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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Génesis 46

Israel viaja a Egipto

46 Israel emprendió el viaje con todas sus pertenencias. Al llegar a Berseba ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Esa noche Dios habló a Israel en una visión:

— ¡Jacob! ¡Jacob!

Él respondió:

— Aquí me tienes.

[Dios le] dijo:

— Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Bajaré contigo a Egipto y yo mismo te haré subir de allí. Y cuando mueras, José te cerrará los ojos.

Cuando Jacob partió de Berseba, los hijos de Israel montaron a su padre Jacob junto con sus niños y mujeres en los carros que el faraón había enviado para transportarlos. Así pues, Jacob y todos los suyos se marcharon a Egipto llevando consigo el ganado y todos los bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán. Todos sus hijos, hijas, nietos y nietas se fueron con Jacob.

Estos son los nombres de los israelitas que fueron a Egipto; es decir, Jacob y sus hijos:

Rubén, el primogénito de Jacob. Los hijos de Rubén: Janoc, Falú, Jesrón y Carmí.

10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Oab, Jaquín, Sojar y Saúl, el hijo de la cananea.

11 Los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí.

12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Záraj (Er y Onán habían muerto en Canaán). Los hijos de Fares: Jesrón y Jamul.

13 Los hijos de Isacar: Tolá, Fúa, Job y Simrón.

14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jajlel.

15 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Lía en Parán Aram, además de su hija Dina. En total, entre hombres y mujeres eran treinta y tres personas.

16 Los hijos de Gad: Sifión, Jaguí, Esbón, Suní, Erí, Arodí y Arelí.

17 Los hijos de Aser: Jimná, Jisvá, Jisví, Beriá y la hermana de ellos que se llamaba Seraj. Los hijos de Beriá: Jéber y Malquiel.

18 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Zilpá, la esclava que Labán dio a su hija Lía. En total sus descendientes fueron dieciséis personas.

19 Los hijos de Raquel, la mujer de Jacob: José y Benjamín.

20 Los hijos que José tuvo con Asenet, hija de Potifera, sacerdote de On, fueron Manasés y Efraín.

21 Los hijos de Benjamín: Belá, Bejer, Asbel, Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Mufín, Jufín y Ared.

22 Esta fue la descendencia que Jacob tuvo con Raquel; en total catorce personas.

23 El hijo de Dan: Jusín.

24 Los hijos de Neftalí: Jajsel, Guní, Jéser y Silén.

25 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Bilhá, la esclava que Labán dio a su hija Raquel. En total sus descendientes fueron siete personas.

26 Todos los miembros de la familia de Jacob que llegaron a Egipto —es decir, sus descendientes directos— sumaban en total sesenta y seis personas, sin contar a las mujeres de sus hijos. 27 Con los dos hijos de José que le nacieron en Egipto, el total de miembros de la familia de Jacob que emigró a Egipto ascendió a setenta personas.

Encuentro de Jacob y José

28 Israel envió por delante a Judá para que anunciara a José su llegada y acudiera a su encuentro en Gosen. Cuando estaban llegando a la región de Gosen, 29 José ordenó que preparasen su carro y salió al encuentro de su padre Israel. Al encontrarse, José se fundió en un abrazo con su padre, y lloró largo rato sobre su hombro. 30 Entonces Israel dijo a José:

— Ahora ya puedo morir. Te he visto y sé que estás vivo.

31 José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:

— Voy a ver al faraón, para darle la noticia de que mis hermanos y la familia de mi padre, que vivían en Canaán, han venido a estar conmigo; 32 y que han traído consigo cuanto tenían, sus ovejas y sus vacas, porque son pastores y su trabajo es cuidar ganado. 33 Por eso, cuando el faraón les llame y les pregunte a qué se dedican, 34 díganle: “Nosotros, tus siervos, nos hemos dedicado a cuidar ganado desde nuestra juventud hasta ahora, y lo mismo hicieron nuestros antepasados”. Así les permitirá establecerse en la región de Gosen, porque los egipcios consideran impuros a los pastores de ovejas.

