Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the CEV. Switch to the CEV to read along with the audio.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Isaías 48:12-50:11

De nuevo la misión de Ciro

12 Escúchame, Jacob,
Israel, a quien llamé:
Yo soy, yo soy el primero
y también soy el último.
13 Sí, mi mano fundó la tierra,
y mi diestra extendió el cielo;
si les doy una orden
se presentan juntos.
14 Reúnanse todos y escuchen:
¿Quién de ustedes predijo estas cosas?
El Señor lo ama y él [Ciro] hará su voluntad
en Babilonia, entre los hijos de los caldeos.
15 Yo mismo he hablado y lo he llamado,
lo he traído y triunfará su misión.
16 Acérquense a mí, escuchen esto:
Nunca he hablado a escondidas,
desde que algo sucede estoy presente.
Y ahora el Señor Dios me ha enviado
y su espíritu…

Exhortación a la obediencia

17 Así dice el Señor, tu redentor,
el Santo de Israel:
Yo soy el Señor, tu Dios,
te educo para tu provecho,
te guío por el camino que has de seguir.
18 Si hubieras escuchado mis mandatos,
tu plenitud discurriría como un río,
tu prosperidad como las olas del mar;
19 tu descendencia sería como la arena,
los retoños de tu vientre como sus granos.
No permitiré que sea aniquilado
ni destruido tu nombre ante mí.

Salida de Babilonia

20 Salgan de Babilonia,
huyan de los caldeos.
Cuéntenlo con alborozo,
proclamen todo esto,
difundan la noticia
hasta el confín de la tierra.
Digan: “El Señor ha rescatado
a su siervo Jacob”.
21 No tuvieron sed
cuando iban por el desierto;
agua de la roca les dio para beber;
hendió la roca y brotó agua.
22 No hay paz para el malvado,
—dice el Señor—.

Segundo canto del Siervo.

49 Escúchenme, costas remotas,
atiendan, pueblos lejanos.
Ya en el vientre me llamó el Señor,
en el seno materno pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca espada afilada,
me ocultó al amparo de su mano;
hizo de mí una flecha puntiaguda,
me puso dentro de su aljaba.
Me dijo: Tú eres mi siervo, Israel,
en ti va a resplandecer mi gloria.
Pero yo pensaba: “En vano he trabajado,
en viento y por nada
he malgastado mis fuerzas”;
sin embargo, mi causa la llevaba el Señor,
mi recompensa dependía de mi Dios.
Y ahora así dice el Señor,
que me hizo su siervo ya en el vientre,
para que le trajese a Jacob,
para que le reuniese a Israel
(fui valioso a los ojos del Señor,
mi Dios fue mi fuerza):
Es muy poco que seas mi siervo
para restaurar a las tribus de Jacob
y reconducir al resto de Israel.
Voy a hacerte luz de las naciones
para que llegue mi salvación
hasta el confín de la tierra.

Maravillosa vuelta de los deportados

Así dice el Señor,
redentor y Santo de Israel,
al que ha sido despreciado
y aborrecido de las naciones,
al esclavo de los opresores:
Los reyes lo verán y se pondrán de pie,
los príncipes se postrarán humillados,
a causa del Señor, que es fiel,
del Santo de Israel, que te ha elegido.
Así dice el Señor:
Te he respondido en el momento adecuado,
te he auxiliado el día de la victoria;
te formo, te convierto
en alianza del pueblo,
para que restaures el país
y repartas heredades devastadas;
para que digas a los prisioneros: “Salgan”,
y a los que están en tinieblas: “Aparezcan”.
Pastarán por todos los caminos,
tendrán pasto en todas las dunas.
10 No pasarán hambre ni sed,
no los herirá el calor del sol;
pues los guía el compasivo,
los conduce junto a manantiales.
11 Convertiré los montes en camino,
elevaré el nivel de los senderos.
12 Miren, ya llegan de lejos:
unos del norte y del oeste,
otros del país de Siene.

Himno de alabanza

13 Festéjalo, cielo; alégrate, tierra.
Estallen, montes, en aclamaciones,
que el Señor consuela a su pueblo,
tiene compasión de sus pobres.

