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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Sofonías 1-3

Yo soy Sofonías hijo de Cusí. Mi padre era descendiente de Guedalías, Amarías y Ezequías. Dios me dio este mensaje cuando Josías hijo de Amón era rey de Judá.

Dios destruirá a Judá

2-3 Nuestro Dios dice:

«Voy a destruir por completo
todo lo que hay sobre la tierra.
Destruiré a la humanidad entera,
y también a los animales,
a las aves y a los peces.
¡Voy a hacer que tropiecen los malvados!
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así lo haré.

»Castigaré a los habitantes de Judá;
quitaré de Jerusalén a los ídolos;
quitaré a sus sacerdotes,
a los que adoran a las estrellas
en los techos de sus casas,
y a los que me adoran a mí,
pero también adoran al dios Milcom.
Y voy a destruir igualmente
a los que se han apartado de mí
y jamás buscan mis consejos.

»¡Silencio!
¡Ya se acerca el día del castigo!
¡Todo está preparado!
¡Los invitados ya están aquí!
¡Voy a destruir a mi pueblo!

»Ese día castigaré
a los hijos del rey,
a los jefes principales
y a los que siguen el mal ejemplo
de los que no creen en mí.
Ese día castigaré también
a los que adoran a otros dioses
y llenan los templos de esos dioses
con riquezas conseguidas
mediante el engaño y la violencia.

10 »Ese día gritarán pidiendo ayuda
desde la Puerta de los Pescados;
un gran clamor se escuchará
desde el Segundo Barrio
y desde las colinas.
11 ¡Griten también ustedes,
vecinos del Barrio del Mortero!
¡Ese día morirán los comerciantes
y los que cambian dinero!

12 »Cuando llegue ese día,
tomaré una lámpara y buscaré
en la ciudad de Jerusalén
a los que viven tranquilos;
cuando los encuentre, los castigaré.
Se parecen al vino
que se pone a reposar,
y hasta se atreven a decir:
“¡Dios no hace nada bueno,
pero tampoco hace nada malo!”
13 Construyeron casas,
pero no habitarán en ellas;
cultivaron viñas,
pero no beberán el vino;
¡sus riquezas les serán quitadas,
y sus casas serán destruidas!

14 »¡Ya se acerca el gran día
en que vendré a castigarlos!
¡Se acerca con gran rapidez!
¡Ese día se oirán gritos tan horribles
que hasta los más valientes llorarán!
15 Será un día de gran enojo,
un día de aflicción y angustia,
un día de completa destrucción,
un día de grandes nubarrones,
un día de profunda oscuridad.
16 Entre gritos y toques de trompeta,
ese día se dará la orden de ataque
contra las ciudades amuralladas
y contra sus altas torres.

17 »Todos han pecado contra mí.
Por eso haré que se angustien
y que caminen como ciegos.
Su sangre se esparcirá como el polvo,
y sus cuerpos se volverán estiércol.
18 El día que yo me enoje,
le prenderé fuego a la tierra.
No habrá nada que los salve;
¡ni siquiera su oro y su plata!
¡En un instante serán destruidos
todos los que habitan este mundo!»

Obedezcan a Dios

Entonces yo, Sofonías, dije:

Pueblo de Judá,
¡ustedes no tienen vergüenza!
Pero vengan y preséntense ante Dios
antes de que llegue el día
en que él los arrastre como paja;
antes de que los alcance
y caiga sobre ustedes
toda la furia de nuestro Dios.

Y ustedes, los humildes,
que obedecen a nuestro Dios,
búsquenlo y procuren ser justos;
tal vez así podrán salvarse
el día en que Dios nos castigue.

Mensaje contra los filisteos

Las ciudades de Gaza y Ascalón
quedarán en ruinas y sin habitantes;
los que viven en Asdod y Ecrón
serán arrojados de sus ciudades
a plena luz del día.

¡Qué mal les va a ir a ustedes,
filisteos, habitantes de Creta
que viven a la orilla del mar!
¡Dios ha decidido destruirlos
y dejar su país sin habitantes,
como antes lo hizo con Canaán!
¡Todas sus costas se convertirán
en campos para alimentar ovejas!

Cuando nuestro Dios permita
que vuelvan los sobrevivientes de Judá,
del país adonde los llevaron presos,
él mismo los llevará a la costa,
para que alimenten a sus rebaños.
Ellos pasarán la noche
en las casas abandonadas
de la ciudad de Ascalón.

