The Daily Audio Bible
Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.
Sacrificios expiatorios (4—5)
Ofrenda de purificación por pecados involuntarios
4 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Habla a los israelitas y diles: Esto harán cuando alguien peque inadvertidamente contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo prohibido:
Por el pecado del sacerdote ungido
3 Si es el sacerdote ungido el que ha pecado, haciendo con ello culpable al pueblo, ofrecerá al Señor un novillo sin defecto alguno como ofrenda de purificación por el pecado que ha cometido. 4 Traerá el novillo ante el Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará en presencia del Señor. 5 El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la traerá a la Tienda del encuentro; 6 luego mojará su dedo en la sangre y hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario, en presencia del Señor. 7 Seguidamente el sacerdote untará con un poco de esa sangre los salientes del altar del incienso aromático que está en la Tienda del encuentro ante el Señor y derramará el resto de la sangre del novillo al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro. 8 A continuación tomará toda la grasa del novillo ofrecido en sacrificio de purificación: la grasa de las vísceras y la de las entrañas; 9 asimismo los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones. 10 Todo esto lo separará como se hace con la res para el sacrificio de comunión, y el sacerdote lo quemará en el altar del holocausto. 11 El resto de la carne y la piel del novillo, con su cabeza, sus piernas, sus intestinos y sus excrementos, 12 todo lo que quede del novillo, lo sacará fuera del campamento a un lugar puro, al vertedero de las cenizas, y lo quemará sobre la leña. En el vertedero de las cenizas será todo quemado.
Por el pecado del pueblo
13 Si es toda la comunidad israelita la que ha pecado, sin ser consciente de ello, pero haciéndose culpable al violar, aunque inadvertidamente, alguno de los mandamientos del Señor, 14 cuando la comunidad se dé cuenta del pecado que ha cometido, ofrecerá un novillo como sacrificio de purificación. Traerán el novillo delante de la Tienda del encuentro 15 y los líderes de la comunidad pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo en presencia del Señor, degollándolo seguidamente ante el Señor. 16 El sacerdote ungido llevará a continuación una parte de la sangre del novillo a la Tienda del encuentro, 17 mojará su dedo en la sangre y, en presencia del Señor, hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario. 18 Untará luego con la sangre los salientes del altar que está ante el Señor en la Tienda del encuentro, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro. 19 Separará del novillo toda la grasa y la quemará sobre el altar, 20 haciendo con este novillo lo mismo que se hace con el novillo de la ofrenda de purificación. El sacerdote hará así expiación por ellos, y serán perdonados. 21 Sacará después el novillo fuera del campamento y lo quemará como hizo con el primer novillo. Es el sacrificio de purificación por la comunidad.
Por el pecado de los jefes
22 Si es un jefe el que ha pecado, violando alguno de los mandamientos del Señor su Dios y convirtiéndose así en culpable al hacer, aunque inadvertidamente, algo que está prohibido, 23 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto alguno. 24 En presencia del Señor pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto; es un sacrificio de purificación. 25 El sacerdote mojará seguidamente su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación y untará con ella los salientes del altar del holocausto, derramando el resto de la sangre al pie del altar del holocausto. 26 Luego quemará toda la grasa sobre el altar, como se quema la grasa del sacrificio de comunión. Así el sacerdote expiará el pecado del jefe y este será perdonado.
Por el pecado de alguien del pueblo
27 Si es alguien del pueblo de la tierra el que ha pecado inadvertidamente, pero se ha hecho culpable al violar alguno de los mandamientos del Señor y hacer algo que está prohibido, 28 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda por su pecado una cabra sin defecto alguno. 29 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima ofrecida como sacrificio de purificación y la degollará en el lugar del holocausto. 30 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31 Le quitará toda la grasa, como en el sacrificio de comunión y la quemará sobre el altar en olor grato al Señor. El sacerdote hará así expiación por él, y será perdonado. 32 Si es un cordero lo que presenta como ofrenda por el pecado, deberá ser una hembra sin defecto alguno. 33 Pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido como expiación y lo degollará para que sirva de purificación en el lugar donde se degüella el holocausto. 34 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 35 Le quitará toda la grasa, como se hace con el cordero del sacrificio de comunión, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. El sacerdote hará así expiación por el pecado que tal persona cometió, y esa persona será perdonada.
