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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Números 32:1-33:39

Las tribus al oriente del río Jordán

(Dt 3:12-22)

32 Los descendientes de Rubén y Gad tenían mucho ganado y al ver la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, se dieron cuenta que era un buen sitio para la cría del ganado. Así que fueron y les dijeron a Moisés, a Eleazar el sacerdote y a los jefes de la comunidad:

—La región alrededor de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebán[a], Nebo y Beón, que el SEÑOR ha conquistado para el pueblo de Israel, es una tierra buena para la ganadería y lo que tenemos nosotros, tus siervos, es precisamente ganado. Si tienes una buena opinión de nosotros, tus siervos, danos esa tierra, y no nos hagas atravesar el río Jordán.

Moisés les dijo a los de Gad y Rubén:

—¿Es que sus hermanos deben ir a la guerra mientras ustedes se quedan aquí? ¿Por qué tratan de desanimar a los israelitas para que no pasen a la tierra que el SEÑOR les ha dado? Eso fue lo mismo que hicieron sus padres cuando los mandé desde Cades Barnea a explorar la tierra. Fueron hasta el valle de Escol y exploraron la tierra, pero ellos desanimaron al pueblo de Israel para que no entraran a la tierra que el SEÑOR les había dado. 10 Ese día el SEÑOR se enojó mucho y juró: 11 “Ninguno de los que vinieron de Egipto de 20 años de edad en adelante, verá la tierra que le prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob porque no me han seguido fielmente; 12 excepto Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun. Ellos sí han seguido al SEÑOR fielmente”. 13 El SEÑOR se enojó con Israel y los hizo vagar por el desierto durante 40 años, hasta que murió toda esa generación que hizo enojar al SEÑOR. 14 Ahora resulta que ustedes, pecadores, han tomado el lugar de sus padres para aumentar aun más la ira del SEÑOR contra Israel. 15 Si ustedes se ponen en contra de él, entonces él los dejará aun más tiempo en el desierto y ustedes causarán la destrucción de todo este pueblo.

16 Los de Rubén y Gad se acercaron a Moisés y le dijeron:

—Déjanos construir aquí corrales para nuestro ganado y edificar ciudades para nuestras familias. 17 Luego tomaremos las armas para ir al frente de los israelitas hasta que los hayamos llevado a su lugar. Mientras tanto nuestras familias se quedarán viviendo en ciudades amuralladas, a salvo de la gente que habita esta tierra. 18 Nosotros no regresaremos a nuestros hogares sino hasta que todos los israelitas hayan tomado posesión de su herencia. 19 No pediremos que se nos reparta territorio junto con ellos al otro lado del río Jordán, ni más allá, porque ya hemos recibido nuestra herencia al oriente del Jordán.

20 Moisés les dijo:

—En ese caso, si están dispuestos a cumplir su palabra, tomen las armas para ir a la guerra a las órdenes del SEÑOR. 21 Que todos sus combatientes crucen el Jordán, a las órdenes del SEÑOR, hasta que él expulse a todos sus enemigos. 22 Una vez que hayan terminado de ayudar a sus hermanos a tomar posesión del territorio, se cumplirá la promesa que hicieron a Israel delante del SEÑOR. Entonces podrán volver a sus hogares. Este territorio será su propiedad con la aprobación del SEÑOR. 23 Si ustedes no cumplen con todo esto, entonces estarán pecando contra el SEÑOR y tengan plena seguridad de que serán castigados por su pecado. 24 Construyan, pues, ciudades para sus familias y corrales para sus ganados, pero cumplan con todo lo que dijeron.

25 Los de Gad y Rubén le dijeron a Moisés:

—Sí, señor. Haremos tal como tú ordenas. 26 Nuestros hijos, mujeres, ganados y todos nuestros otros animales se quedarán aquí, en las ciudades de Galaad. 27 Nosotros, tus siervos, cruzaremos el Jordán, armados para la guerra, a las órdenes del SEÑOR, tal como tú dices.

28 Luego Moisés dio estas órdenes al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los jefes de las tribus israelitas, respecto a los de Gad y Rubén. 29 Moisés dijo:

—Si los de Gad y Rubén cruzan el Jordán con ustedes y van a la guerra a las órdenes del SEÑOR, y conquistan el territorio, entonces les darán en posesión la tierra de Galaad, 30 pero si los combatientes de ellos no cruzan con ustedes para hacer la guerra, entonces les darán un territorio entre ustedes en la tierra de Canaán.

31 Los de Rubén y Gad respondieron:

—Nosotros tus siervos haremos tal como el SEÑOR ha ordenado. 32 Cruzaremos armados a las órdenes del SEÑOR a la tierra de Canaán para la guerra, pero nuestra herencia estará al oriente del Jordán.

