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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Números 26

II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (26—36)

Normas sobre la ocupación de la tierra (26—31)

El segundo censo

26 Cuando cesó el castigo, el Señor se dirigió a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y les dijo:

— Hagan un censo de toda la comunidad israelita, registrando por casas patriarcales a todos los mayores de veinte años que sean aptos para el servicio militar en Israel.

Entonces Moisés y el sacerdote Eleazar dieron a los israelitas instrucciones al respecto, estando ya en la llanura de Moab, junto al Jordán y a la altura de Jericó. Les dijeron:

- Hay que hacer el censo de los mayores de veinte años, tal como ha mandado el Señor a Moisés.

Y estos resultaron ser los israelitas que habían salido del país de Egipto:

Descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, eran: el clan de los enoquitas, que procedía de Enoc; el de los faluítas, que procedía de Falú; el de los jesronitas, que procedía de Jesrón, y el de los carmitas, que procedía de Carmí. Estos eran los clanes de los rubenitas; el total de personas registradas fue de cuarenta y tres mil setecientas treinta. Hijo de Falú fue Eliab, e hijos de Eliab fueron: Nemuel, Datán y Abirán. Estos son los mismos Datán y Abirán elegidos como consejeros de la comunidad y que se amotinaron contra Moisés y Aarón cuando Coré y sus secuaces se rebelaron contra el Señor. 10 Fue cuando la tierra abrió su boca y se tragó a Coré junto con todos sus secuaces, siendo devoradas por el fuego doscientas cincuenta personas, para servir de escarmiento. 11 Los hijos de Coré, sin embargo, no murieron.

12 Descendientes de Simeón por clanes eran: el clan de los nemuelitas, que procedía de Nemuel; el de los jaminitas, que procedía de Jamín; 13 el de los zerajitas, que procedía de Zeraj; el de los saulitas, que procedía de Saúl. 14 Estos eran los clanes de los simeonitas; un total de veintidós mil doscientas personas.

15 Descendientes de Gad por clanes eran: el clan de los sefonitas, que procedía de Sefón; el de los jaguitas, que procedía de Jaguí; el de los sunitas que procedía de Suní; 16 el de los oznitas, que procedía de Ozní; el de los eritas, que procedía de Erí; 17 el de los aroditas, que procedía de Arod; y el de los arelitas, que procedía de Arelí. 18 Estos eran los clanes de Gad; el total de personas registradas fue de cuarenta mil quinientas.

19 Hijos de Judá fueron Er y Onán que murieron en tierra de Canaán. 20 Descendientes de Judá por clanes eran: el clan de los selaítas que procedía de Selá; el de los faresitas, que procedía de Farés; el de los zeraítas, que procedía de Zerá. 21 Descendientes de Farés eran: el clan de los jesronitas, que procedía de Jesrón; y el de los jamulitas, que procedía de Jamul. 22 Estos eran los clanes de Judá; el total de personas registradas fue de setenta y seis mil quinientas.

23 Descendientes de Isacar por clanes eran: el clan de los tolaítas, que procedía de Tolá; el de los fuítas, que procedía de Fúe; 24 el de los jasubitas, que procedía de Jasub; de los simronitas, que procedía de Simrón. 25 Estos eran los clanes de Isacar; el total de personas registradas fue de sesenta y cuatro mil trescientas.

26 Descendientes de Zabulón por clanes eran: el clan de los sereditas, que procedía de Séred; el de los elonitas, que procedía de Elón; el de los jajlelitas, que procedía de Jajleel. 27 Estos eran los clanes de Zabulón; el total de personas registradas fue de sesenta mil quinientas.

