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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Samuel 13

Amnón viola a su hermana Tamar

13 Absalón hijo de David tenía una hermana hermosa que se llamaba Tamar. Y aconteció después de esto que Amnón hijo de David se enamoró de ella. Amnón estaba angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana; porque siendo ella virgen, le parecía a Amnón difícil hacerle algo. Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab hijo de Simea, hermano de David. Jonadab era un hombre muy astuto. Y le preguntó:

—Oh hijo del rey, ¿por qué vas enflaqueciendo así de día en día? ¿No me lo contarás a mí?

Amnón le respondió:

—Estoy enamorado de Tamar, hermana de Absalón, mi hermano.

Y Jonadab le dijo:

—Acuéstate en tu cama y finge estar enfermo. Cuando tu padre venga a verte, dile: “Te ruego que venga mi hermana Tamar para que me dé de comer. Que ella prepare delante de mí una comida, de modo que yo la vea y la coma de su mano”.

Amnón se acostó y fingió estar enfermo. Entonces el rey fue para verlo y Amnón le dijo:

—Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga delante de mí dos pasteles, para que yo los coma de su mano.

Entonces David envió a Tamar a su casa, diciendo:

—Ve, por favor, a la casa de tu hermano Amnón y prepárale una comida.

Tamar fue a la casa de su hermano Amnón, quien se encontraba acostado. Tomó masa, la amasó, hizo los pasteles delante de él y los coció. Luego tomó la sartén y los sirvió delante de él. Pero Amnón no quiso comer. Y Amnón dijo:

—¡Hagan salir a todos de aquí!

Y salieron todos de allí. 10 Entonces Amnón dijo a Tamar:

—Trae la comida al dormitorio para que yo la coma de tu mano.

Tamar tomó los pasteles que había cocido y los llevó a su hermano Amnón, al dormitorio. 11 Cuando ella se los puso delante para que él comiera, él asió de ella y le dijo:

—Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.

12 Ella le respondió:

—¡No, hermano mío! ¡No me fuerces, porque no se debe hacer esto en Israel! ¡No hagas tal vileza! 13 Porque, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Tú mismo serías considerado como uno de los hombres viles en Israel. Ahora pues, habla al rey, y él no rehusará darme a ti.

14 Pero él no la quiso escuchar; sino que, siendo más fuerte que ella, la forzó y se acostó con ella. 15 Luego la odió Amnón con tal odio, que el odio con que la odió fue mayor que el amor con que la había amado. Y Amnón le dijo:

—¡Levántate; vete!

16 Ella respondió:

—¡No! Porque este mal de echarme es mayor que el otro que me has hecho.

Pero él no la quiso escuchar. 17 Más bien, llamó a su criado que le servía y le dijo:

—¡Echa a esta fuera de aquí, y pon el cerrojo a la puerta tras ella!

18 Ella estaba vestida con una túnica de diversos colores, porque así solían vestir las hijas vírgenes del rey. Y su criado la echó fuera y puso el cerrojo a la puerta tras ella. 19 Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, rasgó su túnica de diversos colores que llevaba, puso las manos sobre su cabeza y se fue gritando.

20 Su hermano Absalón le preguntó:

—¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Calla, pues, ahora, hermana mía. Tu hermano es; no tomes tan a pecho este asunto.

Entonces Tamar se quedó desolada en la casa de su hermano Absalón. 21 Cuando el rey David oyó todo esto, se enojó mucho. 22 Pero Absalón no habló con Amnón ni para mal ni para bien, pues Absalón odiaba a Amnón por haber violado a su hermana Tamar.

Absalón venga la deshonra de Tamar

23 Después de dos años aconteció que Absalón tenía esquiladores en Baal-hazor, que está junto a Efraín, e invitó Absalón a todos los hijos del rey. 24 Y Absalón fue al rey y le dijo:

—He aquí que tu siervo tiene esquiladores. Por favor, que el rey y sus servidores vengan con tu siervo.

25 El rey respondió a Absalón:

—No, hijo mío. No iremos todos, para que no te seamos una carga pesada.

Aunque le insistió[a], él no quiso ir, pero lo bendijo. 26 Entonces dijo Absalón:

—Si no, por favor, que venga con nosotros mi hermano Amnón.

El rey le preguntó:

—¿Para qué ha de ir contigo?