33 Así que Moisés les entregó el reino de Sijón, rey de los amorreos y el reino del rey Og de Basán a las tribus de Gad y Rubén y a la mitad de la tribu de Manasés hijo de José. Les dio la tierra con sus ciudades y el área alrededor de ellas. 34 Entonces los de Gad reconstruyeron las ciudades de Dibón, Atarot, Aroer, 35 Atarot Sofán, Jazer, Yogbea, 36 Bet Nimrá y Bet Arán. Las fortificaron y construyeron también corrales para su ganado. 37 Los de Rubén construyeron las ciudades de Hesbón, Elalé, Quiriatayin, 38 Nebo, Baal Megón, cambiándoles algunos nombres, y Sibma. Ellos les colocaron nombres nuevos a las ciudades que reconstruyeron.

39 Los descendientes de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, la conquistaron y expulsaron a todos los amorreos que vivían allí. 40 Moisés le dio Galaad a los de Maquir hijo de Manasés y ellos vivieron allí. 41 Yaír hijo de Manasés fue, conquistó las poblaciones de los amorreos y las llamó «poblaciones de Yaír». 42 Noba fue, conquistó Quenat y los pueblos cercanos, y le puso su nombre a esa región, Noba.

Viaje de Israel desde Egipto

33 Estas fueron las etapas del viaje que hicieron los israelitas cuando salieron por tropas de Egipto bajo el mando de Moisés y Aarón. Moisés anotó los nombres de los lugares de donde salían, etapa por etapa, de acuerdo al mandato del SEÑOR, y estos fueron los lugares de cada etapa:

Dejaron Ramsés el día 15 del primer mes, el día después de la Pascua. Los israelitas salieron con aire de triunfo, a la vista de todos los egipcios, mientras los egipcios sepultaban a todos sus hijos mayores, pues el SEÑOR les había dado muerte. El SEÑOR mostraba así que también había dictado sentencia contra los dioses egipcios.

Los israelitas marcharon de Ramsés y acamparon en Sucot.

Dejaron Sucot y acamparon en Etam, a la orilla del desierto.

Dejaron Etam y fueron hacia Pi Ajirot, al oriente de Baal Zefón, y acamparon cerca de Migdol.

Dejaron Pi Ajirot y marcharon a través del mar hacia el desierto. Marcharon durante tres días por el desierto de Etam y acamparon en Mara.

Dejaron Mara y fueron a Elim. En Elim había doce manantiales y 70 palmeras, así que acamparon ahí.

10 Dejaron Elim y acamparon cerca al mar Rojo[b].

11 Dejaron el mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

12 Dejaron el desierto de Sin y acamparon en Dofcá.

13 Dejaron Dofcá y acamparon en Alús.

14 Dejaron Alús y acamparon en Refidín. Allí no había agua para que la gente bebiera.

15 Dejaron Refidín y acamparon en el desierto del Sinaí.

16 Dejaron el desierto del Sinaí y acamparon en Quibrot Hatavá.

17 Dejaron Quibrot Hatavá y acamparon en Jazerot.

18 Dejaron Jazerot y acamparon en Ritmá.

19 Dejaron Ritmá y acamparon en Rimón Peres.

20 Dejaron Rimón Peres y acamparon en Libná.

21 Dejaron Libná y acamparon en Risá.

22 Dejaron Risá y acamparon en Celata.

23 Dejaron Celata y acamparon en el monte Séfer.

24 Dejaron el monte Séfer y acamparon en Jaradá.

25 Dejaron Jaradá y acamparon en Maquelot.

26 Dejaron Maquelot y acamparon en Tajat.

27 Dejaron Tajat y acamparon en Téraj.

28 Dejaron Téraj y acamparon en Mitca.

29 Dejaron Mitca y acamparon en Jasmoná.

30 Dejaron Jasmoná y acamparon en Moserot.

31 Dejaron Moserot y acamparon en Bené Yacán.

32 Dejaron Bené Yacán y acamparon en Hor de Guidgad.

33 Dejaron Hor de Guidgad y acamparon en Jotbata.

34 Dejaron Jotbata y acamparon en Abroná.

35 Dejaron Abroná y acamparon en Ezión Guéber.

36 Dejaron Ezión Guéber y acamparon en Cades en el desierto de Sin.

37 Dejaron Cades y acamparon en Hor, la montaña que queda en los límites de Edom. 38 El sacerdote Aarón subió al monte Hor de acuerdo a la orden del SEÑOR y allí murió el primer día del quinto mes, 40 años después de que los israelitas salieron de Egipto. 39 Aarón tenía 123 años de edad cuando murió en el monte Hor.

