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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Rut 2-4

¶ Tenía Noemí un pariente de parte de su marido, varón valiente y de esfuerzo, de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.

Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y cogeré espigas en pos de aquel en cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

Fue pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció precisamente, que la suerte del campo era de Booz, el cual era de la parentela de Elimelec.

¶ Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: El SEÑOR sea con vosotros. Y ellos respondieron: El SEÑOR te bendiga.

Y Booz dijo a su criado, el que estaba a cargo de los segadores: ¿De quién es esta joven?

Y el criado, que estaba a cargo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven de Moab, que volvió con Noemí de los campos de Moab;

y ha dicho: Te ruego que me dejes coger y juntar espigas tras los segadores entre las gavillas: entró pues, y está desde por la mañana hasta ahora, menos un poco que ha estado en casa.

Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a coger a otro campo, ni te pases de aquí; y aquí estarás con mis criadas.

Mira bien el campo donde ellas segaren, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te toquen. Y si tuvieres sed, ve a los vasos, y bebe del agua que sacaren los criados.

10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que tú me conozcas, siendo yo extranjera?

11 Y respondiendo Booz, le dijo: De cierto me ha sido declarado todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido; que dejando a tu padre y a tu madre, y tu tierra natural has venido a pueblo que no conociste llegando hace tres días.

12 El SEÑOR galardone tu obra, y tu remuneración sea llena por el SEÑOR Dios de Israel; que has venido para cubrirte debajo de sus alas.

13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu esclava, no siendo yo ni aun como una de tus criadas.

14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y se sentó ella junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació y le sobró.

15 Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que coja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis;

16 antes echaréis a sabiendas de los manojos, y la dejaréis que coja, y no la reprendáis.

17 ¶ Y cogió en el campo hasta la tarde, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.

18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio.

19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has cogido hoy? ¿Y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha conocido. Y ella declaró a su suegra lo que le había acontecido con aquel, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.

20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, que aun no ha dejado su misericordia ni para con los vivos ni para con los muertos. Y le volvió a decir Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y es uno de los que tiene el derecho de redimirnos.

21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criados, hasta que hayan acabado toda mi siega.

22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas; y no que te encuentren en otro campo.

23 Y así ella se juntó con las criadas de Booz cogiendo, hasta que la siega de la cebada y la del trigo fue acabada; mas con su suegra habitó.

¶ Y le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscarte descanso, para que te vaya bien?

¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta la cebada esta noche en la era.

Te lavarás pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.

Y cuando él se acostare, repara tú el lugar donde él se acostare, e irás, y descubrirás los pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.

Y ella le respondió: Haré todo lo que tú me mandares.

¶ Y descendiendo a la era, hizo todo lo que su suegra le había mandado.

Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y descubrió los pies, y se acostó.

Y aconteció, que a la medianoche el varón se estremeció, y echó mano; y he aquí, la mujer que estaba acostada a sus pies.

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu esclava; extiende el borde de tu capa sobre tu esclava, porque redentor eres.

10 Y él dijo: Bendita seas tú del SEÑOR, hija mía; que has demostrado más misericordia al final que en el comienzo, no yendo tras los jóvenes, sean pobres o ricos.

11 Ahora pues, no temas, hija mía, yo haré contigo todo lo que tú dijeres, pues que todos los de la puerta de mi pueblo saben que eres mujer valiente.

12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy el redentor, con todo eso hay otro redentor más cercano (de parentesco) que yo.

13 Reposa esta noche, y cuando sea de día, si aquel te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive el SEÑOR. Reposa, pues, hasta la mañana.

14 ¶ Y reposó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que nadie pudiera conocer a otro. Y él dijo: Que no se sepa que la mujer haya venido a la era.

15 Y le dijo a ella: Llega el velo que traes sobre ti, y ten de él. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso a cuestas; y ella se fue a la ciudad.

16 Así que vino a su suegra, ésta le dijo: ¿Qué pues, hija mía? Y le declaró ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.

17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: Para que no vayas vacía a tu suegra.

18 Entonces ella dijo: Reposa, hija mía, hasta que sepas como cae la cosa; porque aquel hombre no reposará hasta que hoy concluya el negocio.

¶ Y Booz subió a la puerta y se sentó allí: y he aquí pasaba aquel redentor del cual Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino, y se sentó.

Entonces él tomó diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.

Y dijo al redentor: Una parcela de tierra que tuvo nuestro hermano Elimelec, vendió Noemí, la que volvió del campo de Moab;

y yo decidí hacértelo saber, y decirte que las tomes delante de los que están aquí sentados, y delante de los ancianos de mi pueblo. Si hubieres de redimir, redime; y si no quisieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y el otro respondió: Yo redimiré.

