The Daily Audio Bible
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18 José les dijo al tercer día: «Hagan esto y vivirán, pues yo temo a Dios(A): 19 si son hombres honrados, que uno de sus hermanos quede encarcelado en su prisión[a]. El resto de ustedes, vayan, lleven grano para el hambre de sus casas. 20 Y tráiganme a su hermano menor, para que sus palabras sean verificadas(B), y no morirán». Y así lo hicieron. 21 Entonces se dijeron el uno al otro: «Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano(C), porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia». 22 Rubén les respondió: «¿No les dije yo[b]: “No pequen contra el muchacho(D)” y no me escucharon? Ahora hay que rendir cuentas por su sangre[c](E)». 23 Ellos, sin embargo, no sabían que José los entendía, porque había un intérprete entre él y ellos. 24 Y se apartó José de su lado y lloró(F). Cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos[d](G).
Regreso a Canaán
25 José mandó que les llenaran sus vasijas de grano y que devolvieran el dinero a cada uno poniéndolo en su saco, y que les dieran provisiones para el camino(H). Y así se hizo con ellos. 26 Ellos, pues, cargaron el grano sobre sus asnos, y se fueron de allí.
27 Y cuando uno de ellos abrió su saco para dar forraje a su asno en la posada, vio que su dinero estaba en la boca de su costal(I). 28 Entonces dijo a sus hermanos: «Me ha sido devuelto mi dinero, y[e] miren, está en mi costal». Y se les sobresaltó[f] el corazón, y temblando se decían el uno al otro: «¿Qué es esto que Dios nos ha hecho(J)?».
29 Cuando llegaron a su padre Jacob en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido: 30 «El hombre, el señor de aquella[g] tierra, nos habló duramente(K) y nos tomó por espías del país. 31 Pero nosotros le dijimos: “Somos hombres honrados, no somos espías(L). 32 Eramos doce hermanos, hijos de nuestro padre. Uno ya no existe, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán”.
33 »Entonces el hombre, el señor de aquel[h] país, nos dijo: “Por esto sabré que son hombres honrados: dejen uno de sus hermanos conmigo y tomen grano para el hambre de sus casas, y márchense(M). 34 Pero tráiganme a su hermano menor para que yo sepa que ustedes no son espías, sino hombres honrados[i]. Les devolveré[j] a su hermano, y podrán comerciar en la tierra(N)”».
35 Cuando vaciaron sus sacos, el atado del dinero de cada uno estaba en su saco(O). Y al ver ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor. 36 Y su padre Jacob les dijo: «Ustedes me han privado de mis hijos(P); José ya no existe, y Simeón ya no existe, y ahora se quieren llevar a Benjamín. Todas estas cosas son contra mí».
37 Entonces Rubén habló a su padre: «Puedes dar muerte a mis dos hijos, si no te lo traigo. Ponlo bajo mi cuidado[k], y yo te lo devolveré». 38 Pero Jacob dijo: «Mi hijo no descenderá con ustedes. Pues su hermano ha muerto(Q), y solo él me queda. Si algo malo le acontece en el viaje[l](R) en que van, harán descender mis canas con dolor al Seol[m](S)».
Los hermanos de José regresan a Egipto
43 El hambre iba agravándose en la tierra(T). 2 Y cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Vuelvan allá y cómprennos un poco de alimento».
3 Pero Judá le respondió: «Aquel[n] hombre claramente nos advirtió[o]: “No verán mi rostro si su hermano no está con ustedes(U)”. 4 Si envías a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y compraremos alimento. 5 Pero si no lo envías, no descenderemos. Porque el hombre nos dijo: “No verán mi rostro si su hermano no está con ustedes”».
6 Entonces Israel respondió: «¿Por qué me han tratado tan mal, informando[p] al hombre que tenían un hermano más?». 7 Pero ellos dijeron: «El hombre nos preguntó específicamente acerca de nosotros y nuestros familiares, diciendo: “¿Vive aún su padre? ¿Tienen otro hermano?”. Y nosotros contestamos sus preguntas[q](V). ¿Acaso podíamos nosotros saber que él diría: “Traigan[r] a su hermano”?».
