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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Levítico 1-3

Ofrendas para agradar a Dios

Dios llamó a Moisés desde el santuario y le ordenó que les diera este mensaje a los israelitas:

«Cuando alguno de ustedes me presente una ofrenda para quemarla en mi honor, podrá ofrecerme terneros, cabritos o corderos.

»Si alguien me presenta un ternero como ofrenda, éste deberá ser un macho sin ningún defecto. Lo llevará a la entrada del santuario, 4-5 y allí pondrá su mano sobre la cabeza del ternero, y lo matará. Así, yo recibiré su ofrenda con agrado, y le perdonaré sus pecados.

»Los sacerdotes me presentarán la sangre del ternero, y luego la derramarán en los cuatro costados del altar. 6-9 El que me presente la ofrenda le quitará el cuero y cortará el animal en pedazos. Por último, lavará con agua los intestinos y las patas del animal, y entregará todo a los sacerdotes. Ellos pondrán leña sobre el altar y le prenderán fuego, y allí quemarán los pedazos del ternero, junto con la cabeza, las patas, los intestinos y la grasa. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor.

10 »Si alguien me ofrece un cordero o un cabrito, éste deberá ser también un macho sin ningún defecto. 11 Lo matará sobre un costado del altar, y los sacerdotes derramarán la sangre en los cuatro costados. 12-13 Luego, el que me presente la ofrenda cortará el animal en pedazos. Por último, lavará con agua los intestinos y las patas del animal, y entregará todo a los sacerdotes. Ellos quemarán los pedazos en el altar, junto con la cabeza, las patas, los intestinos y la grasa. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor.

14 »Si alguien me presenta aves como ofrenda, éstas pueden ser palomas o tortolitas. 15 El sacerdote pondrá el ave sobre el altar, y allí le arrancará la cabeza y la quemará, dejando que la sangre corra por los costados del altar. 16 Luego le sacará el buche y los intestinos, y los arrojará en el costado del altar donde se echan las cenizas. 17 Después abrirá en dos el ave, de modo que en cada mitad haya un ala, pero sin separar las dos mitades. Por último, el sacerdote quemará el resto del ave sobre la leña encendida. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor».

Ofrendas para dar gracias a Dios

«Cuando alguien me presente cereales como ofrenda, deberá traer harina de la mejor calidad. Sobre la harina se derramará aceite, y se le pondrá también un poco de incienso; luego se le entregará a los sacerdotes. Ellos tomarán un puñado de la harina con aceite, y todo el incienso, y lo quemarán sobre el altar, para que ustedes se acuerden de que yo les doy todas las cosas. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor. El resto de la ofrenda será muy especial, y de ella sólo podrán comer los sacerdotes.

»Cuando alguien me presente panes o galletas como ofrenda, la harina deberá ser de la mejor calidad. Los panes y las galletas se hornearán sin levadura; los panes serán amasados con aceite, y las galletas sólo untadas con aceite.

»Si alguien me ofrece cereales fritos en la sartén, la harina debe estar amasada con aceite y no tener levadura. Además, deberán cortarla en pedazos y derramar aceite sobre ella. Se trata de una ofrenda de cereal.

»Si alguien me ofrece cereales cocidos en la cacerola, la harina deberá ser de la mejor calidad, y amasada con aceite.

»El que me presente cualquiera de estas ofrendas, deberá llevársela al sacerdote, quien la acercará al altar. Allí, el sacerdote quemará una parte de la ofrenda, para que ustedes se acuerden de que yo les doy todas las cosas. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, presentada en mi honor. 10 El resto de la ofrenda será muy especial, y de ella sólo podrán comer los sacerdotes.

11 »Ninguna de las ofrendas que me presenten debe tener miel o levadura, porque eso hará que las ofrendas fermenten. 12 Podrán ofrecerme miel y levadura junto con los primeros frutos de sus cosechas, pero no para quemarlas como ofrenda en mi honor.

