The Daily Audio Bible
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Contra Moab
15 Oráculo sobre Moab:
Que de noche fue asolada,
arrasada Ar Moab.
Que de noche fue asolada,
arrasada Quir Moab.
2 Ha subido la gente de Dibón
a las alturas sagradas a llorar.
En Nebo y en Madabá
Moab se queja llorosa:
con las cabezas rapadas,
con las barbas afeitadas.
3 Ceñidos de saco caminan,
por calles, plazas y azoteas;
todos se quejan llorosos,
deshechos todos en llanto.
4 Gritan Jesbón y Elalé,
hasta Jahas llega su voz;
tiemblan los lomos de Moab,
se le entrecorta el aliento.
5 Grito angustiado por Moab:
sus fugitivos van a Soar,
van hacia Eglat Salisá.
Por la cuesta de Lujit
sube la gente llorando;
por el camino de Joronáin
se oyen gritos desgarradores.
6 Las aguas de Nimrín
dan paso a la aridez:
se seca el heno,
se acaba la hierba,
no queda verdor.
7 Por eso, recogen lo que queda,
van acaparando provisiones,
las transportan al torrente de los Sauces.
8 Su grito angustiado recorre
todas las fronteras de Moab,
su alarido llega a Egláin,
hasta Beer Elín su clamor.
9 Rebosan sangre las aguas de Dimón,
y nuevas desgracias traeré a Dimón:
un león contra el resto de Moab,
espanto contra los supervivientes.
Los moabitas piden asilo en Judá
16 Hagan llegar carneros
al regente del país,
desde la Peña del páramo
hasta el monte Sión.
2 (Como aves desorientadas,
como pájaros sin nido
son las chicas de Moab
al vadear el Arnón).
3 Danos un consejo,
toma una decisión.
Haz de tu sombra una noche
en plena luz del día;
oculta a los que escapan,
no descubras al fugitivo.
4 Que habiten dentro de ti
los escapados de Moab.
Sírveles de refugio
frente al devastador.
Cuando no haya opresión
y acabe la devastación,
cuando desaparezca del país
la gente que lo pisoteaba,
5 un trono se afianzará en el amor,
se sentará en él con lealtad
(dentro de la tienda de David)
un juez que practique el derecho,
todo un experto en justicia .
Endecha por Moab
6 Nos enteramos del orgullo de Moab,
de su soberbia fuera de límite,
de su orgullo, soberbia y altivez,
de su inútil palabrería.
7 Los moabitas lloran por Moab,
todos ellos se lamentan;
por las tortas de Quir Jaréset
suspiran llenos de aflicción.
8 Languidece arrasada Jesbón,
el viñedo de Sibmá,
los dueños de las naciones
arrancaron sus guías,
que llegaban a Jazer,
extendidas por el páramo;
sus brotes esparcidos
sobrepasaban el mar.
9 Por eso, ahora lloro
con el llanto de Jazer,
por la viña de Sibmá.
Los riego con mi llanto,
Jesbón y Elalé:
callaron las alegres melodías
de su cosecha y vendimia.
10 En el huerto callaron el gozo y el júbilo,
no suenan en las viñas gritos de alegría;
no hay quien pise el vino en el lagar,
tocaron a su fin las alegres melodías.
11 Por eso tiemblan mis entrañas
como cuerdas de un arpa, por Moab,
mi interior por Quir Jaréset.
12 Y aunque Moab se fatigue
subiendo a su colina sagrada
y yendo a orar a su santuario,
de nada le servirá.
13 Esta es la palabra que pronunció el Señor contra Moab en otro tiempo. 14 Y ahora habla el Señor así: “Dentro de tres años, años de jornalero, de nada valdrán los señores de Moab y toda su nutrida población. Serán un resto, unos pocos, una miseria, sin importancia”.
Oráculo contra Damasco e Israel
17 Oráculo contra Damasco:
2 Damasco desaparecerá como ciudad
convertida en montones de ruinas;
las villas de Aroer abandonadas
sólo servirán para que se tumbe el ganado,
sin que nadie lo espante.
3 Efraín quedará sin plazas fuertes,
se acabará el poderío de Damasco;
a los que queden de Aram les pasará
lo mismo que a los nobles de Israel
—oráculo del Señor del universo—.
Oráculos varios
4 Aquel día
se debilitará el poder de Jacob,
su carne rolliza se consumirá;
5 será como el haz que abraza el segador,
como las espigas que recoge su brazo,
como quien pasa espigando
por el valle de Refaín.
6 Quedará sólo el rebusco,
como quien varea el olivo
y encuentra un par de aceitunas
en lo alto de la copa,
y pocas más en sus ramas.
—Oráculo del Señor Dios de Israel—.
7 Aquel día
mirará la gente a su Hacedor,
fijará su mirada en el Santo de Israel.
8 No mirará los altares,
obra de sus manos y hechura de sus dedos;
no se fijará en cipos ni estelas.
9 Aquel día
tus ciudades fortificadas
quedarán abandonadas,
como las de heveos y amorreos
ante el ataque israelita;
quedarán deshabitadas.
10 Pues olvidaste a tu Dios salvador,
no te acordaste de tu Roca inexpugnable.
Y plantabas parterres exóticos,
injertabas esquejes importados.
11 El mismo día los plantabas y crecían,
de mañana germinaba la semilla.
Pero un día aciago se pierde la cosecha:
¡un sufrimiento irremediable!
Los atacantes aniquilados
12 ¡Ay, turbulencia de pueblos que retumban,
que braman como braman los mares!
¡Tumulto de naciones tumultuosas,
como aguas impetuosas!