8 Y Judá dijo a su padre Israel: «Envía al muchacho conmigo. Nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos(W), tanto nosotros como tú y nuestros pequeños. 9 Yo me haré responsable[s] de él. De mi mano lo demandarás. Si yo no te lo vuelvo a traer[t](X) y lo pongo delante de ti, que lleve yo la culpa para siempre delante de ti[u]. 10 Porque si no hubiéramos perdido tiempo, sin duda ya habríamos regresado por segunda vez».
11 Entonces su padre Israel les dijo: «Si así tiene que ser, hagan esto: tomen de los mejores productos de la tierra en sus vasijas, y lleven a aquel[v] hombre como presente(Y) un poco de bálsamo y un poco de miel, resina aromática(Z) y mirra, nueces y almendras. 12 Y tomen doble cantidad de dinero en su mano, y lleven de nuevo en su mano el dinero que fue devuelto en la boca de sus costales(AA). Tal vez fue un error. 13 Tomen también a su hermano, levántense y vuelvan a aquel[w] hombre. 14 Que el Dios Todopoderoso[x](AB) les conceda misericordia ante aquel[y] hombre(AC) para que ponga en libertad a su otro hermano(AD) y a Benjamín. En cuanto a mí, si he de ser privado de mis hijos(AE), que así sea[z]».
15 Tomaron, pues, los hombres este presente(AF), doble cantidad de dinero en su mano y a Benjamín. Se levantaron y descendieron a Egipto y se presentaron delante de José.
José y Benjamín
16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa(AG): «Haz entrar a estos[aa] hombres a casa, y mata un animal y prepáralo, porque estos[ab] hombres comerán conmigo al mediodía». 17 El hombre hizo como José le dijo, y llevó[ac] a los hombres a casa de José.
18 Ellos tenían miedo porque eran llevados a casa de José y dijeron: «Por causa del dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez hemos sido traídos aquí, para tener pretexto contra[ad] nosotros y caer sobre nosotros y tomarnos por esclavos con nuestros asnos». 19 Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa, 20 y dijeron: «Oh señor mío, ciertamente descendimos la primera vez para comprar alimentos. 21 Y cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal(AH), todo nuestro dinero[ae]. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano(AI). 22 También hemos traído otro dinero en nuestra mano para comprar alimentos. No sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales».
23 Y el mayordomo les dijo: «No se preocupen[af], no teman. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha dado ese tesoro en sus costales(AJ). Yo haré constar que recibí el dinero de ustedes[ag]». Entonces les sacó a Simeón(AK).
24 Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies(AL). También dio forraje a sus asnos. 25 Entonces prepararon el presente(AM) para[ah] la venida de José al mediodía, pues habían oído que iban a comer[ai] allí.
26 Cuando José regresó a su casa, ellos le trajeron a la casa el presente que traían en su mano y se postraron ante él en tierra(AN). 27 Entonces él les preguntó cómo se encontraban, y añadió: «¿Cómo está su anciano padre de quien me hablaron? ¿Vive todavía(AO)?». 28 «Su siervo nuestro padre está bien; todavía vive», contestaron. Y ellos se inclinaron en reverencia[aj](AP). 29 Al alzar José sus ojos y ver a su hermano Benjamín, hijo de su madre, les preguntó: «¿Es este su hermano menor de quien me hablaron(AQ)?». Y dijo: «Dios te imparta Su favor(AR), hijo mío». 30 José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido[ak](AS) a causa de su hermano y buscó dónde llorar. Entró en su aposento y lloró(AT) allí.
31 Después se lavó la cara y salió, y controlándose(AU), dijo: «Sirvan la comida[al]». 32 Le sirvieron a José en un lado, a los hermanos en otro lado, y a los egipcios que comían con él, también les sirvieron aparte. Porque los egipcios no podían comer[am] con los hebreos, pues esto es abominación para los egipcios(AV). 33 Los sentaron[an] delante de él, el primogénito conforme a su derecho de primogenitura, y el más joven conforme a su edad. Ellos se miraban(AW) unos a otros con asombro. 34 Él les llevó porciones de su propia mesa[ao], pero la porción de Benjamín(AX) era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se alegraron con él.
