The Daily Audio Bible
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10-19 »Vengan todos los que son artesanos con talentos especiales y construyan lo que el Señor les ha ordenado:
La Tienda del santuario con sus cubiertas, ganchos, tablas, barras, columnas y bases; el cofre y sus varas; el propiciatorio; la cortina que está delante del Lugar Santo; la mesa con sus varas y todos sus utensilios; el pan de la ofrenda; el candelabro con sus lámparas y aceite; el altar del incienso y sus varas para transportarlo; el aceite de la unción y el incienso aromático; la cortina para la puerta del santuario; el altar para los holocaustos; el enrejado de bronce del altar, sus varas para transportarlo, y sus demás utensilios; el lavamanos con su base; las cortinas que servirán de cerco para el atrio; las columnas y sus bases; la cortina para la entrada del atrio; las estacas del atrio del santuario, y sus cuerdas; las vestiduras sagradas que los sacerdotes deben usar cuando sirvan en el Lugar Santo; las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón y de sus hijos».
20 Entonces todo el pueblo fue a sus tiendas a preparar las donaciones. 21 Aquellos cuyo corazón fue tocado por el Espíritu de Dios volvieron con sus ofrendas de materiales para el santuario y su equipo, y para las vestiduras sagradas. 22 Vinieron hombres y mujeres, todos los que tuvieron un corazón dispuesto a dar. Le trajeron al Señor ofrendas de oro, joyas, pendientes, anillos, collares y objetos de oro de toda especie. 23 Otros trajeron tela azul, morada y escarlata, hecha de lino fino torcido de pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de cabra especialmente tratadas. 24 Otros trajeron plata y bronce como ofrenda al Señor; y algunos trajeron la madera de acacia que se necesitaba para la construcción.
25 Las mujeres que tenían habilidades para la costura y para hilar prepararon hilos y telas de color azul, morado y escarlata, y lino fino torcido, y lo trajeron como ofrenda. 26 Otras mujeres, con mucha alegría, usaron sus dones especiales para hacer telas de pelo de cabras. 27 Los dirigentes trajeron piedras de ónice para el efod y para el pectoral, 28 y especias y aceite para las lámparas y para la preparación del aceite de la unción y el incienso aromático. 29 De esta manera el pueblo de Israel, todo hombre y mujer que quiso ayudar en la obra encomendada a ellos por el Señor, trajo su ofrenda voluntaria.
Bezalel y Aholiab
30-31 Y Moisés les dijo: «El Señor ha señalado específicamente a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, como supervisor general de la construcción. 32 Él puede hacer hermosas creaciones de artesanía en oro, plata y bronce; 33 puede cortar y engastar piedras preciosas, y puede hacer hermosas obras de tallado. En suma él tiene todas las habilidades necesarias. 34 Dios ha hecho que él y Aholiab sean maestros dotados y que puedan enseñar sus habilidades a los demás. Aholiab es hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan. 35 Dios los ha dotado de habilidades muy especiales, de modo que pueden hacer toda obra de joyería y carpintería. También tienen la capacidad para hacer bordados en tela azul, morada y escarlata, y para elaborar cualquier tipo de tejido. Ellos, en fin, se destacan en todas las artes necesarias para la obra.
36 »Los demás artesanos, a quienes el Señor haya dado habilidades, deberán ayudar a Bezalel y Aholiab en la construcción y preparación de los utensilios del santuario, de acuerdo con lo que el Señor ha ordenado».
2 Luego Moisés dijo a Bezalel, a Aholiab y a todos los que sintieron el deseo de colaborar en los trabajos que comenzaran a trabajar, 3 y les entregó los materiales donados por el pueblo para la construcción del santuario.
Pero como la gente continuaba llevando ofrendas todos los días, 4-7 los obreros dejaron sus trabajos y fueron a reunirse con Moisés, y le dijeron: «La gente ha ofrendado mucho más de lo que necesitamos para realizar la obra que el Señor nos ha encomendado».
