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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Levítico 24:1-25:46

Aceite para las lámparas

24 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas. Aarón las dispondrá delante del SEÑOR, fuera del velo del testimonio en el tabernáculo de reunión, continuamente desde el anochecer hasta el amanecer. Esto es un estatuto perpetuo, a través de sus generaciones. Sobre el candelabro de oro[a] puro pondrá continuamente en orden las lámparas delante del SEÑOR.

Los panes de la Presencia

“Toma harina fina, y haz con ella doce panes. Cada pan será de cuatro kilos. Los colocarás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa de oro puro, delante del SEÑOR. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como señal, una ofrenda quemada al SEÑOR. Cada sábado los colocarás siempre en orden delante del SEÑOR, de parte de los hijos de Israel como pacto perpetuo. Serán para Aarón y para sus hijos, quienes los comerán en un lugar santo, porque es cosa muy sagrada para él, de las ofrendas quemadas para el SEÑOR. Esto es un estatuto perpetuo”.

El castigo de un blasfemo

10 El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel. Y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. 11 Entonces el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y lo maldijo. Luego lo llevaron a Moisés. (Su madre se llamaba Selomit hija de Dibri, de la tribu de Dan). 12 Y lo pusieron bajo custodia, hasta recibir instrucciones de parte del SEÑOR.

13 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 14 “Saca al blasfemo fuera del campamento, y que todos los que lo oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él. Luego apedréelo toda la congregación. 15 Después hablarás a los hijos de Israel, diciendo: ‘Cuando una persona maldiga a su Dios, cargará con su pecado. 16 El que blasfeme el nombre del SEÑOR morirá irremisiblemente. Toda la congregación lo apedreará. Sea extranjero o natural, morirá el que blasfeme el Nombre.

17 “‘Asimismo, el hombre que hiera de muerte a cualquier persona morirá irremisiblemente. 18 El que hiera de muerte a un animal deberá restituirlo, animal por animal. 19 Y el que cause lesión a su prójimo, según hizo, así le será hecho: 20 rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente. Según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará a él. 21 El que mate a un animal lo restituirá, pero el que mate a un hombre morirá. 22 Habrá una misma ley para ustedes, tanto para el extranjero como para el natural; porque yo soy el SEÑOR su Dios’”.

23 Habló, pues, Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon. Así hicieron los hijos de Israel, como el SEÑOR había mandado a Moisés.

El año sabático

25 El SEÑOR habló a Moisés en el monte Sinaí, diciendo: “Habla a los hijos de Israel y diles que cuando hayan entrado en la tierra que yo les daré, la tierra tendrá reposo para el SEÑOR. Seis años sembrarás tu tierra, seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año será para la tierra un completo descanso, sábado consagrado al SEÑOR. No sembrarás tu tierra ni podarás tu viña. No segarás lo que brote de por sí en tu campo segado, y no vendimiarás las uvas de tus vides no podadas. Será para la tierra un año sabático. Pero lo que la tierra dé durante su reposo será alimento para ti, para tu siervo, para tu sierva, para tu jornalero y para el forastero que resida contigo. Todo su fruto servirá de comida a tu ganado y a los animales que hay en tu tierra.

El año del jubileo

“Después contarás siete semanas de años, es decir, siete veces siete años, de modo que el tiempo de las siete semanas de años te serán cuarenta y nueve años. Entonces harás resonar la corneta el día diez del mes séptimo[b]. En el día de la Expiación harán resonar la corneta por todo su país. 10 Santificarán el año cincuenta y pregonarán en el país libertad para todos sus habitantes. Este año les será de jubileo; volverán cada uno a la posesión de su tierra, y cada uno de ustedes volverá a su familia. 11 El año cincuenta les será de jubileo; no sembrarán ni segarán lo que de por sí brote en la tierra, y no vendimiarán sus viñedos no cultivados. 12 Porque es jubileo, les será santo, y comerán el producto que la tierra da de sí. 13 En este año de jubileo volverán, cada uno a su posesión.

