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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
2 Crónicas 26

Reinado de Ozías (2 Re 14,21-22; 15,1-3.5.7)

26 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Ozías que tenía dieciséis años, y lo proclamaron rey en sustitución de su padre Amasías. Azarías reconstruyó Eilat y la devolvió a Judá, una vez que el rey, su padre, descansó con sus antepasados. Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías y era de Jerusalén. Actuó correctamente ante el Señor, como su padre Amasías.

Recurrió a Dios mientras vivió Zacarías, que lo educó en el respeto a Dios; y mientras recurrió al Señor, Dios le dio prosperidad. Salió a luchar contra los filisteos, derribó las murallas de Gat, Jabné y Asdod y edificó ciudades en la comarca de Asdod y en territorio filisteo. Dios lo ayudó contra los filisteos, contra los árabes de Gur Baal y contra los meunitas. Los amonitas le pagaban tributo y su fama se extendió hasta la frontera de Egipto, pues se había hecho muy poderoso.

Ozías construyó torres en Jerusalén: sobre la puerta de la esquina, sobre la puerta del valle, y sobre el ángulo, y las fortificó. 10 Construyó torres en el desierto y abrió muchos pozos, ya que tenía gran cantidad de ganado en la Sefela y en la llanura; también tenía agricultores y viñadores en los montes y en las huertas, pues le gustaba la agricultura. 11 Ozías tenía un ejército en pie de guerra, organizado en divisiones, según el censo elaborado por el escriba Jiel y el comisario Maseías, a las órdenes de Jananías, uno de los oficiales del rey. 12 El total de cabezas de familia era de dos mil seiscientos, guerreros valerosos 13 que tenían bajo su mando un ejército de trescientos siete mil quinientos guerreros esforzados, listos para socorrer al rey contra el enemigo. 14 Ozías armó a todo el ejército con escudos, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas. 15 En Jerusalén hizo construir catapultas inventadas por un experto para colocarlas sobre las torres y en los ángulos con capacidad para lanzar flechas y pedruscos. Su fama llegó lejos, pues recibió una ayuda portentosa hasta hacerse muy poderoso.

16 Pero en la plenitud de su poder el orgullo lo llevó a la perdición y se rebeló contra el Señor, su Dios, entrando al Templo del Señor para quemar incienso en el altar del incienso. 17 Tras él entró el sacerdote Azarías, acompañado de ochenta valerosos sacerdotes del Señor, 18 que se enfrentaron al rey Ozías y le dijeron:

— Ozías, no te corresponde a ti quemar incienso al Señor, sino a los sacerdotes descendientes de Aarón, consagrados para ello. Sal del santuario, porque has pecado y no mereces tal honor del Señor Dios.

19 Ozías con el incensario en la mano se encolerizó contra los sacerdotes y en ese momento le salió lepra en la frente allí mismo, ante los sacerdotes, en pleno Templo, junto al altar del incienso. 20 Cuando el sumo sacerdote Azarías y los demás sacerdotes lo miraron y se dieron cuenta de que tenía lepra en la frente, lo echaron inmediatamente de allí, y él mismo se apresuró a salir, consciente de que el Señor lo había castigado.

21 El rey Ozías siguió leproso hasta el día de su muerte, por lo que tuvo que vivir apartado en una casa, pues como leproso tenía prohibida la entrada en el Templo del Señor. Su hijo Jotán quedó al frente del palacio y gobernaba al pueblo. 22 El resto de la historia de Ozías, de principio a fin, fue escrita por el profeta Isaías, hijo de Amón. 23 Cuando Ozías murió fue enterrado con sus antepasados en un cementerio de propiedad real, por ser un leproso; su hijo Jotán le sucedió como rey.

