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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
2 Reyes 19

Consulta al profeta Isaías (Is 37,1-9a)

19 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus ropas, se vistió de sayal y fue al Templo del Señor. Al mismo tiempo envió al mayordomo de palacio Jelcías, al secretario Sobná y a los sacerdotes más ancianos, vestidos de sayal, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, y a comunicarle lo siguiente:

— Esto dice Ezequías: “Vivimos hoy momentos de angustia, de castigo y de ignominia, como si el hijo fuera a nacer y la madre no tuviera fuerzas para alumbrarlo. Ojalá el Señor, tu Dios, haya escuchado las palabras del copero mayor enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios vivo, y lo castigue por esas palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Por tu parte, intercede por el resto que aún subsiste”.

Los servidores del rey Ezequías fueron a ver al profeta Isaías que les dijo:

— Esto responderán a su señor: “Así dice el Señor: Que no te asusten las palabras insultantes que has oído proferir a los oficiales del rey de Asiria contra mí. Yo mismo le voy a infundir un espíritu tal que, al oír cierta noticia, tendrá que regresar a su país donde lo haré morir a espada”.

Regresó el copero mayor y, al enterarse de que el rey de Asiria se había retirado de Laquis para atacar Libná, fue allí a su encuentro. Y es que el rey de Asiria había oído que Tirhacá, el rey de Etiopía, se había puesto en camino para plantarle batalla.

Nuevas amenazas de Senaquerib (2 Cr 37,9b-20)

Entonces, el rey de Asiria envió nuevos emisarios a Ezequías con el siguiente mensaje:

10 — Digan a Ezequías, el rey de Judá: “Que no te engañe tu Dios, en quien confías, asegurándote que Jerusalén no caerá en poder del rey de Asiria. 11 Seguro que has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países que han consagrado al exterminio. ¿Y piensas que tú vas a librarte? 12 ¿Salvaron sus dioses a las naciones que mis antepasados destruyeron, a saber: Gozán, Jarán, Résef y los habitantes de Edén, en Telasar? 13 ¿Dónde están los reyes de Jamat, de Arpad, de Laír, de Sefarváin, de Ená y de Evá?”.

14 Ezequías tomó la carta traída por los mensajeros y la leyó. Luego subió al Templo, la abrió en presencia del Señor 15 y oró así:

— Señor, Dios de Israel, entronizado sobre querubines; únicamente tú eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú has creado el cielo y la tierra. 16 Presta oído, Señor, y escucha; abre los ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que ha transmitido Senaquerib insultando con ellas al Dios vivo. 17 Es cierto, Señor, que los reyes asirios han asolado a las naciones y sus territorios, 18 arrojando sus dioses a las llamas y destruyéndolos; claro que no eran dioses, sino obra de manos humanas fabricados con madera y piedra. 19 Pero ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todos los reinos del mundo reconozcan que únicamente tú eres, Dios, el Señor.

Intervención de Isaías (Is 37,21-38)

20 Isaías, hijo de Amós, envió este mensaje a Ezequías:

— Así dice el Señor, Dios de Israel: He escuchado la súplica que me has dirigido a propósito de Senaquerib, el rey de Asiria. 21 Y esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él:

Te desprecia y se burla de ti
una simple muchacha,
la ciudad de Sión;
te hace mofa a tus espaldas
la ciudad de Jerusalén.
22 ¿A quién insultas e injurias?
¿Contra quién levantas tu voz,
alzando altanera la mirada?
¡Contra el Santo de Israel!
23 Por medio de tus mensajeros
has insultado al Señor, diciendo:
“Gracias a mis carros numerosos
he subido a las cumbres más altas,
al corazón del Líbano;
he talado sus cedros más esbeltos,
sus más escogidos cipreses;
me adentré en su lugar más oculto,
en sus bosques más espesos.
24 Alumbré y bebí aguas extranjeras;
sequé bajo la planta de mis pies
todos los ríos de Egipto”.
25 ¿Acaso no te has enterado
de que hace tiempo lo tengo decidido.
Lo he planeado desde antaño
y ahora lo llevo a término?
Voy a reducir a escombros
todas las ciudades fortificadas.
26 Sus habitantes, impotentes,
espantados y humillados,
son como hierba del campo,
como césped de pastizal,
como verdín de los tejados,
como mies agostada antes de sazón.
27 Sé bien cuándo te sientas,
conozco tus idas y venidas,
y cuándo te enfureces contra mí.
28 Puesto que ha llegado a mis oídos
tu furia y tu arrogancia contra mí,
pondré mi garfio en tu nariz
y mi argolla en tu hocico,
y te haré volver por el camino
por donde habías venido.

