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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
1 Reyes 20-21

Guerra contra Ben Adad

20 Entonces Ben Adad, rey de Aram(A), reunió todo su ejército, y tenía con él treinta y dos reyes con caballos y carros(B); y subió, sitió a Samaria(C) y peleó contra ella. Envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciéndole: «Así dice Ben Adad: “Tu plata y tu oro son míos; míos son también tus mujeres y tus hijos más hermosos”». El rey de Israel le respondió: «Sea conforme a tu palabra, oh rey, señor mío; tuyo soy yo y todo lo que tengo». Después volvieron los mensajeros y dijeron: «Así dice Ben Adad: “Por cierto que envié a decirte: ‘Me darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos’. Pero mañana como a esta hora te enviaré mis siervos, y registrarán tu casa y las casas de tus siervos; y todo lo que sea agradable a tus ojos lo tomarán en su mano y se lo llevarán”».

El rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: «Miren cómo este solo busca hacer daño(D); pues él envió a pedirme mis mujeres, mis hijos, mi plata y mi oro, y no se los negué». Y todos los ancianos y todo el pueblo le dijeron: «No escuche ni consienta». Entonces él respondió a los mensajeros de Ben Adad: «Digan a mi señor el rey: “Haré todo lo que mandaste a tu siervo la primera vez, pero esto otro no lo puedo hacer”». Se fueron los mensajeros y le llevaron la respuesta. 10 Y Ben Adad envió a decirle: «Así me hagan los dioses y aun me añadan(E), si el polvo de Samaria bastará para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue». 11 Respondió el rey de Israel: «Díganle: “No se jacte(F) el que se pone las armas como el que se las quita”». 12 Cuando Ben Adad oyó esta palabra, estaba bebiendo(G) con[a] los reyes en las tiendas, y dijo a sus siervos: «Tomen posiciones». Y tomaron posiciones contra la ciudad.

13 Y un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: «Así dice el Señor: “¿Has visto toda esta gran multitud? Hoy la entregaré en tu mano, y sabrás que Yo soy el Señor(H)”». 14 Acab le preguntó: «¿Por medio de quién?». Y él dijo: «Así dice el Señor: “Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias”». Entonces Acab dijo: «¿Quién comenzará[b] la batalla?». Y él respondió: «Tú». 15 Entonces pasó revista a los jóvenes de los jefes de las provincias y eran 232; después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, es decir, todos los israelitas, 7,000.

16 Salieron al mediodía, mientras Ben Adad estaba bebiendo hasta emborracharse en las tiendas(I) junto con[c] los treinta y dos reyes que lo ayudaban. 17 Los jóvenes de los jefes de las provincias salieron primero; y envió Ben Adad mensajeros que le avisaron, diciendo: «Han salido hombres de Samaria». 18 Entonces dijo: «Si en paz han salido, préndanlos vivos; o si en guerra han salido, préndanlos vivos(J)». 19 Salieron, pues, aquellos de la ciudad, los jóvenes de los jefes de las provincias y el ejército que los seguía. 20 Y mató cada uno a su hombre; los arameos huyeron e Israel los persiguió, y Ben Adad, rey de Aram, escapó a caballo con algunos jinetes. 21 El rey de Israel salió y atacó los caballos y los carros, y derrotó a los arameos causándoles gran matanza.

22 Entonces el profeta se acercó al rey de Israel(K), y le dijo: «Vaya, fortalézcase, y entienda bien lo que tiene que hacer; porque a la vuelta del año(L) el rey de Aram subirá contra usted». 23 Y los siervos del rey de Aram le dijeron: «Sus dioses son dioses de los montes(M), por eso fueron más fuertes que nosotros; mejor peleemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos? 24 Haga, pues, esto: quite a los reyes, cada uno de su puesto, y ponga capitanes en su lugar. 25 Aliste un ejército como el ejército que perdió, caballo por caballo y carro por carro. Entonces pelearemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos?». Él escuchó su consejo[d] y lo hizo así.

