The Daily Audio Bible
Today's audio is from the NLT. Switch to the NLT to read along with the audio.
Opresión de Israel por los madianitas
6 Entonces los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor(A), y el Señor los entregó en manos de Madián(B) por siete años. 2 Y el poder[a] de Madián prevaleció sobre Israel. Por causa de los madianitas, los israelitas se hicieron escondites en las montañas y en las cavernas y en los lugares fortificados(C).
3 Porque sucedía que cuando los hijos de Israel sembraban, los madianitas venían[b] con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos. 4 Acampaban frente a ellos y destruían el producto de la tierra(D) hasta[c] Gaza, y no dejaban sustento alguno en Israel, ni oveja, ni buey, ni asno(E). 5 Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud(F). Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla. 6 Así fue empobrecido(G) Israel en gran manera por causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor.
7 Cuando los israelitas clamaron al Señor a causa de Madián, 8 el Señor envió un profeta a los israelitas que les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Fui Yo el que los hice subir a ustedes de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre[d](H). 9 Los libré de la mano de los egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra, 10 y les dije: ‘Yo soy el Señor su Dios. No temerán[e] a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan(I). Pero ustedes no me han obedecido[f]’”».
Llamamiento de Gedeón
11 Entonces vino el ángel del Señor(J) y se sentó debajo de la encina[g] que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer(K). Y su hijo Gedeón(L) estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo[h] de los madianitas. 12 Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: «El Señor está contigo, valiente guerrero».
13 Entonces Gedeón le respondió: «Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: “¿No nos hizo el Señor subir de Egipto?”. Pero ahora el Señor nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano[i] de los madianitas(M)». 14 Y el Señor lo miró[j], y le dijo: «Ve con esta tu fuerza(N), y libra a Israel de la mano[k] de los madianitas. ¿No te he enviado Yo?».
15 «Ah Señor», le respondió Gedeón, «¿cómo[l] libraré a Israel(O)? Mi familia es la más pobre en Manasés(P), y yo el menor de la casa de mi padre». 16 Pero el Señor le dijo: «Ciertamente Yo estaré contigo(Q), y derrotarás[m] a Madián como a un solo hombre».
17 Y Gedeón le dijo: «Si he hallado gracia ante Tus ojos, muéstrame una señal de que eres Tú el que hablas conmigo(R). 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo vuelva a Ti, y traiga mi ofrenda y la ponga delante de Ti». «Me quedaré hasta que vuelvas», le respondió el Señor.
19 Y Gedeón entró y preparó un cabrito y pan sin levadura con un efa de harina (22 litros). Puso la carne en una cesta y[n] el caldo en un caldero, y los llevó y se los presentó al ángel debajo de la encina[o](S). 20 Y el ángel de Dios le dijo: «Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña y derrama el caldo». Y así lo hizo Gedeón. 21 Entonces el ángel del Señor extendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura. Y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura(T). Y el ángel del Señor desapareció[p] de su vista.
22 Al ver Gedeón que era el ángel del Señor, dijo[q]: «¡Ay de mí, Señor Dios[r]! Porque ahora he visto al ángel del Señor cara a cara(U)». 23 Y el Señor le dijo: «La paz sea contigo. No temas; no morirás». 24 Y Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó El Señor es Paz[s], el cual permanece en Ofra de Abiezer hasta hoy(V).
Destrucción del altar de Baal
25 Aquella misma noche el Señor le dijo: «Toma el novillo de tu padre y otro[t] novillo de siete años. Derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Asera[u](W) que está junto a él. 26 Edifica después, en debida forma, un altar al Señor tu Dios sobre la cumbre de este peñasco. Toma el segundo novillo y ofrece holocausto con la leña de la Asera que has cortado». 27 Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Señor le había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.
28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron temprano en la mañana, vieron que el altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a él, y que el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había edificado. 29 Y se dijeron unos a otros: «¿Quién ha hecho esto?». Y cuando buscaron e investigaron, dijeron: «Gedeón, hijo de Joás, ha hecho esto». 30 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: «Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal, y también ha cortado la Asera que estaba a su lado».
31 Pero Joás dijo a todos los que estaban contra él: «¿Lucharán ustedes por Baal, o lo librarán? A cualquiera que luche por él, se le dará muerte antes de llegar la mañana. Si es un dios, que luche por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar». 32 Por tanto, aquel día Gedeón[v] fue llamado Jerobaal(X), es decir, que Baal luche contra él, porque había derribado su altar.
33 Todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel(Y). 34 Y el Espíritu del Señor vino sobre[w](Z) Gedeón, y este tocó la trompeta(AA) y los de Abiezer se juntaron para seguirlo. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, que también se juntó para seguirlo. Y envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí(AB), que subieron a su encuentro(AC).
La prueba del vellón
36 Entonces Gedeón dijo a Dios: «Si has de librar a Israel por mi mano(AD), como has dicho, 37 voy a poner un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho». 38 Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua. 39 Y Gedeón dijo a Dios: «No se encienda Tu ira(AE) contra mí si hablo otra vez. Te ruego que me permitas hacer otra vez una prueba con el vellón. Que ahora quede seco el vellón y haya rocío en toda la tierra». 40 Así lo hizo Dios aquella noche, porque solamente quedó seco el vellón y había rocío en toda la tierra.
La negación de Pedro
54 Después de arrestar a Jesús, se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote(A); y Pedro los seguía de lejos(B). 55 (C)Después que encendieron una hoguera en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos(D). 56 Una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: «También este estaba con Él». 57 Pero él lo negó, diciendo: «Mujer, yo no lo conozco».