13 »En cambio, deben poner sal en todas las ofrendas que me presenten, porque la sal es símbolo del pacto que han hecho conmigo.

14 »Si alguien me presenta como ofrenda los primeros frutos de sus cosechas, deben ofrecerme espigas tostadas al fuego, o harina de los cereales recién cosechados. 15 Sobre estas ofrendas derramarán aceite y les agregarán un poco de incienso.

16 »El sacerdote quemará sobre el altar una parte de la ofrenda, para que ustedes se acuerden de que yo les doy todas las cosas».

Ofrendas para pedir salud y bienestar

«Cuando alguien quiera pedirme salud y bienestar, deberá presentarme como ofrenda un ternero o una ternera sin defecto alguno.

»El que presente la ofrenda pondrá sus manos sobre la cabeza del animal, y lo matará a la entrada del santuario. Luego, los sacerdotes derramarán la sangre en los costados del altar, 3-5 y sobre él quemarán lo siguiente: los intestinos, los dos riñones, los lomos, una parte del hígado, y la grasa que recubre todo eso. Esta ofrenda la quemarán junto con las ofrendas de cada mañana. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor.

»Si alguien me presenta como ofrenda una oveja o una cabra, ese animal no deberá tener ningún defecto.

»Si alguien me presenta como ofrenda un cordero, deberá poner sus manos sobre la cabeza del animal y matarlo a la entrada del santuario. Luego, los sacerdotes derramarán la sangre en los costados del altar, 9-11 y sobre él quemarán lo siguiente: los intestinos, los dos riñones, los lomos, parte del hígado, y la grasa que recubre todo eso, y toda la cola. Se trata de comida que se presenta en mi honor.

12-13 »Si alguien me presenta como ofrenda una cabra, deberá poner sus manos sobre la cabeza del animal y matarlo a la entrada del santuario. Luego, los sacerdotes derramarán la sangre en los costados del altar, 14-16 y sobre él quemarán lo siguiente: los intestinos, los dos riñones, los lomos, una parte del hígado, y la grasa que recubre todo eso. Se trata de una comida de aroma agradable, que se presenta en mi honor.

17 »Ustedes nunca deben comer grasa ni sangre. No importa dónde vivan, ésta es una ley que deberán obedecer siempre».

Marcos 1:29-2:12

Jesús sana a mucha gente

29 Luego Jesús salió de la sinagoga y se fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. 30 Cuando entró en la casa, le dijeron que la suegra de Simón estaba enferma y con fiebre. 31 Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le fue, y la suegra de Simón les sirvió de comer.

32 Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y todos los que tenían demonios. 33 Todo el pueblo se reunió a la entrada de la casa de Simón. 34 Allí Jesús sanó a mucha gente que tenía diferentes enfermedades, y también expulsó a muchos demonios. Pero no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían.

Jesús anuncia las buenas noticias

35 En la madrugada, Jesús se levantó y fue a un lugar solitario para orar. 36 Más tarde, Simón y sus compañeros salieron a buscarlo. 37 Cuando lo encontraron, le dijeron:

—Todos te andan buscando.

38 Pero Jesús les dijo:

—Vamos a otros pueblos cercanos. También allí debo anunciar estas buenas noticias, pues para eso vine al mundo.

39 Jesús recorrió toda la región de Galilea anunciando las buenas noticias en las sinagogas de cada pueblo, y expulsando a los demonios.

Jesús sana a un leproso

40 Un hombre que tenía la piel enferma se acercó a Jesús, se arrodilló ante él y le dijo:

—Señor, yo sé que tú puedes sanarme.[a] ¿Quieres hacerlo?

41 Jesús tuvo compasión del enfermo, extendió la mano, lo tocó y le dijo:

—¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano!