El Señor, madre y defensa de Sión

14 Decía Sión: “Me ha dejado el Señor,
mi Dios se ha olvidado de mí”.
15 ¿Se olvida una madre de su criatura,
deja de amar al hijo de sus entrañas?
Pues aunque una madre se olvidara,
yo jamás me olvidaré.
16 Aquí estás, tatuada en mis palmas,
tengo siempre a la vista tus murallas;
17 quienes te reconstruyen se dan más prisa
que aquellos que te destruyeron;
los que te asolaban se alejan de ti.
18 Alza en torno tus ojos y mira,
todos se reúnen y vienen a ti.
Juro por mi vida —oráculo del Señor—
que todos serán adorno de tus vestidos,
te ceñirás con ellos como una esposa.
19 Cuando se alejen de ti los que te devoraban,
tus ruinas, tus escombros y tu tierra devastada
resultarán estrechos para sus moradores.
20 Oirás decir de nuevo
a los hijos que dabas por perdidos:
“Este sitio es estrecho para mí,
dame más espacio para vivir”.
21 Y dirás para tus adentros:
“¿Quién me ha engendrado a estos?
Yo era estéril y sin hijos,
exiliada y expulsada;
¿quién me ha criado a estos?
Si había quedado sola,
¿de dónde han salido estos?”.
22 Así dice el Señor Dios:
Haré señas con mi mano a las naciones,
levantaré mi estandarte a los pueblos,
y traerán en brazos a tus hijos,
a tus hijas subidas al hombro;
23 sus reyes serán tus tutores,
sus princesas serán tus nodrizas;
se echarán rostro en tierra ante ti,
lamerán el polvo de tus pies;
y sabrás que yo soy el Señor,
que no defraudo a los que esperan en mí.
24 ¿Se le puede quitar al guerrero su presa?
¿Puede un prisionero huir del poderoso?
25 Pues así dice el Señor:
Pueden quitarle el prisionero al guerrero
o la presa puede huir del poderoso,
pero seré yo quien defienda tu causa,
yo seré quien salve a tus hijos.
26 Haré comer su propia carne a tus opresores,
se embriagarán de su sangre como de licor,
y todo ser vivo deberá reconocer
que soy el Señor, tu salvador,
tu redentor, el Fuerte de Jacob.

Pleito del Señor con Israel

50 Así dice el Señor:
¿Dónde está el acta de divorcio
según la cual repudié a su madre?
¿A cuál de mis acreedores
los he vendido como esclavos?
Por sus culpas fueron vendidos,
sólo por sus rebeldías
fue repudiada su madre.
¿Por qué cuando vengo no hay nadie,
llamo y ninguno responde?
¿Es pequeña mi mano para redimir,
o no tengo fuerza para salvarlos?
Sólo con un grito seco el mar,
convierto los ríos en desierto,
y muertos de sed por falta de agua,
se pudren todos sus peces.
Yo visto el cielo de negro,
lo cubro con vestido de luto.

Tercer canto del Siervo

El Señor Dios me ha dado
una lengua de discípulo,
para saber dar al cansado
una palabra de estímulo.
Por la mañana estimula mi oído
para que escuche como un discípulo.
El Señor Dios me ha abierto el oído
y yo no me he rebelado,
ni le he vuelto la espalda.
Ofrecí mi espalda a los que me azotaban,
mis mejillas a los que mesaban mi barba;
y no me tapé la cara
cuando me insultaban y escupían.
Pero el Señor Dios es mi ayuda,
por eso no sentía los insultos;
por eso endurecí mi cara como piedra,
sabiendo que no quedaría defraudado.
Mi defensor está cerca,
¿quién pleiteará conmigo?
Comparezcamos juntos.
¿Quién me quiere acusar?
Que se acerque a mí.
Si tengo al Señor Dios como ayuda,
¿quién podrá condenarme?
Vean a todos desgastados como ropa,
la polilla los ha ido devorando.

Confianza en el Señor

10 ¿Quién de entre ustedes respeta al Señor?
¿Quién hace caso a la voz de su siervo?
El que ande entre tinieblas
sin un rayo de luz,
que confíe en el nombre del Señor,
que se apoye en su Dios.
11 En cuanto a ustedes, brasas ardientes,
portadores de teas incendiarias,
sean pasto de su propio fuego,
de las teas que han encendido.
Todo esto es obra de mi mano,
yacerán entre tormentos.

