Print Page Options Listen to Reading
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the NLT. Switch to the NLT to read along with the audio.

Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Números 32:1-33:39

Rubén y Gad se establecen en Transjordania

32 Cuando Israel llegó a la tierra de Jazer y Galaad, las tribus de Rubén y Gad (que tenían grandes rebaños de ovejas) notaron que era un país hermoso para el pastoreo, y se presentaron ante Moisés, Eleazar el sacerdote y los demás jefes de las tribus y dijeron:

―El Señor ha usado a Israel para destruir a los pueblos de todo el país: Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebán, Nebo y Beón. Es una excelente tierra para el pastoreo, ideal para nuestros ganados. Permítasenos tener esta tierra como porción nuestra en vez de tener parte al otro lado del río Jordán.

―¿Quieren decir que desean establecerse aquí, mientras sus hermanos van al otro lado del Jordán y realizan la conquista? —preguntó Moisés—. ¿Están tratando de desalentar al resto del pueblo para que no pase al otro lado, a la tierra que el Señor les ha dado? Esto es lo mismo que hicieron sus padres. Los envié desde Cades a explorar la tierra, pero cuando acabaron la investigación y regresaron del valle de Escol, desalentaron al pueblo, y este no quiso entrar en la Tierra prometida. 10 Entonces la ira del Señor se encendió en contra de ellos, 11 y juró que de los que habían salido de Egipto, ninguno que tuviera más de veinte años entraría en la Tierra que había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, porque se habían negado a hacer la voluntad del Señor. 12 Las únicas excepciones fueron Caleb (hijo de Jefone el cenezeo), y Josué (hijo de Nun), porque de todo corazón siguieron al Señor. 13 Entonces el Señor hizo que regresáramos y peregrináramos por el desierto durante cuarenta años hasta que toda la generación perversa hubo muerto.

14 »Y ahora ustedes, descendientes de tales pecadores, pretenden hacer lo mismo. De modo que la ira del Señor se encenderá contra Israel con mayor furor esta vez. 15 Si ustedes se apartan de Dios de esta manera, él hará que el pueblo esté más tiempo en el desierto, y ustedes serán los culpables de la destrucción de este pueblo y de haber traído el desastre sobre toda la nación.

16 ―De ninguna manera —explicaron ellos—. Queremos construir rediles para nuestros ganados y ciudades para nuestros pequeños, 17 pero nosotros iremos con nuestras armas adelante del resto del pueblo de Israel hasta que hayamos tomado posesión de la herencia que a ellos les corresponde. Pero primero necesitamos construir ciudades amuralladas para nuestras familias, para que ellos estén a salvo de los ataques de los habitantes de los alrededores. 18 No nos estableceremos aquí hasta que el pueblo de Israel haya recibido el total de su heredad. 19 No queremos tierra en la otra orilla del Jordán. Más bien la queremos a este lado, en la ribera oriental.

20 Entonces Moisés dijo:

―De acuerdo. Hagan lo que prometen y vayan a hacer la guerra, 21 y crucen con sus soldados al otro lado del Jordán hasta que el Señor haya expulsado a todos los enemigos, 22 y cuando la tierra finalmente haya sido sometida al Señor, quedarán libres del deber delante del Señor y delante del resto del pueblo de Israel, y la tierra de la orilla oriental será de ustedes ante el Señor.

23 »Pero si no cumplen lo que han prometido, pecarán contra el Señor, y pagarán las consecuencias. 24 Vayan y edifiquen ciudades para sus familias y rediles para sus rebaños. Hagan todo lo que han dicho.

25 ―Seguiremos tus instrucciones al pie de la letra —respondieron los descendientes de Gad y Rubén—. 26 Nuestros hijos, nuestras esposas, los rebaños y el ganado quedarán aquí en las ciudades de Galaad. 27 Pero todos nosotros nos alistaremos para ir a pelear por el Señor como tú lo has dicho. 28 Entonces Moisés les dijo a Eleazar, a Josué y a los jefes de las tribus de Israel:

29 ―Si todos estos hombres de las tribus de Gad y Rubén que se han alistado para pelear las batallas del Señor van con ustedes al otro lado del Jordán, recibirán la tierra cuando termine la conquista. 30 Pero si se niegan a acompañarlos deben aceptar un terreno entre los demás en la tierra de Canaán.