26 A la vuelta del año(N), Ben Adad alistó a los arameos y subió a Afec(O) para pelear contra Israel. 27 Y los israelitas fueron alistados y provistos de raciones, y salieron a su encuentro. Los israelitas acamparon delante de ellos como dos rebaños pequeños de cabras pero los arameos llenaban la tierra(P). 28 Entonces un hombre de Dios(Q) se acercó y habló al rey de Israel, y dijo: «Así dice el Señor: “Porque los arameos han dicho: ‘El Señor es un dios de los montes(R), pero no es un dios de los valles; por tanto, entregaré a toda esta gran multitud en tu mano, y sabrás que Yo soy el Señor(S)’”». 29 Acamparon unos frente a otros por siete días. Al séptimo día comenzó la batalla, y los israelitas mataron de los arameos a 100,000 hombres de a pie en un solo día. 30 Los demás huyeron a Afec(T), a la ciudad, y el muro cayó sobre los 27,000 hombres que quedaban. También Ben Adad huyó y se refugió en la ciudad en un aposento interior(U).

31 Y sus siervos le dijeron(V): «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; le rogamos que nos deje poner cilicio en nuestros lomos(W) y cuerdas sobre nuestras cabezas, y salgamos al rey de Israel; quizás él salve su vida». 32 Se ciñeron cilicio en sus lomos, pusieron cuerdas sobre sus cabezas y vinieron al rey de Israel(X), y dijeron: «Su siervo Ben Adad(Y) dice: “Te ruego que me perdones la vida”». Y él dijo: «¿Vive todavía? Es mi hermano». 33 Y los hombres tomaron esto como señal[e], y tomando de él la palabra prestamente dijeron: «Tu hermano Ben Adad vive». Y él dijo: «Vayan y tráiganlo». Entonces Ben Adad salió a él, y él le hizo subir en el carro. 34 Y Ben Adad(Z) le dijo al rey: «Devolveré las ciudades que mi padre tomó de tu padre, y te harás calles en Damasco, como mi padre hizo en Samaria. “Y yo”, dijo Acab, con este pacto te dejaré ir». Hizo, pues, pacto con él y lo dejó ir.

35 Y cierto hombre de los hijos de los profetas(AA) dijo a otro por palabra del Señor(AB): «Te ruego que me hieras». Pero el hombre se negó a herirlo. 36 Entonces le dijo: «Porque no has atendido a la voz del Señor, tan pronto como te apartes de mí, un león te matará(AC)». Y tan pronto se apartó de él, un león lo encontró y lo mató. 37 Entonces halló a otro hombre y le dijo: «Te ruego que me hieras». Y el hombre le dio un golpe, hiriéndolo. 38 Y el profeta se fue y esperó al rey en el camino; se había disfrazado(AD) con una venda sobre los ojos. 39 Cuando el rey pasaba, clamó al rey y dijo: «Su siervo fue al centro de la batalla; y allí, un hombre se apartó de las filas y me trajo a uno, y me dijo: “Guarda a este hombre; si por alguna razón llega a faltar, entonces tu vida responderá por su vida(AE) o pagarás 34 kilos de plata”. 40 Mientras su siervo estaba ocupado aquí y allá, él desapareció». Y el rey de Israel le dijo: «Así será tu sentencia; tú mismo lo has decidido». 41 Entonces él se apresuró a quitarse la venda de los ojos, y el rey de Israel lo reconoció como uno de los profetas. 42 Y él le dijo: «Así dice el Señor: “Porque has dejado salir de tu mano al hombre a quien Yo había destinado a la destrucción, tu vida responderá por su vida(AF) y tu pueblo por su pueblo”». 43 El rey de Israel se fue a su casa disgustado y molesto(AG), y entró en Samaria.

