefe,
Ni oficial ni señor(C),
Prepara en el verano su alimento(D)
Y recoge en la cosecha su sustento.
¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 «(E)Un poco de dormir, un poco de dormitar,
Un poco de cruzar las manos para descansar»,
11 Y vendrá tu pobreza como vagabundo[a],
Y tu necesidad como un hombre armado[b].

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