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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Josué 13-14

El territorio no conquistado

13 Josué ya estaba muy anciano y el Señor le dijo: «Has envejecido y aún falta conquistar muchas naciones. 2-7 Esta es la lista de los territorios aún no ocupados:

»Toda la tierra de los filisteos; la de los guesureos; el territorio que ahora pertenece a los cananeos desde el arroyo de Egipto hasta el límite meridional de Ecrón; cinco ciudades de los filisteos: Gaza, Asdod, Ascalón, Gat, y Ecrón; la tierra de los aveos en el sur; en el norte, toda la tierra de los cananeos, incluyendo Araj que pertenece a los sidonios; que se extiende hacia el norte hasta Afec en el límite de los amorreos; la tierra de los guiblitas, y toda la región montañosa, desde Baal Gad al pie del monte Hermón en el sur hasta la entrada de Lebó Jamat en el norte; toda la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot Mayin, incluyendo toda la tierra de los sidonios.

»Expulsaré a todas estas naciones de Israel para incluir su territorio en la división de la tierra entre las nueve tribus restantes y la media tribu de Manasés de la manera que te he ordenado».

División de los territorios al oriente del Jordán

La otra mitad de la tribu de Manasés y las tribus de Rubén y Gad ya habían recibido sus tierras en la ribera oriental del río Jordán, porque Moisés les había asignado esta tierra. Su territorio se extendía desde Aroer a orillas del río Arnón, e incluía la ciudad en el valle, y toda la meseta de Medeba hasta Dibón. 10 Incluía además las ciudades de Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Hesbón, y se extendía hasta los límites de Amón, 11 y hasta Galaad, territorio de los guesureos y de los macateos. Abarcaba todo el monte Hermón, la tierra de Basán con la ciudad de Salcá, 12 y todo el territorio de Og, rey de Basán que había reinado en Astarot y Edrey. Fue el último de los refaítas; Moisés lo atacó y lo expulsó de allí. 13 Sin embargo, el pueblo de Israel no había expulsado a los guesureos ni a los macateos, quienes viven entre los israelitas hasta este día.

14 Asignación de tierras:

Tierra asignada a la tribu de Leví:

Moisés no asignó tierra a la tribu de Leví, ya que los levitas recibían las ofrendas consagradas al Señor.

15 Tierra asignada a la tribu de Rubén:

Según el número de habitantes, Moisés asignó a la tribu de Rubén el siguiente territorio:

16 Desde Aroer a orillas del río de Arnón, pasando a través de la ciudad de Arnón, hasta la meseta cerca de Medeba. 17 Incluía Hesbón y las otras ciudades de la llanura: Dibón, Bamot Baal, Bet Baal Megón, 18 Yahaza, Cademot, Mefat, 19 Quiriatayin, Sibma, Zaret Sajar en el monte que está frente al valle, 20 Bet Peor, Bet Yesimot, y las faldas del monte Pisgá.

21 La tierra de Rubén también abarcaba las ciudades de la meseta y el reino de Sijón. Sijón era el rey de Hesbón que Moisés había matado juntamente con los otros jefes de Madián: Eví, Requen, Zur, Jur y Reba. 22 El pueblo de Israel también dio muerte a Balán el adivino, hijo de Beor. 23 El río Jordán era el límite occidental de la tribu de Rubén.

24-28 Tierra asignada a la tribu de Gad:

Moisés también asignó tierras a la tribu de Gad de acuerdo con su población. Este territorio incluía a Jazer, todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de Amón hasta Aroer cerca de Rabá. También se extendía desde Hesbón hasta Ramat Mizpé, y Betonín; desde Majanayin hasta Lodebar. En el valle estaban Bet Aram y Bet Nimrá, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sijón de Hesbón. El río Jordán era el límite occidental y llegaba hasta el lago de Quinéret. Luego el límite seguía hacia el este del río Jordán.

29 Tierra asignada a la media tribu de Manasés:

Moisés había asignado el siguiente territorio a la media tribu de Manasés conforme a sus necesidades. 30 Su territorio se extendía por el norte desde Majanayin, incluyendo todo Basán, el antiguo reino de Og y las sesenta ciudades de Yaír en Basán. 31 La mitad de Galaad y las ciudades reales del rey Og de Basán, Astarot y Edrey, fueron entregadas a la mitad del clan de Maquir, quien era hijo de Manasés.

32 Así fue como Moisés dividió la tierra al oriente del río Jordán, donde el pueblo estuvo acampado frente a Jericó. 33 Pero Moisés no le había dado tierra a la tribu de Leví porque, como ya les había explicado, el Señor era su herencia.

División de los territorios al occidente del Jordán

14 1-2 Las tierras conquistadas en Canaán fueron asignadas a las nueve tribus y media restantes en Israel. La decisión en cuanto a la parte que recibiría cada tribu se tomó por sorteo delante del Señor, y él hizo que estas salieran en la forma por él deseada. Eleazar el sacerdote, Josué y los jefes de las tribus hicieron el sorteo.

