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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Deuteronomio 21

Casos especiales de asesinato (Dt 17,8-12; Mt 27,24)

21 Si en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en posesión se encuentra un cuerpo tendido en el campo y no se sabe quién lo mató, tus ancianos y tus jueces irán a medir las distancias que hay entre el cadáver y las ciudades de alrededor. Medida la distancia, los ancianos de la ciudad más cercana al cadáver tomarán una becerra que no haya trabajado todavía ni llevado yugo, la llevarán hasta algún valle donde no se haya nunca arado ni sembrado, y donde haya un arroyo que siempre lleve agua, y allí, junto al arroyo, la desnucarán. Se acercarán entonces los sacerdotes levitas, ya que a ellos los eligió el Señor tu Dios para que estén a su servicio y bendigan en nombre del Señor; a ellos corresponde también dictar sentencia en pleitos y casos de violencia. Luego, todos los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde se encontró el cadáver lavarán sus manos en el torrente, sobre la becerra desnucada, y declararán: “Nuestras manos no derramaron esta sangre, nuestros ojos nada vieron. Perdona a tu pueblo Israel, al que tú rescataste; no le hagas responsable de la muerte de un inocente”. Y quedarán absueltos de la sangre derramada. Así te quitarás de encima la responsabilidad por la sangre inocente, y habrás hecho lo que agrada al Señor.

Matrimonio con prisioneras de guerra

10 Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y el Señor tu Dios los entregue en tus manos, si haces prisioneros 11 y ves entre ellos alguna mujer hermosa, te enamoras de ella y quieres tomarla por esposa, 12 la llevarás a tu casa y harás que se rape la cabeza, se corte las uñas, 13 se deshaga de su ropa de cautiva y se aposente en tu casa. Después de que haya llorado a su padre y a su madre durante un mes entero, podrás unirte a ella; serás su marido y ella será tu mujer. 14 Si luego ella deja de gustarte, permitirás que se marche si lo desea, pero no podrás venderla por dinero ni tratarla como a una esclava después de haberla humillado.

El derecho de primogenitura

15 Si un hombre que tiene dos mujeres ama a una más que a la otra, pero ambas le dan hijos y el primogénito es el hijo de la mujer que no ama, 16 cuando aquel hombre haga el reparto de la herencia entre los hijos, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer a quien ama, en perjuicio del verdadero primogénito, el hijo de la mujer menos querida. 17 Tendrá que reconocer a este, al hijo de la mujer menos querida, como el primogénito y darle dos tercios de todos sus bienes, porque él es el primer fruto de su virilidad y a él le corresponde el derecho de primogenitura.

Hijos rebeldes

18 Si uno tiene un hijo conflictivo y rebelde que no obedece a sus padres, y ni aun castigándolo hacen que obedezca, 19 su padre y su madre lo llevarán a la puerta de la ciudad, lo presentarán ante los ancianos 20 y les dirán: “Este hijo nuestro es conflictivo y rebelde, no nos obedece, es pendenciero y borracho”. 21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo lapidarán hasta que muera. Así extirparás el mal de en medio de ti y todo Israel, al enterarse, sentirá temor.

Leyes diversas

22 Si alguien, por ser culpable de un delito, es condenado a muerte y lo ejecutan colgándolo de un árbol, 23 su cuerpo no deberá dejarse allí toda la noche, sino que tendrá que ser enterrado el mismo día, porque el que muere colgado de un árbol es maldito de Dios, y tú no debes convertir en impura la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad.

Salmos 108-109

Salmo 108 (107)

Sálvanos con tu poder

108 Cántico. Salmo de David.
Oh Dios, mi corazón está firme,
voy a cantar, voy a tocar:
en ello pongo mi gloria.
Despiértense cítara y arpa,
que yo despertaré a la aurora.
Te alabaré entre los pueblos, Señor,
te cantaré entre las naciones,
pues tu amor llega hasta el cielo,
hasta el firmamento tu verdad.
Oh Dios, álzate sobre los cielos,
alza tu gloria sobre la tierra entera.
Sálvanos con tu poder, atiéndenos,
para que tus amados queden libres
Dios ha hablado en su santuario:
“Me regocijaré al repartir Siquén,
cuando divida el valle de Sucot.
Mío es Galaad, mío Manasés,
es Efraín el yelmo de mi cabeza,
Judá el cetro de mi poder;
10 es Moab la vasija en que me lavo,
sobre Edom arrojo mi sandalia,
sobre Filistea proclamo mi victoria”.
11 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada,
quién me conducirá hasta Edom?
12 Sólo tú, Dios, tú que nos rechazaste,
tú que no sales con nuestras tropas.
13 Préstanos ayuda frente al enemigo,
pues de nada vale la ayuda humana.
14 Con Dios lograremos triunfar,
él humillará a nuestros enemigos.

