The Daily Audio Bible
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Ofrenda por el perdón de pecados
4 Dios le ordenó a Moisés 2-13 que les diera a los israelitas las siguientes instrucciones:
«Cuando alguien me desobedezca sin darse cuenta, se deberá hacer lo siguiente:
»Si el que me desobedeció fue el jefe de los sacerdotes, todo el pueblo compartirá la culpa. Para que yo lo perdone, el jefe de los sacerdotes deberá ofrecerme un ternero sin defecto. Lo llevará a la entrada del santuario, pondrá sus manos sobre la cabeza del animal, y lo matará en mi altar. Luego tomará la sangre del ternero y la llevará al interior del santuario, mojará su dedo en la sangre y la rociará siete veces en dirección al cofre de Dios, detrás de la cortina del Lugar Santísimo.
»Enseguida el jefe de los sacerdotes pondrá un poco de la sangre en las puntas del altar del incienso aromático, y el resto de la sangre lo derramará sobre la base del altar que está a la entrada del santuario. Luego le quitará al animal todas las partes internas, tal como se hace con el animal que se ofrece para pedir salud y bienestar, y las quemará sobre el altar. El resto del ternero, es decir, el cuero y toda la carne, la cabeza, las patas, los intestinos y el excremento, lo sacará del campamento y lo quemará en el lugar apartado especialmente para echar las cenizas.
»Si el que me desobedece es el pueblo entero, 14 me presentarán como ofrenda un ternero sin ningún defecto, y así los perdonaré.
»Todo el pueblo llevará el ternero a la entrada del santuario, 15 y sus jefes pondrán sus manos sobre la cabeza del animal. Luego matarán el ternero en mi altar, 16 y el jefe de los sacerdotes llevará la sangre al interior del santuario. 17 Allí mojará su dedo en la sangre y con ella rociará siete veces en dirección a la cortina que cubre la entrada del Lugar Santísimo. 18 Después pondrá un poco de sangre en las puntas del altar del incienso, dentro del santuario. El resto de la sangre lo derramará sobre la base del altar que está a la entrada de la Carpa.
19 »Enseguida el jefe de los sacerdotes tomará toda la grasa del ternero y la quemará sobre el altar, 20-21 y de esta manera perdonaré el pecado del pueblo. Finalmente, el sacerdote sacará del campamento el resto del ternero y lo quemará en el lugar apartado especialmente para echar las cenizas.
22 »Si el que me desobedece es un jefe del pueblo, 23 se le hará saber que ha pecado. Entonces ese jefe me presentará como ofrenda por su perdón un chivo sin ningún defecto. 24 Pondrá sus manos sobre la cabeza del chivo y lo matará junto a mi altar, pues se trata de una ofrenda por el perdón de pecados. 25 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre del chivo y la untará en las puntas del altar, y el resto de la sangre lo derramará sobre su base. 26 Después quemará toda la grasa del animal, como se hace con la ofrenda para pedirme salud y bienestar. Así presentará el sacerdote la ofrenda en favor del culpable, y yo le perdonaré su pecado.
27 »Si quien me desobedece fuera alguien del pueblo, 28 se le hará saber que ha pecado. Entonces esa persona me presentará una cabra sin defecto. 29 Pondrá sus manos sobre la cabeza de la cabra y la matará junto al altar. 30 El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la cabra y la untará en las puntas del altar, y el resto de la sangre lo derramará sobre su base. 31 Luego quemará sobre el altar toda la grasa de la cabra, como se hace con las ofrendas para pedirme salud y bienestar. Así el sacerdote presentará una ofrenda de aroma agradable en favor de esa persona, y yo le perdonaré su pecado.
32 »Si el que pecó me ofrece una corderita, ésta no deberá tener ningún defecto. 33 Esa persona pondrá sus manos sobre la cabeza de la corderita y la matará junto al altar. 34 El sacerdote mojará su dedo en la sangre y la untará en las puntas del altar, y el resto de la sangre lo derramará sobre su base. 35 Luego quemará sobre el altar toda la grasa, como se hace con las ofrendas para pedirme salud y bienestar y con las ofrendas que se presentan en mi honor. Así el sacerdote presentará la ofrenda en favor de esa persona, y yo le perdonaré su pecado.
