Evangelio Viviente
¿Cómo orar cuando estoy sufriendo?
Lee Salmos 5.1-3
Puedes orar para escapar del sufrimiento. Es una respuesta normal, pero debes tener cuidado de no decirle a Dios que está obligado a responderte positivamente. Su meta para sus hijos es la madurez. El Señor desea que tú y yo seamos maduros, sin tener que ser recompensados a cada instante. Dios quiere que lo obedezcas porque lo amas, no porque esperas recibir algo de Él. El Señor a veces puede recibir mayor gloria dándote gracia para vivir en medio de tu sufrimiento, que cuando te da poder para escapar de él.
Puedes orar para aguantar el sufrimiento. Esto tiende a glorificarte a ti mismo en lugar de a Dios. ¡Nos sentimos orgullosos de nuestra fortaleza!
Si usas toda tu fortaleza interna solo para aguantar tu sufrimiento, entonces no te queda nada para la vida diaria. El enfoque de aguantar puede llevar a una forma de sutil hipocresía: Pones una “fachada” cuando los demás te están mirando y luego te derrumbas cuando la soledad te domina.
Puedes orar para hacer que el sufrimiento trabaje a favor tuyo. El sufrimiento debe llegar a ser tu siervo. Debes aceptar tu sufrimiento como un don de Dios. Pero recuerda que aceptar no significa resignarse, no es rendirse. Aceptar es cooperar de forma activa con Dios e incluye gratitud. Debes acudir a Dios y entregarle lo que Él te ha dado. Es vital poner nuestro dolor sobre el altar de Dios como un acto de adoración para la gloria de Él. Debes prestar atención a su mensaje. Dios le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.
Dios puede conferir gloria presente al sufrimiento de sus hijos; pero Él también promete “alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1.7). “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4.17).
Reflexión:
En medio de mi sufrimiento cooperaré de forma activa con Dios. Acudiré a Él y pondré en el altar de Dios mi dolor como un acto de adoración a Él.