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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Génesis 30:1-31:16

30 ¶ Y viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, yo soy muerta.

Y Jacob se enojaba contra Raquel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?

Y ella dijo: He aquí mi esclava Bilha; entra a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.

Así le dio a Bilha su esclava por mujer; y Jacob entró a ella.

Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.

Y dijo Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.

Y concibió otra vez Bilha, la esclava de Raquel, y dio a luz el hijo segundo a Jacob.

Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he luchado con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.

Y viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su esclava, y la dio a Jacob por mujer.

10 Y Zilpa, esclava de Lea, dio a luz un hijo a Jacob.

11 Y dijo Lea: Vino la buena ventura. Y llamó su nombre Gad.

12 Y Zilpa, la esclava de Lea, dio a luz otro hijo a Jacob.

13 Y dijo Lea: Para hacerme bienaventurada; porque las mujeres me dirán bienaventurada; y llamó su nombre Aser.

14 ¶ Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

15 Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

16 Y cuando Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: A mí has de entrar, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.

17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.

18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi salario, por cuanto di mi esclava a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.

19 Y concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.

20 Y dijo Lea: Dios me ha dado buena dádiva; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.

21 Y después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.

22 Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y abrió su matriz.

23 Y concibió, y dio a luz un hijo; y dijo: Dios ha quitado mi vergüenza;

24 y llamó su nombre José, diciendo: Añádame el SEÑOR otro hijo.

25 ¶ Y aconteció, cuando Raquel dio a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

26 Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, porque tú sabes el servicio que te he hecho.

27 Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, he experimentado que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.

28 Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.

29 Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cuánto ha sido tu ganado conmigo;

30 porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en multitud; y el SEÑOR te ha bendecido con mi entrada; y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?

31 Y él dijo: ¿Qué te daré? Respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

32 Yo pasaré hoy por todas tus ovejas, poniendo aparte toda oveja pintada y manchada, y todo carnero bermejo entre los carneros, y lo pintado y manchado entre las cabras; y esto será mi salario.

33 Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; todo lo que no fuere pintado ni manchado en las cabras y bermejo en las ovejas mías, se me ha de tener por de hurto.

34 Y dijo Labán: Mira, Deseo que fuera como tú dices.

35 Y apartó Labán aquel día los machos cabríos cinchados y manchados; y todas las cabras pintadas y manchadas, y todo lo que tenía en sí algo de blanco, y todo lo bermejo entre las ovejas, y las puso en la mano de sus hijos;

36 y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

37 ¶ Luego tomó Jacob varas de álamo verdes, y de almendro, y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.

38 Y puso las varas que había mondado en las pilas, en los abrevaderos del agua donde las ovejas venían a beber, delante de las ovejas, las cuales se calentaban viniendo a beber.

39 Y concebían las ovejas delante de las varas, y parían borregos cinchados, pintados y manchados.

40 Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su rebaño los cinchados y todo lo que era bermejo en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

41 Y sucedía que cuantas veces se calentaban las fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibieran delante de las varas.

42 Y cuando venían las ovejas débiles, no las ponía; así eran las débiles para Labán, y las fuertes para Jacob.

43 Y se multiplicó el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y esclavas y esclavos, y camellos y asnos.

31 ¶ Y oía él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta gloria.

Miraba también Jacob el rostro de Labán, y veía que no era para con él como ayer y antes de ayer.

También el SEÑOR dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu natural; que yo seré contigo.

Y envió Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo a sus ovejas,

y les dijo: Veo que el rostro de vuestro padre no es para conmigo como ayer y antes de ayer; mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.

Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre;

y vuestro padre me ha mentido, que me ha mudado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciera mal.

Si él decía así: Los pintados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los cinchados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían cinchados.

Y quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí.

10 Y sucedió que al tiempo que las ovejas se calentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí que los machos que subían sobre las hembras eran cinchados, pintados y overos.

11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

12 Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que suben sobre las ovejas cinchados, pintados y overos; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde ungiste la piedra, y donde me prometiste voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu naturaleza.

14 Y respondió Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre?

15 ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio?

16 Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es, y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Mateo 10:1-23

10 ¶ Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio potestad contra los espíritus inmundos, para que los echaran fuera, y sanaran toda enfermedad y toda flaqueza.

Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: el primero, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;

Felipe, y Bartolomé; Tomás, y Mateo el publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Lebeo, por sobrenombre Tadeo;

Simón el cananeo y Judas Iscariote, que también le entregó.

¶ A estos doce envió Jesús, a los cuales dio mandamiento, diciendo: Por el camino de los gentiles no iréis, y en ciudad de samaritanos no entréis;

mas id antes a las ovejas perdidas de la Casa de Israel.

Y yendo, predicad, diciendo: El Reino de los cielos ha llegado.

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

No proveáis oro, ni plata, ni dinero en vuestros cintos;

10 ni alforja para el camino; ni dos ropas de vestir, ni zapatos, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento.

11 Mas en cualquier ciudad, o aldea donde entréis, buscad con diligencia quién sea en ella digno, y reposad allí hasta que salgáis.

12 Y entrando en la casa, saludadla.

13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.

14 Y cualquiera que no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

15 De cierto os digo, que el castigo será más tolerable a la tierra de los de Sodoma y de los de Gomorra en el día del juicio, que a aquella ciudad.

16 ¶ He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed pues prudentes como serpientes, e inocentes como palomas.

17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán en concilios, y en sus sinagogas os azotarán;

18 Y aun a príncipes y a reyes seréis llevados por causa de mí, por testimonio a ellos y a los gentiles.

19 Mas cuando os entregaren, no os apuréis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado qué habéis de hablar.

20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

21 Y hermano entregará a hermano a la muerte, y padre a hijo; y los hijos se levantarán contra sus padres, y los harán morir.

22 Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

23 Mas cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de andar todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del hombre.

Salmos 12

Al Vencedor: sobre Seminit: Salmo de David.

Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.

Mentira habla cada uno con su prójimo con labios lisonjeros; con corazón doble hablan.

Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,

que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios están con nosotros, ¿quién nos es señor?

Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice el SEÑOR: Yo pondré en salvo al que el impío enlaza.

Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.

Tú, SEÑOR, los guardarás; guárdalos para siempre de esta generación.

Cercando andan los malos, entre tanto los más viles de los hijos de los hombres son exaltados.

Proverbios 3:13-15

13 ¶ Bienaventurado el hombre que halló la sabiduría, y que saca a luz la inteligencia;

14 porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino.

15 Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.

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