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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Nehemías 12:27-13:31

Dedicación de la muralla de Jerusalén

27 Para dedicar la muralla de Jerusalén se solicitó la asistencia de todos los levitas desde sus respectivos lugares de residencia, y se los trajo a Jerusalén para celebrar la fiesta de la dedicación con alegría, con acción de gracias y con cánticos, címbalos, salterio y cítaras. 28 Se congregaron, pues, los cantores de la región de alrededor de Jerusalén así como los de las aldeas de los netofatitas, 29 de Bet-Guilgal, de los campos de Gueba y de Azmávet; (y es que los cantores se habían construido lugares de residencia en los alrededores de Jerusalén). 30 Se purificaron los sacerdotes y los levitas; incluso fue purificado el pueblo junto con las puertas y la muralla. 31 Hice subir a la muralla a los principales de Judá y formé con ellos dos grandes coros: uno de los coros se dirigió a la derecha caminando sobre la muralla hacia la Puerta del Muladar. 32 Detrás iba Osaías y la mitad de los principales de Judá: 33 Azarías, Esdras, Mesulán, 34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías. 35 Los sacerdotes llevaban trompetas y eran: Zacarías, descendiente en línea directa de Jonatán, Semaías, Matanías, Micaías, Zacur y Asaf; 36 junto con sus parientes Semaías, Azarel, Milalay, Guilalay, Maay, Natanael, Judá y Jananí; llevaban los instrumentos de música de David, varón de Dios, y Esdras, el sacerdote, caminaba al frente. 37 Al llegar a la Puerta de la Fuente, ascendieron la escalinata de la ciudad de David, subiendo por la muralla, por encima del palacio de David hasta la Puerta de las Aguas, al oriente.

38 El segundo coro se dirigió hacia la izquierda y yo iba detrás de él con la otra mitad de los principales del pueblo. Caminaba sobre la muralla desde la Torre de Hornos hasta el Muro Ancho, 39 pasando por la Puerta de Efraín, la Puerta Vieja, la Puerta del Pescado, la Torre de Jananel, la Torre de Ciento y la Puerta de las Ovejas deteniéndose junto a la Puerta de la Guardia. 40 Ambos coros se pararon ante el Templo de Dios, así como yo mismo, la mitad de los principales que estaban conmigo 41 y los sacerdotes Eliaquín, Maasías, Minjamín, Micaías, Elioenay, Zacarías y Jananías con sus trompetas, 42 además de Maasías, Semaías, Eleazar, Uzí, Jojanán, Malquías, Elam y Ézer. Entonces se hicieron oír los cantores dirigidos por Izrahías.

43 En aquel día se ofrecieron solemnes sacrificios e hicieron fiesta porque Dios los había colmado de gozo. También se alegraron las mujeres y los niños, y el júbilo de Jerusalén se percibía a gran distancia.

44 Se designaron, aquel día, inspectores para que custodiaran las cámaras donde se almacenaban las ofrendas, las primicias y los diezmos, y donde se recogían los productos procedentes del campo que rodea las ciudades y que por ley corresponden a sacerdotes y levitas. Y es que Judá se sentía gozosa al ver a los sacerdotes y levitas desempeñando sus funciones 45 y asegurando de este modo el servicio de Dios y el cumplimiento de los ritos purificatorios, mientras los cantores y porteros actuaban conforme a los mandatos de David y de su hijo Salomón. 46 Pues ya desde antiguo, desde los días de David y Asaf, había responsables tanto de los cantores como de los cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios. 47 Todo Israel, en los días de Zorobabel y en los de Nehemías, proporcionaba alimentos a los cantores y a los porteros; esta era una práctica diaria que se ampliaba también a los levitas, y estos, a su vez, daban la parte correspondiente a los sacerdotes.

Irregularidades en el cumplimiento de la Ley

13 En aquel tiempo se leyó en público el libro de Moisés y se encontró un texto en el que se prohibía terminantemente que amonitas y moabitas entraran a formar parte del pueblo de Dios, por no haber salido a recibir a los hijos de Israel con pan y con agua; al contrario, contrataron a Balaán para que los maldijera, aunque nuestro Dios cambió la maldición en bendición. Al oír esta ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.

