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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Génesis 13:5-15:21

Lot también tenía ovejas y vacas, y tiendas de campaña. Era tanto lo que Lot y Abram tenían, que ya no podían vivir juntos en la misma región. Además, los cananeos y los ferezeos también vivían allí. Un día, hubo un pleito entre los pastores de Abram y los pastores de Lot, por lo que Abram le dijo a Lot:

«Tú y yo no debemos pelearnos, ni tampoco mis pastores y tus pastores, pues somos parientes. Hay tierra para todos, te ruego que te vayas a otra región. Si te vas a la izquierda, yo me iré a la derecha; si te vas a la derecha, yo me iré a la izquierda. ¡Pero debemos separarnos!»

10 Lot miró a su alrededor y vio que en el valle del río Jordán nunca faltaba agua. Y es que antes de que Dios destruyera las ciudades de Sodoma y Gomorra, todo ese valle hasta Sóar era tan hermoso como el jardín de Edén y tan fértil como la tierra de Egipto. 11 Entonces, Lot eligió todo ese valle y se fue hacia el este. Así Abram y Lot se separaron. 12 Abram se quedó a vivir en la tierra de Canaán, mientras que Lot se fue a vivir en las ciudades del valle del Jordán, cerca de Sodoma. 13 La gente de ese lugar era muy mala y cometía muchos pecados contra Dios.

14 Después de que Abram se separó de Lot, Dios le dijo:

«Abram, allí donde estás, levanta la vista y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y el oeste. 15 Voy a darte toda la tierra que alcances a ver. Para siempre será tuya y de tus descendientes. 16 También voy a hacer que tengas muchos descendientes. Y así como nadie puede contar el polvo de la tierra, tampoco nadie podrá contarlos a ellos. 17 Anda, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la estoy entregando».

18 Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir a Hebrón, junto al bosque de Mamré. Allí construyó un altar para adorar a Dios.

Abram rescata a Lot

14 1-2 Por aquellos días hubo guerra entre dos grupos de reyes. En un bando estaban los reyes:

Amrafel de Babilonia,

Arioc de Elasar,

Quedorlaómer de Elam,

Tidal de Goím.

En el otro bando estaban los reyes:

Bera de Sodoma,

Birsá de Gomorra,

Sinab de Admá,

Seméber de Seboím,

el rey de Sóar.

3-4 Durante doce años, estos cinco reyes habían sido dominados por Quedorlaómer, pero un año después se rebelaron contra él. Entonces reunieron sus ejércitos en el valle del Mar Muerto. Al año siguiente, Quedorlaómer y los reyes que estaban de su parte salieron a pelear contra aquellos cinco reyes. En Astarot Carnaim derrotaron a los refaítas; en Ham derrotaron a los zuzitas; en Savé-quiriataim derrotaron a los emitas; en las montañas de Seír derrotaron a los horeos, y los persiguieron hasta El-parán, cerca del desierto. Después de eso regresaron a Cadés y conquistaron todo el territorio de los amalecitas. En Hasesón-tamar vencieron a los amorreos que vivían allí.

Por su parte, los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá, Seboím y Bela fueron al valle del Mar Muerto, y allí presentaron batalla contra los reyes de Elam, Goím, Babilonia y Elasar. Lucharon cuatro reyes contra cinco. 10 Pero como ese valle estaba lleno de pozos de brea,[a] cuando los reyes de Sodoma y de Gomorra huyeron, fueron a caer dentro de esos pozos. El resto del ejército huyó hacia las montañas. 11 Entonces los cuatro reyes se robaron todas las riquezas y todos los alimentos que había en Sodoma y Gomorra, y se marcharon. 12 Y como Lot vivía en Sodoma, también a él se lo llevaron, junto con todo lo que tenía.

13 En aquel tiempo, Abram el hebreo vivía junto al bosque de un hombre llamado Mamré. Este hombre era amorreo, y tenía dos hermanos, Escol y Aner. Los tres eran amigos de Abram. Cuando uno de los que habían escapado de la batalla vino y le contó a Abram 14 que a su sobrino se lo habían llevado prisionero, Abram juntó a todos sus sirvientes capaces de luchar. Eran trescientos dieciocho hombres, y con ellos persiguió a los cuatro reyes hasta Dan. 15 Al caer la noche, Abram dividió a sus hombres y atacó por sorpresa a los cuatro reyes. Los derrotó y los persiguió hasta Hobá, ciudad que está al norte de Damasco. 16 Así liberó a Lot, a las mujeres y a su gente, y recuperó todas las riquezas y pertenencias de su sobrino.