Marcos 16

Resurrección de Jesús (Mt 28,1-8; Lc 24,1-12; Jn 20,1-10)

16 Pasado el sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para embalsamar el cuerpo de Jesús. Y el primer día de la semana, muy temprano, a la salida del sol, se dirigieron al sepulcro. Iban preguntándose unas a otras:

— ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?

Pero al mirar, vieron que la piedra había sido removida, y eso que era una piedra enorme. Entraron en el sepulcro y, al ver a un joven vestido con una túnica blanca que estaba sentado al lado derecho, se asustaron. Pero el joven les dijo:

— No se asusten. Ustedes están buscando a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Vean el lugar donde lo colocaron. Ahora vayan y anuncien a sus discípulos, y también a Pedro, que él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal y como él les dijo.

Las mujeres salieron huyendo del sepulcro. Iban temblando y como fuera de sí, y por el miedo que tenían no dijeron nada a nadie.

IV.— APÉNDICE (16,9-20)

Aparición a María Magdalena (Jn 20,11-18)

[Jesús resucitó el primer día de la semana, muy temprano y se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. 10 Ella fue a anunciárselo a los que habían convivido con Jesús que, llenos de tristeza, no cesaban de llorar. 11 Así que, cuando les dijo que Jesús vivía y que ella misma lo había visto, no la creyeron.

Jesús se aparece a dos discípulos (Lc 24,13-35)

12 Después de esto, Jesús se apareció, bajo una figura diferente, a dos discípulos que iban de camino hacia una finca en el campo. 13 Estos fueron a anunciárselo a los demás, que tampoco les dieron crédito.

La misión apostólica (Mt 28,16-20; Jn 20,19-23)

14 Por último se apareció a los once discípulos, cuando estaban sentados a la mesa. Después de reprocharles su incredulidad y su obstinación en no dar fe a quienes lo habían visto resucitado, 15 les dijo:

— Vayan por todo el mundo y proclamen a todos la buena noticia. 16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, será condenado. 17 Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en idiomas desconocidos; 18 podrán tener serpientes en sus manos; aunque beban veneno, no les hará daño; pondrán sus manos sobre los enfermos y los curarán.

Ascensión de Jesús (Lc 24,50-53; Hch 1,9-11)

19 Después de conversar con sus discípulos, Jesús, el Señor, ascendió al cielo y se sentó junto a Dios, en el lugar de honor. 20 Los discípulos salieron en todas direcciones a proclamar el mensaje. Y el Señor mismo los ayudaba y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas].

Job 12

Job reta al poder divino

12 Job respondió así:

¡Desde luego, ustedes son de esa gente
con la cual se agotará la sabiduría!
Pero también yo soy inteligente,
no me creo inferior a ustedes.
¿Quién no sabe tales cosas?
El hazmerreír de sus vecinos, ese soy yo;
yo, que me comunicaba con Dios.
¡El hazmerreír, siendo íntegro y honrado!
“¡Respondamos con burla a la desgracia
—dice quien se siente satisfecho—,
empujemos al suelo al que se tambalea!”.
¡Pero los bandidos habitan en paz,
viven seguros quienes provocan a Dios,
los que tienen a Dios en un puño!
Pregunta a las bestias y te instruirán,
a las aves del cielo y te informarán;
habla con los reptiles y te enseñarán,
te lo contarán los peces del mar.
¿Quién de todos ellos no sabe
que la mano del Señor lo hizo todo?
10 Él retiene la vida de los seres,
el aliento de todo ser humano.
11 ¿No distingue el oído las palabras
y el paladar saborea la comida?
12 ¿No es propia de los ancianos la sabiduría
y destaca la prudencia entre los viejos?
13 Pues él posee sabiduría y poder,
prudencia e inteligencia son suyas.
14 Si él destruye, nadie reconstruye;
si aprisiona, no hay escapatoria;
15 si retiene la lluvia, llega la sequía;
si la deja libre, se inunda la tierra.
16 Él dispone de fuerza y eficacia,
suyos son el engañado y el que engaña;
17 hace ir descalzos a los consejeros,
hace enloquecer a los magistrados;
18 deja a los reyes sin insignias,
les ata una soga a la cintura;
19 hace ir descalzos a los sacerdotes,
arruina a los que están bien situados;
20 retira la palabra a los confidentes,
deja sin discreción a los ancianos;
21 llena de desprecio a los señores,
afloja el cinturón de los robustos.
22 Revela la hondura de las tinieblas,
saca a la luz las densas sombras;
23 levanta pueblos y los destruye,
ensancha naciones y las destierra;
24 priva de su talento a los jefes,
los guía por desiertos intransitables,
25 por donde caminan a tientas y a oscuras,
tropezando lo mismo que borrachos.

