Print Page Options Listen to Reading
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the CEV. Switch to the CEV to read along with the audio.

Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Levítico 24:1-25:46

El candelabro

(Éx 27:20-21)

24 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Ordena a los israelitas que te traigan el mejor aceite de oliva. Mantén encendido permanentemente el candelabro[a] con este aceite. Aarón colocará las lámparas en la carpa del encuentro, al otro lado de la cortina del cofre del pacto, para que alumbren siempre en la presencia del SEÑOR desde el atardecer hasta el amanecer. Será una ley permanente desde ahora y de generación en generación. Aarón colocará regularmente las lámparas delante del SEÑOR en el candelabro de oro puro.

El pan sagrado

»Tomen harina de la mejor calidad y horneen con ella doce tortas, que pese cada una 4 kilos. Coloquen las tortas en dos hileras de seis sobre la mesa de oro puro, delante del SEÑOR, y pongan incienso puro en cada hilera. Este pan servirá como una ofrenda al SEÑOR. Colocarán regularmente las tortas delante del SEÑOR cada día de descanso, como pacto permanente de los israelitas. El pan siempre pertenecerá a Aarón y a sus hijos, quienes lo comerán en un lugar sagrado porque es una parte importante de las ofrendas que se queman al SEÑOR».

El hombre que insultó a Dios

10 Entre los israelitas vivía un hombre hijo de una mujer israelita y un egipcio. Comenzó una discusión entre este hombre y un israelita, 11 y el hijo de la mujer israelita pronunció y maldijo el nombre de Dios. Así que la gente lo llevó a Moisés. La mamá de este hombre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan. 12 Lo pusieron bajo vigilancia hasta que el SEÑOR dijera qué se debía hacer con él.

13 El SEÑOR le dijo a Moisés: 14 «Lleven fuera del campamento al hombre que me maldijo y que todos los que lo oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él. Luego toda la comunidad deberá matarlo a pedradas. 15 Después dile al pueblo de Israel: “Si alguno maldice a Dios, debe ser castigado por su pecado. 16 Si ha hablado en contra del SEÑOR será condenado a muerte y toda la comunidad debe matarlo a pedradas. Tanto los inmigrantes como los israelitas de nacimiento serán condenados a muerte cuando maldigan el nombre de Dios”.

17 »El que mate a otro ser humano será condenado a muerte. 18 El que mate a un animal ajeno debe pagarlo con otro animal. 19 El que le cause una herida a otra persona sufrirá la misma herida que haya hecho: 20 hueso quebrado por hueso quebrado, ojo por ojo, diente por diente. Se le hará el mismo daño que haya causado. 21 El que mate a un animal debe pagar por él, y todo el que mate a otro ser humano será condenado a muerte.

22 »Habrá una sola ley para todos ustedes, la cual se aplicará tanto al ciudadano como al inmigrante, pues yo soy el SEÑOR su Dios».

23 Luego Moisés les habló a los israelitas y sacaron fuera del campamento al hombre que había insultado el nombre de Dios, y lo mataron allí a pedradas. Los israelitas hicieron todo tal como el SEÑOR le había mandado a Moisés.

El año de descanso de la tierra

25 El SEÑOR le dijo a Moisés en el monte Sinaí: «Diles a los israelitas que cuando entren a la tierra que les voy a dar, la tierra cada siete años debe descansar todo un año, en honor al SEÑOR. Durante seis años pueden sembrar sus campos, podar sus viñedos y recolectar los frutos, pero el séptimo año será un tiempo de completo descanso para la tierra, en honor al SEÑOR. Ustedes no deben sembrar los campos, podar las viñas, cosechar lo que crezca por sí solo, ni recolectar las uvas de los viñedos sin podar. Ese será un año de completo descanso para la tierra.

»Pero lo que la tierra produzca por sí sola en el año de descanso será de ustedes, para que lo coman ustedes, sus sirvientes, sus trabajadores y los inmigrantes que vivan con ustedes. También será para que coman su ganado y los animales salvajes del país; se podrá comer todo lo que la tierra produzca ese año.

El año de liberación, el Jubileo

»Cuenten siete grupos de siete años cada uno,[b] o sea, cuenten siete veces siete años. Ese período de tiempo de siete grupos de siete años cada uno les dará un total de 49 años. El día diez del mes séptimo, o sea el día del Perdón, tocarán el cuerno de carnero por todo el país, 10 el año 50 se proclamará santo y se declarará la libertad para todo el que viva en el país. Ese año se llamará el año del Jubileo. Cada uno de ustedes recuperará su propiedad y volverá a su familia. 11 Ese año 50 será un Jubileo para ustedes. No deberán sembrar ni cosechar los cultivos que crezcan por sí mismos, ni recolectar las uvas de los viñedos sin podar 12 porque es Jubileo. Ese año será sagrado para ustedes y solamente podrán comer lo que produzca la tierra por sí sola. 13 En el año del Jubileo cada uno de ustedes volverá a su propiedad.