31 Las tribus de Gad y Rubén dijeron entonces:

―Haremos como el Señor ha ordenado. 32 Seguiremos al Señor armados y entraremos en la tierra de Canaán, pero nuestra tierra estará aquí, en este lado del Jordán.

33 Entonces Moisés asignó el territorio de Sijón rey de los amorreos y del rey Og de Basán, incluso sus ciudades, a las tribus de Gad, Rubén y Manasés (hijo de José).

34-36 El pueblo de Gad construyó las siguientes ciudades: Dibón, Atarot, Aroer, Atarot Sofán, Jazer, Yogbea, Bet Nimrá y Bet Arán. Todas estas eran ciudades fortificadas y tenían rediles para las ovejas.

37 Los hijos de Rubén edificaron las siguientes ciudades: Hesbón, Elealé, Quiriatayim, 38 Nebo, Baal Megón y Sibma. (Los israelitas después cambiaron los nombres de algunas de estas ciudades que habían conquistado y reconstruido).

39 El clan de Maquir de la tribu de Manasés fue a Galaad y la conquistó, y expulsó a los amorreos que vivían allí. 40 Moisés, entonces, dio Galaad a los maquiritas. 41 Los hombres de Yaír, otro clan de la tribu de Manasés, ocuparon varias de las ciudades de Galaad; y le cambiaron el nombre a la región y le pusieron Javot Yaír. 42 Mientras tanto un hombre llamado Noba, fue y tomó a Quenat y sus pueblos, y los ocupó, y la región se llamó Noba.

Ruta de Israel por el desierto

33 Este es el itinerario que Israel siguió desde que Moisés y Aarón lo sacaron de Egipto. Moisés anotó las etapas del viaje en la forma que el Señor le había ordenado. 3-4 Salieron de la ciudad de Ramsés en Egipto el primero de abril, el día siguiente de la noche de la Pascua. Salieron con orgullo, a instancias de los egipcios que estaban sepultando a los primogénitos que el Señor había matado la noche anterior. El Señor ciertamente había derrotado a todos los dioses de Egipto aquella noche.

5-6 Después de salir de Ramsés, acamparon en Sucot, en Etam (el límite del desierto), y en Pit Ajirot (cerca de Baal Zefón donde acamparon al pie del monte Migdol). Desde allí cruzaron en seco el Mar Rojo y durante tres días se internaron en el desierto de Etam, acampando luego en Mara. Salieron de Mara y acamparon en Elim donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras.

10 Saliendo de Elim acamparon junto al Mar Rojo, 11 y luego en el desierto de Sin.

12 De allí llegaron hasta Dofcá, 13 y luego acamparon en Alús. 14 Siguieron después a Refidín (donde no había agua para que el pueblo bebiera).

15-37 Desde Refidín siguieron hasta el desierto de Sinaí;

desde el desierto de Sinaí a Quibrot Jatavá;

de Quibrot Jatavá a Jazerot;

de Jazerot a Ritma;

de Ritma a Rimón Peres;

de Rimón Peres a Libná;

de Libná a Risá;

de Risá a Celata;

de Celata al monte de Sefér;

del monte de Sefér a Jaradá;

de Jaradá a Maquelot:

de Maquelot a Tajat;

de Tajat a Téraj;

de Téraj a Mitca;

de Mitca a Jasmoná;

de Jasmoná a Moserot;

de Moserot a Bené Yacán;

de Bené Yacán al monte de Gidgad;

del monte de Gidgad a Jotbata;

de Jotbata a Abroná;

de Abroná a Ezión Guéber;

de Ezión Guéber a Cades (en el desierto de Zin);

de Cades al monte Hor (junto a la tierra de Edom).