29 Y esto, Ezequías, te servirá de señal: este año comerán lo que retoñe, y el siguiente, lo que nazca sin sembrar, pero el tercer año sembrarán y cosecharán; plantarán viñas y comerán sus frutos. 30 El resto superviviente de Judá volverá a echar raíces por abajo y a producir fruto por arriba, 31 pues de Jerusalén saldrá un resto, y habrá supervivientes en el monte Sión. El amor apasionado del Señor del universo lo cumplirá.

32 Por eso, así dice el Señor a propósito del rey de Asiria:

No entrará en esta ciudad,
no disparará flechas contra ella,
no la cercará con escudos,
ni la asaltará con rampas.
33 Se volverá por donde vino
y no entrará en esta ciudad
—oráculo del Señor—.
34 Protegeré esta ciudad para salvarla,
por mi honor y el de David, mi servidor.

35 Aquella misma noche salió el enviado del Señor, hirió a ciento ochenta mil hombres en el campamento asirio; al levantarse los asirios por la mañana no había más que cadáveres. 36 Senaquerib, el rey de Asiria, levantó el campamento, regresó a Nínive y se quedó allí. 37 Y un día, mientras estaba orando en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Saréser lo asesinaron y huyeron al país de Ararat. Su hijo Asaradón le sucedió como rey.

Hebreos 1

Introducción (1,1-4)

Dios nos ha hablado por medio de su Hijo

Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras. Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio del Hijo a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien creó también el universo. El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas y ha venido a ser un valedor tanto más poderoso que los ángeles, cuanto es más excelente el título que ha recibido en herencia.

I.— JESUCRISTO, SUPERIOR A LOS ÁNGELES (1,5—2,18)

Hijo de Dios

En efecto, jamás dijo Dios a ningún ángel:

Tú eres mi Hijo,
yo te he engendrado hoy.

Ni tampoco:

Seré para él un padre,
y él será un hijo para mí.

Asimismo, al introducir a su Hijo primogénito en el mundo dice:

Adórenlo todos los ángeles de Dios.

Y mientras que de los ángeles dice la Escritura:

Dios hace espíritus a sus ángeles,
y llamas ardientes a sus ministros,

del Hijo, en cambio, dice:

Tu trono, oh Dios, permanece para siempre
y gobiernas tu reino con rectitud.
Amas la justicia y odias la maldad;
por eso Dios, tu Dios, te ha ungido
con óleo de alegría haciéndote sobresalir
más que tus compañeros.

10 Y dice también:

Tú, Señor, pusiste al comienzo
los cimientos de la tierra,
y hechura de tus manos son los cielos.
11 Ellos perecerán; tú, en cambio, permaneces.
Como traje que envejece serán todos;
12 como si de un manto se tratara, los doblarás
y como ropa que se muda cambiarán.
Pero tú eres siempre el mismo
y tus años no tendrán fin.

13 ¿A qué ángel, en fin, dijo alguna vez:

Siéntate junto a mí
hasta que yo ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies?

14 ¿No son todos ellos espíritus enviados con la función de servir a los que han de heredar la salvación?

Oseas 12

Mentiras de Efraín

12 Efraín me ha rodeado de mentiras
y el pueblo de Israel de engaños,
pero Judá aún camina con Dios
y se mantiene fiel al muy Santo.
Efraín se alimenta de aire
y corre todo el día tras el viento;
multiplica sus mentiras y violencias,
hace pactos con Asiria
y regala aceite a Egipto.

Una larga historia de rebeldía

El Señor entabla pleito a Israel,
va a castigar la conducta de Jacob,
le va a retribuir según sus acciones.
Ya en el seno materno
suplantó a su hermano
y en su edad viril luchó con Dios,
luchó con un ángel y lo venció.
Luego lloró y pidió compasión;
Dios lo encontró en Betel
y allí habló con nosotros.
El Señor es Dios del universo;
su nombre es el Señor.
En cuanto a ti, conviértete a tu Dios,
practica el amor y el derecho
y confía siempre en tu Dios.
Canaán maneja pesas falsas,
pues le agrada estafar.
Y Efraín dice: “Me he hecho rico,
he conseguido una fortuna;
en todas mis ganancias
nadie podrá acusarme de pecado”.
10 Pero yo que soy el Señor, tu Dios,
desde que estabas en Egipto,
haré que vivas de nuevo
en tiendas de campaña
como en los días del encuentro.
11 Hablaré a los profetas,
multiplicaré sus visiones
y me expresaré en parábolas
por medio de esos profetas.
12 En Galaad se da culto a ídolos
que no son más que dioses falsos;
en Guilgal se inmolan toros
en altares que sólo son majanos
en medio de los surcos del campo.
13 Huyó Jacob a la campiña de Aram;
allí Israel sirvió por una mujer
y por ella se hizo pastor de rebaños.
14 Más tarde el Señor
sacó a Israel de Egipto
por medio de un profeta,
y por medio de un profeta lo cuidó.
15 Pero Efraín ha irritado [al Señor]
cometiendo una amarga ofensa;
así que su Señor le devolverá los agravios
y le hará pagar por sus crímenes.

