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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
1 Samuel 2:22-4

22 Elí era muy anciano. Con frecuencia oía sobre las cosas que sus hijos les hacían a los israelitas en Siló y también que sus hijos se acostaban con las mujeres que servían en la entrada de la carpa de reunión. 23 Él les dijo a sus hijos: «El pueblo me cuenta todo el mal que ustedes hacen. ¿Por qué actúan así? 24 Déjense de eso. El pueblo del SEÑOR está hablando mal de ustedes. 25 Si alguien peca contra otro ser humano, tal vez Dios le ayude, pero si alguien peca contra el SEÑOR, entonces ¿quién va a poder ayudarle?» Pero como los hijos de Elí se negaron a escucharlo, el SEÑOR decidió matarlos. 26 Entre tanto, el joven Samuel seguía creciendo, agradando al SEÑOR y al pueblo.

27 Un hombre de Dios[a] fue a Elí, diciéndole: «El SEÑOR dice: “Tus antepasados fueron esclavos de la familia del faraón, pero yo me manifesté ante ellos. 28 Elegí a tu tribu de entre todas las tribus de Israel para que fueran mis sacerdotes, ofrecieran sacrificios en mi altar, quemaran incienso y usaran el efod. También dejé que tu familia recibiera la carne de los sacrificios que me ofrece el pueblo de Israel. 29 Entonces ¿por qué miras con desprecio mis[b] sacrificios y ofrendas? Honras a tus hijos más que a mí. Engordas con lo mejor de la carne siendo que el pueblo de Israel me ofrece esa carne a mí”.

30 »El SEÑOR Dios de Israel prometió que la familia de tu papá le serviría por siempre, pero ahora el SEÑOR dice: “¡Eso nunca! Honraré al pueblo que me honra, pero al que se niegue a respetarme, le irá mal. 31 Se acerca la hora en que destruiré a todos tus descendientes, nadie de tu familia llegará a viejo. 32 Le irá bien a Israel, pero en tu casa verás que sucederán calamidades, nunca habrá ancianos en tu familia. 33 No acabaré de una sola vez con tus descendientes, uno de ellos continuará sirviendo en mi altar y llegará a viejo. Sin embargo, los demás morirán a filo de espada.[c] 34 Te daré una señal: tus dos hijos, Ofni y Finés, morirán el mismo día. 35 Yo mismo pondré un sacerdote fiel que me escuchará y hará lo que yo quiero. Fortaleceré a su familia y siempre servirá ante el rey que he elegido.[d] 36 Entonces toda la gente que quede de tu familia vendrá y se inclinará ante él. Rogarán por un poco de dinero o un pedazo de pan: Por favor, dame trabajo como sacerdote para tener algo de comer”».

Dios llama a Samuel

El joven Samuel servía al SEÑOR bajo la supervisión de Elí. En esos tiempos, el SEÑOR rara vez daba mensaje y tampoco eran frecuentes las visiones que él daba.

Los ojos de Elí eran tan débiles que casi estaba ciego. Una noche estaba descansando en cama mientras Samuel descansaba en el santuario del SEÑOR donde estaba el cofre de Dios. La lámpara de Dios todavía estaba encendida. El SEÑOR llamó a Samuel y él contestó:

—Aquí estoy.

Y Samuel corrió hacia Elí y le dijo:

—Aquí estoy, ¿para qué me llamó usted?

Pero Elí le contestó:

—Yo no te llamé, vuelve a tu cama.

Samuel se regresó a su cama. De nuevo, el SEÑOR llamó:

—¡Samuel!

Y otra vez Samuel corrió hacia Elí y le dijo:

—Aquí estoy, ¿para qué me llamó usted?

Elí le dijo:

—Yo no te llamé, vuelve a tu cama.

Samuel todavía no conocía al SEÑOR, pues el SEÑOR nunca le había hablado directamente.[e] El SEÑOR llamó a Samuel por tercera vez y de nuevo Samuel se levantó, fue hacia Elí y le dijo:

—Aquí estoy, ¿para qué me llamó usted?

Entonces Elí comprendió que el SEÑOR estaba llamando al joven, y le dijo a Samuel:

—Vuelve a tu cama, y si te llama de nuevo, di: “Habla, SEÑOR, tu siervo escucha”.

Así que Samuel regresó a su cama. 10 El SEÑOR vino, se detuvo allí y llamó igual que antes diciendo:

—¡Samuel, Samuel!

Samuel dijo:

—Habla, SEÑOR, tu siervo escucha.

11 El SEÑOR le dijo a Samuel:

—Pronto haré algo en Israel. La gente que oiga sobre esto quedará horrorizada. 12 Haré todo lo que dije que haría contra Elí y su familia, desde el principio hasta el fin. 13 Le dije a Elí que castigaría a su familia para siempre porque Elí sabía que sus hijos estaban diciendo y haciendo lo malo contra Dios, y no los corrigió. 14 Por eso he jurado que las ofrendas y los sacrificios jamás quitarán los pecados de la familia de Elí.

