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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Deuteronomio 5-6

Los Diez Mandamientos

Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Escucha, Israel, las leyes y decretos que proclamo hoy a sus oídos. Apréndanlos y tengan cuidado de ponerlos por obra. El SEÑOR nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. No fue solo con nuestros padres que el SEÑOR hizo este pacto, sino también con nosotros, nosotros que estamos aquí hoy, todos vivos. Cara a cara habló el SEÑOR con ustedes en el monte, de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre el SEÑOR y ustedes, para declararles la palabra del SEÑOR; porque ustedes tuvieron temor del fuego y no subieron al monte. Entonces él dijo: ‘Yo soy el SEÑOR tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:

“‘No tendrás otros dioses delante de mí.

“‘No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto; porque yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. 10 Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

11 “ ‘No tomarás en vano el nombre del SEÑOR tu Dios, porque el SEÑOR no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

12 “ ‘Guarda el día del sábado para santificarlo, como te ha mandado el SEÑOR tu Dios. 13 Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 14 pero el séptimo día será sábado para[a] el SEÑOR tu Dios. No harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el forastero que está dentro de tus puertas; para que tu esclavo y tu esclava descansen como tú. 15 Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido. Por eso el SEÑOR tu Dios te ha mandado que guardes el día del sábado.

16 “ ‘Honra a tu padre y a tu madre, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.

17 “ ‘No cometerás homicidio, 18 ni cometerás adulterio, 19 ni robarás, 20 ni darás falso testimonio contra tu prójimo, 21 ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo’.

22 “Estas palabras habló el SEÑOR a gran voz a toda su congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las dio a mí.

El pueblo pide la mediación de Moisés

23 “Aconteció que cuando oyeron la voz de en medio de las tinieblas, mientras el monte ardía en fuego, se acercaron a mí todos los jefes de sus tribus y sus ancianos. 24 Entonces dijeron: ‘He aquí, el SEÑOR nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. En este día hemos visto que Dios habla al hombre, y que este puede quedar vivo. 25 Pero, ¿por qué hemos de morir, ya que este gran fuego nos consumirá? Si volvemos a oír la voz del SEÑOR nuestro Dios, moriremos. 26 Porque, ¿quién es el ser humano para que oiga, como nosotros, la voz del Dios vivo que habla de en medio del fuego, y aún viva? 27 Acércate tú, y escucha todo lo que dice el SEÑOR nuestro Dios. Luego tú nos dirás todo lo que el SEÑOR nuestro Dios te haya dicho, y nosotros lo escucharemos y lo pondremos por obra’.

28 “El SEÑOR oyó las palabras de ustedes cuando me hablaban, y me dijo: ‘He oído las palabras que te ha hablado este pueblo. Está bien todo lo que han dicho. 29 ¡Oh, si tuvieran tal corazón que me temieran y guardaran todos mis mandamientos todos los días, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre! 30 Ve y diles: Vuelvan a sus tiendas. 31 Pero tú, quédate aquí conmigo. Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los decretos que les has de enseñar, para que los pongan por obra en la tierra que les doy para que tomen posesión de ella’.

32 “Tengan cuidado, pues, de hacer como el SEÑOR su Dios les ha mandado. No se aparten a la derecha ni a la izquierda. 33 Anden en todo el camino que el SEÑOR su Dios les ha mandado, para que vivan y les vaya bien, y para que prolonguen sus días en la tierra que van a tomar en posesión.

El gran mandamiento de amar a Dios

“Estos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que el SEÑOR su Dios ha mandado que les enseñe para que los pongan por obra en la tierra a la cual pasan para tomarla en posesión. Son para que temas al SEÑOR tu Dios, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados. Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el SEÑOR, Dios de tus padres.

“Escucha, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

“Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás a tu mano como señal, y estarán como señal[b] entre tus ojos. Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades.

Exhortación a ser fieles al SEÑOR

10 “Sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, con ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11 con casas llenas de todo bien que tú no llenaste, con cisternas cavadas que tú no cavaste, con viñas y olivares que tú no plantaste, y cuando hayas comido y te hayas saciado, 12 entonces ten cuidado; no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. 13 Al SEÑOR tu Dios temerás y a él servirás, y por su nombre jurarás. 14 No irán tras otros dioses, tras los dioses de los pueblos que están a su alrededor; 15 porque el SEÑOR tu Dios es un Dios celoso que está en medio de ti. No sea que se encienda el furor del SEÑOR tu Dios contra ti, y te destruya de la faz de la tierra.

16 “No pondrán a prueba al SEÑOR su Dios, como lo hicieron en Masá[c]. 17 Guarden cuidadosamente los mandamientos del SEÑOR su Dios y sus testimonios y leyes que te ha mandado. 18 Harás lo recto y bueno ante los ojos del SEÑOR, a fin de que te vaya bien, y entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró a tus padres; 19 para que él eche a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha prometido.