28 Descendientes de José por clanes, a través de sus hijos Manasés y Efraín, eran: 29 de Manasés, el clan de los maquiritas, que procedía de Maquir, el padre de Galaad; el clan de los galaaditas, que procedía de Galaad. 30 Descendientes de Galaad eran: el clan de los jezeritas, que procedía de Jezer; el de los jelequitas, que procedía de Jéleq; 31 el de los asrielitas, que procedía de Asriel; el de los siquenitas, que procedía de Siquén; 32 el de los semidaítas, que procedía de Semidá; el de los jeferitas, que procedía de Jéfer. 33 Hijo de Jéfer fue Selofjad que no tuvo hijos, sino solamente hijas; los nombres de las hijas de Selofjad fueron Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. 34 Estos eran los clanes de Manasés; el total de personas registradas fue de cincuenta y dos mil setecientas.

35 Los descendientes de Efraín por clanes eran: el clan de los sutelajitas, que procedía de Sutelaj; el de los bequeritas, que procedía de Béquer; el de los tajanitas, que procedía de Taján; 36 de Sutelaj descendían Erán y su clan. 37 Estos eran los clanes de Efraín; el total de personas registradas fue de treinta y dos mil quinientas.

38 Descendientes de Benjamín por clanes eran: el clan de los belaítas, que procedía de Belá; el de los asbelitas, que procedía de Asbel; el de los ajiramitas, que procedía de Ajirán; 39 el de los sufanitas, que procedía de Sufán; el de los jufanitas, que procedía de Jufán. 40 Hijos de Belá fueron Ard y Naamán; de Ard procedía el clan de los arditas, y de Naamán el de los naamitas. 41 Estos eran los clanes de Benjamín; el total de personas registradas fue de cuarenta y cinco mil seiscientas.

42 Descendientes de Dan por clanes eran: el clan de los sujamitas, que procedía de Suján 43 y que tenía registradas un total de sesenta y cuatro mil cuatrocientas personas.

44 Descendientes de Aser por clanes eran: el clan de los imnitas, que procedía de Imní; el clan de los isuítas, que procedía de Isuí; el de los beriaítas, que procedía de Beriá. 45 Descendientes de Beriá fueron: el clan de los jeberitas, que procedía de Jéber; y el de los malquielitas, que procedía de Malquiel. 46 El nombre de la hija de Aser fue Será. 47 Estos eran los clanes de Aser; el total de personas registradas fue de cincuenta y tres mil cuatrocientas.

48 Descendientes de Neftalí por clanes eran: el clan de los Jajselitas, que procedía de Jajseel; el de los gunitas, que procedía de Guní; 49 el de los jezeritas, que procedía de Jezer; y el de los silemitas, que procedía de Silem. 50 Estos eran los clanes de Neftalí; el total de personas registradas fue de cuarenta y cinco mil cuatrocientas.

51 El total de personas israelitas censadas fue de seiscientas un mil setecientas treinta.

52 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

53 — Entre estos se repartirá la tierra en heredad, de acuerdo con el número de los registrados. 54 A los clanes más numerosos darás mayor heredad; a los menos numerosos, una heredad menor. A cada clan se le dará una heredad en conformidad con las personas que tenga registradas. 55 La tierra será repartida por sorteo y la heredad estará en relación con el número de las personas de su familia. 56 La heredad de cada clan será asignada por sorteo, tanto para los más numerosos como para los más reducidos.

Censo de los levitas

57 Los levitas registrados por clanes fueron estos: el clan de los guersonitas, que procedía de Guersón; el de los queatitas, que procedía de Queat; el de los meraritas, que procedía de Merarí. 58 Figuraban, además, entre los clanes levíticos: el clan de los libnitas, el de los hebronitas, el de los majlitas, el de los musitas y el de los coreítas. Queat fue el padre de Amrán, 59 cuya mujer se llamaba Jocabed, hija, a su vez, de Leví y nacida en Egipto. Amrán y Jocabed fueron los padres de Aarón y de Moisés y de su hermana María. 60 De Aarón nacieron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. 61 Pero Nadab y Abihú murieron cuando ofrecieron fuego ilícito en presencia del Señor. 62 El total de levitas censados fue de veintitrés mil, todos varones mayores de un mes, que no fueron incluidos en el censo regular de los israelitas, porque no se les había asignado heredad entre los israelitas.

