Evangelio Viviente
De discípulo a maestro
Cristo pide y exige de ti, como su discípulo que eres, la total entrega a su dirección y la sumisión a su autoridad. La Biblia expresa con claridad:
«Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo» (Lucas 14.25-33).
Cristo es el Maestro que se ha ganado tu confianza y como discípulo tienes que confiar en Él. De la misma manera que tuviste confianza absoluta para salvación por medio de Él, debes confiar en Cristo para que te guíe a obedecerle. Un corazón que con entusiasmo confía en el poder de Jesucristo descubrirá que es posible y fácil obedecerle. El secreto de la verdadera obediencia radica en saber que contamos con la presencia de Cristo durante cada segundo del día y de la noche.
En la vida cristiana, la obediencia nace de tener una definida y estrecha relación personal con Dios.
Implora a Dios que te muestre la obediencia que a Él le agrada y que haga de la obediencia tu realidad viviente en cada momento.
Pero te pregunto: ¿Crees que es posible la vida de obediencia total a Dios?
Reflexión:
Obedeceré a Dios porque es la prueba fehaciente de mi relación personal con Él.