13 Naciones que se agitan
como aguas caudalosas.
Pero grita amenazante
y se escapan desde lejos,
como tamo de los montes
impelido por el viento,
como nube de vilanos
a merced del vendaval.
14 Por la tarde se presenta el espanto:
nadie queda al llegar la mañana.
Esto les queda a quienes nos saquean,
este es el lote de quienes nos despojan.
Contra Cus
18 ¡Ay del país donde zumban enjambres,
más allá de los ríos de Cus,
2 que envía sus correos por el mar,
por el agua en canoas de junco!
Vayan, rápidos, mensajeros a esa gente
esbelta y de tez brillante,
a ese pueblo temido por doquier,
que domina con fuerza y con nervio,
con su tierra surcada por ríos.
3 Habitantes del mundo,
moradores de la tierra,
miren cuando se alce
una enseña en los montes,
escuchen cuando oigan
el sonido del cuerno.
4 Pues así me dijo el Señor:
Desde mi sitio contemplo sereno:
como el calor ardiente del sol,
como nube de rocío en plena siega.
5 Antes de la vendimia, pasada la floración,
cuando están madurando los agraces,
se aplica la podadera a los racimos,
se cortan y se tiran los sarmientos.
6 Quedarán a merced de las rapaces del monte,
abandonados a las fieras del campo:
pasarán allí el verano las rapaces,
el invierno las fieras del campo.
7 Entonces traerá tributo al Señor del universo la gente esbelta de tez brillante, el pueblo temido por doquier, que domina con fuerza y con nervio, con su tierra surcada por ríos; lo traerán al lugar donde se invoca el nombre del Señor del universo, al Monte Sión.
Introducción (1,1-10)
Saludo
1 Pablo, apóstol no por disposición ni intervención humana alguna, sino por encargo de Jesucristo y de Dios Padre que lo resucitó triunfante de la muerte, 2 junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia. 3 Que Dios Padre y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz. 4 Jesucristo, que ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre, 5 a quien pertenece la gloria por siempre. Amén.
Sólo hay un mensaje de salvación
6 ¡No salgo de mi asombro! ¡Hay que ver con qué rapidez ustedes han desertado de aquel que los llamó mediante la gracia de Cristo y se han pasado a otro mensaje! 7 ¿Qué digo otro? Lo que pasa es que algunos los desconciertan intentando deformar el mensaje evangélico de Cristo. 8 Pero sea quien sea —yo mismo o incluso un ángel venido del cielo— el que les anuncie un mensaje diferente del que yo les anuncié, ¡caiga sobre él la maldición! 9 Se lo dije a ustedes en otra ocasión y lo repito ahora: si alguien les anuncia un mensaje distinto al que han recibido, ¡caiga sobre él la maldición! 10 ¿A quién pretendo yo ahora ganarme? ¿A quién busco agradar? ¿A Dios o a personas humanas? Si todavía tratase de seguir agradando a personas humanas, no sería siervo de Cristo.
I.— AUTORIDAD APOSTÓLICA DE PABLO (1,11—2,21)
La vocación de Pablo
11 Hermanos, quiero dejar bien claro que el mensaje proclamado por mí no es ninguna invención humana. 12 Ni lo recibí ni lo aprendí de persona humana alguna. Es Jesucristo mismo quien me lo ha revelado. 13 Ya conocen mi antigua conducta, cuando aún militaba en las filas del judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios intentando aniquilarla. 14 Incluso sobresalí dentro del judaísmo por encima de muchos de mis compatriotas como fanático defensor de las tradiciones de mis antepasados. 15 Pero Dios, que me había elegido ya desde antes de mi nacimiento, me llamó por pura benevolencia 16 para revelarme a su Hijo y darme el encargo de anunciar su mensaje evangélico a los que no son judíos. No solicité entonces ningún consejo humano; 17 ni siquiera fui a Jerusalén para hablar con quienes eran apóstoles antes que yo, sino que me fui a la región de Arabia, de donde volví otra vez a Damasco. 18 Tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y estuve con él quince días. 19 A ningún otro apóstol vi, aparte de Santiago, el hermano del Señor. 20 Dios es testigo de que no miento en nada de lo que les escribo. 21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 A todo esto, las iglesias cristianas de Judea seguían sin conocerme en persona. 23 Únicamente habían oído decir: “El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes pretendía aniquilar”. 24 Y alababan a Dios por causa mía.
Salmo 58 (57)
Hay un Dios que imparte justicia
58 Al maestro del coro. Según “No destruyas”. Poema de David.
2 Jueces, ¿en verdad proclaman la justicia
y juzgan a las personas con rectitud?
3 No; en su interior ustedes traman el mal
y propagan la violencia en esta tierra.
4 Los malvados desde que nacen están perdidos,
los falsos desde su nacimiento se extravían.
5 Es su veneno como el veneno de la serpiente,
son como víbora sorda que tapa sus oídos
6 para no oír la voz de los encantadores,
ni la del hechicero experto en hechizos.
7 Oh Dios, rompe los dientes de su boca,
destroza, Señor, las fauces de estos leones.
8 Que se evaporen como agua que se diluye,
que disparen flechas que no puedan clavarse;
9 que sean cual babosa que al andar se deshace,
como aborto de mujer que no pudo ver el sol;
10 que antes que sus ollas noten el fuego
vivo y crepitante, lo apague un vendaval.
11 Se alegrará el justo cuando vea la venganza
y bañará sus pies en la sangre del malvado.
12 Y todos dirán: “El justo tiene su premio,
hay un Dios que imparte justicia en la tierra”.
12 Aplica tu mente a la instrucción
y tu oído a la voz de la experiencia.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España