14 »Cuando ustedes le vendan o le compren a otro una propiedad, no se hagan trampa entre ustedes. 15 El que compra debe comprar a un precio proporcional al año del último Jubileo y el que venda debe vender a un precio proporcional al año del próximo Jubileo. 16 Entre más años falten para el próximo Jubileo, más alto será el precio. Entre menos años falten para el próximo Jubileo, más bajo será el precio. Esto se debe a que en realidad lo que se compra y lo que se vende son el número de cosechas que producirá la propiedad. 17 No se hagan trampa entre ustedes sino respeten a Dios porque yo soy el SEÑOR su Dios.

18 »Ustedes deben obedecer mis leyes, cumplir mis mandamientos y ponerlos en práctica para que puedan vivir en la tierra de una manera segura. 19 El campo producirá sus cosechas, tendrán suficiente para comer y vivirán con seguridad en la tierra.

20 »Y si ustedes dicen: “¿Qué comeremos en el séptimo año si no podemos sembrar ni cosechar?” 21 Yo enviaré mi bendición el sexto año de tal manera que ese año la tierra produzca suficiente para tres años. 22 Cuando vuelvan a sembrar en el octavo año, ustedes todavía estarán comiendo de la última cosecha, e incluso en el noveno año estarán comiendo todavía de la última cosecha hasta que llegue la cosecha nueva.

Leyes de propiedad

23 »La tierra no debe venderse a perpetuidad porque la tierra es mía. Ustedes sólo son inmigrantes y huéspedes míos viviendo conmigo en mi tierra. 24 En todo el país que ustedes poseen, deben permitir que la tierra pueda ser comprada de nuevo por el que la vendió. 25 Si un israelita se empobrece y vende parte de su tierra, su pariente cercano debe venir y comprar de nuevo lo que vendió su pariente. 26 Si no tiene un pariente cercano para que compre, pero consigue suficiente dinero para comprar de nuevo su tierra, 27 entonces debe contar los años desde que la vendió, y pagar el precio que corresponda a quien se la vendió y volver a su tierra. 28 Pero si no puede comprarla de nuevo, lo que vendió permanecerá en posesión del comprador hasta el año del Jubileo. Ese año la tierra será librada y el dueño original volverá a su tierra.

29 »Si alguien vende una casa en una ciudad amurallada, podrá comprarla de nuevo dentro del año siguiente de haberla vendido. El derecho de comprarla de nuevo está limitado a un año. 30 Si la casa no es comprada de nuevo antes de que se complete el año, entonces la casa en la ciudad amurallada será propiedad permanente del comprador y de sus descendientes. No será librada en el año del Jubileo. 31 Pero las casas de pequeños pueblos sin murallas serán tratadas como las propiedades a campo abierto. Se podrán comprar de nuevo y serán libradas el año del Jubileo.

32 »Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, ellos en cualquier momento podrán comprar de nuevo las casas que están dentro de las ciudades que les pertenezcan. 33 Si alguien compra una casa que está dentro de las ciudades de los levitas, la casa le será devuelta al levita en el año del Jubileo, pues las casas que están en las ciudades de los levitas pertenecen a la tribu de Leví porque los israelitas se las dieron a ellos. 34 Pero los campos alrededor de sus ciudades no se podrán vender porque serán propiedad de ellos para siempre.

Leyes para los dueños de esclavos

35 »Si uno de sus compatriotas se empobrece y no puede sostenerse a sí mismo, ayúdenlo como se ayuda a un refugiado o inmigrante, para que pueda vivir con ustedes. 36 No le cobren intereses sino muestren respeto a su Dios y colaboren para que la persona pueda seguir viviendo con ustedes. 37 No le presten dinero a interés ni tampoco le fíen alimentos a interés. 38 Yo soy el SEÑOR su Dios, que los saqué a ustedes de Egipto para darles la tierra de Canaán y para ser su Dios.

39 »Si un compatriota se empobrece y se vende a ustedes, no lo obliguen a trabajar como un esclavo. 40 Será como un trabajador o un inquilino. Él trabajará para ustedes hasta el año del Jubileo. 41 Luego él y sus hijos podrán irse y volverán a su familia y a la tierra de sus antepasados. 42 Porque ellos son esclavos míos, yo los saqué de Egipto y no pueden ser vendidos como esclavos. 43 No lo traten cruelmente, sino demuestren que respetan a Dios.