3-4 Moisés ya había entregado las tierras a las dos tribus y media que estaban al oriente del Jordán. La tribu de José se había dividido en dos: Manasés y Efraín. Los levitas no recibieron tierras, salvo las ciudades en que vivirían y las tierras de pastoreo que las rodeaban para el uso de sus rebaños. La distribución de la tierra se realizó estrictamente de acuerdo con las órdenes dadas por el Señor a Moisés.

Caleb recibe Hebrón

Tierra asignada a Caleb:

Una delegación de la tribu de Judá dirigida por Caleb, se presentó delante de Josué en Guilgal. «Recuerda lo que el Señor le dijo a Moisés acerca de nosotros dos cuando estábamos en Cades Barnea —dijo Caleb a Josué—. Yo tenía entonces cuarenta años, y Moisés nos había enviado a Cades Barnea para explorar la tierra de Canaán. Yo informé lo que juzgué que era la verdad; pero los hermanos que fueron con nosotros atemorizaron al pueblo y lo desalentaron para que no entrara en la Tierra prometida. Pero por cuanto yo había seguido las órdenes del Señor mi Dios, Moisés me dijo: “El sector de la tierra de Canaán en la que estuviste te pertenecerá a ti y a todos tus descendientes para siempre, porque le fuiste fiel a mi Dios y Señor”.

10 »Como podrás ver, el Señor me ha mantenido con vida y salud durante estos cuarenta y cinco años desde que comenzamos a vagar por el desierto, y ahora tengo ochenta y cinco años. 11 Estoy tan fuerte ahora como cuando Moisés nos envió en aquel viaje de exploración y aún puedo viajar y pelear como solía hacerlo en aquella época. 12 Por lo tanto, te pido que me des la región montañosa que el Señor me prometió. Recordarás que cuando exploramos la tierra vimos que los anaceos vivían allí en ciudades con murallas muy grandes, pero si el Señor está conmigo yo los echaré de allí, como él prometió».

13-14 Josué lo bendijo y le dio Hebrón como herencia permanente, por cuanto había obedecido al Señor Dios de Israel. 15 Antes de eso Hebrón se había llamado Quiriat Arbá, nombre de un gran héroe de los anaceos. Y hubo paz en la tierra.

Lucas 18:1-17

Parábola de la viuda insistente

18 Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse. Les dijo: «En un pueblo había un juez que no temía a Dios ni respetaba a nadie. En ese mismo pueblo vivía una viuda que no se cansaba de decirle: “Hágame usted justicia contra mi enemigo”. Al principio el juez no le hizo caso, pero después de un tiempo pensó: “Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, esta mujer ya me tiene cansado. Para que me deje tranquilo, le haré justicia”».

Y el Señor siguió diciendo: «Piensen en lo que dijo el juez malo. ¿No creen ustedes que Dios hará justicia a los que él ha escogido y que claman a él día y noche? ¿Se tardará él en responderles? Yo les aseguro que él les hará justicia sin tardar. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?».

Parábola del fariseo y del recaudador de impuestos

Jesús les contó esta parábola a unos que se creían muy justos y despreciaban a los demás: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era fariseo y el otro, un cobrador de impuestos. 11 El fariseo, de pie, oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres que son ladrones, malhechores, adúlteros; ni mucho menos soy como este cobrador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano”. 13 El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó a cierta distancia y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo. Se golpeaba el pecho y decía: “¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy pecador!”.

14 »Les aseguro que este, y no el fariseo, regresó a su casa habiendo sido perdonado por Dios. Porque el que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido».

Jesús y los niños

15 También le llevaron a Jesús niños pequeños para que los tocara. Sus discípulos, al ver esto, comenzaron a reprender a quienes los llevaron. 16 Pero Jesús llamó a los niños y les dijo a los discípulos: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de aquellos que son como ellos. 17 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como lo recibe un niño, no entrará en él».

Salmos 85

Al director musical. Salmo de los hijos de Coré.

85 Señor, has derramado admirables bendiciones sobre esta tierra. Has renovado el destino y has perdonado los pecados de tu pueblo; has sepultado sus culpas, de modo que tu ira, tu ardiente enojo, ya se ha apagado.

Ahora regresa a nosotros, Dios de nuestra salvación. Haz a un lado tu enojo contra nosotros. ¿O continuarás siempre enojado con nosotros? ¿Tu ira continuará hasta las más lejanas generaciones? ¿No volverás a darnos nueva vida, para que tu pueblo se alegre en ti? Señor, muéstranos tu inagotable amor, y concédenos tu salvación.

Estoy atento a cuanto el Señor está diciendo, porque da palabras de paz a su pueblo, a sus fieles. No los dejes regresar a sus caminos de necedad. Ciertamente, su salvación está cerca de quienes lo honran; nuestra tierra estará llena de su gloria.

10 La misericordia y la verdad se encontraron. La justicia y la paz se besaron. 11 La verdad brota de la tierra y la rectitud sonríe desde el cielo.

12 Sí, el Señor derrama sus bendiciones sobre la tierra y esta produce abundantes cosechas. 13 La justicia marcha delante de él para abrir el camino a sus pasos.

Proverbios 13:7-8

Hay pobres que aparentan ser ricos, hay ricos que aparentan ser pobres.

El rico puede salvar su vida con sus riquezas, pero al pobre ni siquiera lo amenazan.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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