Evangelio Viviente
La dieta perfecta
Lee 1 Juan 4.17-19
A continuación la dieta perfecta contra el temor:
1. Primero, ora
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes (1 Pedro 5.7).
2. Después, ten fe
Guarda silencio ante el Señor; espera con paciencia a que él te ayude. No te irrites por el que triunfa en la vida, por el que hace planes malvados (Salmos 37.7).
3. Luego actúa
Lee la parábola que aparece en Mateo 25.14-28.
4. Haz un listado de tus preocupaciones
“Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? (Mateo 6.25-27).
5. Céntrate en hoy
No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas (Mateo 6.34).
6. Pide a tus hermanos en Cristo que oren por ti
Hermanos, oren también por nosotros (1 Tesalonicenses 5.25).
7. Deja que Dios sea suficiente para ti
“¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué vamos a beber?’ o ‘¿Con qué vamos a vestirnos?’ Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas (Mateo 6.28-33)
Reflexión:
No seré más esclavo del temor, Jesucristo es mi Señor.