17 Cuando Abram volvía de haber derrotado a Quedorlaómer y a sus reyes amigos, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el Valle del Rey. 18 Allí Melquisedec, que era rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, 19 y bendijo a Abram, diciéndole:

«Abram,
que te bendiga el Dios altísimo,
creador del cielo y de la tierra.
20 El Dios altísimo
merece todas las alabanzas,
pues te dio la victoria
sobre tus enemigos».

De inmediato, Abram le dio a Melquisedec la décima parte de todo lo que había recuperado. 21 Por su parte, el rey de Sodoma le dijo a Abram:

—Devuélveme a la gente, y quédate con las riquezas.

22 Sin embargo, Abram le contestó:

—Yo le he jurado al Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, 23 que no voy a aceptar nada de lo que es tuyo. No tomaré ni un hilo, ni la correa de una sandalia, para que nunca digas que tú me hiciste rico. 24 Sólo aceptaré lo que mis hombres se han comido, y la parte que les toca a Aner, a Escol y a Mamré, los amigos que me acompañaron.

Dios hace un compromiso con Abram

15 Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo:

—Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.

2-4 Abram le contestó:

—¡Dios y Rey mío! ¿Y para qué me vas a dar riquezas si no tengo hijos? Cuando me muera, ese extranjero que tengo por esclavo va a quedarse con todo lo que es mío.

Pero Dios le aseguró:

—Tu heredero será un hijo tuyo, y no tu esclavo Eliézer.

Luego lo llevó afuera y le dijo:

—Mira el cielo y sus muchas estrellas. ¿Verdad que no puedes contarlas? ¡Pues tampoco será posible contar a tus descendientes!

6-7 Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo:

—Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra.

Abram le respondió:

—¡Dios y Rey mío! ¿Cómo puedo estar seguro de que me la darás?

Entonces Dios le dijo:

—Para cerrar el trato, trae una vaca, una cabra y un carnero, de tres años cada uno. Y trae también una paloma y una tortolita.

10 Abram le llevó a Dios todos estos animales y los partió por la mitad, pero a las aves las dejó enteras. 11 Los buitres se lanzaban sobre los cadáveres, pero Abram los espantaba.

12 Cuando el sol comenzaba a ocultarse, Abram sintió mucho sueño, y se vio rodeado de una gran oscuridad. Eso le dio mucho miedo, 13 pero Dios le dijo:

«Quiero que sepas que tus descendientes irán a vivir a un país extranjero. Allí los harán trabajar como esclavos, y los maltratarán durante cuatrocientos años. 14 Sin embargo, yo castigaré a ese país, y haré que tus descendientes salgan de allí con grandes riquezas. 15 Tú tendrás una vejez tranquila y morirás en paz, y serás sepultado junto con tus antepasados. 16 Pero al fin de esos cuatrocientos años, tus descendientes podrán volver a este país, pues los amorreos que ahora lo ocupan son tan malvados que en ese tiempo los expulsaré».

17 Cuando el sol se ocultó y se hizo de noche, apareció un horno humeante, y también una antorcha de fuego, que pasó entre las mitades de los animales.[b] 18 Ese día, Dios hizo un compromiso con Abram, y le dijo:

«Yo les daré a tus descendientes la tierra que va desde el río de Egipto hasta el río Éufrates. 19 Es la tierra donde ahora viven los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos».

Mateo 5:27-48

El matrimonio

27 »Moisés también dijo: “No sean infieles en su matrimonio”. 28 Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón.

29 »Si lo que ves con tu ojo derecho te hace desobedecer a Dios, es mejor que te lo saques y lo tires lejos. Es preferible que pierdas una parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Si lo que haces con tu mano derecha te hace desobedecer, es mejor que te la cortes y la tires lejos. Es preferible que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo se vaya al infierno.