Otras ofrendas por el perdón de pecados
5 1-6 »Si alguien es llamado a declarar como testigo en un juicio, y se niega a decir lo que vio o escuchó, comete un pecado y merece ser castigado.
»Si alguien toca el cadáver de algún animal o reptil impuro, comete un pecado y será considerado también impuro, aun cuando no se haya dado cuenta de lo que hacía.
»Si alguien toca algo sucio que haya salido del cuerpo humano, será considerado impuro, aun cuando no se haya dado cuenta de lo que hacía. Cuando se dé cuenta de su error, será considerado culpable.
»Si alguien hace un juramento sin pensarlo bien, y se da cuenta de su error, será considerado culpable.
»Si alguien comete alguno de estos pecados, deberá reconocerlo, y presentarme como ofrenda por su pecado una cabra o una corderita. El sacerdote presentará la ofrenda en favor de esa persona, y yo la perdonaré.
7-8 »Si quien cometió el pecado no tiene dinero como para comprar una corderita, me ofrecerá entonces dos palomas o dos tortolitas. Llevará las dos aves al sacerdote, y el sacerdote me ofrecerá una de ellas como ofrenda por el perdón del pecado, y la otra la quemará en mi honor. A la primera le retorcerá el cuello, pero no le arrancará la cabeza; 9 luego rociará un poco de sangre en un costado del altar, y el resto de la sangre lo derramará sobre su base. Se trata de una ofrenda por el perdón de pecados. 10 A la otra ave, el sacerdote la quemará en mi honor, según mis instrucciones, para que yo perdone al que pecó.
11-12 »Si quien cometió el pecado tampoco tiene dinero como para comprar las dos palomas o las dos tortolitas, podrá presentarme como ofrenda por su perdón dos kilos de harina de la mejor calidad. Se la llevará al sacerdote, y él tomará un puñado de harina y lo quemará sobre el altar. Así, ustedes se acordarán de que yo soy quien les da todas las cosas. Ésta es una ofrenda por el perdón de pecados, así que no le pongan ni aceite ni incienso.
13 »Así es como el sacerdote presentará las ofrendas, para que yo perdone a cualquiera que haya cometido alguno de estos pecados.
»Lo que sobre de estas ofrendas será para el sacerdote, como en el caso de las ofrendas de cereales».
14 Dios también le dijo a Moisés:
15-16 «Si alguien, sin darse cuenta, me ofende por no darme lo que me corresponde, deberá presentarme como ofrenda un carnero sin ningún defecto. El sacerdote me ofrecerá el carnero, y yo perdonaré al que me ofendió. Pero si lo prefiere, puede presentarme una cantidad de dinero equivalente al precio del animal, más un veinte por ciento del precio, el cual será para el sacerdote. El precio se calculará según la moneda oficial.
17 »Si alguien, sin darse cuenta, me desobedece y comete un pecado, tendrá que presentarme una ofrenda. 18 Deberá llevarle al sacerdote un carnero de su rebaño, o el dinero equivalente a su precio. Así el sacerdote me presentará la ofrenda en favor de esa persona, y yo la perdonaré. 19 Se trata de una ofrenda para obtener mi perdón por ese pecado».
Jesús llama a Mateo
13 Después de esto, Jesús fue otra vez a la orilla del Lago de Galilea. Mucha gente se reunió a su alrededor, y él se puso a enseñarles.
14 Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: «Sígueme.»
Mateo se levantó enseguida y lo siguió.
15 Más tarde, Jesús y sus discípulos estaban cenando en la casa de Mateo. Muchos de los que cobraban impuestos, y otras personas de mala fama que ahora seguían a Jesús, también fueron invitados a la cena.
16 Cuando algunos maestros de la Ley, que eran fariseos, vieron a Jesús comiendo con toda esa gente, les preguntaron a los discípulos:
—¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con gente de mala fama?
17 Jesús los oyó y les contestó:
—Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos.