15 Samuel se quedó en cama hasta que amaneció, se levantó temprano y abrió las puertas de la casa del SEÑOR con miedo de contarle la visión a Elí. 16 Pero Elí le dijo a Samuel:

—¡Samuel, hijo mío!

Samuel le contestó:

—Sí, señor.

17 —¿Qué mensaje recibiste?—le preguntó—. No me ocultes nada porque si lo haces, Dios te castigará.

18 Samuel le dijo todo a Elí sin ocultarle nada. Elí dijo:

—Él es el SEÑOR, que haga lo que le parezca mejor.

19 El SEÑOR estaba con Samuel mientras crecía y no dejaba que ninguno de los mensajes de Samuel fuera encontrado falso. 20 Entonces todo Israel, desde Dan hasta Berseba, se dio cuenta de que Samuel era un verdadero profeta del SEÑOR. 21 Y el SEÑOR continuó manifestándose a Samuel en Siló; allí se revelaba el SEÑOR a Samuel y le comunicaba palabra del SEÑOR.[f]

Los filisteos derrotan a los israelitas

Las noticias acerca de Samuel se esparcieron por todo Israel. Elí era muy anciano y sus hijos seguían haciendo maldades ante el SEÑOR.[g]

En esos tiempos, los israelitas salieron a pelear contra los filisteos. Acamparon en Ebenezer, mientras los filisteos acamparon en Afec. Los filisteos se prepararon para atacar a Israel, y empezó el combate. Derrotaron a los israelitas matando en la batalla alrededor de 4000 soldados del ejército de Israel. Los soldados israelitas regresaron a su campamento. Los ancianos líderes de Israel preguntaban: «¿Por qué nos derrotó el SEÑOR ante los filisteos? Traigamos el cofre del pacto del SEÑOR desde Siló y llevémoslo a la batalla con nosotros para que nos salve de nuestros enemigos».

Así que la gente envió hombres a Siló para que trajeran el cofre del pacto del SEÑOR Todopoderoso. En la parte superior del cofre están los querubines. Estos son como el trono en el que Dios se sienta. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finés llegaron con el cofre.

Cuando el cofre del SEÑOR llegó al campamento, todos los israelitas gritaron tan fuerte que hicieron que la tierra retumbara. Los filisteos oyeron el griterío, y se preguntaban: «¿A qué viene tanto alboroto en el campamento hebreo?»

Entonces los filisteos se enteraron que habían traído el cofre del SEÑOR al campamento de Israel. Se atemorizaron y dijeron: «¡Han llegado los dioses a su campamento! ¡Pobres de nosotros porque nunca antes había sucedido esto! ¡Pobres de nosotros! ¿Quién puede salvarnos de estos dioses poderosos? Estos son los mismos dioses que les mandaron a los egipcios esas plagas y esas terribles enfermedades.[h] ¡Sean valientes, filisteos! ¡Peleen como hombres! Antes, los hebreos fueron esclavos nuestros. ¡Así que peleen como hombres o ustedes se convertirán en sus esclavos!»

10 Así que los filisteos pelearon muy duro y derrotaron a los israelitas, que corrían huyendo hacia sus carpas. Fue una derrota terrible para Israel, con una matanza de 30 000 soldados. 11 Los filisteos se apoderaron del cofre de Dios y mataron a Ofni y a Finés, los dos hijos de Elí.

12 Un hombre de la tribu de Benjamín salió huyendo del combate, rasgó sus vestidos y se echó polvo en la cabeza mostrando así su profunda tristeza. 13 Cuando llegó a Siló, Elí estaba sentado en su silla, observando cerca de la entrada de la ciudad, porque estaba preocupado por el cofre de Dios. Entonces el hombre de la tribu de Benjamín entró en la ciudad y dio las malas noticias y toda la gente empezó a gritar. 14 Al oír el griterío, Elí preguntó:

—¿Por qué tanto alboroto?

El hombre se apresuró a darle la noticia a Elí. 15 Elí tenía 98 años de edad y ya estaba completamente ciego.

16 —¡Vengo del combate, acabo de huir de la batalla!

Elí le preguntó:

—¿Qué pasó, hijo mío?

17 El hombre le contestó:

—Los israelitas huyeron de los filisteos y el ejército ha perdido muchos hombres. Tus dos hijos han muerto y los filisteos se apoderaron del cofre de Dios.

18 Al oír mencionar el cofre de Dios, Elí se fue de espaldas, cayéndose de la silla cerca de la entrada. Como ya era viejo y pasado de kilos, se quebró el cuello al caer y murió. Elí había dirigido a Israel durante 20 años.[i]

19 La nuera de Elí, esposa de Finés, estaba embarazada, a punto de dar a luz. Al oír la noticia de que se habían apoderado del cofre de Dios y de que su suegro y su esposo habían muerto, le vinieron los dolores y empezó el trabajo de parto. 20 Estaba a punto de morir por el difícil alumbramiento cuando las parteras que la atendían le dijeron: «Tranquila, has dado a luz un niño». Pero la nuera de Elí no contestó ni puso atención, 21 y le puso por nombre Icabod, que significa «¡Le han quitado la gloria a Israel!» Le puso este nombre porque se habían apoderado del cofre de Dios y porque tanto su suegro como su esposo habían muerto. 22 Ella dijo: «Le han quitado la gloria a Israel» porque los filisteos se habían apoderado del cofre de Dios.