44 »Sus esclavos y esclavas deben ser de las naciones vecinas; cómprenles a ellos esclavos y esclavas. 45 También podrán comprarles esclavos a los hijos de los inmigrantes que viven con ustedes o a sus familias que están con ustedes, que nacieron en su tierra. A ellos podrán comprarlos en propiedad 46 y podrán ser parte de la herencia para sus hijos como propiedad permanente. Siempre podrán tener esclavos de otras naciones, pero no traten con crueldad a sus propios compatriotas, los israelitas.

Marcos 10:13-31

Jesús recibe a los niños

(Mt 19:13-15; Lc 18:15-17)

13 Luego le trajeron niños a Jesús para que los bendijera,[a] pero los seguidores de Jesús los regañaron. 14 Cuando Jesús se dio cuenta de eso, se enojó y les dijo:

—Dejen que los niños vengan a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. 15 Les digo la verdad: el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará jamás en él.

16 Jesús tomó a los niños en sus brazos y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Un rico se niega a seguir a Jesús

(Mt 19:16-30; Lc 18:18-30)

17 Cuando Jesús estaba saliendo, un hombre se acercó corriendo, se arrodilló ante él y le dijo:

—Maestro bueno, ¿qué debo hacer para tener vida eterna?

18 Jesús le contestó:

—¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. 19 (A)Tú sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no engañes, y respeta a tu papá y a tu mamá”.[b]

20 El hombre dijo:

—Maestro, yo he cumplido esos mandamientos desde que era joven.

21 Jesús lo miró y con afecto le dijo:

—Te hace falta una cosa: ve y vende todo lo que tienes. Dales ese dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

22 El hombre quedó muy desilusionado por las palabras de Jesús y se marchó muy triste porque tenía muchos bienes. 23 Jesús miró alrededor y les dijo a sus seguidores:

—¡Qué difícil es para los ricos entrar al reino de Dios!

24 Sus seguidores se asombraron por esas palabras, pero Jesús les dijo:

—Hijos míos, qué difícil es entrar al reino de Dios.[c] 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios.

26 Ellos quedaron aun más asombrados y comentaban entre sí:

—Entonces, ¿quién podrá salvarse?

27 Mirándolos, Jesús dijo:

—Eso es imposible para los hombres, pero no para Dios. Para Dios todo es posible.

28 Pedro comenzó a decirle:

—Nosotros dejamos todo por seguirte.

29 Jesús les dijo:

—Les digo la verdad: todo el que dejó casa, hermanos, hermanas, mamá, papá, hijos o tierras por mí o por mi mensaje 30 recibirá cien veces más de lo que dejó. En este mundo tendrá más casas, hermanos, hermanas, mamás, hijos y tierras, aunque con persecuciones. Y también será recompensado con la vida eterna en el mundo que está por venir. 31 Pero muchos de los que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos de los que ahora son los últimos, serán los primeros.

Salmos 44:9-26

Pero tú nos has rechazado, nos has humillado
    y ya no fuiste con nosotros a la batalla.
10 Nos hiciste huir de nuestros enemigos,
    los que nos odian se apoderan de lo nuestro.
11 Nos entregaste como ovejas para que nos devoraran.
    Nos dispersaste por todo el mundo.
12 Vendiste a tu pueblo muy barato
    sin luchar por un buen precio.

13 Nos has convertido en objeto de los insultos de nuestros vecinos;
    los que nos rodean se burlan de nosotros y nos ridiculizan.
14 Nuestra desgracia ya sirve de refrán a las naciones.
    Cuando nos ven, se burlan de nosotros meneando la cabeza.
15 A todo instante me siento humillado,
    mi cara está cubierta de vergüenza
16 al oír las palabras de quienes me ultrajan e insultan.
    Es el enemigo que busca venganza.

17 Todo esto nos ha sucedido a pesar de que nunca te olvidamos
    ni rompimos tu pacto.
18 Nunca te traicionamos;
    nunca nos alejamos de ti.
19 Sin embargo, nos aplastaste en una cueva de chacales
    y nos has cubierto de densa oscuridad.

20 Si nos hubiéramos olvidado de nuestro Dios
    y recurrido a otros dioses,
21 tú te habrías dado cuenta,
    ya que conoces nuestros más íntimos secretos.
22 Pero por seguirte siempre nos han masacrado,
    nos han tratado como a las ovejas en un matadero.

23 ¡Despierta, Dios mío!
    ¿Por qué duermes?
¡Levántate, Señor!
    No nos abandones para siempre.
24 ¿Por qué te escondes de nosotros?
    No ignores nuestro dolor y sufrimiento.
25 Nos han humillado hasta el polvo;
    y nos arrastramos por el suelo.
26 ¡Levántate y ven pronto a ayudarnos!
    ¡Muéstranos tu fiel amor! ¡Sálvanos!

Proverbios 10:20-21

20 La lengua del justo es como plata pura;
    los pensamientos del perverso no valen nada.
21 Los labios del justo ayudan a mucha gente;
    los insensatos mueren por su torpeza.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International