Conclusión del censo

63 Estos fueron los censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, encargados de hacer el censo de los israelitas en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. 64 Entre los censados no había ninguno de los que figuraban en el censo de los israelitas que Moisés y el sacerdote Aarón hicieron en el desierto de Sinaí. 65 Porque el Señor los había condenado a morir en el desierto y, en efecto, ninguno de ellos sobrevivió, salvo Caleb, hijo de Jefuné, y Josué, hijo de Nun.

Salmos 69

Salmo 69 (68)

Estoy cansado de gritar

69 Al maestro del coro. Según “Los lirios”. De David.
Oh Dios, sálvame, que estoy
con el agua al cuello,
que me hundo en un profundo cenagal
y no tengo dónde apoyar el pie;
me encuentro en el seno de las aguas
y me arrastra la corriente.
Estoy cansado de gritar,
tengo seca la garganta
y se consumen mis ojos
mientras espero a mi Dios.
Más numerosos que mis cabellos
son los que me odian sin motivo;
son fuertes quienes quieren destruirme,
quienes me detestan sin razón alguna.
¿Tendré que devolver lo que no robé?
Oh Dios, tú conoces mi necedad,
no se te ocultan mis pecados.
Que no se avergüencen por mi culpa
quienes ponen en ti su esperanza,
Dios mío, Señor del universo;
que no se sonrojen por mi culpa
quienes te buscan, Dios de Israel,
pues por ti soporto la humillación
y la vergüenza cubre mi rostro.
Soy un desconocido para mis hermanos,
un extraño para los hijos de mi madre.
10 Me consume la pasión por tu Templo,
me abate el desprecio de quienes te desprecian.
11 Yo me mortifico con el ayuno
y soy por esto motivo de burla;
12 me visto con tela de saco
y soy para ellos motivo de risa.
13 Me critican los que se sientan en la plaza
y también los bebedores en sus cantos.
14 Pero yo, Señor, te dirijo mi oración
en el momento propicio.
Oh Dios, por tu inmenso amor, respóndeme;
por tu fidelidad, sálvame.
15 Sácame del barro, que no me hunda;
líbrame de mis enemigos y del seno de las aguas.
16 Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el abismo,
que no se cierre sobre mí el brocal del pozo.
17 Respóndeme, Señor, por la bondad de tu amor;
por tu gran misericordia vuélvete hacia mí.
18 No apartes tu rostro de tu siervo;
estoy angustiado, respóndeme pronto.
19 Acércate a mí y redímeme,
rescátame porque tengo enemigos.
20 Tú conoces mi humillación,
mi vergüenza y mi deshonra;
todos mis rivales te son conocidos.
21 El insulto ha roto mi corazón
y no tiene cura alguna;
esperé consuelo pero no lo tuve,
no encontré quien me confortara.
22 Pusieron veneno en mi comida
y apagaron mi sed con vinagre.
23 Que su mesa se convierta en su red,
en una trampa para sus amigos;
24 que se queden ciegos y no vean,
que sin cesar tiemble su espalda.
25 Derrama sobre ellos tu furor,
que los alcance tu cólera ardiente;
26 que su campamento sea arrasado,
que no quede nadie en sus tiendas.
27 Porque persiguen al que tú hieres,
pregonan el sufrimiento de tus víctimas.
28 Impútales todas sus culpas
y que no les alcance tu perdón;
29 que sean borrados del libro de los vivos,
que no sean inscritos con los justos.
30 Pero a mí, humilde y sufriente,
que tu poder salvador, oh Dios, me proteja.
31 Alabaré con canciones el nombre de Dios,
con himnos de gratitud lo ensalzaré.
32 Y esto complacerá a Dios más que un toro,
más que un novillo astado con pezuñas.
33 Que se alegren los humildes cuando lo vean,
que se reanime el corazón de los que a Dios buscan.
34 Porque el Señor escucha a los oprimidos,
no desprecia a los cautivos.
35 Que lo alaben los cielos y la tierra,
los mares y cuanto se mueve en ellos,
36 pues Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
habitarán allí y la heredarán;
37 la poseerá la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre vivirán en ella.