Salmo 109 (108)

Dios, no te quedes callado

109 Al maestro del coro. Salmo de David.
No te quedes callado, Dios de mi alabanza,
que las bocas malvadas y embusteras
se han abierto contra mí,
con mentiras me han hablado.
Con palabras de odio me acosan,
me atacan sin motivo alguno.
En pago de mi amistad, me acusan
y yo no hago sino interceder por ellos.
Me devuelven mal por bien,
odio en pago de mi amor.
[Dicen:]
“Nombra en su contra a un malvado,
que en lugar de abogado tenga un fiscal,
que al juzgarlo lo condenen,
que su demanda se torne en condena.
Que sea breve su vida,
que otro ocupe su cargo;
queden huérfanos sus hijos,
quede viuda su esposa;
10 que sus hijos vaguen y mendiguen,
que los echen de sus casas en ruinas.
11 Que el acreedor le embargue cuanto tiene,
que saquee sus bienes gente extraña,
12 que no haya quien lo trate bien
ni sienta piedad de sus huérfanos.
13 Que sea destruida su descendencia,
borrado su nombre en la generación siguiente;
14 que la culpa de su padre se recuerde ante el Señor,
que el pecado de su madre no se olvide,
15 que el Señor los tenga siempre presentes
y borre de la tierra su recuerdo.
16 Porque olvidó hacer el bien,
persiguió al oprimido y al pobre,
al afligido para darle muerte.
17 Amaba la maldición: que caiga sobre él;
odiaba la bendición: que de él se aleje.
18 La maldición lo vestía como un manto:
que penetre como agua en sus entrañas
y como aceite en sus huesos,
19 que sea para él cual vestido que lo cubra,
como cinturón que lo ciña para siempre”.
20 Así pague el Señor a quienes me acusan,
a quienes hablan mal de mí.
21 Pero tú, Señor, Dios mío,
actúa en mi favor honrando tu nombre,
por tu bondadoso amor, sálvame.
22 Yo soy un pobre y desvalido,
tengo desgarrado el corazón.
23 Como sombra que declina voy cayendo,
como a un saltamontes me espantan.
24 Mis rodillas flaquean por el ayuno,
mi cuerpo languidece privado de alimento.
25 Soy para ellos motivo de burla,
me ven y mueven la cabeza.
26 Señor, Dios mío, ayúdame,
sálvame por tu amor,
27 para que sepan que aquí está tu mano,
que tú, Señor, lo has hecho.
28 Que ellos maldigan mientras tú bendices,
que sean humillados
mientras tu siervo se alegra;
29 que cubra la infamia a quienes me acusan,
que la vergüenza los envuelva como un manto.
30 Con mi boca daré gracias al Señor,
entre la multitud lo alabaré,
31 porque es el abogado del pobre
para salvarlo de los jueces.

Isaías 48

Anuncio de novedades

48 Escuchen esto, casa de Jacob,
los que llevan el nombre de Israel,
los que salen de las entrañas de Judá,
los que juran en nombre del Señor
e invocan al Dios de Israel,
pero sin verdad ni sinceridad,
aunque apelan a la ciudad santa
y se apoyan en el Dios de Israel,
que se llama Señor del universo.
Hace tiempo que predije lo pasado,
de mi boca salió y lo anuncié,
de improviso lo hice y sucedió.
Ya sé que eres obstinado,
que tienes cerviz de hierro,
que tu frente es como el bronce;
por eso lo predigo de antemano,
antes de que suceda lo anuncio,
para que no digas: “Lo han hecho mis ídolos;
lo han mandado mis dioses de leño y metal”.
Mira ahora todo lo que oíste,
¿acaso no piensas contarlo?
Desde ahora te anuncio cosas nuevas,
escondidas, que aún no conoces;
ahora son creadas, no son viejas;
hasta hoy no oíste nada de ellas.
Así no dirás: “Ya lo sabía”.
Ni lo oíste mencionar ni lo sabías,
pues no estaba aún abierto tu oído
bien sé yo lo pérfido que eres,
rebelde te llaman desde el seno materno.
Por amor de mi nombre retraso mi cólera,
por mi honor me contengo para no aniquilarte.
10 Te he purificado, aunque no como plata,
te he probado en el crisol de la desgracia.
11 Por mí, por mí mismo lo hago,
pues no quiero que deshonren mi nombre
ni cedo mi gloria a los demás.

De nuevo la misión de Ciro

12 Escúchame, Jacob,
Israel, a quien llamé:
Yo soy, yo soy el primero
y también soy el último.
13 Sí, mi mano fundó la tierra,
y mi diestra extendió el cielo;
si les doy una orden
se presentan juntos.
14 Reúnanse todos y escuchen:
¿Quién de ustedes predijo estas cosas?
El Señor lo ama y él [Ciro] hará su voluntad
en Babilonia, entre los hijos de los caldeos.
15 Yo mismo he hablado y lo he llamado,
lo he traído y triunfará su misión.
16 Acérquense a mí, escuchen esto:
Nunca he hablado a escondidas,
desde que algo sucede estoy presente.
Y ahora el Señor Dios me ha enviado
y su espíritu…

Exhortación a la obediencia

17 Así dice el Señor, tu redentor,
el Santo de Israel:
Yo soy el Señor, tu Dios,
te educo para tu provecho,
te guío por el camino que has de seguir.
18 Si hubieras escuchado mis mandatos,
tu plenitud discurriría como un río,
tu prosperidad como las olas del mar;
19 tu descendencia sería como la arena,
los retoños de tu vientre como sus granos.
No permitiré que sea aniquilado
ni destruido tu nombre ante mí.