Juan 5:24-47

24 »Les digo la verdad: si alguien oye mis palabras y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, porque ya ha pasado de la muerte a la vida.

25 »Les digo la verdad: se acerca un momento importante, y en efecto ya ha llegado, cuando los que están muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Todos los que acepten lo que él dice, vivirán. 26 La vida viene del Padre mismo. De igual manera, ha permitido que el Hijo pueda dar vida. 27 El Padre también le ha dado autoridad al Hijo para juzgarlos, puesto que él es el Hijo del hombre. 28 No se sorprendan por esto, porque llegará también el momento en que los muertos que están en los sepulcros van a escuchar la voz del Hijo del hombre y 29 saldrán de sus sepulcros. Los que hicieron el bien se levantarán para vivir para siempre, pero los que hicieron el mal se levantarán para ser condenados.

30 »Yo no puedo hacer nada por mi cuenta, juzgo según lo que el Padre me dice y mi decisión es correcta. Es así porque no trato de hacer lo que yo quiero, sino lo que quiere el Padre que me envió.

Testimonios a favor de Jesús

31 »Si sólo yo testifico a mi favor, nadie está obligado a aceptarlo, 32 pero hay alguien más que testifica a mi favor, y sé que su testimonio acerca de mí es cierto.

33 »Ustedes enviaron mensajeros para escuchar a Juan y él les dio un testimonio verdadero, 34 pero yo no necesito que un hombre dé testimonio acerca de mí. Yo sólo les digo esto para que ustedes puedan ser salvos. 35 Juan fue como una lámpara encendida que iluminaba al pueblo, y ustedes se alegraron de disfrutar de su luz por un tiempo.

36 »Pero yo tengo un testimonio de más valor que el de Juan, las obras que yo hago son mi testimonio. El Padre me dio estas obras para hacer y ellas demuestran que él me envió. 37 Hasta el Padre que me envió ha testificado a mi favor. Ustedes nunca han oído su voz ni han visto cómo es él. 38 El mensaje de mi Padre no vive en ustedes porque no creen en quien él envió. 39 Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado porque piensan que las Escrituras les darán vida eterna, pues esas mismas Escrituras son las que dan testimonio de mí. 40 Pero ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.

41 »No me interesa que ustedes me alaben. 42 Lo que me preocupa es saber que ustedes no aman realmente a Dios. 43 Vengo en nombre de mi Padre y ustedes no me aceptan, pero si viene alguien que hable por su propia cuenta, ¡a ese sí lo aceptan! 44 Les gusta alabarse unos a otros, pero no buscan la alabanza de Dios. Entonces, ¿cómo van a creer? 45 No piensen que yo soy el que los va a acusar delante del Padre, pues quien los acuse será Moisés, en el que ustedes tienen puesta su esperanza. 46 Si realmente le creyeran a Moisés también me creerían a mí. Moisés escribió sobre mí, 47 pero si ustedes no creen en lo que él escribió, ¿cómo van a creer en lo que yo digo?»

Salmos 106:1-12

El Dios de Israel

¡Aleluya!

Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno;
    su fiel amor dura para siempre.
¿Quién puede describir lo grande que es el SEÑOR?
    ¿O alabar a Dios de la manera que él merece?
Afortunados los que practican la justicia
    y siempre hacen lo que es justo.
SEÑOR, recuérdame cuando tengas compasión de tu pueblo;
    fíjate en mí cuando traigas salvación,
para que yo vea la prosperidad de tus elegidos;
    me alegre y llene de orgullo de la gente que es tu propiedad.

Hemos pecado al igual que nuestros antepasados;
    hemos actuado mal e hicimos cosas malas.
Nuestros antepasados en Egipto
    no apreciaron los milagros que hiciste;
    olvidaron las numerosas obras de tu fiel amor.
Allí junto al mar Rojo,
    nuestros antepasados te dieron la espalda.
Pero Dios los salvó por el prestigio de su nombre
    para mostrar su gran poder.
Reprendió al mar Rojo y se secó;
    y los llevó por el mar profundo
    como si pasaran por un desierto.
10 Los libró de sus enemigos,
    del poder de quienes los odiaban.
11 Las aguas sepultaron a sus enemigos
    y no quedó ni uno vivo.
12 Entonces ellos creyeron en sus promesas
    y le entonaron canciones de alabanza.

Proverbios 14:30-31

30 La mente tranquila es salud para el cuerpo,
    pero la envidia causa enfermedades.
31 El que explota al pobre ofende al Creador,
    pero el que le tiene compasión honra a Dios.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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