Transgresiones diversas
5 Si alguien es citado a declarar como testigo y se niega a declarar lo que vio u oyó, incurre en pecado y cargará con las consecuencias de su pecado.
2 Puede suceder que una persona toque inadvertidamente alguna cosa impura, sea el cadáver de una fiera, o el de un animal doméstico, o el de un reptil; aun cuando lo haya hecho sin saberlo, esa persona ha quedado impura y se ha hecho culpable.
3 O puede haber tocado algo humano impuro —cualquier cosa que hace a una persona impura aun sin ser consciente de ello—; si luego llega a saberlo, se hará culpable.
4 O puede suceder que alguien haya hecho un juramento a la ligera, tanto para hacer algo malo como algo bueno, sin darse cuenta de que ha jurado indebidamente; si luego cae en la cuenta de lo hecho, se hará culpable de ello.
5 Pues bien, el que se haya hecho culpable de alguna de estas cosas, confesará su pecado 6 y, como ofrenda de purificación por el pecado cometido, presentará al Señor una hembra de sus rebaños: una oveja o una cabra. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado de esa persona. 7 El que no tenga suficiente para una res de ganado menor, traerá al Señor como ofrenda de purificación por el pecado cometido dos tórtolas o dos pichones, el uno para ofrenda de purificación, y el otro para holocausto. 8 Los presentará al sacerdote, quien primero sacrificará el ave destinada a la ofrenda de purificación, separando la cabeza del cuello, pero sin arrancarla del todo. 9 Con la sangre de esta ofrenda de purificación asperjará a continuación la pared del altar; lo que sobre de la sangre lo exprimirá al pie del altar. Es una ofrenda de purificación. 10 La segunda ave la ofrecerá en holocausto como está prescrito; así el sacerdote hará expiación por el pecado, y aquel que lo cometió será perdonado. 11 Pero si ni siquiera tiene suficiente para dos tórtolas o dos pichones, el que pecó traerá como ofrenda dos kilos de flor de harina por su pecado. No pondrá sobre ella aceite, ni incienso, porque es una ofrenda de purificación. 12 La traerá al sacerdote que tomará un puñado, como una porción simbólica, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. Es una ofrenda de purificación. 13 De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y aquel que pecó en alguna de estas cosas será perdonado. Lo que sobre será del sacerdote, como en el caso de la ofrenda de cereal.
Ofrenda de reparación por sacrilegios
14 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
15 — Cuando alguien cometa un sacrilegio defraudando (aunque sea inadvertidamente) en lo que respecta a las cosas sagradas del Señor, ofrecerá al Señor como sacrificio de reparación por su pecado un carnero de sus rebaños que no tenga ningún defecto, convenientemente valorado en siclos de plata de los utilizados en el santuario. 16 Y restituirá lo que hubiere defraudado de las cosas sagradas, añadiendo a ello la quinta parte y dándoselo todo al sacerdote que hará expiación por él con el carnero de la ofrenda de reparación. De esta manera él quedará perdonado.
17 Igualmente, si una persona peca o hace algo prohibido por los mandamientos del Señor, es culpable aunque no lo haya hecho a sabiendas y cargará con las consecuencias de su pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote como ofrenda de reparación, un carnero de sus rebaños que no tenga defecto alguno y valorado según se estime. El sacerdote hará la expiación por la falta cometida aunque haya sido sin darse cuenta, y esa persona quedará perdonada. 19 Es un sacrificio de reparación, pues tal persona era realmente culpable ante el Señor.
Ofrenda de reparación por defraudación
20 El Señor dijo a Moisés:
21 — Puede suceder que una persona defraude al Señor y cometa pecado al no devolver a su prójimo lo que le fue encomendado o dejado en depósito; o bien que haya robado o causado extorsión a su prójimo; 22 o que, habiendo hallado algo que se ha perdido, después lo negare; o que haya jurado en falso acerca de cualquiera de aquellas cosas en que uno suele pecar. 23 En tales casos, cuando uno ha pecado así y se ha hecho culpable, restituirá lo que robó o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, 24 o todo aquello sobre lo que juró en falso; lo restituirá completamente a quien pertenece y añadirá a ello la quinta parte de su valor en el día de su sacrificio de reparación. 25 Como ofrenda de reparación presentará al Señor un carnero de sus rebaños que no tenga ningún defecto y valorado según se estime; se lo llevará al sacerdote como ofrenda de reparación. 26 El sacerdote hará expiación por esa persona en presencia del Señor y le será perdonado cualquier pecado en que haya podido incurrir.
