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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
1 Reyes 9-10

Dios visita otra vez a Salomón

(2 Cr 7:11-22)

Cuando Salomón terminó de construir el templo del SEÑOR, su propio palacio y todo lo que quería, el SEÑOR se le apareció a Salomón por segunda vez, al igual que había hecho en Gabaón. El SEÑOR le dijo:

«He escuchado tu oración y lo que me pediste que hiciera. Tú construiste este templo y yo lo hice un lugar santo. Así que yo seré honrado aquí para siempre. Lo cuidaré y me fijaré en él.

»En cuando a ti, si me sirves con honestidad y rectitud como David tu papá, me obedeces en todo lo que te he ordenado y cumples mis leyes y decretos, entonces yo confirmaré para siempre tu dinastía en Israel de acuerdo a la promesa que le hice a David tu papá, cuando le aseguré que siempre gobernaría un descendiente de él en el trono de Israel.

»Pero si ustedes y sus descendientes dejan de seguirme y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses, y ya no cumplen los mandamientos y leyes que les di, yo arrancaré a Israel de la tierra que les he dado y también arrojaré de mi vista el templo que consagré para que se dé honra a mi nombre. Israel se convertirá en objeto de burla y escarnio entre todas las naciones. Entonces este templo se convertirá en un montón de ruinas; todo el que pase quedará impresionado y dirá burlonamente: “¿Por qué le hizo el SEÑOR esto tan horrible a este país y a este templo?” Se le contestará: “Sucedió así porque ellos abandonaron al SEÑOR su Dios que sacó a sus antepasados de Egipto, y se aferraron a otros dioses, los adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR hizo que les ocurriera este desastre”».

Otras construcciones de Salomón

(2 Cr 8:1-18)

10 Le llevó 20 años a Salomón construir el templo del SEÑOR y el palacio del rey. 11 Y después de 20 años el rey Salomón le dio 20 aldeas de Galilea a Hiram, rey de Tiro. Salomón le dio al rey Hiram estas aldeas porque Hiram le ayudó a construir el templo y el palacio. Hiram le dio a Salomón todo el cedro, pino y oro que él quería. 12 Hiram viajó desde Tiro a ver las aldeas que Salomón le había dado, pero cuando las vio, no le gustaron para nada, 13 y dijo: «¿Qué son estas aldeas que me diste, mi hermano?» Él llamó a ese territorio Cabul[a], y hasta el día de hoy esa región se llama así. 14 Hiram le había mandado al rey Salomón 3960 kilos de oro para la construcción del templo.

15 El rey Salomón obligó a trabajadores a estar a su servicio para la construcción del templo del SEÑOR y de su propio palacio. Después los usó para construir el Milo, el muro alrededor de la ciudad de Jerusalén y luego para reconstruir las ciudades de Jazor, Meguido y Guézer. 16 El faraón, rey de Egipto, había peleado contra la ciudad de Guézer y la había incendiado matando a los cananeos que vivían ahí. Salomón se casó con la hija del faraón y el faraón le dio esa ciudad a Salomón como regalo de bodas. 17 Salomón la reconstruyó y también construyó la ciudad de Bet Jorón de abajo. 18 El rey Salomón también hizo construir las ciudades de Balat y Tadmor en el desierto de Judea. 19 También construyó ciudades de almacenaje, cuarteles para sus carros, cuarteles para alojar la caballería y todo lo que Salomón quiso construir tanto en Jerusalén como en el Líbano y en todo el territorio que gobernaba.

20 A la gente que quedaba de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, los cuales no eran israelitas, 21 o sea a los descendientes de ellos que aun quedaban en el país y que los israelitas no habían podido destruir, Salomón los obligó a trabajos forzados como esclavos, y así siguen hasta el día de hoy. 22 Pero Salomón no obligó a ningún israelita a ser su esclavo, sino que los empleaba como soldados, comandantes y oficiales de los carros de combate y de la caballería.

23 Había 550 supervisores a cargo de los proyectos de Salomón. Ellos dirigían a la gente que realizaba el trabajo. 24 La hija del faraón se mudó de la Ciudad de David al palacio que Salomón construyó para ella. Luego él construyó el Milo.

25 Tres veces al año Salomón ofrecía sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas para festejar en el altar que construyó para el SEÑOR. El rey Salomón también quemaba incienso ante el SEÑOR. Así que conseguía lo que necesitaba para el templo.

26 El rey Salomón también construyó barcos en Ezión Guéber. Esta aldea está cerca de Elat, a la orilla del mar Rojo, en la tierra de Edom. 27 El rey Hiram tenía hombres muy entendidos en cuanto al mar que viajaban mucho en barcos. Él los mandó para servir en la flotilla de Salomón y trabajar junto a los hombres de Salomón. 28 Las naves de Salomón fueron a Ofir y sus barcos trajeron casi 14 000 kilos[b] de oro de Ofir para el rey Salomón.

