The Daily Audio Bible
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Zofar describe las calamidades de los malos
20 Respondió Zofar naamatita, y dijo:
2 Por cierto mis pensamientos me urgen a responder,
Y por tanto me apresuro.
3 He oído una reprensión que me ultraja,
Y me hace responder un soplo de mi mente.
4 ¿No sabes esto, que así fue siempre,
Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
5 Que la alegría de los malos es efímera,
Y el gozo del impío sólo dura un momento?
6 Aunque suba su altivez hasta el cielo,
Y su cabeza toque las nubes,
7 Como su estiércol, perecerá para siempre;
Los que le hayan visto dirán: ¿Qué queda de él?
8 Como un sueño pasará, y no será hallado,
Y se disipará como visión nocturna,
9 El ojo que le veía, nunca más le verá,
Ni su morada le conocerá más.
10 Sus hijos tendrán que indemnizar a los pobres,
Y sus manos devolverán lo que él robó.
11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil,
Mas con él en el polvo yacerán.
12 Si el mal era dulce a su boca,
Si lo ocultaba debajo de su lengua,
13 Si le parecía bien, y no lo soltaba,
Sino que lo retenía en su paladar;
14 Su comida se corromperá en sus entrañas;
Hiel de áspides será dentro de él.
15 Devoró riquezas, pero las vomitará;
De su vientre se las sacará Dios.
16 Veneno de áspides chupará;
Lo matará lengua de víbora.
17 No verá los arroyos, los ríos,
Los torrentes de miel y de leche.
18 Restituirá su ganancia conforme a los bienes que tomó,
Y no los tragará ni gozará.
19 Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres,
Y robó casas que no había edificado.
20 Por cuanto no se saciaba su vientre,
Ni se salvó nada de su codicia,
21 Y no quedó nada que no devorase,
Por tanto, su bienestar no será duradero.
22 En el colmo de su abundancia padecerá estrechez;
La mano de todos los malvados vendrá sobre él.
23 Cuando se ponga a llenar su vientre,
Dios enviará sobre él el ardor de su ira,
Y la hará llover sobre él y sobre su comida.
24 Si escapa de las armas de hierro,
El arco de bronce le atravesará.
25 La saeta le traspasará y le saldrá por la espalda,
Y la punta relumbrante saldrá por su hiel;
Sobre él se abatirá el pavor.
26 Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros;
Fuego no atizado los consumirá;
Devorará lo que quede en su tienda.
27 Los cielos descubrirán su iniquidad,
Y la tierra se levantará contra él.
28 Los productos de sus cosechas serán arrastrados por una inundación;
Serán esparcidos en el día de su furor.
29 Ésta es la suerte que Dios reserva al hombre impío,
Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
Job afirma que los malos prosperan
21 Entonces respondió Job, y dijo:
2 Oíd atentamente mis palabras,
Y sea esto el consuelo que me deis.
3 Tened paciencia, y hablaré;
Y después que haya hablado, escarnecedme.
4 ¿Acaso me quejo yo de algún hombre?
¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
5 Miradme, y espantaos,
Y poned la mano sobre la boca.
6 Aun yo mismo, cuando lo recuerdo, me horrorizo,
Y el temblor estremece mi carne.
7 ¿Por qué siguen con vida los impíos,
Y hasta cuando envejecen, aún crecen en riquezas?
8 Su descendencia se robustece en su presencia,
Y sus renuevos están delante de sus ojos.
9 Sus casas están a salvo de temor,
Y no viene azote de Dios sobre ellos.
10 Sus toros engendran, y no fallan;
Paren sus vacas, y no malogran su cría.
11 Salen sus pequeñuelos como manada,
Y sus hijos andan saltando.
12 Al son del tamboril y de la cítara saltan,
Y se regocijan al son de la flauta.
13 Pasan sus días en prosperidad,
Y descienden en paz al Seol.
14 Y, sin embargo, le dicen a Dios: Apártate de nosotros,
Porque no queremos conocer tus caminos.
15 ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos?
¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?
16 He aquí que su dicha no está en manos de ellos;
Lejos esté de mí el consejo de los impíos.
17 ¿Cuántas veces es apagada la lámpara de los impíos,
Y viene sobre ellos su quebranto,
Y Dios en su ira les reparte dolores?
18 ¿Serán acaso como la paja delante del viento,
Y como el tamo que arrebata el torbellino?
19 ¿Guardará Dios para los hijos de ellos su violencia?
¡Que le dé su pago a él, para que aprenda!
20 ¡Vean sus ojos su quebranto,
Y beba de la ira del Todopoderoso!
21 Porque ¿qué le importará a él la suerte de su casa después de muerto,
Cuando se haya acabado el número de sus meses?
22 ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría,
Si él juzga a los más encumbrados?