Salmos 135-136

Salmo 135 (134)

El Señor es grande

135 ¡Aleluya!
Alaben el nombre del Señor,
alábenlo los que al Señor sirven,
los que están en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alaben al Señor por su bondad,
festéjenlo por su amabilidad,
porque el Señor escogió a Jacob,
a Israel como heredad suya.
Yo sé bien que el Señor es grande,
nuestro Dios supera a todos los dioses.
El Señor hace cuanto desea,
en el cielo y la tierra, en mares y abismos.
Desde el confín de la tierra alza las nubes,
forja rayos para que llueva,
saca el viento de sus refugios.
Dio muerte a los primogénitos de Egipto,
desde las personas hasta el ganado.
En medio de ti, Egipto,
envió prodigios y signos
contra el faraón y sus siervos.
10 Él abatió a muchas naciones,
aniquiló a reyes poderosos:
11 a Sijón, rey de los amorreos,
a Og, rey de Basán,
a todos los reyes de Canaán;
12 y entregó sus territorios como heredad,
a su pueblo Israel los entregó.
13 Señor, tu nombre es eterno,
tu fama perdura por generaciones.
14 Porque el Señor hace justicia a su pueblo,
se compadece de sus siervos.
15 Los ídolos de las naciones son plata y oro,
obra de manos humanas.
16 Tienen boca y no hablan,
ojos pero no ven,
17 oídos pero no oyen,
no tiene aliento su boca.
18 Que sean como ellos quienes los hacen,
todo el que en ellos confía.
19 Casa de Israel, bendigan al Señor,
casa de Aarón, bendigan al Señor;
20 casa de Leví, bendigan al Señor,
los que veneran al Señor, bendíganlo.
21 ¡Bendito sea el Señor en Sión,
el que habita en Jerusalén!
¡Aleluya!

Salmo 136 (135)

Alaben al Señor por su bondad

136 Alaben al Señor por su bondad,
porque es eterno su amor.
Alaben al Dios de dioses,
porque es eterno su amor.
Alaben al Señor de señores,
porque es eterno su amor.
Al único que hace maravillas,
porque es eterno su amor.
Al que hizo los cielos con inteligencia,
porque es eterno su amor.
Al que afirmó la tierra sobre las aguas,
porque es eterno su amor.
Al que hizo los grandes astros,
porque es eterno su amor:
el sol que domina el día,
porque es eterno su amor;
la luna y las estrellas que dominan la noche,
porque es eterno su amor.
10 Al que mató a los primogénitos de Egipto,
porque es eterno su amor;
11 al que sacó a Israel de en medio de ellos,
porque es eterno su amor,
12 con mano fuerte y brazo extendido,
porque es eterno su amor.
13 Al que hendió el mar de las Cañas,
porque es eterno su amor,
14 e hizo que Israel lo atravesara,
porque es eterno su amor;
15 al faraón y su ejército hundió en él,
porque es eterno su amor.
16 Al que por el desierto condujo a su pueblo,
porque es eterno su amor.
17 Al que abatió a los grandes reyes,
porque es eterno su amor,
18 y mató a reyes poderosos,
porque es eterno su amor:
19 a Sijón, rey de los amorreos,
porque es eterno su amor;
20 a Og, el rey de Basán,
porque es eterno su amor,
21 y como heredad entregó sus territorios,
porque es eterno su amor,
22 a su siervo Israel,
porque es eterno su amor.
23 Estando abatidos se acordó de nosotros,
porque es eterno su amor;
24 nos libró de nuestros enemigos,
porque es eterno su amor.
25 El Señor da sustento a toda criatura,
porque es eterno su amor.
26 ¡Alaben al Dios del cielo
porque es eterno su amor!

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España