La reina de Sabá

(2 Cr 9:1-12)

10 Para honra del SEÑOR, la reina de Sabá oyó hablar de Salomón. Así que ella fue a ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó a Jerusalén con una guardia muy grande, camellos cargados de especias, piedras preciosas y muchísimo oro. Cuando conoció a Salomón, le hizo toda clase de preguntas. Salomón le contestó todas sus preguntas; ninguna de ellas fue demasiado difícil para él. La reina de Sabá pudo comprobar toda la gran inteligencia de Salomón y vio el palacio que había construido. También vio lo que comían, dónde vivían sus siervos, cómo servían sus ministros, cómo se vestían él y sus consejeros y el sacrificio que debe quemarse completamente en honor al SEÑOR. Ella quedó completamente atónita y le dijo al rey: «De verdad en mi país me hablaron acerca de los logros de tu sabiduría. No podía creer las noticias que me llegaban, pero cuando vi esos logros con mis propios ojos, me di cuenta de que no me habían contado ni la mitad de ellos. Tu sabiduría y riqueza sobrepasan lo que había escuchado. ¡Qué afortunados son tus esposas[c] y tus siervos! Ellos te sirven y escuchan tu sabiduría todos los días. ¡Bendito sea el SEÑOR tu Dios! Le dio gozo hacerte rey de Israel. El SEÑOR Dios siempre ha amado a Israel y por eso te hizo rey, para que gobiernes con justicia y rectitud».

10 Entonces la reina de Sabá le dio al rey cerca de 3960 kilos[d] de oro. También le dio muchas especias y piedras preciosas. Jamás se volvió a ver que se recibiera tal abundancia de especias como las que ella le dio al rey Salomón.

11 Los barcos de Hiram trajeron oro de Ofir y también mucha madera de sándalo y piedras preciosas. 12 Salomón usó la madera para hacer barandas en el templo del SEÑOR y el palacio. También usó la madera para hacer arpas y liras para los cantantes del templo. Nunca se había importado madera de sándalo ni hasta el día de hoy se ha vuelto a traer.

13 Entonces el rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, todo lo que le pidió además de lo que el rey generosamente ya le había regalado. Luego ella y sus servidores regresaron a su país.

El esplendor de Salomón

(2 Cr 9:13-14)

14 Cada año el rey Salomón recibía 22 000 kilos de oro, 15 sin contar los impuestos[e] cobrados a los pasajeros y a las ganancias de los comerciantes, a todos los reyes árabes y a los gobernadores de las provincias. 16 El rey Salomón hizo 200 escudos de oro martillado. Cada escudo contenía unos 7 kilos[f] de oro. 17 También hizo 300 escudos más pequeños de oro martillado; cada uno pesaba kilo y medio[g]. El rey los colocó en el palacio llamado Bosque del Líbano.

18 El rey Salomón también construyó un trono grande de marfil y lo recubrió de oro puro. 19 Había seis escalones para subir al trono, su espaldar era redondo y el asiento tenía brazos a cada lado. Dos leones estaban de pie a cada lado del trono. 20 En cada escalón había dos leones erguidos; eran doce en total. Ningún otro reino tenía algo semejante. 21 Todas las copas y vasijas que tenía Salomón eran de oro. Toda la vajilla[h] del palacio Bosque del Líbano era de oro puro. Nada en el palacio era hecho de plata porque en la época de Salomón había tanto oro que la gente no le daba mucho valor a la plata.

22 El rey también tenía una flota de barcos de carga[i] que mandaba para hacer comercio con otros países. Esta flota era de Hiram, que cada tres años volvía con un cargamento de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 Salomón sobrepasó todos los reyes del mundo en sabiduría y riqueza. 24 Gente de todo el mundo quería ver al rey Salomón para escuchar la gran sabiduría que Dios le había dado. 25 Todos le llevaban cada año regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armaduras, especias, caballos y mulas. 26 Así que Salomón reunió gran número de carros de combate y caballos. Tenía 1400 carros y 12 000 jinetes. Salomón construyó cuarteles de estacionamiento para los carros y también mantuvo algunos en Jerusalén. 27 El rey hizo que la plata fuera tan común en Jerusalén como la piedra y que la madera de cedro fuera tan común como las higueras que crecen en la llanura. 28 Los caballos de Salomón se importaban de Egipto y de Coa. Los comerciantes de la corte los compraban en Coa. 29 Se importaba un carro de Egipto a un costo de 600 monedas[j] de plata y un caballo a 150, para luego vendérselos a todos los reyes hititas y sirios por intermedio de los comerciantes de Salomón.