Jesús llama a Leví (Mt 9,9-13; Lc 5,27-32)
13 Jesús volvió a la orilla del lago, y toda la gente acudía a él para recibir sus enseñanzas. 14 Al pasar, vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo:
— Sígueme.
Leví se levantó y lo siguió. 15 Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y gente de mala reputación se sentaron también con él y sus discípulos, porque eran muchos los que seguían a Jesús. 16 Pero algunos maestros de la ley pertenecientes al partido de los fariseos, al ver que comía con recaudadores de impuestos y gente de mala reputación, preguntaron a los discípulos:
— ¿Por qué se sienta a comer con esa clase de gente?
17 Jesús lo oyó y les dijo:
— No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores.
La cuestión del ayuno (Mt 9,14-17; Lc 5,33-39)
18 En cierta ocasión los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos estaban guardando un ayuno, y algunos de ellos se acercaron a Jesús para preguntarle:
— ¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
19 Jesús les contestó:
— ¿Pueden acaso ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? En tanto tengan a su lado al novio, no tienen por qué ayunar. 20 Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán.
21 Nadie remienda un vestido viejo con una pieza de tela nueva, porque la tela nueva tira de la vieja, y el roto se hace mayor. 22 Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo rompe los odres, y se pierden al mismo tiempo los odres y el vino. A vino nuevo, odres nuevos.
Jesús y el sábado (Mt 12,1-8; Lc 6,1-5)
23 Un sábado iba Jesús paseando por entre unos sembrados. Los discípulos, según pasaban, se pusieron a arrancar espigas. 24 Los fariseos dijeron a Jesús:
— ¿No ves que están haciendo algo que no está permitido en sábado?
25 Jesús les contestó:
— ¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David cuando él y sus compañeros se sintieron muy hambrientos? 26 Entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió de los panes de la ofrenda, algo que no estaba permitido comer a nadie, sino solamente a los sacerdotes. Y dio también a los que lo acompañaban.
27 Y Jesús añadió:
— Dios hizo el sábado por causa del ser humano, y no al ser humano por causa del sábado. 28 ¡El Hijo del hombre es Señor también del sábado!
El hombre de la mano atrofiada (Mt 12,9-14; Lc 6,6-11)
3 Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada, 2 y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús se pusieron al acecho a ver si, a pesar de ser sábado, lo curaba. 3 Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada:
— Ponte ahí en medio.
4 Luego preguntó a los otros:
— ¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Ellos callaron. 5 Al verlos tan obcecados, Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo:
— Extiende la mano.
Él la extendió y la mano recuperó el movimiento. 6 Los fariseos, por su parte, y los del partido de Herodes, se reunieron, al salir, para tramar el modo de matar a Jesús.
Salmo 36 (35)
La fuente de la vida está en ti
36 Al maestro del coro. De David, siervo del Señor.
2 El pecado habla al malvado
en el fondo del corazón;
el miedo a Dios no existe para él.
3 Se enorgullece de sí mismo,
incapaz de descubrir y odiar su culpa.
4 Son sus palabras maldad y mentira,
no quiere ser sensato ni obrar bien.
5 En su cama maquina maldades,
se aferra al mal camino,
no rechaza la maldad.
6 Señor, tu amor llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
7 es tu justicia como los altos montes,
como el profundo abismo tus juicios;
Señor, tú salvas a personas y animales.
8 ¡Qué espléndido es tu amor, Señor!
Bajo tus alas se refugian los humanos.
9 Con los manjares de tu casa se sacian,
con el río de tus delicias apagas su sed.
10 Pues la fuente de la vida está en ti,
por tu luz vemos nosotros la luz.
11 Trata con amor a quienes te conocen
y con justicia a quienes son rectos.
12 Que no me aplaste el pie del soberbio,
que no me haga huir la mano del malvado.
13 Allí mismo han caído los malhechores,
están abatidos y no pueden levantarse.
II.— PROVERBIOS DE SALOMÓN (10,1—22,16)
10 Proverbios de Salomón.
Hijo sabio, alegría del padre;
hijo necio, disgusto de su madre.
2 La riqueza deshonesta no aprovecha,
pero la justicia libra de la muerte.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España