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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Jueces 9:22-10:18

Siquem se levanta contra Abimelec

22 Después que Abimelec había gobernado a Israel tres años, 23 Dios envió un mal espíritu entre Abimelec y los señores de Siquem. Y los señores de Siquem traicionaron a Abimelec, 24 de modo que el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerobaal, es decir, su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los señores de Siquem que fortalecieron sus manos para que él matara a sus hermanos.

25 Los señores de Siquem pusieron contra él, en las cumbres de los montes, hombres al acecho, los cuales despojaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino. Y le fue dado informe de ello a Abimelec.

26 También Gaal hijo de Ebed fue con sus hermanos y se pasaron a Siquem; y los señores de Siquem pusieron su confianza en él. 27 Y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec. 28 Gaal hijo de Ebed dijo:

—¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem para que nosotros le sirvamos? ¿No deberían el hijo de Jerobaal y Zebul, su oficial, servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem?[a]. ¿Por qué, pues, hemos de servirle nosotros a él? 29 ¡Quién pusiera este pueblo bajo mi mano! ¡Yo echaría a Abimelec! Le diría[b] a Abimelec: “¡Aumenta tu ejército y sal!”.

30 Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira 31 y envió astutamente[c] mensajeros a Abimelec para decirle: “He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están sublevando la ciudad contra ti. 32 Por tanto, vete de noche, tú y la gente que está contigo, y pon emboscadas en el campo. 33 Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Y he aquí que cuando él y la gente que está con él salgan contra ti, tú harás con él según se te ofrezca”.

34 Abimelec y toda la gente que estaba con él se levantaron de noche y pusieron una emboscada contra Siquem con cuatro escuadrones. 35 Gaal hijo de Ebed salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces Abimelec y toda la gente que estaba con él salieron de la emboscada.

36 Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul:

—¡He allí gente que desciende de las cumbres de las montañas!

Y Zebul le respondió:

—Tú ves la sombra de las montañas, como si fueran hombres.

37 Pero Gaal volvió a hablar diciendo:

—He allí gente que desciende por Tabur-haárets y un escuadrón que viene por el camino de la encina de los Adivinos.

38 Entonces Zebul le respondió:

—¿Dónde está, pues, aquel hablar tuyo, cuando decías: “¿Quién es Abimelec, para que le sirvamos?”. ¿No es esa la gente que tenías en poco? ¡Sal, pues, ahora y lucha contra él!

39 Gaal salió al frente de los señores de Siquem y luchó contra Abimelec. 40 Pero Abimelec lo persiguió y Gaal huyó de delante de él. Y muchos cayeron muertos, hasta la entrada de la puerta. 41 Entonces Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para que no habitaran en Siquem.

Abimelec destruye Siquem

42 Aconteció que al día siguiente el pueblo salió al campo y le informaron a Abimelec. 43 Él tomó a la gente, la repartió en tres escuadrones y puso emboscadas en el campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, se levantó contra ellos y los atacó. 44 Abimelec y el escuadrón que iba con él acometieron con ímpetu y tomaron posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Los otros dos escuadrones acometieron contra todos los que estaban en el campo y los mataron. 45 Abimelec combatió contra la ciudad todo aquel día, tomó la ciudad y mató a la gente que estaba en ella. También demolió la ciudad y la sembró de sal.

46 Cuando oyeron esto todos los señores que estaban en la torre de Siquem, entraron en la fortaleza del templo del dios Berit[d]. 47 E informaron a Abimelec que todos los señores de la torre de Siquem estaban reunidos. 48 Entonces subió Abimelec al monte Salmón, él con toda la gente que estaba con él. Abimelec tomó en su mano un hacha y cortó una rama de los árboles; la levantó, la puso sobre su hombro y dijo a la gente que estaba con él:

—¡Lo que me han visto hacer, háganlo rápidamente ustedes de la misma manera!

49 Así que toda la gente cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec. Las pusieron junto a la fortaleza y con ellas prendieron fuego a la fortaleza, de modo que también murieron todos los que estaban en la torre de Siquem, como unos mil hombres y mujeres.

El final de Abimelec

50 Después Abimelec fue a Tebes. Luego acampó contra Tebes y la tomó. 51 En medio de aquella ciudad había una torre fortificada en la cual se refugiaron todos los hombres y las mujeres, con todos los señores de la ciudad. Cerraron tras sí las puertas, y subieron a la azotea de la torre.

52 Abimelec fue a la torre, la atacó y se acercó a la puerta de la torre para prenderle fuego. 53 Pero una mujer dejó caer una piedra de molino sobre la cabeza de Abimelec y le destrozó el cráneo. 54 Entonces él llamó apresuradamente al joven, su escudero, y le dijo:

—Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: “Una mujer lo mató”.

Su escudero lo atravesó, y él murió. 55 Y cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, se fue cada uno a su lugar.

56 Así Dios devolvió a Abimelec el mal que él había hecho contra su padre, cuando mató a sus setenta hermanos. 57 Dios hizo que toda la maldad de los hombres de Siquem volviera sobre sus cabezas. Y cayó sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.

Tola, juez en Israel

10 Después de Abimelec se levantó, para librar a Israel, Tola hijo de Fúa, hijo de Dodo, hombre de Isacar. Habitaba en Samir, en la región montañosa de Efraín. Y juzgó a Israel durante veintitrés años. Entonces murió y fue sepultado en Samir.

Jaír, juez en Israel

Después de él se levantó Jaír el galadita, quien juzgó a Israel durante veintidós años. Este tuvo treinta hijos que montaban sobre treinta asnos, y tenían treinta villas que se llaman Havot-jaír hasta el día de hoy, las cuales están en la tierra de Galaad. Entonces Jaír murió y fue sepultado en Camón.