38-39 Mientras estaban al pie del monte Hor, Dios le ordenó a Aarón el sacerdote que subiera a la montaña, y allí murió. Esto ocurrió en el año cuarenta después de la salida del pueblo de Israel de Egipto. La fecha de su muerte fue el quince de julio, cuando tenía ciento veintitrés años.

Lucas 4:31-5:11

Jesús expulsa a un espíritu maligno

31 Jesús se fue a Capernaúm, un pueblo de la región de Galilea, y enseñaba a la gente el día sábado. 32 Los que lo oían se sorprendían de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.

33 En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por un espíritu malo que le gritó con todas sus fuerzas:

34 ―¡Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú. ¡El Santo de Dios!

35 Jesús le replicó:

―¡Cállate! ¡Sal de ese hombre!

Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin hacerle ningún daño. 36 Todos estaban muy asustados y se decían unos a otros:

―¿Qué tienen sus palabras? Con autoridad y poder les ordena a los espíritus malos que salgan, y salen.

37 Y por todo aquel lugar se hablaba de Jesús.

Jesús sana a muchos enfermos

38 Al salir Jesús de la sinagoga se fue a la casa de Simón. La suegra de este estaba enferma y con fiebre muy alta, y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella.

39 Él se inclinó sobre ella y ordenó que la fiebre se le quitara, y se le quitó. Ella en seguida se levantó y comenzó a servirles.

40 Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los que tuvieran cualquier tipo de enfermedad. Él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. 41 También de muchas personas salían demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».

Pero él los reprendía y no los dejaba hablar, porque sabían que era el Cristo.

42 Al amanecer, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. La gente lo buscó por todas partes y, cuando lo encontraron, trataron de detenerlo para que no se fuera. 43 Pero él les dijo: «Tengo que anunciar las buenas noticias del reino de Dios a los demás pueblos, porque para eso fui enviado».

44 Y continuó anunciando las buenas noticias en las sinagogas de los judíos.

Llamamiento de los primeros discípulos

Un día, Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret y la gente lo apretujaba para oír el mensaje de Dios. Entonces vio dos barcas que estaban en la playa. Los pescadores las habían dejado allí mientras lavaban sus redes. Él subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó y desde la barca le enseñaba a la gente.

Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:

―Lleva la barca adonde el agua está más profunda y allí echa tus redes para pescar. Simón le respondió:

―Maestro, toda la noche hemos trabajado sin descanso y no hemos pescado nada. Pero, puesto que tú me lo mandas, voy a echar las redes.

Ellos hicieron lo que él les dijo, y recogieron tantos peces que las redes se les rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que se empezaron a hundir.

Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo:

―¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!

Es que él y sus demás compañeros estaban asombrados por la gran pesca que habían hecho. 10 También estaban asombrados Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, socio de Simón.

Jesús le dijo a Simón:

―No tengas miedo, de ahora en adelante serás pescador de seres humanos.

11 Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y siguieron a Jesús.

Salmos 64

Al director musical. Salmo de David.

64 Señor, escucha mi queja. Protégeme del temor a mis enemigos. Escóndeme de la conspiración de los malvados, de la intrigas de perversos. Afilan sus lenguas como espadas; lanzan como flechas sus palabras amargas. Desde su emboscada tiran contra el inocente. Lo hacen sin aviso, y no tienen temor. Unos a otros se animan a cometer el mal. Planean cómo poner sus trampas. «Aquí jamás las descubrirá», dicen. Maquinan sus perversidades, y dicen: «Hemos tramado el plan perfecto». ¡Sí, los pensamientos y el corazón humano no se pueden comprender!

Pero Dios mismo les disparará y caerán. Sin aviso las flechas los herirán. Sus propias palabras se volverán contra ellos y los destruirán. Cuantos los vean se burlarán de ellos. Entonces todos sentirán temor, proclamarán las poderosas obras de Dios; por fin reconocerán las admirables cosas que él hace. 10 Y los justos se regocijarán en el Señor, y encontrarán refugio en él. Y los de recto corazón lo alabarán.

Proverbios 11:22

22 La mujer hermosa pero indiscreta es como un anillo de oro en el hocico de un cerdo.

Nueva Biblia Viva (NBV)

Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.