14 “Si venden algo a su prójimo o compran algo de mano de su prójimo, nadie engañe a su hermano. 15 Conforme al número de años transcurridos después del jubileo, comprarás de tu prójimo; y conforme al número de cosechas anuales, él te venderá a ti. 16 De acuerdo con el mayor número de años, aumentarás su precio de compra; y conforme a la disminución de los años, disminuirás su precio de compra; porque es el número de cosechas lo que él te vende.

17 “Ninguno de ustedes oprima a su prójimo. Más bien, teme a tu Dios, porque yo soy el SEÑOR su Dios. 18 Cumplan, pues, mis estatutos; guarden mis decretos y cúmplanlos, y habitarán en la tierra seguros. 19 La tierra dará su fruto, y comerán hasta saciarse y habitarán en ella con seguridad.

20 “Si preguntan: ‘¿Qué comeremos el séptimo año, puesto que ni hemos de sembrar ni hemos de cosechar nuestros productos?’, 21 entonces yo decretaré para ustedes mi bendición el sexto año, y habrá fruto para tres años. 22 Sembrarán en el octavo año, pero todavía comerán de la cosecha añeja. Hasta que llegue la cosecha del noveno año, seguirán comiendo de la cosecha añeja.

23 “La tierra no se venderá a perpetuidad, pues la tierra es mía; porque ustedes son para mí como forasteros y advenedizos. 24 Por eso en toda la tierra de su posesión otorgarán el derecho de rescatar la tierra. 25 Si tu hermano se empobrece y vende algo de su posesión, vendrá su pariente más cercano y rescatará lo que su hermano haya vendido. 26 Si ese hombre no tiene quien se lo rescate, pero consigue lo suficiente para rescatarlo él mismo, 27 entonces contará los años desde su venta y pagará el resto al hombre a quien se lo vendió. Así volverá él a su posesión. 28 Pero si no consigue lo suficiente para rescatarla, la propiedad quedará en poder del comprador hasta el año del jubileo. Entonces quedará libre en el jubileo, y volverá a su posesión.

29 “Cuando una persona venda una vivienda en una ciudad amurallada, tendrá derecho de rescatarla dentro del plazo de un año a partir de su venta. Su derecho de rescate dura un año. 30 Si no es rescatada en el plazo de un año completo, la vivienda en una ciudad amurallada pertenecerá perpetuamente al que la compró y a sus descendientes. No quedará libre en el jubileo. 31 Pero las casas de las aldeas no amuralladas serán consideradas como parcelas de tierra. Pueden ser rescatadas y serán liberadas en el jubileo.

32 “Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, estos siempre podrán rescatar las casas en las ciudades de su posesión. 33 Si una casa es vendida por un levita en una ciudad que pertenece a los levitas, y no[c] es rescatada, será liberada en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas son posesión de ellos en medio de los hijos de Israel. 34 Pero los campos cercanos a sus ciudades no se venderán, porque son posesión perpetua suya.

35 “Si tu hermano se empobrece y se debilita económicamente con respecto a ti, tú lo ampararás; y vivirá contigo como forastero y advenedizo. 36 No le tomarás usura ni intereses; sino que temerás a tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. 37 No le prestarás tu dinero con usura ni le venderás tus víveres con intereses. 38 Yo, el SEÑOR, su Dios que los saqué de la tierra de Egipto para darles la tierra de Canaán y para ser su Dios.

39 “Si tu hermano se empobrece estando contigo, y se vende a ti, tú no lo harás servir como esclavo. 40 Como jornalero o como forastero estará contigo, y te servirá hasta el año del jubileo. 41 Entonces saldrá libre de tu casa, él y sus hijos con él, y volverá a su familia y a la propiedad de sus padres; 42 porque ellos son mis siervos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto. No serán vendidos como esclavos. 43 No te enseñorearás de él con dureza, sino que temerás a tu Dios.