Hechos 8:14-40

14 Cuando los apóstoles supieron en Jerusalén que los de Samaria había aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. 15 Cuando llegaron a Samaria después de bajar de Jerusalén, Pedro y Juan oraron para que los creyentes de Samaria recibieran el Espíritu Santo, 16 porque el Espíritu no había venido sobre ninguno de ellos. Solamente se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús. 17 Después de orar, Pedro y Juan les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.

18 Al ver Simón que el Espíritu Santo se daba cuando Pedro y Juan imponían las manos, les ofreció dinero a los apóstoles 19 y les dijo:

—Denme ese poder para que a quien yo le imponga las manos reciba el Espíritu Santo.

20 Entonces Pedro le respondió:

—¡Púdrete con tu dinero! ¿Pensaste que podías comprar el don de Dios? 21 No tienes arte ni parte en nuestro trabajo porque Dios sabe que tienes la mente retorcida. 22 ¡Abandona tu maldad! Pídele al Señor que perdone tus malas intenciones. 23 Veo que estás lleno de amargura y de envidia, vives atado por el pecado.

24 Entonces Simón contestó:

—Pidan por mí al Señor, para que no me pase nada de lo que ustedes han dicho.

25 Una vez que los apóstoles dieron testimonio de lo que sabían de Jesucristo y anunciaron el mensaje del Señor, regresaron a Jerusalén. Por el camino, entraron a muchos pueblos samaritanos y anunciaron la buena noticia de salvación.

Felipe y el funcionario de Etiopía

26 Un ángel del Señor le habló a Felipe: «Prepárate para ir al sur por el camino que baja de Jerusalén a Gaza, el camino que cruza el desierto». 27 Entonces Felipe fue y encontró a un eunuco etíope, funcionario de la Candace, o sea la reina de Etiopía. Él estaba a cargo de todos los tesoros de ella y había viajado a Jerusalén para adorar a Dios. 28 Ahora regresaba a casa, sentado en su carruaje y leyendo el libro del profeta Isaías. 29 El Espíritu le dijo a Felipe: «Ve y acércate a ese carruaje». 30 Felipe corrió hacia el carruaje y escuchó al funcionario leyendo el libro del profeta Isaías. Entonces Felipe le dijo:

—¿Entiendes lo que lees?

31 El funcionario le dijo:

—¿Cómo voy a entenderlo sin tener quien me lo explique?

Entonces el funcionario invitó a Felipe para que subiera y se sentara con él. 32 La parte de la Escritura que estaba leyendo era esta:

«Fue llevado como oveja al matadero;
    como un cordero que no se queja
    cuando le cortan la lana, no dijo nada.
33 (A)Fue humillado y le quitaron todos sus derechos.
    Su vida en la tierra terminó;
    no habrá ningún relato acerca de sus descendientes».[a]

34 El funcionario le preguntó a Felipe:

—Por favor dime, ¿de quién está hablando el profeta? ¿Está hablando de él mismo o de otra persona?

35 Entonces Felipe comenzó a hablar. Empezó desde esta misma Escritura y le contó la buena noticia acerca de Jesús. 36 Mientras viajaban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el funcionario dijo:

—Mira, aquí hay agua; ¿qué me impide ser bautizado? 37 [b]

38 Entonces el funcionario ordenó que detuvieran el carruaje, y ambos, Felipe y el funcionario, entraron al agua y Felipe lo bautizó. 39 Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe. El funcionario ya no lo volvió a ver y siguió muy feliz su camino. 40 Felipe apareció en la ciudad de Azoto, y anunció la buena noticia de salvación por todos los pueblos por donde pasaba en su viaje, hasta que llegó a Cesarea.

Salmos 130

Confía en el Señor

Canto para los peregrinos.

SEÑOR, te pido ayuda
    desde lo más profundo de mi ser.
Señor, escucha mi voz;
    escucha mi grito de súplica.

SEÑOR, si tú no perdonaras nuestros pecados,
    Señor, ¿quién sobreviviría?
Pero tú perdonas
    y por eso se te debe respeto.

Yo pongo toda mi esperanza en el SEÑOR;
    todo mi ser espera en él, confío en su palabra.
Espero en mi Señor
    como el guardia espera ansiosamente a que amanezca.

Israel, confía en el SEÑOR;
    sólo en el SEÑOR se encuentra el fiel amor y la salvación.
Él librará a Israel
    de todas sus maldades.

Proverbios 17:2-3

Un servidor inteligente tendrá más poder que el hijo malo de su patrón,
    y tendrá parte de la herencia con los otros hermanos.
El oro y la plata se purifican con fuego,
    pero el SEÑOR purifica el corazón de los seres humanos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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