20 “En el futuro, cuando tu hijo te pregunte diciendo: ‘¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que el SEÑOR nuestro Dios les mandó?’, 21 entonces responderás a tu hijo: ‘Nosotros éramos esclavos del faraón en Egipto, pero el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano poderosa. 22 El SEÑOR hizo en Egipto señales y grandes prodigios contra el faraón y contra toda su familia, ante nuestros propios ojos. 23 Él nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres. 24 Y el SEÑOR nos mandó que pusiéramos por obra todas estas leyes y que temiéramos al SEÑOR nuestro Dios, para que nos fuera bien todos los días y para conservarnos la vida, como en el día de hoy. 25 Y será para nosotros justicia[d], si tenemos cuidado de poner por obra todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, como él nos ha mandado.

Lucas 7:11-35

Jesús resucita al hijo de una viuda

11 Aconteció que, poco después, él fue a la ciudad que se llama Naín. Sus discípulos y una gran multitud lo acompañaban. 12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un muerto, el único hijo de su madre la cual era viuda. Bastante gente de la ciudad la acompañaba. 13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo:

—No llores.

14 Luego se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces le dijo:

—Joven, a ti te digo: ¡Levántate!

15 Entonces el que había muerto se sentó y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre. 16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios diciendo:

—¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo!

17 Y esto que se decía de él se difundió por toda Judea y por toda la tierra de alrededor.

Los mensajeros de Juan el Bautista

18 A Juan le informaron sus discípulos acerca de todas estas cosas. Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos 19 y los envió al Señor para preguntarle: “¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?”. 20 Cuando los hombres vinieron a Jesús, le dijeron:

—Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: “¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?”.

21 En aquella hora Jesús sanó a muchos de enfermedades, de plagas y de espíritus malos; y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo, les dijo:

—Vayan y hagan saber a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio. 23 Bienaventurado es el que no toma ofensa en mí.

Jesús testifica de Juan el Bautista

24 Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de Juan a las multitudes:

—¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de ropa delicada? He aquí, los que llevan ropas lujosas y viven en placeres están en los palacios reales. 26 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí, les digo, y más que profeta! 27 Este es aquel de quien está escrito:

He aquí envío mi mensajero

delante de tu rostro,

quien preparará tu camino

delante de ti[a].

28 Les digo que entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan[b]. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.

29 Al oírle, todo el pueblo y los publicanos justificaron a Dios, siendo bautizados con el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y los intérpretes de la ley rechazaron el propósito de Dios para ellos, no siendo bautizados por él.

31 —¿A qué, pues, compararé a los hombres de esta generación? ¿A qué son semejantes? 32 Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y gritan los unos a los otros diciendo:

“Les tocamos la flauta

y no bailaron;

entonamos canciones de duelo

y no lloraron”.

33 Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y dicen: “¡Demonio tiene!”. 34 Ha venido el Hijo del Hombre que come y bebe, y dicen: “¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!”. 35 Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos.

Salmos 68:19-35

19 ¡Bendito sea el Señor!
Día tras día lleva nuestras cargas
el Dios de nuestra salvación.
Selah[a]
20 Nuestro Dios es Dios de salvación; del SEÑOR Dios[b] es el librar
de la muerte.
21 Ciertamente Dios herirá la cabeza
de sus enemigos;
la cabelluda coronilla del que camina en sus pecados.
22 El Señor dijo:
“De Basán los haré volver;
los haré volver de lo profundo del mar
23 para que laves[c] tus pies en sangre,
y también la lengua de tus perros en la de tus enemigos”.
24 ¡Vean las marchas triunfales de Dios,
las marchas triunfales de mi Dios
y Rey, en el santuario!
25 Los cantores van delante,
los músicos detrás,
y en medio van las jóvenes
tocando tamboriles.
26 ¡Bendigan a Dios en la congregación! ¡Bendigan al Señor, ustedes de la
estirpe de Israel!
27 Allí está Benjamín, el más joven,
dirigiéndoles.
Allí están los jefes de Judá con su multitud,
los jefes de Zabulón y los jefes
de Neftalí.
28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza. ¡Confirma, oh Dios, lo que has hecho en nosotros!
29 Por causa de tu templo en Jerusalén los reyes te traerán obsequios.
30 Reprende a la fiera del cañaveral,
a la manada de toros con los becerros de los pueblos.
Atropella a los que persiguen la plata. Dispersa a los pueblos que se complacen en las batallas.
31 Vendrán dignatarios de Egipto; Etiopía extenderá sus manos hacia Dios.
32 Reinos de la tierra, canten a Dios; ¡canten al Señor! Selah[d]
33 Canten al que cabalga en los cielos, los cielos milenarios;
él emitirá su voz, su poderosa voz.
34 ¡Reconoced el poderío de Dios! Sobre Israel sea su magnificencia,
y su poder en los cielos.
35 Temible eres, oh Dios, en tu santuario.
El Dios de Israel es quien da poder
y vigor a su pueblo.
¡Bendito sea Dios!

Proverbios 11:29-31

29 El que perturba su casa heredará viento y el insensato será esclavo del sabio
de corazón.
30 El fruto del justo es árbol de vida
y el que gana vidas es sabio[a].
31 Ciertamente el justo será recompensado en la tierra;
¡cuánto más el impío y el pecador!

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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