La viña de Nabot

21 Después de estas cosas aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña que estaba en Jezreel, junto al palacio de Acab(AH), rey de Samaria, y Acab le dijo a Nabot: «Dame tu viña(AI) para que me sirva de huerta para hortaliza porque está cerca, al lado de mi casa, y en su lugar yo te daré una viña mejor; si prefieres, te daré su precio en dinero». Pero Nabot le dijo a Acab: «No permita el Señor que le dé la herencia de mis padres(AJ)». Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto(AK) a causa de la palabra que Nabot de Jezreel le había dicho; pues dijo: «No le daré la herencia de mis padres». Acab se acostó en su cama, volvió su rostro y no comió.

Pero Jezabel su mujer se acercó a él, y le preguntó: «¿Por qué está tu espíritu tan decaído que no comes?». Entonces Acab le respondió: «Porque le hablé a Nabot de Jezreel, y le dije: “Dame tu viña por dinero; o, si prefieres, te daré una viña en su lugar”. Pero él dijo: “No te daré mi viña”». Su mujer Jezabel le dijo: «¿No reinas ahora sobre Israel? Levántate, come, y alégrese tu corazón. Yo te daré la viña(AL) de Nabot de Jezreel». Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello(AM) y envió las cartas a los ancianos(AN) y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot. Y escribió en las cartas: «Proclamen ayuno y sienten a Nabot a la cabeza del pueblo. 10 Sienten a dos hombres malvados(AO) delante de él que testifiquen contra él, diciendo: “Tú has blasfemado a Dios y al rey”. Entonces sáquenlo y apedréenlo(AP) para que muera(AQ)».

11 Los hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que vivían en su ciudad, hicieron como Jezabel les había mandado, tal como estaba escrito en las cartas que ella les había enviado. 12 Proclamaron ayuno(AR) y sentaron a Nabot a la cabeza del pueblo. 13 Entonces entraron los dos hombres malvados y se sentaron delante de él; y los dos hombres malvados testificaron contra él, es decir, contra Nabot delante del pueblo, diciendo: «Nabot ha blasfemado a Dios y al rey». Y lo llevaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió(AS). 14 Después enviaron un mensaje a Jezabel, diciendo: «Nabot ha sido apedreado y ha muerto».

15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y había muerto, Jezabel dijo a Acab: «Levántate, toma posesión de la viña de Nabot de Jezreel, la cual él se negó a dártela por dinero, porque Nabot no está vivo, sino muerto». 16 Así que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.

17 Entonces vino la palabra del Señor a Elías el tisbita, diciendo: 18 «Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel(AT), que está en Samaria; ahora él está en la viña de Nabot, adonde ha descendido a tomar posesión de ella. 19 Le hablarás: “Así dice el Señor: ‘¿Has asesinado, y además has tomado posesión de la viña(AU)?’”. También le hablarás: “Así dice el Señor: ‘En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma sangre(AV)’”».

20 Y Acab dijo a Elías(AW): «¿Me has encontrado, enemigo mío?». Y él respondió: «Te he encontrado, porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos del Señor(AX). 21 Por tanto, traeré mal sobre ti, te barreré completamente y cortaré(AY) de Acab todo varón, tanto siervo como libre en Israel. 22 Haré tu casa como la casa de Jeroboam(AZ), hijo de Nabat, y como la casa de Baasa(BA), hijo de Ahías, por la provocación con la que me has provocado a ira y porque has hecho pecar a Israel(BB). 23 También de Jezabel ha hablado el Señor: “Los perros comerán a Jezabel en la parcela[f] de Jezreel(BC)”. 24 Cualquiera de Acab que muera en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo(BD)».

25 Ciertamente no hubo nadie como Acab que se vendiera para hacer lo malo(BE) ante los ojos del Señor, porque Jezabel su mujer lo había convencido. 26 Su conducta fue muy abominable, pues fue tras los ídolos(BF) conforme a todo lo que habían hecho los amorreos(BG), a los que el Señor había echado de delante de los israelitas.

