Evangelio Viviente
Es fiel
Lee Salmos 36.4-6
Aunque no siempre te he sido fiel a ti, mi Dios, tú siempre has sido fiel conmigo. No he confiado siempre en tu fidelidad, aunque me la has demostrado una y otra vez. Te ruego que me perdones por mi falta de confianza en quien tú eres y en lo que puedes hacer y seguro harás.
Al ser tú un Dios fiel, yo puedo creer todo lo que has escrito en tu Santa Palabra. Te agradezco porque siempre estás conmigo y velas mis pasos dondequiera que voy. Sé que no me dejarás hasta que hayas hecho todo lo que has prometido hacer. Tú afirmas: “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.
Ninguna de las promesas que me das se frustrará. Cada promesa se cumplirá. Tal como afirmó tu siervo Josué: “reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas”.
Te doy gracias porque puedo acercarme a ti en plena certidumbre porque tengo lo que has prometido. Tu Palabra me llena de regocijo al decirme: “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.
Reconozco que cuando sufro según tu voluntad, puedo encomendarme a ti como mi fiel creador y puedo hacer el bien. Gracias por ser paciente conmigo, tú deseas que todos se arrepientan, así me lo recuerda la Biblia: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
Reflexión:
Señor, te agradezco porque tan pronto confieso mis pecados, tú los perdonas y me limpias de toda maldad.