Apocalipsis 13

Las dos bestias

13 Vi entonces cómo surgía del mar una bestia con diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una diadema, y en cada cabeza un título blasfemo. Era una bestia parecida a un leopardo, si bien sus patas eran como de oso y sus fauces como de león. El dragón le dio su fuerza, su imperio y su inmenso poderío. Me pareció que una de sus cabezas había sido herida de muerte, pero la herida mortal estaba ya curada; y toda la tierra corría fascinada tras la bestia. Adoraron al dragón, por cuanto había traspasado su poder a la bestia, y adoraron también a la bestia, exclamando:

— ¡No hay nadie como la bestia! ¿Quién se atreverá a pelear contra ella?

Se le permitió a la bestia proferir bravatas y blasfemias, y se le concedió autorización para actuar durante cuarenta y dos meses. Y así lo hizo: profirió blasfemias contra Dios, contra su nombre y su santuario, y contra los que habitan en el cielo. También se permitió a la bestia pelear contra los mismos consagrados a Dios, hasta vencerlos; y le fue concedido poder sobre gentes de toda raza, pueblo, lengua y nación. Y todos los habitantes de la tierra, salvo los inscritos en el libro de la vida que tiene el Cordero degollado desde el principio del mundo, rendirán vasallaje a la bestia. Quien tenga oídos, preste atención:

10 El que esté destinado a ser cautivo,
en cautivo se convertirá.
El que haya de morir a espada,
a filo de espada morirá.

¡Ha sonado la hora de poner a prueba la firmeza y la fe de los consagrados a Dios!

11 Vi luego cómo surgía de la tierra otra bestia, que tenía dos cuernos de carnero y hablaba como un dragón. 12 Tenía todo el poderío de la primera bestia y lo ejercía en su favor, logrando que todos los habitantes de la tierra adorasen a aquella primera bestia, cuya herida mortal había sido curada. 13 Realizaba prodigios formidables, como hacer bajar fuego del cielo a la tierra a la vista de la gente. 14 Con esos prodigios que se le había permitido hacer en presencia de la bestia, engañaba a los habitantes de la tierra animándolos a erigir una imagen en honor de aquella bestia que estuvo herida de muerte y revivió. 15 Se concedió a esta segunda bestia infundir vida a la imagen de la bestia hasta hacerla hablar y causar la muerte a todos cuantos se negaran a adorar esa imagen. 16 Mandó también que todos, humildes y poderosos, ricos y pobres, libres y esclavos, llevaran una marca tatuada en la mano derecha o en la frente. 17 Y sólo quien llevaba tatuado el nombre de la bestia o la cifra de su nombre era considerado ciudadano con plenitud de derechos. 18 Sabiduría se requiere aquí. El que presuma de sabio, pruebe a descifrar el número de la bestia, que es cifra humana. El seiscientos sesenta y seis es la cifra.

Zacarías 9

SEGUNDA PARTE (9—14)

Israel y los pueblos vecinos (9—11)

Juicio y castigo

Oráculo:
La palabra del Señor
llega al país de Jadrac
y en Damasco se detiene,
pues al Señor pertenecen
las ciudades de Siria,
así como las tribus de Israel.
Y también le pertenece
su vecina Jamat,
junto con Tiro y Sidón
prototipos de sabiduría.
Tiro se construyó una fortaleza;
acumuló tanta plata como polvo,
y tanto oro como barro
hay desparramado por las calles.
Pero el Señor la despojará de todo,
hundirá en el mar su poderío
y será consumida por el fuego.
Se espantará al verlo Ascalón,
se estremecerá Gaza de terror,
y Ecrón quedará sin esperanza.
Será eliminado el rey de Gaza,
quedará Ascalón sin habitantes,
y en Asdod vivirán razas mezcladas.
Abatiré la soberbia filistea,
arrancaré de su boca
la presa todavía ensangrentada,
y de entre sus dientes los manjares
que me son aborrecibles.
También de ellos quedará
un resto para nuestro Dios;
serán como clanes de Judá,
y los de Ecrón como si fueran jebuseos.
Montaré guardia en torno a mi Templo
contra todos los que intenten invadirlo;
ningún opresor pasará por allí
porque mis ojos están vigilantes.