Lucas 4:31-5:11

Jesús sana a un endemoniado

(Mr 1:21-28)

31 Después, Jesús fue a Capernaúm, un pueblo de Galilea, y enseñaba a la gente en el día de descanso. 32 Ellos se admiraban de sus enseñanzas porque su mensaje tenía autoridad. 33 En la sinagoga había un hombre que tenía un espíritu maligno, quien gritó con fuerza:

34 —¡Oye! ¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

35 Pero Jesús reprendió al espíritu maligno y le dijo:

—¡Cállate y sal de él!

Entonces delante de todos, el demonio tiró al hombre al suelo y después salió de él sin hacerle ningún daño.

36 Todos se quedaron atónitos y se decían unos a otros: «¿Qué clase de enseñanza es esta? Jesús ordena con autoridad y poder a los espíritus malignos que salgan, ¡y ellos salen!»

37 Entonces la fama de Jesús se extendió por toda la región.

Jesús sana a la suegra de Pedro

(Mt 8:14-15; Mr 1:29-31)

38 Jesús salió de la sinagoga y fue a casa de Simón[a]. La suegra de Simón tenía una fiebre muy alta y le rogaron a Jesús que la ayudara. 39 Jesús se acercó y le ordenó a la fiebre que saliera de ella, y la fiebre la dejó. En ese mismo instante se puso de pie y empezó a atenderlos a todos.

Jesús sana a mucha más gente

(Mt 8:16-17; Mr 1:32-34)

40 Al ponerse el sol, la gente llevó a Jesús a todos los que padecían de diversas enfermedades. Él impuso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. 41 También de muchos de ellos salieron demonios que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Sin embargo, Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Mesías.

Jesús anuncia el mensaje de Dios

(Mr 1:35-39)

42 Cuando se hizo de día, Jesús se fue a un lugar solitario. La multitud lo andaba buscando y llegaron a donde él estaba. Trataban de convencerlo de que no se fuera. 43 Pero Jesús les dijo:

—También tengo que anunciar la buena noticia del reino de Dios en otros pueblos. Para eso fui enviado.

44 Jesús iba anunciando su mensaje en las sinagogas de Judea.

Los primeros seguidores

(Mt 4:18-22; Mr 1:16-20)

Una vez Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret, y la gente lo apretujaba, tratando de escuchar la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas para lavar sus redes. Jesús subió a la de Simón y le pidió que lo alejara un poco de la orilla. Luego se sentó y le enseñó a la multitud desde la barca.

Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:

—Lleva la barca a aguas profundas y lancen las redes para pescar.

Simón le respondió:

—Maestro, estuvimos trabajando toda la noche y no pescamos nada. Pero si tú lo dices, lanzaré las redes.

Así lo hicieron y atraparon tantos peces que las redes se rompían. Entonces les hicieron señales a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos fueron y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.

Al ver esto Simón Pedro se arrodilló delante de Jesús y le dijo:

—¡Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador!

Es que él y todos sus compañeros se llenaron de asombro por la gran pesca que habían hecho. 10 Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo y compañeros de Simón, también estaban asombrados. Entonces Jesús le dijo a Simón:

—No tengas miedo. De ahora en adelante vas a pescar gente.

11 Ellos trajeron sus barcas a la orilla, dejaron todo y siguieron a Jesús.

Salmos 64

Lo justos confían en Dios

Al director. Canción de David.

Dios mío, escucha mi queja,
    protégeme de las amenazas de mis enemigos.
Protégeme de los planes secretos de los delincuentes;
    escóndeme de esa pandilla de perversos.
Afilan su lengua como afilar una espada;
    lanzan palabras venenosas como si fueran flechas.
De repente disparan flechas contra gente inocente;
    nadie los ve en sus escondites.
Se animan unos a otros a hacer el mal.
    Planean juntos cómo tender sus trampas a los demás
    y están seguros de que nadie podrá descubrirlos.
Ellos planean hacer injusticias,
    hacen investigaciones minuciosas.
El ser humano puede llegar a ser muy malo,
    es muy difícil saber qué es lo que realmente está pensando.

Pero Dios les lanzará sus flechas,
    caerán heridos sin previo aviso.
Sus propias palabras los harán caer,
    el que los vea se burlará de ellos.
Todo el mundo verá lo que Dios es capaz de hacer
    y se lo contará a los demás.
    Así todos conocerán lo que Dios es capaz de hacer.
10 Los justos confían en Dios,
    y el SEÑOR les da refugio.
    La gente honesta se sentirá bien.

Proverbios 11:22

22 Anillo de oro en hocico de un cerdo
    es la mujer bella de poco cerebro.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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