Los amonitas oprimen a Israel

Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR y sirvieron a los Baales, a las Astartes, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos. Abandonaron al SEÑOR y no le sirvieron.

La ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y él los entregó en mano de los filisteos y en mano de los hijos de Amón. Y en aquel tiempo, estos castigaron y oprimieron durante dieciocho años a los hijos de Israel, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán, en la tierra de los amorreos que está en Galaad. Luego los hijos de Amón cruzaron el Jordán para hacer también la guerra contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de Efraín; e Israel fue afligido en gran manera. 10 Entonces los hijos de Israel clamaron al SEÑOR diciendo:

—Hemos pecado contra ti, porque hemos abandonado a nuestro Dios y hemos servido a los Baales.

11 Y el SEÑOR respondió a los hijos de Israel:

—Cuando eran oprimidos por Egipto, por los amorreos, por los amonitas, por los filisteos, 12 por los de Sidón, por los de Amalec y por los de Maón[e], y clamaron a mí, ¿no los libré yo de su mano? 13 Pero ustedes me han abandonado y han servido a otros dioses. Por eso, no los libraré más. 14 ¡Vayan y clamen a los dioses que han elegido para ustedes! Que ellos los libren en el tiempo de su aflicción.

15 Y los hijos de Israel respondieron al SEÑOR:

—Hemos pecado. Haz tú con nosotros todo lo que te parezca bien. Pero, por favor, líbranos en este día.

16 Entonces quitaron de en medio de ellos los dioses extraños y sirvieron al SEÑOR. Y él no pudo soportar más la aflicción de Israel.

Jefté se levanta como juez

17 Entonces los hijos de Amón fueron convocados y acamparon en Galaad. Asimismo, se reunieron los hijos de Israel y acamparon en Mizpa. 18 Y los jefes del pueblo de Galaad se dijeron unos a otros:

—Cualquiera que sea el hombre que comience a combatir contra los hijos de Amón, él será el caudillo de todos los habitantes de Galaad.

Lucas 24:13-53

Jesús en el camino a Emaús

13 He aquí, el mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. 14 Iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15 Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el otro, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos. 16 Pero sus ojos estaban velados, de manera que no lo reconocieron. 17 Entonces les dijo:

—¿Qué son estas cosas que discuten entre ustedes mientras caminan?

Se detuvieron con semblante triste. 18 Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo:

—¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las cosas que han acontecido en estos días?

19 Entonces él dijo:

—¿Qué cosas?

Y ellos dijeron:

—De Jesús de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y de cómo lo entregaron los principales sacerdotes y nuestros dirigentes para ser condenado a muerte, y de cómo lo crucificaron. 21 Nosotros esperábamos que él fuera el que habría de redimir a Israel. Ahora, a todo esto se añade el hecho de que hoy es el tercer día desde que esto aconteció. 22 Además, unas mujeres de los nuestros nos han asombrado: Fueron muy temprano al sepulcro 23 y, al no hallar su cuerpo, regresaron diciendo que habían visto visión de ángeles, los cuales les dijeron que él está vivo. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron.

25 Entonces él les dijo:

—¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria?

27 Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras lo que decían de él. 28 Así llegaron a la aldea a donde iban, y él hizo como que iba más adelante. 29 Pero ellos le insistieron diciendo:

—Quédate con nosotros, porque es tarde y el día ya ha declinado.

Entró, pues, para quedarse con ellos. 30 Y sucedió que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo y les dio. 31 Entonces fueron abiertos los ojos de ellos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro:

—¿No ardía nuestro corazón en nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos abría las Escrituras?

33 En la misma hora se levantaron y se volvieron a Jerusalén. Hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, 34 quienes decían:

—¡Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón!

35 Entonces ellos contaron las cosas que les habían sucedido en el camino, y cómo se había dado a conocer a ellos al partir el pan.

Jesús se aparece a los apóstoles

36 Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:

—¡Paz a ustedes!

37 Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban que veían un espíritu. 38 Pero él les dijo:

—¿Por qué están turbados, y por qué suben tales pensamientos a sus corazones? 39 Miren mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpen y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo.

40 Al decir esto, les mostró las manos y los pies. 41 Y como ellos aún no lo creían por el gozo que tenían y porque estaban asombrados, les dijo:

—¿Tienen aquí algo de comer?

42 Entonces le dieron un pedazo de pescado asado[a]. 43 Lo tomó y comió delante de ellos. 44 Y les dijo:

—Estas son las palabras que les hablé estando aún con ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.

45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras, 46 y les dijo:

—Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y[b] la remisión de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén. 48 Y ustedes son testigos de estas cosas. 49 He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre ustedes. Pero quédense ustedes en la ciudad hasta que sean investidos del poder de lo alto.

Jesús asciende al cielo

50 Entonces él los llevó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos y era llevado arriba al cielo. 52 Después de haberlo adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo 53 y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios[c].

Salmos 100

Exhortación a la gratitud

100 Salmo de acción de gracias. ¡Canten alegres al SEÑOR, habitantes de[a] toda la tierra!

Sirvan al SEÑOR con alegría; vengan ante su presencia con regocijo.
Reconozcan que el SEÑOR es Dios;
él nos hizo, y no nosotros
a nosotros mismos.
Pueblo suyo somos y ovejas
de su prado.
Entren por sus puertas con acción
de gracias,
por sus atrios con alabanza. Denle gracias; bendigan su nombre
porque el SEÑOR es bueno.
Para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas
las generaciones.

Proverbios 14:11-12

11 La casa de los impíos será desolada, pero la morada de los rectos florecerá.
12 Hay un camino que al hombre le parece derecho,
pero que al final es camino de muerte.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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