27 Como Absalón le insistió[b], dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.

28 Absalón había dado órdenes a sus criados diciendo: “Miren; cuando el corazón de Amnón esté eufórico por el vino y yo les diga: ‘¡Hieran a Amnón!’, entonces mátenlo. No teman. ¿No se los he mandado yo? Esfuércense, pues, y sean valientes”. 29 Los criados de Absalón hicieron con Amnón lo que Absalón les había mandado. Entonces se levantaron todos los hijos del rey, montó cada uno en su mulo y huyeron.

30 Estando ellos aún en el camino, llegó a David el rumor que decía: “Absalón ha matado a todos los hijos del rey, y no ha quedado ninguno de ellos”.

31 El rey se levantó, rasgó sus vestiduras y se echó en el suelo. Y todos sus servidores que estaban a su lado rasgaron sus vestiduras[c]. 32 Entonces intervino Jonadab hijo de Simea, hermano de David, y dijo:

—No crea mi señor que han matado a todos los jóvenes, hijos del rey. Solo Amnón ha muerto, porque estaba decidido por orden de Absalón desde el día en que Amnón violó a su hermana Tamar. 33 Por eso, no haga caso mi señor el rey del rumor que dice: “Todos los hijos del rey han sido asesinados”. Porque solo Amnón ha muerto.

34 Y Absalón huyó. Entre tanto, el criado que hacía de centinela alzó sus ojos, y he aquí que mucha gente venía por el camino del oeste, por el lado de la colina. 35 Entonces Jonadab dijo al rey:

—¡He aquí que llegan los hijos del rey! Como tu siervo había dicho, así ha sucedido.

36 Y sucedió que cuando él acabó de hablar, he aquí que los hijos del rey llegaron; y alzando la voz, lloraron. También el rey y todos sus servidores lloraron muy amargamente.

Absalón huye a Gesur

37 Absalón huyó y se fue a Talmai hijo de Amijud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días. 38 Así Absalón huyó y se fue a Gesur, y estuvo allí tres años. 39 Y el rey David se consumía por ver a Absalón, porque ya se había consolado de la muerte de Amnón.

Juan 17

Oración de Jesús por sus discípulos

17 Jesús habló de estas cosas y, levantando los ojos al cielo, dijo: “Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo[a] te glorifique a ti, así como le diste autoridad sobre todo hombre para que[b] dé vida eterna a todos los que le has dado. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado. Yo te he glorificado en la tierra, habiendo acabado la obra que me has dado que hiciera. Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo.

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Tuyos eran, y me los diste; y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me has dado procede de ti porque les he dado las palabras que me diste, y ellos las recibieron y conocieron verdaderamente que provengo de ti, y creyeron que tú me enviaste.

“Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo sino por los que me has dado; porque tuyos son. 10 Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Ya no estoy más en el mundo pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean uno así como nosotros lo somos. 12 Cuando yo estaba con ellos[c], yo los guardaba en tu nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió excepto el hijo de perdición para que se cumpliera la Escritura[d]. 13 Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos. 14 “Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del maligno. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. 18 Así como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo. 19 Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.

20 “Pero no ruego solamente por estos sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos; 21 para que todos sean uno así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean[e] en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 Yo les he dado la gloria que tú me has dado para que sean uno, así como también nosotros somos uno. 23 Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado, y que los has amado como también a mí me has amado.

24 “Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26 Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo daré a conocer todavía, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos”.

Salmos 119:81-96

כ Kaf

81 Desfallece mi alma en espera de tu salvación;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
82 Desfallecen mis ojos en espera
de tu palabra
diciendo: “¿Cuándo me consolarás?”.
83 Aunque he sido como un odre en medio del humo,
no me he olvidado de tus leyes.
84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
85 Los arrogantes me han cavado fosas,
lo que no está de acuerdo con tu ley.
86 Todos tus mandamientos son fieles. Con engaño me persiguen; ayúdame.
87 Casi me han eliminado de la tierra
pero yo no he abandonado tus ordenanzas.
88 Vivifícame conforme a tu misericordia y guardaré los testimonios de tu boca.

ל Lámed

89 Para siempre, oh SEÑOR, permanece tu palabra en los cielos.
90 Por generación y generación
es tu fidelidad;
estableciste la tierra, y se mantiene firme.
91 Por tu mandato permanecen hasta hoy porque todos ellos son tus siervos.
92 Si tu ley no hubiera sido mi delicia
ya habría perecido yo en mi aflicción.
93 Nunca jamás me olvidaré
de tus ordenanzas
porque con ellas me has vivificado.
94 Tuyo soy; sálvame
porque he buscado tus ordenanzas.
95 Los impíos me han esperado para destruirme
pero yo estoy atento a tus testimonios.
96 A todo lo perfecto le veo límite
pero tu mandamiento es sobremanera amplio.

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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