Antes de esto, el sacerdote Eliasib, que estaba emparentado con Tobías y era el responsable de los aposentos del Templo de nuestro Dios, había reservado a Tobías una gran sala donde antes se guardaban las ofrendas, el incienso, los utensilios y el diezmo de los cereales, del vino y del aceite que estaba destinado a los levitas, cantores, porteros, así como la ofrenda correspondiente a los sacerdotes.

Por aquel entonces no estaba yo en Jerusalén, porque en el año treinta y dos del reinado de Artajerjes había yo regresado a la corte real. Pasado un tiempo pedí permiso al rey para regresar a Jerusalén donde pude comprobar el mal que había hecho Eliasib al reservar a Tobías una sala en los atrios del Templo de Dios. Me disgusté tanto que arrojé fuera de la sala todo el ajuar de la casa de Tobías. Mandé purificar los aposentos y traje nuevamente a aquel lugar los objetos del Templo de Dios junto con las ofrendas y el incienso.

10 Me enteré de que no se había dado a los levitas lo que les correspondía y que los levitas y cantores encargados del servicio se habían marchado, cada uno a su heredad. 11 Me enfrenté a las autoridades responsables y los recriminé:

— ¿Por qué se encuentra abandonado el Templo de Dios?

A renglón seguido volví a reunir a los [levitas y cantores] y los restablecí en su puesto.

12 Trajo todo Judá a los almacenes el diezmo del cereal, del vino y del aceite. 13 Al cargo de los almacenes puse al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc y a un levita de nombre Pedaías; como adjunto nombré a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías; a todos se les consideraba personas de confianza. A su cargo estaba hacer el reparto entre sus hermanos.

14 — ¡Acuérdate de mí, Dios mío, por todo esto y no olvides el bien que hice en el Templo de mi Dios y en su servicio!

15 En aquellos días vi en Judá a algunos que en sábado pisaban lagares y acarreaban haces de mies y los cargaban sobre asnos; y lo mismo hacían con el vino, las uvas, los higos y otras mercancías que traían a Jerusalén en sábado. Los reprendí porque vendían sus mercancías en ese día. 16 Residían en Jerusalén oriundos de Tiro que traían pescado y todo tipo de mercaderías, vendiéndolas en sábado a los hijos de Judá. 17 Reprendí a los responsables de Judá y les dije:

— ¿Por qué hacen esta maldad, profanando el día del sábado? 18 Esto es lo que hicieron sus antepasados y nuestro Dios descargó sobre esta ciudad toda suerte de calamidades. ¡Están profanando el día del sábado y con ello acarrean la ira sobre Israel!

19 Ordené, al respecto, que antes de que comenzara el sábado, al ponerse el sol sobre las puertas de Jerusalén, se cerraran esas puertas y no se abrieran hasta que pasara el sábado; y para que nadie introdujera mercancía alguna en día de sábado, aposté algunos de mis servidores junto a las puertas. 20 Sin embargo, varios comerciantes y vendedores de todo tipo de mercancías, pasaron la noche una o dos veces fuera de Jerusalén. 21 Así que les advertí:

— ¿Por qué permanecen ante la muralla? Si lo hacen otra vez los haré arrestar.

Y desde aquel instante no volvieron en sábado.

22 Pedí a los levitas que se purificaran y vinieran a custodiar las puertas para que el sábado no fuera profanado.

¡Acuérdate de mí, Dios mío, también por esto, y apiádate de mí por la grandeza de tu misericordia!

23 Descubrí también, por aquellos días, que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, de Amón y de Moab, 24 resultando que la mitad de sus hijos eran ya incapaces de hablar el idioma judío y sólo hablaban el de Asdod o el de otra nación. 25 Discutí con ellos, los maldije, hice que los azotaran y les raparan la cabeza; después los conjuré en nombre de Dios:

— No casen sus hijas con los hijos de ellos, ni se casen ustedes o sus hijos con las hijas de ellos. 26 ¿Acaso no consistió precisamente en esto el pecado de Salomón, rey de Israel? Aunque no hubo entre las naciones un rey como él, a quien Dios amó y estableció como rey sobre todo Israel, las mujeres extranjeras le hicieron pecar. 27 ¿Se dirá también de ustedes que están cometiendo este pecado tan grave de ser desleales a Dios al casarse con mujeres extranjeras?