Efesios 4:17-32

Personas nuevas en Cristo

17 Esto es, pues, lo que les digo y recomiendo en nombre del Señor: ¡No se comporten más como los paganos, dejándose llevar por sus criterios sin consistencia! 18 Ellos tienen la inteligencia embotada y viven lejos de Dios, por cuanto son ignorantes y duros de corazón. 19 Han perdido el sentido del bien y se han entregado al vicio y a toda suerte de impureza y de avaricia. 20 ¡Pero no es eso lo que ustedes han aprendido sobre Cristo! 21 Porque sin duda les han hablado de él y, en conformidad con la auténtica doctrina de Jesús, se les ha enseñado como cristianos 22 a renunciar a la antigua conducta, a la vieja condición humana corrompida por la seducción del placer. 23 Así que den lugar a la renovación espiritual de la mente 24 y revístanse de la nueva criatura, creada a imagen de Dios en orden a una vida verdaderamente recta y santa.

Exigencias de la vida nueva

25 Así que destierren la mentira y que cada uno sea sincero con su prójimo ya que somos miembros los unos de los otros. 26 Si alguna vez se enojan, que el enojo no llegue hasta el punto de pecar, ni que les dure más allá de la puesta del sol. 27 Y no den al diablo oportunidad alguna. 28 Si alguno robaba, no robe más, sino que se esfuerce trabajando honradamente con sus propias manos para que pueda ayudar al que está necesitado. 29 No empleen palabras groseras; usen un lenguaje útil, constructivo y oportuno, capaz de hacer el bien a los que los escuchan. 30 No causen tristeza al Espíritu Santo de Dios, que es en ustedes como un sello que los distinguirá en el día de la liberación. 31 Nada de acritud, rencor, ira, voces destempladas, injurias o cualquier otra suerte de maldad; destierren todo eso. 32 Sean, en cambio, bondadosos y compasivos los unos con los otros, perdonándose mutuamente como Dios los ha perdonado por medio de Cristo.

Salmos 69:1-18

Salmo 69 (68)

Estoy cansado de gritar

69 Al maestro del coro. Según “Los lirios”. De David.
Oh Dios, sálvame, que estoy
con el agua al cuello,
que me hundo en un profundo cenagal
y no tengo dónde apoyar el pie;
me encuentro en el seno de las aguas
y me arrastra la corriente.
Estoy cansado de gritar,
tengo seca la garganta
y se consumen mis ojos
mientras espero a mi Dios.
Más numerosos que mis cabellos
son los que me odian sin motivo;
son fuertes quienes quieren destruirme,
quienes me detestan sin razón alguna.
¿Tendré que devolver lo que no robé?
Oh Dios, tú conoces mi necedad,
no se te ocultan mis pecados.
Que no se avergüencen por mi culpa
quienes ponen en ti su esperanza,
Dios mío, Señor del universo;
que no se sonrojen por mi culpa
quienes te buscan, Dios de Israel,
pues por ti soporto la humillación
y la vergüenza cubre mi rostro.
Soy un desconocido para mis hermanos,
un extraño para los hijos de mi madre.
10 Me consume la pasión por tu Templo,
me abate el desprecio de quienes te desprecian.
11 Yo me mortifico con el ayuno
y soy por esto motivo de burla;
12 me visto con tela de saco
y soy para ellos motivo de risa.
13 Me critican los que se sientan en la plaza
y también los bebedores en sus cantos.
14 Pero yo, Señor, te dirijo mi oración
en el momento propicio.
Oh Dios, por tu inmenso amor, respóndeme;
por tu fidelidad, sálvame.
15 Sácame del barro, que no me hunda;
líbrame de mis enemigos y del seno de las aguas.
16 Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el abismo,
que no se cierre sobre mí el brocal del pozo.
17 Respóndeme, Señor, por la bondad de tu amor;
por tu gran misericordia vuélvete hacia mí.
18 No apartes tu rostro de tu siervo;
estoy angustiado, respóndeme pronto.

Proverbios 24:5-6

Más vale sabio que fuerte
y persona docta que robusta;
pues la estrategia gana las guerras
y los buenos consejos dan victorias.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España