Salida de Babilonia

20 Salgan de Babilonia,
huyan de los caldeos.
Cuéntenlo con alborozo,
proclamen todo esto,
difundan la noticia
hasta el confín de la tierra.
Digan: “El Señor ha rescatado
a su siervo Jacob”.
21 No tuvieron sed
cuando iban por el desierto;
agua de la roca les dio para beber;
hendió la roca y brotó agua.
22 No hay paz para el malvado,
—dice el Señor—.

Apocalipsis 18

La caída de Babilonia

18 Vi después bajar del cielo a otro ángel con inmenso poder. Su resplandor iluminó la tierra, y proclamó con fuerte voz:

— ¡Por fin cayó Babilonia, la poderosa!
Hoy es mansión de demonios,
guarida de espíritus impuros
y de toda clase de aves
inmundas y asquerosas.
Porque ella emborrachó
con el vino de su desenfrenada lujuria
a gentes de toda procedencia;
adulteró con los reyes de la tierra,
y a costa de su lujo desmedido
se enriquecieron los traficantes del mundo.

Y oí otra voz que decía desde el cielo:

— Sal de ella, pueblo mío,
pues si te haces cómplice de sus pecados,
también te alcanzarán sus castigos.
Hasta el cielo se han amontonado sus pecados
y Dios no ha querido ignorar
por más tiempo sus crímenes.
Páguenle con su misma moneda,
y aun denle el doble de su merecido:
en la copa de sus desenfrenos
viertan doble amargura.
Cuanto se procuró de lujos y placeres,
denle de tormentos y desdichas.
Vean cómo alardea en su interior:
“Ocupo un trono de reina;
no soy viuda y jamás conoceré el dolor.”
Pero en un solo día vendrán sobre ella
las calamidades que tiene merecidas
—muerte, luto y hambre—
y quedará abrasada por el fuego.
Poderoso es para ello el Señor Dios que la condenó.

Lamentación ante la ruina

Los poderosos de la tierra, los que con ella compartieron lujuria y placeres, prorrumpirán en llantos y gemidos cuando contemplen su humeante hoguera. 10 Estremecidos de horror ante el suplicio, exclamarán desde lejos:

— ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad,
Babilonia, la ciudad tan poderosa!
¡Un instante ha bastado
para consumarse tu condena!

11 También los traficantes de la tierra prorrumpirán en llanto y gemidos por ella, porque ya nadie les comprará sus mercancías: 12 oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino, púrpura, seda y escarlata; maderas aromáticas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; 13 canela, clavo, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; trigo y flor de harina; ovejas y ganado mayor; caballos y carros; esclavos y vidas humanas.

14 Ya no gustarás más
los frutos sazonados que tanto apetecías;
ya todas tus riquezas y tus lujos
huyeron para no volver jamás.

15 Todos estos traficantes, enriquecidos a su costa, se mantendrán a distancia estremecidos de horror ante su tormento y entre lágrimas y lamentos 16 exclamarán:

¡Desgraciada de ti, la gran ciudad,
que en otro tiempo te vestías
de lino, púrpura y grana,
y te adornabas con oro,
piedras preciosas y perlas!
17 ¡Un instante ha bastado
para arrasar tanta riqueza!

A su vez, los capitanes de barco, los oficiales, los marineros y todos cuantos faenan en el mar, se mantenían de pie a lo lejos 18 y exclamaban al contemplar la humareda de la ciudad incendiada:

— ¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como esta? 19 Y, echándose polvo sobre la cabeza, lloraban y se lamentaban, diciendo:

— ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad,
fuente de riqueza para cuantos
surcaban los mares con sus barcos!
¡Un instante ha bastado
para convertirte en ruinas!
20 ¡Alégrate, cielo, al contemplarla,
y ustedes también, los consagrados a Dios,
los apóstoles y los profetas,
porque Dios ha vengado en ella la causa de ustedes!

21 Un ángel poderoso levantó entonces un gran peñasco, como una gigantesca rueda de molino, y lo arrojó al mar, exclamando:

— Así, violentamente, será arrojada
Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más se sabrá de ella.
22 Ya no se volverá a escuchar en ti
el son de los arpistas y los músicos,
el son de los que tocan
la flauta y la trompeta.
Ya no habrá en ti artesanos
ni se oirá el rumor
de la rueda molinera.
23 La luz de la lámpara
no alumbrará más en ti,
ni volverán a oírse en tus calles
los cantos del novio y de la novia.
Y es que tus traficantes
llegaron a ser los grandes de la tierra
y con tus sortilegios
engañaste a todas las naciones.
24 Estás manchada con la sangre
de profetas y de consagrados a Dios,
con la sangre de todos
los que han sido asesinados en la tierra.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España