28 Incluso a uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, que era yerno del joronita Sambalat, lo aparté de mi lado. 29 ¡No olvides, Dios mío, a los que han profanado el sacerdocio y la alianza sacerdotal y levítica!

30 Los purifiqué, pues, de todo contacto con extranjeros y restablecí las funciones sacerdotales y levíticas, asignando a cada uno su tarea. 31 Restablecí asimismo la ofrenda de la leña según los tiempos señalados, así como la ofrenda de los primeros frutos.

¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!

1 Corintios 11:1-16

11 Sigan mi ejemplo como yo sigo el de Cristo.

IV.— PROBLEMAS EN LAS REUNIONES LITÚRGICAS (11,2—14,40)

El velo de las mujeres

Los felicito, porque no hay cosa en la que no me tengan presente y porque conservan las tradiciones tal como se las transmití. Pero quiero que sepan que Cristo es cabeza de todo varón, como el varón lo es de la mujer y Dios lo es de Cristo. Todo varón que ora o comunica mensajes divinos con la cabeza cubierta, deshonra a Cristo, que es su cabeza. Igualmente, toda mujer que ora o comunica mensajes divinos con la cabeza descubierta, deshonra al marido, que es su cabeza; es como si se la hubiera rapado. Si, pues, no quiere llevar velo, que se corte el pelo a rape. Y si considera vergonzoso para una mujer cortarse el pelo o llevar rapada la cabeza, que use velo.

El varón no debe cubrirse la cabeza, por cuanto es imagen y reflejo de la gloria de Dios; pero la mujer refleja la gloria del varón. Pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón; ni fue creado el varón por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por eso, y por respeto a los ángeles, es conveniente que la mujer lleve sobre su cabeza una señal de autoridad; 11 aunque entre cristianos tanto el varón como la mujer deben reconocer su mutua dependencia. 12 Porque si bien es cierto que la mujer procede del varón, también lo es que el varón viene al mundo por medio de la mujer; y, en última instancia, todo procede de Dios.

13 Al propio criterio de ustedes apelo: ¿es decoroso que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 ¿No enseña la misma naturaleza que el cabello largo es para el varón una deshonra, 15 mientras que para la mujer es motivo de honra? En efecto, la cabellera le ha sido dada a la mujer para que le sirva de velo. 16 En cualquier caso, si alguno quiere seguir discutiendo sobre esto, sepa que no tenemos tal costumbre, ni la tienen las demás iglesias cristianas.

Salmos 35:1-16

Salmo 35 (34)

No te alejes de mí

35 De David.
Señor, ataca a los que me atacan,
haz frente a los que luchan contra mí;
embraza el escudo, ponte la coraza
y decídete a actuar en mi ayuda;
empuña la lanza y detén
a quienes me persiguen;
dime: “Yo soy tu salvación”.
Que sean defraudados y humillados
los que desean mi muerte,
que retrocedan y queden turbados
los que pretenden dañarme.
Que sean como paja frente al viento
cuando el ángel del Señor los acose;
que sea su camino resbaladizo y sombrío
cuando el ángel del Señor los persiga.
Pues sin motivo me tendieron una trampa,
sin motivo me cavaron una fosa.
Que los sorprenda un desastre inesperado,
que los atrape la trampa que tendieron,
que caigan en la fosa que cavaron.
Y yo en el Señor me alegraré,
por su salvación me llenaré de gozo.
10 Todo mi ser proclamará:
“Señor, ¿quién como tú?”.
Tú libras al débil del que es más fuerte,
al humilde y al pobre del explotador.
11 Surgen testigos falsos
que me preguntan lo que no sé;
12 me devuelven mal por bien,
todos me han abandonado.
13 Pero yo, cuando ellos enfermaban,
me vestía con tela de saco,
ayunando me mortificaba
y no dejaba de orar dentro de mí.
14 Como por un amigo o un hermano,
como quien llora a su madre,
caminaba triste y abatido.
15 Pero, al caer yo, ellos se alegran,
se unen todos contra mí,
me dañan y nada entiendo,
me desgarran sin cesar.
16 Como hipócritas burlones
contra mí rechinan sus dientes.

Proverbios 21:17-18

17 El que ama el placer se empobrece,
quien ama vino y perfumes no se hará rico.
18 El malvado pagará por el justo,
el desleal por los honrados.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España