El Mesías que viene

Salta de alegría, Sión;
grita jubilosa, Jerusalén,
porque ya llega tu rey,
justo y victorioso,
humilde y montado sobre un asno,
sobre un borrico, retoño de asna.
10 Destruirá los carros de guerra de Efraín
y aniquilará la caballería de Jerusalén;
quebrará los arcos de guerra
y anunciará la paz a las naciones.
Dominará de un mar a otro mar,
desde el río Éufrates
hasta los confines de la tierra.

Regreso de los cautivos

11 Y porque sellé contigo
una alianza mediante sangre,
yo sacaré a tus cautivos
del foso sin agua.
12 Vuelvan, cautivos,
a la ciudad fortificada,
vuelvan esperanzados;
hoy mismo les anuncio
que les daré doble recompensa.
13 He tensado como un arco a Judá,
he cargado [de flechas] a Efraín;
lanzaré, Sión, a tus hijos
contra los tuyos, país de Javán,
y te blandiré, Sión,
como blande un valiente su espada.
14 El Señor se manifestará a su lado
disparando flechas como relámpagos;
hará el Señor resonar la trompeta
y avanzará entre los torbellinos del sur.
15 El Señor del universo los protegerá
de modo que aplasten y trituren
las piedras lanzadas por la honda;
beberán su sangre como vino,
hasta rebosar como copa de ofrendas,
como los salientes del altar.
16 Aquel día los salvará el Señor, su Dios;
serán como rebaño de su pueblo
y resplandecerán en su tierra
como diamantes de diadema.
17 ¡Qué felicidad y qué hermosura!
El pan hará florecer a los muchachos
y el vino nuevo a las muchachas.

Juan 12

Unción de Jesús en Betania (Mt 26,6-13; Mc 14,3-9)

12 Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, el mismo a quien había resucitado de entre los muertos. Ofrecieron allí una cena en honor de Jesús. Marta servía la mesa y Lázaro era uno de los comensales. María tomó un frasco de perfume muy caro —casi medio litro de nardo puro— y lo derramó sobre los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa entera se llenó de la fragancia de aquel perfume.

Entonces Judas Iscariote, el discípulo que iba a traicionar a Jesús, se quejó diciendo:

— Ese perfume ha debido costar el equivalente al jornal de todo un año. ¿Por qué no se ha vendido y se ha repartido el importe entre los pobres?

En realidad, a él los pobres lo traían sin cuidado; dijo esto porque era ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que depositaban en ella. Jesús le dijo:

— ¡Déjala en paz! Esto lo tenía guardado con miras a mi sepultura. Además, a los pobres los tendrán siempre con ustedes; a mí en cambio, no siempre me tendrán.

También Lázaro debe morir

Un gran número de judíos se enteró de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no sólo atraídos por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 10 Los jefes de los sacerdotes tomaron entonces la decisión de eliminar también a Lázaro, 11 pues, por su causa, muchos judíos se alejaban de ellos y creían en Jesús.

Entrada triunfal en Jerusalén (Mt 21,1-11; Mc 11,1-11; Lc 19,28-40)

12 Al día siguiente, muchos de los que habían acudido a la fiesta, al enterarse de que Jesús se acercaba a Jerusalén, 13 cortaron ramos de palmera y salieron a su encuentro gritando:

— ¡Viva! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el rey de Israel!