Parábola de la red barredera
47 »El reino de los cielos(A) también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase. 48 Cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[a], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[b] del mundo[c](B); los ángeles saldrán, y sacarán[d] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego(C); allí será el llanto y el crujir de dientes(D).
Parábola del dueño de casa
51 »¿Han entendido ustedes todas estas cosas?». «Sí», le dijeron* ellos. 52 Entonces Jesús les dijo: «Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[e] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas».
Jesús enseña en Nazaret
53 Sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí(E). 54 (F)Y llegando a Su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos(G), de tal manera que se maravillaban(H) y decían: «¿Dónde obtuvo Este tal sabiduría y estos poderes milagrosos[f]? 55 ¿No es Este el Hijo del carpintero? ¿No se llama Su madre María, y Sus hermanos(I) Jacobo[g], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas Sus hermanas(J) con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo Este todas estas cosas?».
57 Y se escandalizaban a causa de Él(K). Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa(L)». 58 Y no hizo muchos milagros[h] allí a causa de la incredulidad de ellos.
Muerte de Juan el Bautista
14 (M)Por aquel tiempo[i], Herodes el tetrarca(N) oyó la fama de Jesús, 2 y dijo a sus sirvientes: «Este es Juan el Bautista(O). Él ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él».
3 Porque antes (P)Herodes había prendido a Juan, y lo había atado[j] y puesto en la cárcel(Q) por causa de Herodías(R), mujer de su hermano Felipe; 4 porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla(S)». 5 Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[k], porque consideraban[l] a Juan como un profeta(T).
6 Pero cuando llegó[m] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías[n](U) danzó ante[o] ellos y agradó a (V)Herodes. 7 Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. 8 Ella, instigada por su madre, dijo*: «Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
9 Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[p] juramentos y de sus invitados[q], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha[r], y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[s] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.
16 Extendió la mano desde lo alto(A) y me tomó;
Me sacó de las muchas aguas(B).
17 Me libró de mi poderoso enemigo(C),
Y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo(D).
18 Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio(E),
Pero el Señor fue mi sostén(F).
19 También me sacó a un lugar espacioso(G);
Me rescató, porque se complació en mí(H).
20 El Señor me ha premiado conforme a mi justicia(I);
Conforme a la pureza de mis manos(J) me ha recompensado.
21 Porque he guardado los caminos del Señor(K),
Y no me he apartado impíamente de mi Dios(L).
22 Pues todas Sus ordenanzas[a] estaban delante de mí(M),
Y no alejé de mí Sus estatutos(N).
23 También fui íntegro para con Él(O),
Y me guardé de mi iniquidad(P).
24 Por tanto el Señor me ha recompensado conforme a mi justicia(Q),
Conforme a la pureza de mis manos delante de Sus ojos.
25 Con el benigno te muestras benigno(R),
Con el íntegro te muestras íntegro(S).
26 Con el puro eres puro(T),
Y con el perverso eres sagaz(U).
27 Porque Tú salvas al pueblo afligido(V),
Pero humillas los ojos altivos(W).
28 Tú enciendes mi lámpara(X), oh Señor;
Mi Dios que alumbra mis tinieblas(Y).
29 Pues contigo aplastaré ejércitos(Z),
Y con mi Dios escalaré murallas(AA).
30 En cuanto a Dios, Su camino es perfecto(AB);
Acrisolada es la palabra del Señor(AC);
Él es escudo a todos los que a Él se acogen(AD).
31 Pues, ¿quién es Dios, fuera del Señor(AE)?
¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios(AF),
32 El Dios que me ciñe de poder(AG),
Y ha hecho perfecto mi camino(AH)?
33 Él hace mis pies como de ciervas(AI),
Y me afirma en mis alturas(AJ).
34 Él adiestra mis manos para la batalla(AK),
Y mis brazos para tensar el arco de bronce(AL).
35 Tú me has dado también el escudo de Tu salvación(AM);
Tu diestra me sostiene(AN),
Y Tu benevolencia me engrandece(AO).
36 Ensanchas mis pasos debajo de mí(AP),
Y mis pies no han resbalado(AQ).
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