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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Jueces 11-12

11 Jefté el galaadita era un guerrero valiente. Él era hijo de una mujer prostituta, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad también le había dado hijos, los cuales, cuando crecieron echaron a Jefté y le dijeron: “Tú no heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer”. Entonces Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y se juntaron con Jefté hombres ociosos que salían con él.

Aconteció después de un tiempo que los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de la tierra de Tob. Y dijeron a Jefté:

—Ven y serás nuestro jefe, para que combatamos contra los hijos de Amón.

Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad:

—¿No son ustedes los que me odiaron y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, vienen a mí ahora, cuando están en aflicción?

Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté:

—Por esta misma razón volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y combatas contra los hijos de Amón y seas nuestro caudillo, el de todos los habitantes de Galaad.

Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad:

—Si me hacen volver para que combata contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entrega en mi mano[a], yo seré su caudillo.

10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté:

—El SEÑOR sea testigo entre nosotros, si no hacemos como tú dices.

11 Entonces Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo puso como su caudillo y jefe. Jefté repitió todas sus palabras delante del SEÑOR en Mizpa.

Jefté envía mensajeros a Amón

12 Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Amón, diciendo: “¿Qué hay entre tú y yo, para que vengas a hacerme la guerra en mi tierra?”. 13 Y el rey de los hijos de Amón respondió a los mensajeros de Jefté: “Que Israel tomó mi tierra cuando subía de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán. Por eso, devuélvela[b] ahora en paz”.

14 Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Amón. 15 Y le dijeron: “Así ha dicho Jefté: Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra de los hijos de Amón. 16 Porque cuando subieron de Egipto, Israel fue por el desierto hasta el mar Rojo y llegó a Cades. 17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: ‘Por favor, déjame pasar por tu tierra’. Pero el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab, y él tampoco quiso. Por eso Israel se quedó en Cades. 18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado del Arnón, sin entrar en el territorio de Moab, porque el Arnón era la frontera de Moab. 19 Entonces Israel envió mensajeros a Sejón rey de los amorreos, rey de Hesbón, y le dijo Israel: ‘Por favor, déjame pasar por tu tierra hasta mi lugar’. 20 Pero Sejón no se fio de Israel para darle paso por su territorio; sino que, reuniendo Sejón a toda su gente, acampó en Jahaz y combatió contra Israel. 21 Pero el SEÑOR Dios de Israel entregó a Sejón y a toda su gente en mano de Israel, que los derrotó. E Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquella región. 22 Y ellos tomaron posesión de todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Ahora pues, lo que el SEÑOR Dios de Israel quitó de los amorreos delante de su pueblo Israel, ¿vas a poseerlo tú? 24 ¿No poseerás tú lo que Quemós[c], tu dios, te haga poseer? Nosotros, pues, poseeremos todo lo que el SEÑOR nuestro Dios les quitó delante de nosotros. 25 Y ahora, ¿eres tú acaso en algún sentido mejor que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él pleito con Israel o hizo la guerra contra él? 26 Israel ha estado habitando trescientos años en Hesbón y sus aldeas, en Aroer y sus aldeas y en todas las ciudades que están junto al Arnón. ¿Por qué no las has recuperado en este tiempo? 27 Así que yo no he pecado contra ti, pero tú te comportas mal conmigo, haciéndome la guerra. Que el SEÑOR, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón”.

28 Sin embargo, el rey de los hijos de Amón no hizo caso del mensaje que Jefté le envió.

El desafortunado voto de Jefté

29 Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté, quien pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa en Galaad, y de Mizpa en Galaad fue hacia los hijos de Amón.

30 Y Jefté hizo un voto al SEÑOR diciendo: “Si de veras entregas en mi mano a los hijos de Amón, 31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro, cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será del SEÑOR; y lo ofreceré en holocausto[d]”.

32 Jefté fue hacia los hijos de Amón para combatir contra ellos, y el SEÑOR los entregó en su mano. 33 Él les causó una gran derrota desde Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades; y hasta Abel-queramim. Así fueron sometidos los hijos de Amón por los hijos de Israel.

34 Entonces Jefté llegó a su casa en Mizpa. Y he aquí que su hija salió a su encuentro con panderos y danzas. Ella era su única hija; aparte de ella no tenía hijo ni hija. 35 Y sucedió que cuando él la vio, rasgó sus ropas y dijo:

—¡Ay, hija mía! ¡De veras me has abatido y estás entre los que me afligen! Porque he abierto mi boca ante el SEÑOR y no podré retractarme.

36 Entonces ella le respondió:

—Padre mío, puesto que has abierto tu boca ante el SEÑOR, haz conmigo de acuerdo con lo que salió de tu boca, ya que el SEÑOR ha hecho venganza contra tus enemigos, los hijos de Amón. 37 —Además dijo a su padre—: Que se me conceda esta petición: Déjame sola durante dos meses para que vaya y ande por los montes y llore mi virginidad[e], yo y mis compañeras.

38 Y él dijo:

—Ve.

La dejó ir por dos meses. Y ella se fue con sus compañeras por los montes, y lloró su virginidad. 39 Pasados los dos meses ella volvió a su padre, y él cumplió con ella el voto que había hecho. Ella no conoció varón. 40 De aquí proviene la costumbre en Israel de que año tras año las jóvenes de Israel van a entonar lamentos por la hija de Jefté el galaadita, cuatro días al año.