14 Jesús encontró a mano un asno y montó sobre él. Así lo había predicho la Escritura:

15 No temas, Jerusalén;
mira, tu rey viene a ti
montado sobre un asno.

16 Sus discípulos no entendieron entonces el significado de este gesto; solamente después, cuando Jesús fue glorificado, recordaron que aquello que habían hecho con Jesús ya estaba escrito de antemano sobre él. 17 Y la gente que estaba con él cuando resucitó a Lázaro y mandó que saliera del sepulcro, contaba también lo que había visto. 18 Así que una multitud, impresionada por el relato del milagro, salió en masa al encuentro de Jesús. 19 En vista de ello, los fariseos comentaban entre sí:

— Ya ven que no conseguimos nada; todo el mundo lo sigue.

Unos griegos quieren ver a Jesús

20 Entre los que habían llegado a Jerusalén para dar culto a Dios con ocasión de la fiesta, se encontraban algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron:

— Señor, quisiéramos ver a Jesús.

22 Felipe se lo dijo a Andrés, y los dos juntos se lo notificaron a Jesús. 23 Jesús les dijo:

— Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. 24 Les aseguro que si un grano de trigo no cae en tierra y muere, seguirá siendo un único grano. Pero si muere, producirá fruto abundante. 25 Quien vive preocupado solamente por su vida, terminará por perderla; en cambio, quien no se apegue a ella en este mundo, la conservará para la vida eterna. 26 Si alguien quiere servirme, que me siga. Correrá la misma suerte que yo. Y todo el que me sirva será honrado por mi Padre.

Jesús habla de su muerte

27 Me encuentro ahora profundamente turbado; pero ¿acaso pediré al Padre que me libre de este trance? ¡Si precisamente he venido para vivir esta hora! 28 Padre, glorifica tu nombre.

Entonces se oyó una voz venida del cielo:

— Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo.

29 De la multitud que estaba allí presente y que oyó la voz, unos pensaban que había sido un trueno, y otros, que le había hablado un ángel. 30 Jesús aclaró:

— Esa voz no hablaba para mí, sino para que la oyeran ustedes. 31 Es ahora cuando este mundo va a ser condenado; es ahora cuando el que tiraniza a este mundo va a ser vencido. 32 Y cuando yo haya sido elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

33 Con esta afirmación, Jesús quiso dar a entender la forma de muerte que le esperaba. 34 La gente replicó:

— Nuestra ley nos enseña que el Mesías no morirá nunca. ¿Cómo dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser elevado sobre la tierra? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

35 Jesús les respondió:

— Todavía está la luz entre ustedes, pero no por mucho tiempo. Mientras tienen luz, caminen para que no los sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde se dirige. 36 Mientras tengan luz, crean en ella para que la luz oriente su vida.

Después de decir esto, Jesús se retiró, escondiéndose de ellos.

Jesús, signo de contradicción

37 A pesar de haber visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él. 38 Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías:

Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?
¿A quién ha sido manifestado el poder del Señor?

39 El mismo Isaías había indicado la razón de su falta de fe:

40 Dios ha oscurecido sus ojos
y endurecido su corazón,
de tal manera que sus ojos no ven
y su inteligencia no comprende;
así que no se vuelven a mí
para que yo los cure.

41 Isaías dijo esto porque había visto la gloria de Jesús, y por eso hablaba de él.

42 A pesar de todo, fueron muchos, incluso entre los jefes judíos, los que creyeron en Jesús. Pero no se atrevían a manifestarlo públicamente, porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Apreciaban más tener una buena reputación ante la gente, que tenerla ante Dios.

Juzgados por el mensaje de Jesús

44 Jesús, entonces, proclamó:

— El que cree en mí, no solamente cree en mí, sino también en el que me ha enviado; 45 y al verme a mí, ve también al que me ha enviado. 46 Yo soy luz y he venido al mundo para que todo el que cree en mí no siga en las tinieblas. 47 No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas, porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo. 48 Quien me rechaza y no acepta mis palabras tiene ya quien lo juzgue: mi propio mensaje lo condenará en el último día. 49 Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, es quien me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. 50 Yo sé que sus mandamientos contienen vida eterna. Por eso, yo enseño lo que me ha dicho el Padre.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España