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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Zacarías 4-5

El candelabro y los dos olivos

El ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó, como a un hombre que es despertado de su sueño. Y me preguntó:

—¿Qué ves?

Yo respondí:

—He aquí, veo un candelabro hecho todo de oro, con un depósito encima, y en la parte superior del candelabro están sus siete lámparas con sus siete conductos para las mechas. Sobre él hay dos olivos, uno a la derecha del depósito y otro a su izquierda.

Proseguí y pregunté al ángel que hablaba conmigo:

—¿Qué son estos, señor mío?

Y el ángel que hablaba conmigo me respondió:

—¿No sabes qué son estos?

Yo dije:

—No, señor mío.

Entonces me explicó diciendo:

—Esta es la palabra del SEÑOR para Zorobabel: “No con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran montaña? ¡Delante de Zorobabel serás aplanada! Él sacará la piedra principal con aclamaciones de ‘¡Qué hermosa, qué hermosa!’ ”.

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR diciendo: “Las manos de Zorobabel pusieron los cimientos de este templo y sus mismas manos lo terminarán”. Así conocerán que el SEÑOR de los Ejércitos me ha enviado a ustedes. 10 ¿Quién despreció el día de las pequeñeces? ¡Se alegrarán al ver la plomada en la mano de Zorobabel! (Aquellos siete ojos son los del SEÑOR que recorren toda la tierra)[a]. 11 Y le hablé diciendo:

—¿Qué significan estos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabro? 12 —Hablé de nuevo y le pregunté—: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que están al lado de los tubos de oro y que vierten de sí aceite como oro?

13 Me respondió:

—¿No sabes qué son estos?

Yo dije:

—No, señor mío.

14 Y él dijo:

—Estos son los dos que fueron ungidos con aceite y que están delante del Señor de toda la tierra.

El rollo que volaba

Volví a alzar mis ojos y miré. Y he aquí un rollo que volaba. Él me preguntó:

—¿Qué ves?

Yo respondí:

—Veo un rollo que vuela, de nueve metros de largo por cuatro y medio metros de ancho.

Entonces me dijo:

—Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que roba (según consta en este lado del rollo) será excluido de acuerdo con ella; y todo el que jura en vano (según consta en el otro lado del rollo), será excluido de acuerdo con ella. Dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Yo la he hecho aparecer, y entrará en la casa del ladrón y en la casa del que jura falsamente en mi nombre. Permanecerá en medio de su casa y la consumirá junto con su madera y sus piedras”.

La mujer dentro de un recipiente

Salió aquel ángel que hablaba conmigo y me dijo:

—Alza, por favor, tus ojos y mira lo que aparece.

Pregunté:

—¿Qué es eso?

Y él dijo:

—Lo que aparece es un recipiente[b] para medir granos. —Dijo además—: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra.

He aquí que se levantó la tapa[c] de plomo, y había una mujer sentada dentro de la caja. Y él dijo:

—Esta es la Maldad.

Entonces la arrojó dentro de la caja y arrojó la tapa de plomo sobre la abertura. Alcé mis ojos y miré; y he aquí que aparecieron dos mujeres con viento en sus alas, pues tenían alas como de cigüeña. Ellas levantaron la caja entre la tierra y el cielo. 10 Yo pregunté al ángel que hablaba conmigo:

—¿A dónde llevan la caja?

11 Y él me respondió:

—A edificarle casa en la tierra de Sinar. Y cuando esté lista, será puesta allá, en su lugar.

Apocalipsis 14

El Cordero y los ciento cuarenta y cuatro mil sellados

14 Y miré, y he aquí el Cordero de pie sobre el monte Sion, y con él estaban los ciento cuarenta y cuatro mil que tenían su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas y como la voz de un gran trueno. Y la voz que escuché era como de arpistas cuando tocan sus arpas. Ellos cantan un himno nuevo delante del trono y en presencia de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender el himno, sino solo los ciento cuarenta y cuatro mil, quienes habían sido redimidos de la tierra. Estos son los que nunca se mancharon con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que vaya. Estos fueron redimidos de entre los hombres, primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no se halló engaño; son sin mancha.

Mensaje de tres ángeles

Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra: a toda nación y raza y lengua y pueblo. Decía a gran voz:

“¡Teman a Dios y denle gloria,

porque ha llegado

la hora de su juicio!

Adoren al que hizo los cielos

y la tierra y el mar

y las fuentes de las aguas”.

Y siguió otro ángel, un segundo, diciendo: “¡Ha caído, ha caído Babilonia la grande! Todas las naciones habían bebido del vino de la furia de su inmoralidad”.

Y siguió otro ángel, un tercero, diciendo a gran voz: “¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano, 10 él también beberá del vino del furor de Dios que ha sido vertido puro en la copa de su ira, y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero. 11 El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y no tienen descanso ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni cualquiera que recibe la marca de su nombre. 12 ¡Aquí está la perseverancia de los santos, quienes guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!”.

13 Y oí una voz del cielo que decía: “Escribe: ¡Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor!”. “Sí”, dice el Espíritu, “para que descansen de sus arduos trabajos; pues sus obras les seguirán”.

La cosecha de la tierra para juicio

14 Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube estaba sentado uno semejante al Hijo de Hombre[a]. Tenía en su cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada. 15 Y otro ángel salió del templo, gritando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: “¡Mete tu hoz y siega! Porque ha llegado la hora de segar, porque la mies de la tierra está madura”. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube lanzó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.

17 Luego salió otro ángel del templo que estaba en el cielo, llevando también él una hoz afilada. 18 Y salió del altar otro ángel que tenía poder sobre el fuego. Y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: “¡Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque las uvas están maduras!”. 19 Entonces el ángel lanzó su hoz afilada en la tierra, y vendimió la viña de la tierra. Echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. 20 Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad, y salió sangre del lagar hasta la altura de los frenos de los caballos, a lo largo de trescientos kilómetros.

Salmos 142

Oración de un hombre afligido

142 Masquil[a] de David. Su oración cuando estaba en la cueva.

Con mi voz clamo al SEÑOR; con mi voz pido al SEÑOR
misericordia.
Delante de él derramo mi lamento; delante de él expreso mi angustia.
Cuando mi espíritu está desmayado dentro de mí
tú conoces mi senda.
En el camino en que he de andar han escondido una trampa para mí.
Miro a la derecha y observo,
y no hay quien me reconozca. No tengo refugio;
no hay quien se preocupe por mi vida.
A ti clamo, oh SEÑOR.
Digo: “Tú eres mi refugio
y mi porción en la tierra de los vivientes”.
Escucha mi clamor porque estoy muy afligido;
líbrame de los que me persiguen porque son más fuertes que yo.
Saca mi alma de la prisión
para que alabe tu nombre.
Los justos me rodearán
porque me colmarás de bien.

Proverbios 30:21-23

21 Por tres cosas tiembla la tierra,
y la cuarta no puede soportar:
22 por el esclavo cuando llega a ser rey; por el vil, cuando se sacia de pan;
23 por la mujer aborrecida cuando se casa; y por una criada que hereda a su señora.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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