El divorcio

31 »También hace mucho tiempo Moisés dijo: “Si alguno ya no quiere vivir casado con su mujer, déle un certificado de divorcio”. 32 Pero ahora yo les digo que el hombre sólo puede divorciarse si su esposa tiene relaciones sexuales con otro hombre. Si se divorcia de su esposa por otra razón, la pone en peligro de cometer ese mismo pecado. Si esa mujer vuelve a casarse, tanto ella como su nuevo esposo serán culpables de adulterio.

Las promesas

33 »En ese mismo tiempo, Moisés también enseñó: “No usen el nombre de Dios para prometer lo que no van a cumplir”. 34 Pero ahora yo les digo a ustedes que, cuando prometan algo, no hagan ningún juramento. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 ni juren por la tierra, porque Dios gobierna sobre ella. Tampoco juren por Jerusalén, pues esta ciudad pertenece a Dios, el gran Rey. 36 Nunca juren por su vida, porque ustedes no son dueños de ella. 37 Si van a hacer algo digan que sí, y si no lo van a hacer digan que no. Todo lo que digan de más viene del diablo.

La venganza

38 »Otra de las enseñanzas de Moisés fue ésta: “Si alguien le saca un ojo a otro, también a él se le sacará un ojo; si le rompe un diente, también a él se le romperá otro.” 39 Pero ahora yo les digo: “No traten de vengarse de quien les hace daño. Si alguien les da una bofetada en la mejilla derecha, pídanle que les pegue también en la izquierda. 40 Si alguien los acusa ante un juez y quiere quitarles la camisa, denle también el abrigo. 41 Si un soldado los obliga a llevar una carga por un kilómetro, llévenla dos kilómetros. 42 A quien les pida algo, dénselo, y a quien les pida prestado, préstenle.”

Amar a los enemigos

43 »Ésta es otra orden que dio Moisés hace muchísimo tiempo: “Amen a su prójimo y odien a su enemigo”. 44 Pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan. 45 Así demostrarán que actúan como su Padre Dios, que está en el cielo. Él es quien hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos. Él es quien manda la lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los que no lo obedecen.

46 »Si ustedes aman sólo a quienes los aman, Dios no los va a bendecir por eso. Recuerden que hasta los que cobran impuestos para Roma también aman a sus amigos. 47 Si saludan sólo a sus amigos, no hacen nada extraordinario. ¡Hasta los que no creen en Dios hacen eso!

48 »Ustedes deben ser perfectos como Dios, su Padre que está en el cielo,[a] es perfecto.

Salmos 6

Dios mío, ayúdame

Himno de David. Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de ocho cuerdas.

1-2 Dios mío, ¡tenme compasión!
No me reprendas cuando estés enojado
ni me castigues cuando estés furioso,
pues ya no me quedan fuerzas.
Devuélveme la salud,
pues todo el cuerpo me tiembla.
3-4 Dios mío, estoy muy tembloroso;
¿cuándo vendrás en mi ayuda?
¡Vuélvete a mirarme, y sálvame!
¡Por tu gran amor,
te ruego que me salves!
En el mundo de los muertos
nadie se acuerda de ti.
Si dejas que me muera,
ya no podré alabarte.

¡Ya estoy cansado de llorar!
Por las noches lloro tanto
que mis lágrimas empapan mi almohada.
Es tanto lo que sufro
que los ojos se me nublan;
¡por culpa de mis enemigos
ya estoy perdiendo la vista!

8-9 ¡Gente malvada, apártense de mí,
porque Dios ha escuchado mis ruegos
y ha aceptado mi oración!
10 Ustedes, mis enemigos,
quedarán confundidos y avergonzados.
¡En un instante huirán
llenos de vergüenza!

Proverbios 1:29-33

29 Ustedes no quieren aprender
ni obedecer a Dios;
30 no siguen mis consejos,
ni aceptan mis enseñanzas.
31 Por eso recibirán su merecido:
¡tendrán problemas de sobra!
32 ¡Sufrirán las consecuencias
de sus malas decisiones
y de su mala conducta!
¡Acabarán siendo destruidos
por su necedad
y por su poca atención!
33 Pero los que me hagan caso
vivirán tranquilos y en paz,
y no tendrán miedo del mal».