Entonces Moisés envió mensajeros que fueran por el campamento avisando que ya no se necesitaban más donaciones. Por fin la gente dejó de llevar ofrendas.
El santuario
8 Los tejedores hicieron primero diez cortinas de lino fino torcido, de color azul, morado y escarlata, y las adornaron con querubines hermosamente bordados sobre ellas. 9 Cada cortina medía unos doce metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 10 Cinco fueron unidas entre sí, y luego otras cinco unidas de la misma manera, y así formaron dos grandes cortinas. 11-12 Con cincuenta cintas azules se hicieron lazos en el borde de las dos cortinas, cada lazo frente a su compañero de la otra cortina. 13 Luego se hicieron cincuenta ganchos de oro para unir los lazos, y de esta manera unir las dos grandes cortinas, de modo que el santuario era uno solo, pues se veía como si fuera de una sola pieza.
14-15 Sobre el cielo raso fue colocada una segunda capa formada por once cortinas hechas de pelo de cabra. Tenían todas trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 16 Bezalel unió cinco de estas cortinas para hacer una pieza larga, y otras seis para hacer otra. 17 Luego hizo cincuenta lazos en el extremo de cada una, 18 y cincuenta pequeños ganchos de bronce para unir los lazos, a fin de que las cortinas quedaran firmemente unidas una a otra.
19 La cubierta superior del techo fue hecha de pieles de carnero teñidas de rojo y de pieles de cabras.
20 Para los costados del santuario se usaron tablas de madera de acacia, puestas en forma vertical. 21 El alto de cada tabla era de cuatro metros y medio y el ancho de setenta centímetros. 22 Cada tabla se unía a la otra por medio de dos ganchos. 23 Había veinte tablas en el costado sur, 24 asentadas en cuarenta bases de plata. Cada tabla estaba unida a su base por medio de dos ganchos. 25-26 Había veinte tablas en el costado norte del santuario, con cuarenta bases de plata, dos para cada tabla. 27 El costado occidental del santuario, que era la parte posterior, estaba hecho con seis tablas, 28 más otra a cada extremo. 29 Estas tablas, incluyendo las de las esquinas, fueron unidas unas a otras, arriba y abajo, por medio de argollas. 30 De modo que por el costado occidental había un total de ocho tablas con dieciséis bases de plata, dos por cada tabla.
31-32 Luego hicieron cinco series de travesaños de madera de acacia, para unir las tablas por los lados, cinco por cada costado del santuario. 33 Uno de estos travesaños pasaba por el centro de las tablas, e iba de un extremo al otro del santuario. 34 Las tablas y los travesaños estaban recubiertos de oro, y las argollas eran de oro puro.
35 La cortina interior azul, morada y escarlata fue hecha de lino fino torcido, con querubines primorosamente bordados. 36 La cortina colgaba de cuatro ganchos de oro, montados en cuatro postes de madera de acacia, cubiertos de oro y asentados sobre cuatro bases de plata.
37 Luego hicieron una cortina para la entrada del santuario, tejida de lino fino bordado con azul, morado y escarlata. 38 Esta cortina iba unida por medio de cinco ganchos a cinco postes. Los postes, sus capiteles y varas estaban cubiertos con oro, y las cinco bases eran de bronce.
La crucifixión
32 En el camino hallaron a un hombre de Cirene[a] llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz que Jesús cargaba.
33 Ya en el lugar conocido como Gólgota (Loma de la Calavera), 34 los soldados le dieron a beber vino con hiel.[b] Tras probarlo, se negó a beberlo. 35 Una vez clavado en la cruz, los soldados echaron suertes para repartirse su ropa, 36 y luego se sentaron a contemplarlo. 37 En la cruz, por encima de la cabeza de Jesús, habían puesto un letrero que decía: «este es jesús, el rey de los judíos». 38 Junto a él, uno a cada lado, crucificaron también a dos ladrones. 39 La gente que pasaba por allí se burlaba de él y meneando la cabeza decía:
40 ―¿No afirmabas tú que podías destruir el templo y reedificarlo en tres días? Pues veamos: Si de verdad eres el Hijo de Dios, ¡bájate de la cruz!