Guerra entre Galaad y Efraín

12 Los hombres de Efraín fueron convocados, cruzaron hacia Zafón y dijeron a Jefté:

—¿Por qué fuiste a hacer la guerra contra los hijos de Amón y no nos llamaste para que fuéramos contigo? ¡Nosotros incendiaremos tu casa, contigo dentro!

Jefté les respondió:

—Yo, juntamente con mi pueblo, he tenido una gran contienda contra los hijos de Amón. Yo los convoqué, pero ustedes no me libraron de su mano. Viendo, pues, que no me libraban, arriesgué mi vida y fui contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, han subido hoy contra mí para combatir conmigo?

Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y combatió contra Efraín. Y los hombres de Galaad derrotaron a Efraín, porque habían dicho: “Ustedes, los de Galaad, son unos fugitivos de Efraín que están en medio de Efraín y de Manasés”. Luego los de Galaad tomaron los vados del Jordán a los de Efraín. Y sucedió que cuando alguno de los fugitivos de Efraín decía: “Déjenme cruzar”, los hombres de Galaad le preguntaban: “¿Eres tú efrateo?”. Si decía: “No”, entonces le decían: “Por favor, di ‘Shibólet’[f]”. Si él decía “Sibólet”, porque no lo podía pronunciar correctamente, entonces lo capturaban y lo degollaban junto a los vados del Jordán. En aquel tiempo perecieron cuarenta y dos mil de Efraín.

Jefté juzgó a Israel durante seis años. Luego murió Jefté el galaadita y fue sepultado en su ciudad[g], en Galaad.

Ibzán, Elón y Abdón, jueces en Israel

Después de Jefté juzgó a Israel Ibzán, de Belén, quien tenía treinta hijos y treinta hijas. A estas las casó con gente de fuera, y trajo de fuera treinta mujeres para sus hijos. Él juzgó a Israel durante siete años. 10 Entonces murió Ibzán y fue sepultado en Belén.

11 Después de él juzgó a Israel Elón el zabulonita, quien juzgó a Israel durante diez años. 12 Entonces murió Elón el zabulonita y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de Zabulón.

13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, de Piratón. 14 Él tenía cuarenta hijos y treinta nietos que montaban setenta asnos. Juzgó a Israel durante ocho años. 15 Entonces murió Abdón hijo de Hilel, de Piratón, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.

Juan 1:1-28

La Palabra se hizo carne

En el principio era la Palabra[a], y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. Ella era en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan. Él vino como testimonio, a fin de dar testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz sino que vino para dar testimonio de la luz. Aquel era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo. 10 En el mundo estaba y el mundo fue hecho por medio de él, pero el mundo no lo conoció. 11 A lo suyo vino pero los suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios, 13 los cuales nacieron no de sangre ni de la voluntad de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.

14 Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él y proclamó diciendo: “Este es aquel de quien dije: El que viene después de mí ha llegado a ser antes de mí porque era primero que yo”. 16 Porque de su plenitud todos nosotros recibimos, y gracia sobre gracia. 17 La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Dios[b] único que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.

Testimonio de Juan el Bautista

19 Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron de Jerusalén unos sacerdotes y levitas para preguntarle:

—¿Quién eres tú?

20 Él confesó y no negó sino que confesó:

—Yo no soy el Cristo.

21 Y le preguntaron:

—¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?

Y dijo:

—No lo soy.

—¿Eres tú el profeta?

Y respondió:

—No.

22 Le dijeron entonces:

—¿Quién eres, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices en cuanto a ti mismo?

23 Dijo:

—Yo soy la voz de uno que proclama en el desierto:

“Enderecen el camino del Señor”[c],

como dijo el profeta Isaías.

24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Le preguntaron y le dijeron:

—¿Entonces, por qué bautizas si tú no eres el Cristo ni Elías ni el profeta?

26 Juan les respondió diciendo:

—Yo bautizo en agua, pero en medio de ustedes está uno a quien ustedes no conocen. 27 Él es el que viene después de mí[d], de quien yo no soy digno de desatar la correa del calzado.

28 Estas cosas acontecieron en Betania[e], al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Salmos 101

Votos de un gobernante

101 Salmo de David.

De la misericordia y el derecho cantaré;
a ti cantaré salmos, oh SEÑOR.
Daré atención al camino de
la integridad.
¿Cuándo vendrás a mí?
En integridad de corazón andaré
en medio de mi casa.
No pondré delante de mis ojos cosa indigna;
aborrezco la obra de los que
se desvían.
Ella no se me pegará.
El corazón perverso será apartado
de mí;
no reconoceré al malo.
Al que solapadamente difama
a su prójimo,
a ese yo lo silenciaré;
no soportaré al de ojos altaneros y
de corazón arrogante.
Mis ojos pondré en los fieles
de la tierra
para que habiten conmigo.
El que anda en camino de integridad, ese me servirá.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.
Por las mañanas cortaré de la tierra
a todos los impíos
para extirpar de la ciudad del SEÑOR a todos los que obran iniquidad.

Proverbios 14:13-14

13 Aun en la risa tendrá dolor el corazón
y el final de la alegría es tristeza.
14 El descarriado de corazón se hartará
de sus caminos,
pero el hombre de bien estará satisfecho con el suyo.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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