Romanos 16

Recomendaciones y saludos personales

16 Les recomiendo a nuestra hermana Febe, que está al servicio de la iglesia de Cencreas. Acójanla en el nombre del Señor, como debe hacerse entre creyentes, y atiéndanla en todo cuanto necesite de ustedes, pues también ella se ha desvelado por ayudar a muchos, entre ellos, a mí mismo.

Saludos para Prisca y Áquila que han colaborado conmigo en Cristo Jesús y se jugaron la vida por salvar la mía. Y no sólo yo tengo que agradecérselo, sino todas las iglesias de origen pagano. Saludos igualmente para la iglesia que se reúne en su casa. Saludos para mi querido amigo Epéneto, el primer cristiano de la provincia de Asia.

Saluden a María que tanto se ha fatigado por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junias, paisanos míos y compañeros de prisión; su labor apostólica es bien conocida, e incluso creyeron en Cristo antes que yo. Saluden a Ampliato, mi querido amigo en el Señor; a Urbano, que ha sido nuestro colaborador en Cristo; a mi buen amigo Estaquis. 10 Saluden a Apeles que ha dado sobradas pruebas de fidelidad a Cristo, y también a los de la casa de Aristóbulo.

11 Saludos para mi paisano Herodión y para los creyentes de la casa de Narciso; 12 saludos para Trifena y Trifosa que trabajan con afán por el Señor; saludos para Pérsida, la hermana tan querida que tanto se ha fatigado por servir al Señor.

13 Saludad a Rufo, que es un creyente distinguido, y a su madre, que es como si fuera mía. 14 Saluden a Asíncrito, a Flegón, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. 15 Saluden a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpo y a los creyentes que están con ellos. 16 Salúdense, en fin, unos a otros con un beso fraterno. Los saludan, por su parte, todas las iglesias de Cristo.

17 Les ruego, hermanos, que tengan cuidado con los que suscitan divisiones y ponen en peligro la enseñanza que ustedes han recibido; aléjense de ellos. 18 Es gente que no está al servicio de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y con sus halagos y lisonjas embaucan a los incautos. 19 La respuesta de ustedes a la fe ha llegado a conocimiento de todos y eso me alegra; quiero, sin embargo, que sean sagaces para hacer el bien y limpios frente al mal. 20 El Dios de la paz pondrá muy pronto a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo los acompañe.

21 Los saludan Timoteo, mi colaborador, y también Lucio, Jasón y Sosípatro, que son paisanos míos. 22 Los saludo yo, Tercio, que he sido el amanuense de esta carta como servicio al Señor. 23 Saludos de Gayo, en cuya casa me alojo y donde se reúne toda esta iglesia. Saludos de Erasto, tesorero de la ciudad, y del hermano Cuarto. 24 .

Doxología final

25 Al que tiene poder para consolidarlos a ustedes en la fe de acuerdo con el mensaje evangélico que anuncio y la proclamación que hago de Jesucristo, a quien ha revelado su plan secreto mantenido durante siglos oculto, 26 y lo ha manifestado ahora por medio de las Escrituras proféticas, según la disposición del Dios eterno, de modo que al conocerlo todas las naciones respondan a la fe, 27 a ese Dios, el único sabio, sea la gloria por siempre a través de Jesucristo. Amén.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España