Isaías 16

Los moabitas piden asilo en Judá

16 Hagan llegar carneros
al regente del país,
desde la Peña del páramo
hasta el monte Sión.
(Como aves desorientadas,
como pájaros sin nido
son las chicas de Moab
al vadear el Arnón).
Danos un consejo,
toma una decisión.
Haz de tu sombra una noche
en plena luz del día;
oculta a los que escapan,
no descubras al fugitivo.
Que habiten dentro de ti
los escapados de Moab.
Sírveles de refugio
frente al devastador.
Cuando no haya opresión
y acabe la devastación,
cuando desaparezca del país
la gente que lo pisoteaba,
un trono se afianzará en el amor,
se sentará en él con lealtad
(dentro de la tienda de David)
un juez que practique el derecho,
todo un experto en justicia .

Endecha por Moab

Nos enteramos del orgullo de Moab,
de su soberbia fuera de límite,
de su orgullo, soberbia y altivez,
de su inútil palabrería.
Los moabitas lloran por Moab,
todos ellos se lamentan;
por las tortas de Quir Jaréset
suspiran llenos de aflicción.
Languidece arrasada Jesbón,
el viñedo de Sibmá,
los dueños de las naciones
arrancaron sus guías,
que llegaban a Jazer,
extendidas por el páramo;
sus brotes esparcidos
sobrepasaban el mar.
Por eso, ahora lloro
con el llanto de Jazer,
por la viña de Sibmá.
Los riego con mi llanto,
Jesbón y Elalé:
callaron las alegres melodías
de su cosecha y vendimia.
10 En el huerto callaron el gozo y el júbilo,
no suenan en las viñas gritos de alegría;
no hay quien pise el vino en el lagar,
tocaron a su fin las alegres melodías.
11 Por eso tiemblan mis entrañas
como cuerdas de un arpa, por Moab,
mi interior por Quir Jaréset.
12 Y aunque Moab se fatigue
subiendo a su colina sagrada
y yendo a orar a su santuario,
de nada le servirá.

13 Esta es la palabra que pronunció el Señor contra Moab en otro tiempo. 14 Y ahora habla el Señor así: “Dentro de tres años, años de jornalero, de nada valdrán los señores de Moab y toda su nutrida población. Serán un resto, unos pocos, una miseria, sin importancia”.

1 Pedro 4

Romper con una vida de pecado

Si Cristo padeció en su cuerpo, háganse a la idea de que también ustedes tienen que padecer, pues el que está sufriendo corporalmente se supone que ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida mortal conforme a la voluntad de Dios y no conforme a las pasiones humanas. Porque bastante tiempo han pasado ustedes ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos. Ahora, ellos se extrañan y los insultan porque ustedes no se lanzan junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu.

Administradores fieles

Se aproxima el final de todas las cosas. Sean, por tanto, juiciosos y sobrios, para que puedan dedicarse a la oración. Ante todo, ámense entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean. Practiquen de buen grado la hospitalidad mutua. 10 Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron. 11 El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagan, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén.

Compartiendo los sufrimientos de Cristo

12 Queridos, no les asombre como algo inesperado la tremenda prueba desatada contra ustedes. 13 Alégrense, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también ustedes salten de júbilo. 14 Dichosos si son ultrajados por seguir a Cristo; eso quiere decir que el Espíritu glorioso de Dios alienta en ustedes. 15 Que ninguno de ustedes tenga que sufrir por asesino, ladrón, malhechor o entrometido. 16 Pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar ese nombre. 17 Porque ha llegado el tiempo del juicio, que ha de comenzar por el mismo pueblo de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿qué pueden esperar los que se niegan a aceptar el evangelio de Dios? 18 Pues si el bueno a duras penas se salva, ¿qué suerte correrán el impío y el pecador? 19 Así que, incluso los que sufren en conformidad con la voluntad divina, deben confiarse a la fidelidad del Creador, sin dejar de hacer el bien.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España