The Daily Audio Bible
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15 Porque así dice el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el de espíritu contrito y humilde, para reavivar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
16 Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues desmayaría ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.
17 Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón.
18 He visto sus caminos; pero le sanaré, y le guiaré, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;
19 produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
20 Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 No hay paz, dice mi Dios, para los malvados.
El verdadero ayuno
58 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su transgresión, y a la casa de Jacob sus pecados.
2 Que me buscan cada día, y aparentan deleitarse en saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y les agrada acercarse a Dios.
3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por enterado? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y explotáis a todos vuestros trabajadores.
4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para dar de puñetazos al desvalido; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que por un día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como un junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno, y día agradable a Jehová?
6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las cadenas de maldad, soltar las coyundas del yugo, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
7 ¿No es que partas tu pan al hambriento, y a los pobres errantes albergues en tu casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
8 Entonces brotará tu luz como el alba, y tu curación se echará de ver rápidamente; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar maldad;
10 y si repartes tu pan al hambriento, y sacias al alma afligida, en las tinieblas brotará tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
11 Jehová te guiará continuamente, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de muchas generaciones levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para poblados.
La observancia del día de reposo
13 Si retrajeres a causa del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia; y al día santo de Jehová, honorable; y lo honrares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu negocio, ni hablando de él,
14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.
Confesión del pecado de Israel
59 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír;
2 pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no escucharos.
3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y vuestra lengua habla maldad.
4 No hay quien litigue con justicia, ni quien defienda su causa con lealtad; confían en vanidad, y hablan mentiras; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.
5 Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que come de sus huevos, muere; y si los aplastan, salen víboras.
6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus tejidos serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y actos de violencia hay en sus manos.
7 Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; desolación y destrucción hay en sus caminos.
8 No conocen el camino de paz, ni hay justicia en sus pasos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas va, no conoce paz.
9 Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; buscamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.
10 Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como los sin ojos; tropezamos a mediodía como si fuera al anochecer; estamos en lugares oscuros como los muertos.
11 Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros.
12 Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados:
13 el prevaricar, renegar de Jehová, y el apartarse de seguir en pos de nuestro Dios; el hablar de opresión y rebelión, el concebir y proferir de corazón palabras de falsedad.
14 Al juicio recto se le ha hecho retirarse, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la rectitud no pudo entrar.
15 Y la verdad se echa de menos, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos que no se hiciese justicia.
16 Y vio que no había hombre, y se maravilló de que no hubiera quien intercediese; por eso su propio brazo lo salvó, y su misma justicia le sostuvo.
17 Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto;
18 conforme a sus obras les va a retribuir: con ira a sus enemigos, y con el pago a sus adversarios; el pago dará a los de las islas.
19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá como torrente impetuoso, empujado por el soplo de Jehová.
20 Y vendrá el Redentor a Sión, y a los que se conviertan de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
21 Y éste será mi pacto con ellos, dice Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dice Jehová, desde ahora y para siempre.
Saludo
1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:
2 Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Pablo ora por los creyentes
3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
4 rogando siempre en todas mis oraciones con gozo por todos vosotros,
5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;
6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
7 como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y consolidación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
8 Porque Dios me es testigo de cómo os añoro a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.
9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento perfecto y en todo discernimiento,
10 para que sepáis aquilatar las cosas más importantes, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,
11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Para mí el vivir es Cristo
12 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio,
13 de tal manera que mis prisiones por la causa de Cristo se han hecho notorias en todo el pretorio, y a todos los demás.
14 Y la mayoría de los hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros, de buena voluntad.
16 Los unos anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones;
17 pero los otros, por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.
18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.
19 Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación,
20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
23 Porque de ambos lados me siento apremiado, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
25 Y confiado en esto, sé que quedaré y permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.
Oración de un anciano
71 En ti, oh Jehová, me he refugiado;
No sea yo avergonzado jamás.
2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
De las garras del perverso y del opresor.
5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza.
Seguridad mía desde mi juventud.
6 En ti me he apoyado desde el seno materno;
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
En ti se inspira siempre mi alabanza.
7 Como prodigio he sido a muchos;
Y tú eres mi refugio fuerte.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
De tu gloria todo el día.
9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabe, no me desampares.
10 Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma conspiran juntos,
11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;
Perseguidle y prendedle, porque no hay quien le libre.
12 Oh Dios, no te alejes de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro.
13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.
14 Yo, en cambio, esperaré siempre,
Y te alabaré más y más.
15 Mi boca publicará tu justicia
Y tus hechos de salvación todo el día,
Aunque no sé su número.
16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
Haré memoria de tu justicia, que es sólo tuya.
17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,
Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
Y tu potencia a todos los que han de venir,
19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?
20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
Volverás a darme vida,
Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
21 Aumentarás mi grandeza,
Y volverás a consolarme.
22 Y así yo te alabaré con las cuerdas del salterio,
Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti con el arpa,
Oh Santo de Israel.
23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,
Y mi alma, la cual redimiste.
24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;
Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que procuraban mi mal.
9 El pensamiento del necio es pecado,
Y abominación a los hombres el escarnecedor.
10 Si eres flojo en el día de trabajo,
Tu fuerza será reducida.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.