41 Los principales sacerdotes, escribas, fariseos y ancianos también se burlaban de él.
42 ―Si a otros salvó, ¿por qué no se salva a sí mismo? ¡Conque tú eres el Rey de los judíos! ¡Bájate de la cruz y creeremos en ti! 43 Si confió en Dios, ¡que lo salve Dios! ¿No decía que era el Hijo de Dios?
44 Y los ladrones le decían lo mismo.
Muerte de Jesús
45 Aquel día, desde el mediodía hasta las tres de la tarde, la tierra se sumió en oscuridad. 46 Cerca de las tres, Jesús gritó:
―Elí, Elí ¿lama sabactani? (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?)
47 Algunos de los que estaban allí no le entendieron y creyeron que estaba llamando a Elías. 48 Uno corrió y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la alzó para que la bebiera. 49 Pero los demás dijeron:
―Déjalo. Vamos a ver si Elías viene a salvarlo.
50 Jesús habló de nuevo con voz muy fuerte, y murió.
51 Al instante, el velo que ocultaba el Lugar Santísimo del templo se rompió en dos de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron, 52 las tumbas se abrieron y muchos creyentes muertos resucitaron. 53 Después de la resurrección de Jesús, esas personas salieron del cementerio y fueron a Jerusalén, donde se aparecieron a muchos.
54 El centurión y los soldados que vigilaban a Jesús, horrorizados por el terremoto y los demás acontecimientos, exclamaron:
―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!
55 Varias de las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea y le servían estaban no muy lejos de la cruz. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Sepultura de Jesús
57 Al llegar la noche, un hombre rico de Arimatea llamado José, discípulo de Jesús, 58 fue a Pilato y le reclamó el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo colocó en un sepulcro nuevo labrado en la peña. Hacía poco que había hecho ese sepulcro y ordenó que rodaran una piedra grande para cerrar la entrada. José se alejó, 61 pero María Magdalena y la otra María se quedaron sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante el sepulcro
62 Al siguiente día, al cabo del primer día de las ceremonias pascuales, los principales sacerdotes y los fariseos fueron a Pilato 63 y le dijeron:
―Señor, aquel impostor dijo una vez que al tercer día resucitaría. 64 Quisiéramos que ordenaras poner guardias ante la tumba hasta el tercer día, para evitar que sus discípulos vayan, se roben el cuerpo y luego se pongan a decir que resucitó. Si eso sucede estaremos peor que antes.
65 ―Bueno, ahí tienen un pelotón de soldados. Vayan y asegúrense de que nada anormal suceda.
66 Entonces fueron, sellaron la roca y dejaron a los soldados de guardia.
Salmo de David, cuando fingió estar demente ante Abimélec, por lo cual este lo arrojó de su presencia.
34 Alabaré al Señor, pase lo que pase. Constantemente hablaré de sus glorias y de su gracia. 2 Me gloriaré de todas sus bondades para conmigo. Anímense todos los desalentados. 3 Proclamemos juntos la grandeza del Señor, y ensalcemos su nombre.
4 Porque clamé a él y él me respondió. Me libró de todos mis temores. 5 Otros también estaban radiantes por lo que él había hecho por ellos. No estaban cabizbajos ni avergonzados. 6 Este pobre clamó al Señor; el Señor lo escuchó y lo libró de todas sus tribulaciones. 7 Porque el ángel del Señor acampa alrededor de todos los que le temen y los libra.
8 ¡Pongan a prueba a Dios, y verán cuán bueno es! Dichosos todos los que confían en él. 9 Si pertenecen al Señor, reveréncienlo; porque todo el que así procede tiene cuanto necesita. 10 Hasta los fuertes leoncillos a veces padecen hambre; pero los que reverenciamos al Señor jamás careceremos de bien alguno.
7 Si corriges al burlón sólo conseguirás que te insulte; si corriges al malvado sólo conseguirás que te lastime. 8 No corrijas al burlón pues terminará odiándote; corrige al sabio, y te amará.
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