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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Éxodo 23:14-25:40

Las tres fiestas anuales

14 »Deberán celebrar tres fiestas religiosas en el año. 15 La primera es la de los Panes sin levadura. Durante siete días no comerán pan con levadura, conforme a lo que les he ordenado. Esta celebración será anual. La celebrarán en el mes de aviv, que fue el mes en que salieron de Egipto. Cada uno deberá ofrecerme algún sacrificio en esa fecha.

16 »También celebrarán la fiesta de las Primicias, en la que me ofrecerán las primicias de la cosecha. Y finalmente, la fiesta de la Cosecha, cuando termine el trabajo de recolección de la cosecha.

17 »Cada año, en estas tres fiestas, todo varón de Israel se presentará delante del Señor.

18 »Ningún sacrificio de sangre será ofrecido con panes con levadura; no se dejará la grasa del animal sacrificado para ofrecerla al día siguiente.

19 »Llevarán a la casa del Señor los primeros y mejores frutos de sus campos.

»No cocerán el cabrito en la leche de su madre.

El ángel del Señor

20 »Miren, estoy enviando un ángel delante de ustedes, para que lleguen con seguridad a la tierra que les he preparado. 21 Muéstrenle reverencia y obedezcan todas sus órdenes. No se rebelen contra él, porque él actúa en mi nombre, y no les perdonará sus faltas. 22 Si le obedecen cuidadosamente y siguen todas sus instrucciones, yo seré enemigo de sus enemigos. 23 Y mi ángel irá delante de ustedes y los conducirá a la tierra de los amorreos, de los ferezeos, de los hititas, de los cananeos, de los heveos y de los jebuseos, para que vivan en ella. Yo destruiré estos pueblos delante de ustedes.

24 »No adorarán dioses de otras naciones ni les ofrecerán sacrificios; no deben imitar el ejemplo de esos pueblos paganos. Deben vencerlos completamente y destrozar todos sus ídolos vergonzosos.

25 »Servirán al Señor su Dios solamente, y yo los bendeciré con alimentos y agua, y apartaré toda enfermedad de entre ustedes. 26 No habrá abortos ni esterilidad en su tierra, y vivirán a plenitud todos los días de su vida.

27 »El pánico del Señor caerá sobre las naciones que ustedes invadan, de modo que sus habitantes huirán delante de ustedes.

28 »Enviaré delante de ustedes avispas que expulsen a los heveos, cananeos e hititas. 29 No lo haré todo en un solo año, porque la tierra se convertiría en un desierto y los animales salvajes se multiplicarían, de manera que no se podrían dominar. 30 Los expulsaré poco a poco, hasta que la población de ustedes haya crecido lo suficiente como para llenar la tierra. 31 Los límites que les pondré serán desde el Mar Rojo hasta la costa de los filisteos, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Haré que ustedes venzan a los pueblos que hoy viven en esa tierra, y los expulsen de la región.

32 »No deberán hacer pacto con ellos, ni tendrán parte alguna con sus dioses. 33 No dejen que vivan entre ustedes, porque yo sé que ellos los contaminarán con su pecado de adorar a dioses falsos, y eso sería la ruina de ustedes».

Ratificación del pacto

24 El Señor le dijo a Moisés: «Sube con Aarón, Nadab, Abiú y setenta de los ancianos de Israel. Pero ellos no podrán acercarse, sino que se arrodillarán a cierta distancia. Sólo tú podrás llegar junto a mí. Recuerda que nadie del pueblo podrá subir al monte».

Moisés anunció al pueblo todas las leyes y reglamentos que el Señor le había dado, y el pueblo respondió al unísono: «Obedeceremos todo lo que el Señor ha dicho». Moisés escribió todo lo que el Señor le dijo.

Al día siguiente, Moisés se levantó muy temprano y construyó un altar al pie del monte, con doce columnas alrededor, pues doce eran las tribus de Israel. Entonces envió a algunos de los jóvenes a hacer holocaustos y a sacrificar ofrendas de paz al Señor. Moisés tomó la mitad de la sangre de estos animales y la echó en grandes vasijas. La otra mitad la roció sobre el altar. Después leyó al pueblo el libro que había escrito, el Libro del Pacto, que contenía todas las órdenes y leyes de Dios. Y el pueblo dijo nuevamente:

―Solemnemente prometemos obedecer todas las leyes del Señor.

Moisés tomó la sangre que estaba en las vasijas, roció con ella al pueblo, y dijo:

―Esta sangre confirma y sella el pacto que el Señor ha hecho con ustedes, al darles estas leyes.

Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los setenta ancianos de Israel subieron al monte 10 y vieron al Dios de Israel parado sobre una especie de pavimento hecho con piedras de zafiro, tan puro como el cielo. 11 Y aunque los ancianos pudieron contemplar a Dios, y comer y beber con él, no murieron, pues él no usó su poder para destruirlos.

12 El Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte, donde estoy, y quédate hasta que yo te dé las leyes y los mandamientos que he grabado en tablas de piedra, para que puedas enseñárselos al pueblo».

13 Moisés y Josué, su ayudante, subieron al monte de Dios. 14 Antes de subir, Moisés les dijo a los ancianos: «Quédense aquí y espérennos hasta que regresemos. Si hay problemas mientras estamos ausentes, consulten con Aarón y Jur».

15 Cuando Moisés subió, una nube cubrió el monte. 16 La gloria del Señor reposó sobre el monte Sinaí. La nube cubrió el monte por seis días, y al séptimo día Dios llamó a Moisés desde la nube. 17 Los que estaban al pie del monte tuvieron una visión sobrecogedora. La gloria del Señor sobre la cumbre del monte parecía un fuego abrasador. 18 Y Moisés desapareció en la nube que cubría el monte, y estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches.

Las ofrendas para el santuario

25 El Señor le dijo a Moisés: «Dile al pueblo de Israel que el que quiera hacerme una ofrenda, puede traerme cualquiera de las siguientes cosas: oro, plata, bronce, tela azul, morada o escarlata, lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de cabra, madera de acacia, aceite de oliva para las lámparas, especias para el aceite de la unción y para el incienso perfumado, piedras de ónice y piedras finas para colocarlas en el efod y el pectoral. Quiero que el pueblo de Israel me haga un santuario donde pueda habitar en medio de ellos. Mi santuario será una tienda, un tabernáculo. Yo te daré el diseño de la construcción y los detalles de todos los utensilios.

El cofre

10 »Harás un cofre de madera de acacia, de un metro y diez centímetros de largo, por setenta centímetros de ancho y setenta de alto. 11 Lo recubrirás por dentro y por fuera con oro puro, y le pondrás una moldura de oro. 12 Harás cuatro argollas de oro y se las pondrás en las cuatro esquinas inferiores, dos por cada costado. 13-14 También harás unas varas de madera de acacia cubiertas de oro, y las pasarás por las argollas de los costados, para transportarlo. 15 Estas varas nunca serán sacadas de las argollas. 16 Cuando el cofre esté terminado, colocarás dentro de él las tablas que yo te daré con los Diez Mandamientos grabados en ellas.

17 »También le harás al cofre una cubierta de oro puro de un metro y diez centímetros de largo, por setenta centímetros de ancho. 18 Harás también dos querubines de oro, trabajados a martillo, y los colocarás a los dos extremos de la cubierta del cofre. 19 Tanto la tapa del cofre como los dos querubines serán hechos de una sola pieza. 20 Los querubines estarán uno frente al otro, mirando hacia el centro de la tapa del cofre, y tendrán sus alas extendidas sobre la cubierta de oro. 21 Pondrás la cubierta sobre el cofre y dentro pondrás las tablas de piedra que yo te daré. 22 Y me encontraré contigo allí, y conversaré contigo exactamente entre los dos querubines; y el cofre contendrá las leyes de mi pacto. Allí te diré los mandamientos que he promulgado para el pueblo de Israel.

La mesa

23 »Luego harás una mesa de madera de acacia, de noventa centímetros de largo, cuarenta y cinco de ancho y setenta de alto. 24 La cubrirás con oro puro y le harás una moldura de oro alrededor. 25 Le harás un borde de siete centímetros y medio de ancho. Alrededor del borde le pondrás una moldura de oro. 26-27 Harás cuatro argollas de oro y las pondrás en los costados, junto a las cuatro patas, cerca de la parte superior. Por ellas pasarán las varas que servirán para transportar la mesa. 28 Las varas las harás de madera de acacia, recubiertas de oro. 29 También harás tazones de oro, platos, cucharas, jarros y tazas para las ofrendas de líquidos. 30 Sobre la mesa pondrás el pan de la Presencia, el cual deberá permanecer continuamente delante de mí.

El candelabro

31 »Harás un candelabro de oro puro, fundido y martillado. Todo el candelabro y sus decorados estarán hechos de una sola pieza: la base, el tallo, los cálices, las copas y las flores. 32 De cada lado del candelabro central saldrán tres brazos, 33 cada uno de los cuales estará decorado con cálices en forma de flor de almendro. 34-35 El candelabro central también estará decorado con cuatro cálices en forma de flor de almendro, con sus capullos y flores. Cada uno será colocado debajo de cada juego de brazos. 36 Estos adornos, los brazos y el candelabro central, serán de una pieza de oro martillado.

37 »Harás siete lámparas para el candelabro, y las pondrás de modo que alumbren hacia adelante. 38 Sus despabiladeras y sus platillos serán también de oro puro. 39 Necesitarás unos treinta y tres kilos de oro fino para el candelabro y todos sus accesorios.

40 »Ten cuidado de hacer todo siguiendo el modelo que te he mostrado aquí en el monte.

Mateo 24:29-51

29 »Una vez que la persecución de aquellos días haya cesado, “el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, y las estrellas del cielo y los poderes que están sobre la tierra se conmoverán”. 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal de mi venida, y el mundo entero se ahogará en llanto al verme llegar en las nubes del cielo con poder y gran gloria. 31 Y enviaré a los ángeles delante de mí para que, con toque de trompeta, junten a mis escogidos de todas partes del mundo.

32 »Apréndanse bien la lección de la higuera. Cuando la rama está tierna y brotan las hojas, se sabe que el verano está cerca. 33 De la misma manera, cuando vean que estas cosas empiezan a suceder, sepan que mi regreso está cerca. 34 Sólo entonces terminará esta era de maldad. 35 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras permanecerán, para siempre.

Se desconocen el día y la hora

36 »Ahora bien, nadie, ni siquiera los ángeles, sabe el día ni la hora del fin. Sólo el Padre lo sabe. 37-39 Este mundo incrédulo continuará entregado a sus banquetes y fiestas de bodas hasta el día de mi venida, y le va a pasar lo mismo que a la gente que no quiso creer a Noé hasta que fue demasiado tarde y el diluvio la arrastró. 40 Cuando yo venga, dos hombres estarán trabajando juntos en el campo; uno será llevado y el otro dejado. 41 Dos mujeres estarán realizando sus quehaceres hogareños; una será tomada y la otra dejada. 42 Por lo tanto, deben estar listos, porque no saben cuándo vendrá el Señor. 43 De la misma manera que el padre de familia se mantiene vigilante para que los ladrones no se introduzcan en la casa, 44 ustedes también deben estar vigilantes para que mi regreso no los sorprenda. 45 ¿Son ustedes siervos sabios y fieles a quienes el Señor ha encomendado la tarea de realizar los quehaceres de su casa y proporcionar a sus hijos el alimento cotidiano? 46 ¡Benditos serán si a mi regreso los encuentro cumpliendo fielmente con su deber! 47 ¡Los pondré a cargo de mis bienes!

48 »Pero si son tan malvados que, creyendo que voy a tardar en venir, 49 se dedican a oprimir a sus consiervos, a andar de fiestas y a emborracharse, 50 el Señor llegará cuando menos lo esperen, 51 los azotará severamente y los enviará al tormento de los hipócritas. Allí será el llorar y el crujir de dientes.

Salmos 30

Cántico para la dedicación de la casa. Salmo de David.

30 Te exaltaré, Señor, porque me has salvado de mis enemigos. No dejas que me derroten: Señor, Dios mío, a ti clamé y tú me devolviste la salud. Me sacaste del borde de la tumba, de la muerte misma, y heme aquí con vida.

¡Cántenle, ustedes sus santos! Den gracias a su santo nombre. Un instante dura su ira; su gracia perdura de por vida. Las lágrimas pueden huir la noche entera, pero al amanecer habrá gozo.

Dije yo en mi prosperidad: «Esto es para siempre. ¡Ahora nada puede detenerme! El Señor me ha mostrado su gracia. Me ha dado firmeza como de montaña». Entonces, Señor, apartaste de mí tu rostro y quedé destruido. Clamé a ti, Señor. ¡Ay, como supliqué! «Señor, ¿qué ganarás con matarme? ¿Acaso puede el polvo mío hablar desde el sepulcro y proclamar al mundo tu fidelidad? 10 Escúchame, Señor; apiádate y ayúdame». 11 Entonces, él transformó mi dolor en danza. Me quitó mi ropa de luto y me vistió de fiesta, 12 para que pudiera entonarle alegres alabanzas en vez de yacer en el silencio de la tumba. Señor, Dios mío, proseguiré expresándote mi gratitud eternamente.

Proverbios 7:24-27

24 Escúchame, hijo mío, y pon atención a mis palabras. 25 No dejes que tu corazón se desvíe hacia ella; ni te pierdas en sus caminos; 26 porque muchos han muerto por causa suya; muchos hombres han sido sus víctimas. 27 Su casa es la puerta por la que llegas rápido a la muerte.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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