27 Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido[g](BH). 28 Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita, diciendo: 29 «¿Ves como Acab se ha humillado delante de Mí? Porque se ha humillado delante de Mí, no traeré el mal en sus días; pero en los días de su hijo(BI) traeré el mal sobre su casa».

Hechos 12:24-13:15

24 Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba(A).

25 Bernabé y Saulo(B) regresaron de[a] Jerusalén después de haber cumplido su misión[b](C), llevando consigo a Juan, llamado también Marcos(D).

Principio del primer viaje misionero de Saulo y Bernabé

13 En la iglesia(E) que estaba en Antioquía(F) había profetas(G) y maestros(H): Bernabé(I), Simón llamado Niger, Lucio de Cirene(J), Manaén, que se había criado con Herodes(K)[c] el tetrarca, y Saulo. Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo(L) dijo: «Aparten a Bernabé(M) y a Saulo para la obra a la que los he llamado(N)». Entonces, después de ayunar, orar(O) y haber impuesto las manos sobre ellos(P), los enviaron(Q).

Pablo y Bernabé en Chipre

Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo(R), descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre(S). Al llegar a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas(T) de los judíos; y tenían también a Juan(U) de ayudante.

Después de haber recorrido toda la isla hasta Pafos, encontraron a cierto mago(V), un falso profeta(W) judío llamado Barjesús, que estaba con el procónsul(X) Sergio Paulo, hombre inteligente. Este hizo venir a Bernabé y a Saulo, y deseaba oír la palabra de Dios. Pero Elimas, el mago(Y), pues así se traduce su nombre, se les oponía, tratando de desviar de la fe(Z) al procónsul(AA).

Entonces Saulo, llamado también Pablo, lleno del Espíritu Santo(AB), fijando la mirada en él, dijo: 10 «Tú, hijo del diablo(AC), que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor(AD)? 11 Ahora, la mano del Señor está sobre ti(AE); te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo». Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano. 12 Entonces el procónsul(AF), cuando vio lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor(AG).

Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia

13 Pablo y sus compañeros navegaron desde Pafos(AH) y llegaron a Perge(AI) de Panfilia(AJ); pero Juan(AK) se apartó de ellos y regresó a Jerusalén; 14 ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía(AL) de Pisidia(AM); y en el día de reposo(AN) entraron a la sinagoga(AO) y se sentaron. 15 Después de la lectura de la ley(AP) y los profetas(AQ), los oficiales de la sinagoga(AR) les mandaron a decir: «Hermanos[d], si tienen alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablen».

Salmos 137

Lamento de los cautivos

137 Junto a los ríos de Babilonia(A),
Nos sentábamos y llorábamos(B)
Al acordarnos de Sión.
Sobre los sauces en medio de ella(C)
Colgamos nuestras arpas(D).
Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones(E),
Y los que nos atormentaban nos pedían alegría(F), diciendo:
«Cántennos alguno de los cánticos de Sión».

¿Cómo cantaremos la canción del Señor(G)
En tierra extraña?
Si me olvido de ti, oh Jerusalén(H),
Pierda mi diestra su destreza.
Péguese mi lengua al paladar(I)
Si no me acuerdo de ti,
Si no enaltezco a Jerusalén(J)
Sobre mi supremo gozo.

Recuerda, oh Señor, contra los hijos de Edom(K)
El día de Jerusalén,
Quienes dijeron: «Arrásenla, arrásenla
Hasta sus cimientos(L)».
Oh hija de Babilonia, la devastada(M),
Bienaventurado el que te devuelva(N)
El pago con que nos pagaste.
Bienaventurado será el que tome y estrelle tus pequeños
Contra la peña(O).

Proverbios 17:16

16 ¿De qué sirve[a] el precio en la mano del necio para comprar sabiduría(A)
Cuando no tiene entendimiento[b]?

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