58 Un poco después, otro al verlo, dijo: «¡Tú también eres uno de ellos(E)!». «¡Hombre, no es cierto[a]!», le dijo Pedro. 59 Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: «Ciertamente este también estaba con Él, pues él también es galileo(F)». 60 Pero Pedro dijo: «Hombre, yo no sé de qué hablas». Al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo.
61 El Señor(G) se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro recordó la palabra del Señor, de cómo le había dicho: «Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces(H)». 62 Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Jesús escarnecido
63 Los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de Él y lo golpeaban(I); 64 Le vendaron los ojos, y le preguntaban: «Adivina[b], ¿quién es el que te ha golpeado(J)?». 65 También decían muchas otras cosas contra Él, blasfemando(K).
Jesús ante el Concilio
66 Cuando se hizo de día, se reunió el Concilio[c] de los ancianos(L) del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Jesús(M) ante su Concilio(N), diciendo: 67 «Si Tú eres el Cristo[d](O), dínoslo». Pero Él les dijo: «Si se los digo, no creerán; 68 y si les pregunto, no responderán. 69 Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios(P)».
70 Dijeron todos: «Entonces, ¿Tú eres el Hijo de Dios(Q)?». «Ustedes dicen que Yo soy(R)», les respondió Jesús. 71 Y ellos dijeron: «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de Su propia boca».
Jesús ante Pilato
23 Toda la asamblea de ellos se levantó, y llevaron a Jesús ante Pilato(S). 2 (T)Y comenzaron a acusar a Jesús, diciendo: «Hemos hallado que este pervierte a nuestra nación(U), prohibiendo pagar[e] impuesto a César(V), y diciendo que Él mismo es Cristo[f], un Rey».
3 Pilato preguntó a Jesús: «¿Eres Tú el Rey de los judíos?». «Tú lo dices(W)», le respondió Jesús. 4 Entonces Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: «No encuentro delito en este hombre(X)». 5 Pero ellos insistían, diciendo: «Él alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea(Y) hasta aquí».
6 Cuando Pilato oyó esto, preguntó si el hombre era galileo. 7 Al saber que Jesús pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes(Z), que también estaba en Jerusalén en aquellos[g] días.
Jesús ante Herodes
8 Al ver a Jesús, Herodes se alegró en gran manera, pues hacía mucho tiempo que lo quería ver(AA) por lo que había oído hablar de Él, y esperaba ver alguna señal[h] que Él hiciera. 9 Lo interrogó extensamente[i], pero Jesús nada le respondió(AB). 10 Los principales sacerdotes y los escribas también estaban allí, y lo acusaban con vehemencia. 11 Entonces Herodes, con sus soldados, después de tratar a Jesús con desprecio y burlarse de Él, lo vistieron con un espléndido manto(AC). Después Herodes lo envió de nuevo a Pilato. 12 Aquel mismo día Herodes y Pilato(AD) se hicieron amigos, pues antes habían estado enemistados el uno con el otro.
Alabanza al Señor y advertencia contra la incredulidad
95 Vengan, cantemos con gozo al Señor(A),
Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación(B).
2 Vengamos ante Su presencia(C) con acción de gracias(D);
Aclamemos a Él con salmos(E).
3 Porque Dios grande(F) es el Señor,
Y Rey grande sobre todos los dioses(G),
4 En cuya mano están las profundidades de la tierra(H);
Suyas son también las cumbres de los montes.
5 Suyo es el mar, pues Él lo hizo(I),
Y Sus manos formaron la tierra firme.
6 Vengan, adoremos y postrémonos(J);
Doblemos la rodilla(K) ante el Señor nuestro Hacedor(L).
7 Porque Él es nuestro Dios,
Y nosotros el pueblo de Su prado(M) y las ovejas de Su mano.
Si ustedes oyen hoy Su voz(N),
8 No endurezcan su corazón como en Meriba(O),
Como en el día de Masah(P) en el desierto,
9 Cuando sus padres me tentaron(Q),
Me pusieron a prueba, aunque habían visto Mi obra.
10 Por cuarenta años(R) me repugnó aquella generación,
Y dije: «Es un pueblo que se desvía en su corazón(S)
Y no conocen Mis caminos.
11 Por tanto, juré en Mi ira(T):
Ciertamente no entrarán en Mi reposo(U)».
Invitación a la adoración
96 (V)Canten al Señor un cántico nuevo(W);
Canten al Señor, toda la tierra.
2 Canten al Señor, bendigan Su nombre;
Proclamen de día en día las buenas nuevas de Su salvación(X).
3 Cuenten Su gloria entre las naciones(Y),
Sus maravillas entre todos los pueblos.
4 Porque grande es el Señor, y muy digno de ser alabado(Z);
Temible es Él sobre todos los dioses(AA).
5 Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos(AB),
Pero el Señor hizo los cielos(AC).
6 Gloria y majestad(AD) están delante de Él;
Poder y hermosura en Su santuario.
7 Den al Señor, oh familias de los pueblos(AE),
Den al Señor gloria y poder(AF).
8 Den al Señor la gloria debida a Su nombre(AG);
Traigan ofrenda(AH) y entren en Sus atrios.
9 Adoren al Señor en vestiduras santas(AI);
Tiemblen ante Su presencia, toda la tierra(AJ).
10 Digan entre las naciones: «El Señor reina(AK);
Ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible;
Él juzgará a los pueblos con equidad(AL)».
11 Alégrense los cielos(AM) y regocíjese la tierra(AN);
Ruja el mar(AO) y cuanto contiene;
12 Gócese el campo(AP) y todo lo que en él hay.
Entonces todos los árboles del bosque(AQ) cantarán con gozo
13 Delante del Señor, porque Él viene;
Porque Él viene a juzgar la tierra:
Juzgará al mundo con justicia
Y a los pueblos con Su fidelidad(AR).
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation