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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Génesis 1-2

Creación de los cielos y de la tierra

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “día”, y a las tinieblas llamó “noche”. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.

Entonces dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas”. E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda “cielos”. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día.

Entonces dijo Dios: “Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la parte seca”. Y fue así. 10 Llamó Dios a la parte seca “tierra”, y a la reunión de las aguas llamó “mares”; y vio Dios que esto era bueno. 11 Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y fue así. 12 La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día.

14 Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. 15 Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo”. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. 17 Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día.

20 Entonces dijo Dios: “Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo”. 21 Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, 22 y los bendijo Dios diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra”. 23 Y fue la tarde y fue la mañana del quinto día.

24 Entonces dijo Dios: “Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra según su especie”. Y fue así. 25 Hizo Dios los animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.

26 Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”. 27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. 28 Dios los bendijo y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra”. 29 Dios dijo además: “He aquí que les he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos les servirán de alimento. 30 Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento”. Y fue así. 31 Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del sexto día.

Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho. Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados.

El hombre en el jardín de Edén

Cuando el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos, aún no había en la tierra ningún arbusto del campo ni había germinado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para cultivarla. Pero subía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie de la tierra.

Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.

Y plantó el SEÑOR Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. El SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. 11 El nombre del primero era Pisón. Este rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 Y el oro de aquella tierra es bueno. También hay allí ámbar y ónice. 13 El nombre del segundo río era Guijón. Este rodeaba toda la tierra de Etiopía. 14 El nombre del tercer río era Tigris, que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Éufrates.

15 Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo guardara. 16 Y el SEÑOR Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás”.

Creación de la mujer

18 Dijo además el SEÑOR Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”. 19 El SEÑOR Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el hombre llamó a los animales, ese es su nombre. 20 El hombre puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.

21 Entonces el SEÑOR Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: “Ahora, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada ‘mujer’[a], porque fue tomada del hombre”. 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.

Mateo 1:1-2:12

Genealogía de Jesucristo

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

Abraham engendró a Isaac;

Isaac engendró a Jacob;

Jacob engendró a Judá

y a sus hermanos;

Judá engendró de Tamar a Fares

y a Zéraj;

Fares engendró a Hesrón;

Hesrón engendró a Aram;

Aram engendró a Aminadab; Aminadab engendró a Najsón; Najsón engendró a Salmón;

Salmón engendró de Rajab a Boaz; Boaz engendró de Rut a Obed; Obed engendró a Isaí;

Isaí engendró al rey David.

David engendró a Salomón,

de la que fue mujer de Urías;

Salomón engendró a Roboam; Roboam engendró a Abías;

Abías engendró a Asa;

Asa engendró a Josafat;

Josafat engendró a Joram;

Joram engendró a Uzías;

Uzías engendró a Jotam;

Jotam engendró a Acaz;

Acaz engendró a Ezequías;

10 Ezequías engendró a Manasés; Manasés engendró a Amón;

Amón engendró a Josías;

11 Josías engendró a Jeconíasa y a sus hermanos en el tiempo de

la deportación a Babilonia.

12 Después de la deportación a Babilonia,

Jeconíasa engendró a Salatiel;

Salatiel engendró a Zorobabel;

13 Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a Eliaquim;

Eliaquim engendró a Azor;

14 Azor engendró a Sadoc;

Sadoc engendró a Aquim;

Aquim engendró a Eliud;

15 Eliud engendró a Eleazar;

Eleazar engendró a Matán;

Matán engendró a Jacob.

16 Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones, y desde David hasta la deportación a Babilonia son catorce generaciones, y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo son catorce generaciones.

Nacimiento de Jesucristo

18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran se halló que ella había concebido del Espíritu Santo. 19 José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente. 20 Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

22 Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo:

23 He aquí, la virgen concebirá

y dará a luz un hijo,

y llamarán su nombre Emanuel[a],

que traducido quiere decir: Dios con nosotros[b].

24 Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo[c], y llamó su nombre Jesús.

La adoración de los magos

Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén preguntando:

—¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.

Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él. Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron:

—En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, en la tierra de Judá,

de ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá;

porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel[d].

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella. Y enviándolos a Belén, les dijo:

—Vayan y averigüen con cuidado acerca del niño. Tan pronto lo hallen, háganmelo saber, para que yo también vaya y lo adore.

Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. 11 Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. 12 Pero, advertidos por revelación en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino.

Salmos 1

Libro I: Salmos 1—41

El justo y los pecadores

Bienaventurado el hombre que
no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores
ni se sienta en la silla de los burladores.
Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia,
y en ella medita de día y de noche.
Será como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo
y su hoja no cae.
Todo lo que hace prosperará.
No sucede así con los impíos, que son como el tamo que arrebata
el viento.
Por tanto, no se levantarán los impíos en el juicio
ni los pecadores en la congregación
de los justos.
Porque el SEÑOR conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos perecerá.

Proverbios 1:1-6

Tema y propósito del libro

Los proverbios de Salomón hijo de David, rey de Israel:

para conocer sabiduría y disciplina; para comprender los dichos
de inteligencia;
para adquirir disciplina y enseñanza, justicia, derecho y equidad;
para dar sagacidad a los ingenuos
y a los jóvenes conocimiento
y prudencia.
El sabio oirá y aumentará su saber,
y el entendido adquirirá habilidades.
Comprenderá los proverbios y los
dichos profundos,
las palabras de los sabios y sus enigmas.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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