44 “Tus esclavos o esclavas provendrán de las naciones de alrededor. De ellas podrán comprar esclavos y esclavas. 45 También podrán comprar esclavos de los hijos de los forasteros que viven entre ustedes, y de sus familias que están entre ustedes, a los cuales engendraron en su tierra. Estos podrán ser propiedad de ustedes, 46 y los pueden dejar en herencia a sus hijos después de ustedes, como posesión hereditaria. Podrán servirse de ellos para siempre; pero en cuanto a sus hermanos, los hijos de Israel, no se enseñorearán unos de otros con dureza.

Marcos 10:13-31

Jesús bendice a los niños

13 Y le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 14 Al verlo, Jesús se indignó y les dijo: “Dejen a los niños venir a mí, y no los impidan porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño jamás entrará en él”. 16 Entonces, tomándolos en los brazos, puso las manos sobre ellos y los bendijo.

Jesús y el joven rico

17 Cuando salía para continuar su camino, un hombre vino corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó:

—Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?

18 Pero Jesús le dijo:

—¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno es bueno, sino solo uno, Dios. 19 Tú conoces los mandamientos: No cometas homicidio, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre[a].

20 Pero él le dijo:

—Maestro, todo esto he guardado desde mi juventud.

21 Entonces, al mirarlo Jesús, le amó y le dijo:

—Una cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

22 Pero él, abatido por esta palabra, se fue triste porque tenía muchas posesiones.

El peligro de las riquezas

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

—¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

24 Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo:

—Hijitos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios![b]. 25 Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.

26 Pero ellos quedaron aun más atónitos diciendo entre sí:

—¿Y quién podrá ser salvo?

27 Entonces Jesús, mirándolos, les dijo:

—Para los hombres es imposible pero no para Dios. Porque para Dios todas las cosas son posibles.

28 Pedro comenzó a decirle:

—He aquí, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido.

29 Jesús le dijo:

—De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre[c], o hijos, o campos, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos, primeros.

Salmos 44:9-26

Sin embargo, nos has desechado
y nos has confundido;
ya no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos has hecho retroceder ante
el enemigo,
y los que nos aborrecen nos
han saqueado.
11 Nos has puesto como ovejas para
el consumo,
y nos has esparcido entre las naciones.
12 Has vendido de balde a tu pueblo,
y ningún provecho has ganado
con su precio.
13 Nos has puesto como afrenta
ante nuestros vecinos;
por burla y ridículo ante los que están a nuestro alrededor.
14 Nos has puesto como refrán
en medio de las naciones
y como objeto de burla en medio
de los pueblos.
15 Cada día mi confusión está
delante de mí,
y mi cara se cubre de vergüenza
16 por la voz del que injuria y deshonra, por causa del enemigo y del vengativo.
17 Todo esto nos ha venido,
pero no nos hemos olvidado de ti
ni hemos faltado a tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón
ni tampoco nuestros pasos se han apartado de tu camino,
19 para que nos abatas en el lugar
de los chacales
y nos cubras con densa oscuridad.
20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios
o alzado nuestras manos
a un dios extraño,
21 ¿no averiguaría esto Dios,
quien conoce los secretos del corazón?
22 Más bien, por tu causa nos matan cada día;
somos tratados como ovejas para
el matadero.
23 Despierta; ¿por qué duermes, oh Señor? Despierta; no nos abandones para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro
y te olvidas de nuestra aflicción
y opresión?
25 Nuestra alma está postrada hasta
el polvo;
nuestro vientre está pegado a la tierra.
26 Levántate, socórrenos
y redímenos por tu misericordia.

Proverbios 10:20-21

20 Plata escogida es la lengua del justo, pero el corazón de los impíos
no vale nada.
21 Los labios del justo apacientan
a muchos,
pero los insensatos mueren por falta
de entendimiento.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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