Jesús enseña sobre el ayuno
18 Una vez, los discípulos de Juan el Bautista y los discípulos de los fariseos estaban ayunando. Algunas personas fueron a donde estaba Jesús y le preguntaron:
—¿Por qué tus discípulos no ayunan? Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos sí lo hacen.
19 Jesús les respondió:
—Los invitados a una fiesta de bodas no ayunan mientras el novio está con ellos; 20 pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces los invitados ayunarán.
21 »Si un vestido viejo se rompe, nadie le pone un parche de tela nueva; porque al lavarse el vestido, la tela nueva se encoge y el hueco se hace más grande.
22 »Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Así el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos.
Los discípulos arrancan espigas de trigo
23 Un sábado, mientras Jesús y sus discípulos iban por un campo sembrado de trigo, los discípulos comenzaron a arrancar espigas.[a] 24 Cuando los fariseos vieron esto, le dijeron a Jesús:
—¡Mira lo que hacen tus discípulos! ¿Acaso no saben que está prohibido arrancar espigas en el día de descanso?
25-26 Jesús les respondió:
—¿No han leído ustedes en la Biblia lo que hizo el rey David, cuando Abiatar era el jefe de los sacerdotes? David y sus compañeros sufrían gran necesidad y tenían mucha hambre. Entonces David entró en la casa de Dios y comió del pan especial, que sólo a los sacerdotes les estaba permitido comer, y lo compartió con sus compañeros.
Además les dijo:
27 —El sábado se hizo para el bien de los seres humanos, y no los seres humanos para el bien del sábado. 28 Yo, el Hijo del hombre, soy quien decide qué puede hacerse y qué no puede hacerse en el día de descanso.
Jesús sana a un hombre en sábado
3 Jesús volvió a entrar en la sinagoga. Allí había un hombre que tenía una mano tullida.
2 Los fariseos estaban vigilando a Jesús para ver si sanaba a ese hombre en día sábado, y poder así acusarlo de trabajar en ese día de descanso.
3 Jesús le dijo al enfermo: «Levántate y ponte en medio de todos.»
4 Luego, les preguntó a los que estaban allí: «¿Qué es correcto hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?»
Pero nadie le contestó. 5 Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban y, al ver que eran muy tercos y no tenían amor, se puso muy triste. Entonces le dijo al enfermo: «Extiende la mano.»
El hombre extendió la mano, y la mano le quedó sana.
6 Los fariseos salieron de la sinagoga y enseguida se reunieron con los partidarios[b] del rey Herodes; y juntos comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.
La inmensa bondad de Dios
SALMO 36 (35)
Himno de David, fiel servidor de Dios.
36 El pecador sólo piensa
en cómo hacer lo malo.
No ve ninguna razón
para respetar a Dios.
2 Se cree digno de alabanza,
y no reconoce su maldad.
3 Cuando habla, miente y ofende;
jamás piensa en hacer el bien.
4 Aun cuando está acostado,
sólo piensa en hacer lo malo;
no deja su mal camino
ni se aparta de la maldad.
5 Dios mío,
tu amor es tan grande
que llega hasta el cielo;
tan grande es tu bondad
que llega hasta las nubes.
6 Tus decisiones son justas,
son firmes como las montañas
y profundas como el mar.
¡Hombres y animales
están bajo tu cuidado!
7 Dios mío,
¡tu amor es incomparable!
Bajo tu sombra protectora
todos hallamos refugio.
8 Con la abundancia de tu casa
nos dejas satisfechos;
en tu río de bendiciones
apagas nuestra sed.
9 Sólo en ti se encuentra
la fuente de la vida,
y sólo en tu presencia
podemos ver la luz.
10 ¡Bendice con tu amor
a todos los que te aman!
¡Salva con tu justicia
a los que son sinceros!
11 ¡No dejes que los orgullosos
me pongan el pie encima!
¡No permitas que los malvados
hagan conmigo lo que quieran!
12 Fíjense en los malvados:
¡han rodado por los suelos,
y no volverán a levantarse!
Los dichos del sabio Salomón
10 Qué dicha es tener un hijo sabio;
qué triste es tener un hijo tonto.
2 De muy poco aprovecha
el dinero mal ganado.
Lo que vale es la honradez,
pues te salva de la muerte.
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