Entonces replicó Booz: El mismo día que tomares las tierras de mano de Noemí, tomarás también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que levantes el nombre del muerto sobre su heredad.

Y respondió el redentor: No puedo redimir para mí; porque por ventura echaría a perder mi heredad; redime tú, yo te traspaso mi derecho, porque yo no podré redimir.

Desde hacía tiempo existía esta costumbre en Israel en la redención o contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y éste era el testimonio en Israel.

Entonces el que había traspasado el derecho de redención dijo a Booz: Tómalo tú. Y diciendo esto descalzó su zapato.

¶ Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros seréis hoy testigos de como tomo todas las cosas que fueron de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón, de mano de Noemí.

10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para que yo levante el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se pierda de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros seréis hoy testigos.

11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. El SEÑOR haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y seas ilustre en Efrata, y tengas nombradía en Belén;

12 tu casa sea como la casa de Fares, al que Tamar dio a luz a Judá, de la simiente que el SEÑOR te diere de esta joven.

13 ¶ Y así Booz tomó a Rut, y ella fue su mujer; y luego que entró a ella, el SEÑOR le dio que concibiera y diera a luz un hijo.

14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea el SEÑOR, que hizo que no te faltara redentor hoy, cuyo nombre será nombrado en Israel.

15 El cual será restaurador de tu alma, y el que te sustentará en tu vejez; pues que tu nuera, la cual te ama, le ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.

16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya.

17 Y las vecinas le pusieron nombre diciendo: a Noemí ha nacido un hijo; y le llamaron Obed. Este es padre de Jessé, padre de David.

18 Y éstas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón;

19 y Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab;

20 y Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón;

21 Y Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed;

22 y Obed engendró a Jessé, y Jessé engendró a David.

Juan 4:43-54

43 ¶ Y dos días después, salió de allí, y se fue a Galilea.

44 Porque el mismo Jesús dio testimonio de que un profeta en su tierra no tiene honra.

45 Y cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, vistas todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la Fiesta; porque también ellos habían ido a la Fiesta.

46 Vino pues Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había hecho el vino del agua. Y había en Capernaum uno del rey, cuyo hijo estaba enfermo.

47 Este, cuando oyó que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él, y le rogaba que descendiera, y sanara a su hijo, porque se comenzaba a morir.

48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y milagros no creeréis.

49 El del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi niño muera.

50 Le dice Jesús: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó a la palabra que Jesús le dijo, y se fue.

51 Y cuando ya él descendía, los esclavos le salieron a recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.

52 Entonces él les preguntó a qué hora comenzó a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima le dejó la fiebre.

53 El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.

54 Esta también es la segunda señal que Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea.

Salmos 105:16-36

16 Y llamó al hambre sobre la tierra, y quebrantó toda fuerza de pan.

17 Envió un varón delante de ellos, a José, que fue vendido por esclavo.

18 Afligieron sus pies con grillos; en hierro fue puesta su alma.

19 Hasta la hora que llegó su palabra, el dicho del SEÑOR le purificó.

20 Envió el rey, y le soltó; el señor de los pueblos, y le desató.

21 Lo puso por señor de su casa, y por enseñoreador en toda su posesión;

22 para echar presos sus príncipes como él quisiera, y enseñó sabiduría a sus ancianos.

23 Después entró Israel en Egipto, y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.

24 Y multiplicó su pueblo en gran manera, y lo hizo más fuerte que sus enemigos.

25 ¶ Volvió el corazón de ellos para que aborrecieran a su pueblo, para que pensaran mal contra sus esclavos.

26 Envió a su esclavo Moisés, y a Aarón al cual escogió.

27 Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam.

28 Echó tinieblas, e hizo oscuridad; y no fueron rebeldes a su palabra.

29 Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces.

30 Engendró ranas su tierra, ranas en las camas de sus mismos reyes.

31 Dijo, y vinieron enjambres de moscas, y piojos en todo su término.

32 Volvió sus lluvias en granizo; en fuego de llamas en su tierra.

33 E hirió sus viñas y sus higueras, y quebró los árboles de su término.

34 Dijo, y vinieron langostas, y pulgón sin número;

35 y comieron toda la hierba de su tierra, y comieron el fruto de su tierra.

36 Hirió además a todos los primogénitos en su tierra, el principio de toda su fuerza.

Proverbios 14:26-27

26 ¶ En el temor del SEÑOR está la fuerte confianza; y allí sus hijos tendrán esperanza.

27 ¶ El temor del SEÑOR es manantial de vida, para ser apartado de los lazos de la muerte.

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