42 De inmediato, aquel hombre quedó completamente sano; 43 pero Jesús lo despidió con una seria advertencia:

44 —No le digas a nadie lo que te sucedió. Sólo ve con el sacerdote para que te examine, y lleva la ofrenda que Moisés ordenó.[b] Así los sacerdotes verán que ya no tienes esa enfermedad.

45 Pero el hombre empezó a contarles a todos cómo había sido sanado. Por eso Jesús no podía entrar libremente en los pueblos, sino que tenía que quedarse en las afueras, donde no había gente. De todos modos, la gente iba a verlo.

Jesús y el paralítico

Después de varios días, Jesús regresó al pueblo de Cafarnaúm. Apenas se supo que Jesús estaba en casa, mucha gente fue a verlo. Era tanta la gente que ya no cabía nadie más frente a la entrada. Entonces Jesús comenzó a anunciarles las buenas noticias.

De pronto, llegaron a la casa cuatro personas. Llevaban en una camilla a un hombre que nunca había podido caminar. Como había tanta gente, subieron al techo[c] y abrieron un agujero. Por allí bajaron al enfermo en la camilla donde estaba acostado.

Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»

Al oír lo que Jesús le dijo al paralítico, unos maestros de la Ley que allí estaban pensaron: «¿Cómo se atreve éste a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Sólo Dios puede perdonar pecados.»

Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: «¿Por qué piensan así? Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Perdonar a este enfermo, o sanarlo? 10 Pues voy a demostrarles que yo, el Hijo del hombre, tengo autoridad aquí en la tierra para perdonar pecados.»

Entonces le dijo al que no podía caminar: 11 «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»

12 En ese mismo instante, y ante la mirada de todos, aquel hombre se levantó, tomó la camilla y salió de allí. Al verlo, todos se quedaron admirados y comenzaron a alabar a Dios diciendo: «¡Nunca habíamos visto nada como esto!»

Salmos 35:17-28

17 Dios mío,
¿no piensas hacer nada?
¡Esos malvados me quieren destruir!
¡Sálvame la vida,
que es lo único que tengo!
18 Así te alabaré y te daré gracias
delante de todo tu pueblo,
tu pueblo fuerte y numeroso.

19 No dejes que me hagan burla
mis terribles enemigos;
no dejes que se burlen de mí,
pues no tienen por qué odiarme.
20 No hablan de vivir en paz,
sino que inventan mentiras
contra la gente tranquila.
21 Sin pensarlo dos veces, dicen:
«Tú cometiste ese crimen;
¡nosotros mismos lo vimos!»

22 Mi Señor y Dios,
¡tú me conoces mejor que ellos!
¡No te alejes de mí,
ni te niegues a escucharme!
23 ¡Despierta y defiéndeme!
¡Levántate y hazme justicia!

24 Tú eres un Dios justo:
defiéndeme como sabes hacerlo.
¡No dejes que se burlen de mí!
25 No les permitas que digan:
«¡Se cumplió nuestro deseo!
¡Hemos acabado con él!»

26 Pon en completa vergüenza
a todos los que festejan mi mal,
cubre de vergüenza y deshonra
a los que me creen poca cosa,
27 pero haz que griten de alegría
los que desean mi bien.
Permíteles que siempre digan:
«¡Dios es muy grande!
¡Busca el bien de quien le sirve!»
28 Yo, por mi parte,
siempre te alabaré
y diré que eres un Dios de bondad.

Proverbios 9:13-18

13 La ignorancia es escandalosa,
tonta y sinvergüenza.
14 Cuando está en su casa,
se sienta a la entrada misma;
cuando está en la ciudad,
se sienta donde todos la vean,
15 y llama a los distraídos
que pasan por el camino:

16 «Jovencitos inexpertos,
faltos de entendimiento,
¡vengan conmigo!
17 ¡No hay nada más sabroso
que beber agua robada!
¡No hay pan que sepa tan dulce
como el que se come a escondidas!»
18 Pero estos tontos no saben
que esa casa es un cementerio;
¡no saben que sus invitados
ahora están en el fondo de la tumba!