23 Hay quien muere en su pleno vigor,
En el colmo de la dicha y de la paz;
24 Sus ijares están llenos de grasa,
Y sus huesos bien regados de tuétano.
25 En cambio, otro morirá en amargura de ánimo,
Y sin haber comido jamás con gusto.
26 Pero igualmente yacerán ambos en el polvo,
Y gusanos los cubrirán.
27 He aquí, yo conozco vuestros pensamientos,
Y las maquinaciones que contra mí forjáis.
28 Porque decís: ¿Qué queda de la casa del poderoso,
Y qué de las tiendas en que moraban los impíos?
29 ¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos,
Y no habéis conocido su respuesta,
30 Que el malo es preservado en el día de la destrucción?
Guardado será en el día de la ira.
31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?
32 Porque llevado será al cementerio,
Y sobre su mausoleo estarán velando.
33 Los terrones del valle le cubrirán suavemente;
Tras él marchará un enorme gentío,
Y delante de él una multitud innumerable.
34 ¿Cómo, pues, me consoláis en vano,
Viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?
Elifaz acusa a Job de muchas maldades
22 Respondió Elifaz temanita, y dijo:
2 ¿Traerá el hombre provecho a Dios?
Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio.
3 ¿Tiene algún interés el Omnipotente en que tú seas justificado,
O gana algo conque tú seas intachable?
4 ¿Acaso te castiga,
O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad?
5 ¿No será más bien porque tu malicia es grande,
Y tus maldades no tienen fin?
6 Porque exigías prenda a tus hermanos sin razón,
Y despojaste de sus ropas a los desnudos.
7 No dabas de beber al sediento,
Y le negabas el pan al hambriento.
8 Pero al hombre pudiente dabas la tierra,
Y habitó en ella el distinguido.
9 A las viudas las despedías con las manos vacías,
Y los brazos de los huérfanos quebrantabas.
10 Por eso, hay lazos alrededor de ti,
Y te turban terrores repentinos;
11 O tinieblas, para que no veas,
Y abundancia de agua que te anega.
12 ¿No está Dios en lo alto de los cielos?
Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
13 ¿Y dirás tú: Qué sabe Dios?
¿Cómo distinguirá a través de los densos nubarrones?
14 Las nubes le rodean, y no ve;
Y por el contorno del cielo se pasea.
15 ¿Quieres tú seguir la senda antigua
Que pisaron los hombres perversos,
16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo,
Cuando una riada arrasó sus cimientos?
17 Decían a Dios: Apártate de nosotros.
¿Y qué puede hacernos el Omnipotente?
18 ¡Les había colmado de bienes sus casas;
Pero los pensamientos de ellos estaban lejos de él!
19 Verán los justos y se gozarán;
Y el inocente los escarnecerá, diciendo:
20 Fueron destruidos nuestros adversarios,
Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.
21 Reconcíliate ahora con él, y tendrás paz;
Y por ello te vendrá bien.
22 Recibe la instrucción de su boca,
Y pon sus palabras en tu corazón.
23 Si te vuelves al Omnipotente, serás restablecido;
Y si alejas de tu tienda la iniquidad
24 Y tienes el oro por tierra,
Y como piedras de arroyos el oro de Ofir,
25 El Todopoderoso será tu tesoro,
Y tendrás la plata en abundancia.
26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente,
Y alzarás a Dios tu rostro.
27 Orarás a él, y él te oirá;
Y tú cumplirás tus votos.
28 Todo lo que emprendas te saldrá bien,
Y sobre tus caminos resplandecerá la luz.
29 Cuando sean abatidos los arrogantes, dirás tú: Enaltecimiento habrá,
Porque Dios salvará al humilde de ojos.
30 Él libertará incluso al que no es inocente;
Sí, por la pureza de tus manos será librado.
Saludo
1 Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,
2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
3 Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Acción de gracias por dones espirituales
4 Doy gracias a mi Dios continuamente por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;
5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en todo conocimiento;
6 en la medida en que el testimonio acerca de Cristo ha sido consolidado en vosotros,
7 de tal manera que nada os falta en ningún don a los que esperáis anhelantes la revelación de nuestro Señor Jesucristo;
8 el cual también os afianzará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.
9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Exhortación a la unidad
10 Os exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.
11 Jehová, no retengas tus misericordias hacia mí;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12 Porque me han rodeado males sinnúmero;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi valor me falla.
13 Dígnate, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.
14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan las espaldas y avergüéncense
Los que desean mi mal;
15 Queden consternados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ja, ja!
16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y repitan sin cesar los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.
17 Aunque yo estoy afligido y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.
2 El rico y el pobre se encuentran;
A ambos los hizo Jehová.
3 El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan adelante y reciben el daño.
4 Riquezas, honor y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.