Mensaje contra Moab y Amón

8-11 Así dice el Dios de Israel:

«Los de Moab y los de Amón
han insultado a mi pueblo
y se han adueñado de su territorio,
pero yo haré que esos dos pueblos
se queden completamente desiertos;
se volverán campos de espinos,
se volverán pozos de sal,
como Sodoma y Gomorra.
Los pocos sobrevivientes de Judá
les quitarán todas sus riquezas
y se adueñarán de su territorio.
¡Yo les daré su merecido
por haberse burlado de mi pueblo
y por haber invadido su tierra!
Cuando yo destruya por completo
a los dioses de este mundo,
todos temblarán de miedo ante mí,
y aun las naciones más lejanas
me reconocerán como su Dios.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así lo haré.

Mensaje contra los etíopes

12 »¡A ustedes, pueblo de Etiopía,
yo los mataré con mi espada!»

Mensaje contra los asirios

13 Dios continuó diciendo:

«Atacaré y destruiré a los asirios;
¡convertiré a Nínive,
su ciudad capital,
en un montón de ruinas!
14 La madera de sus casas
quedará al descubierto,
y allí descansarán ovejas
y toda clase de animales.
En las vigas y en las ventanas
anidarán búhos y erizos,
y sus puertas parecerán basureros.

15 »¡Así quedará esa ciudad orgullosa,
que se sentía muy segura!
¡Así quedará la ciudad
que se creía incomparable!
¡Quedará hecha un montón de ruinas,
un refugio de animales salvajes!
Los que la vean destruida
se alegrarán y se burlarán de ella.

Los pecados de Jerusalén

»¡Qué mal te va a ir, Jerusalén!
Eres una ciudad desobediente,
y maltratas a los demás.
¡Estás llena de pecado!
No aceptas consejos de nadie,
ni permites que se te corrija;
no me buscas ni confías en mí.

»Tus jefes más importantes
parecen leones feroces;
tus gobernantes parecen lobos,
que atacan por la noche
y no dejan nada para la mañana.
Tus profetas son orgullosos,
y no se puede confiar en ellos;
tus sacerdotes ofenden mi santuario
y no obedecen mis mandamientos.
¡Esos malvados no tienen vergüenza!

»Yo estoy en ti, Jerusalén,
para hacerte bien,
no para hacerte daño.
Todos los días te trato con justicia.

»Yo he destruido naciones,
y he derribado sus torres;
ya no hay nadie que camine
por sus calles solitarias;
sus ciudades están desiertas,
pues no queda un solo habitante.

»Todo esto lo hice por ti, Jerusalén.
Pensé que así me obedecerías
y no tendría que castigarte.
Pero tus habitantes se dieron prisa
para cometer toda clase de maldad.

»Y ahora, como han actuado así,
ya se acerca el día
en que vendré a castigarlos.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así lo haré.
Ya he decidido reunir a las naciones
para castigarlas con toda mi furia.
Cuando me enojo, soy como el fuego;
¡voy a quemar toda la tierra!

Dios salvará a las naciones

»Cuando llegue ese día,
haré que todos los pueblos hablen
un lenguaje limpio de toda maldad,
para que juntos me adoren
y puedan pronunciar mi nombre.
10 Entonces la gente que me adora,
y que ahora anda en otros países,
vendrá a presentarme ofrendas
desde el país de Etiopía.

11 »Tú, Jerusalén,
has sido muy rebelde;
pero no volverás a quedar en vergüenza.
Viene el día en que expulsaré de ti
a los que se creen muy importantes.
En ti no habrá lugar para los orgullosos.
12 En tus calles sólo habrá
gente humilde y sencilla,
que pondrá en mí su confianza.
13 Los pocos israelitas
que hayan quedado con vida
no cometerán ninguna maldad;
no mentirán ni engañarán a nadie,
sino que vivirán en paz
y sin ningún temor».

Dios hará volver a su pueblo

14 Yo, Sofonías, les digo:

¡Canten de alegría, israelitas!
¡Alégrense, habitantes de Jerusalén!
15 No tienen nada que temer,
porque Dios, el rey de Israel,
no volverá a castigarlos;
ha expulsado a sus enemigos,
y va a vivir en medio de ustedes.
16 En ese día se dirá:

«No tengas miedo, Jerusalén,
ni pierdas el ánimo,
17 pues tu Dios está contigo
y con su poder te salvará.
Aunque no necesita de palabras
para demostrarte que te ama,
con cantos de alegría te expresará
la felicidad que le haces sentir,
18 como en un día de fiesta».

Dios promete poner fin
a la desgracia que ahora sufren
y a la vergüenza que ahora sienten.
19-20 Éste es su mensaje:

«Cuando llegue ese día,
ayudaré a los indefensos
y castigaré a quienes los maltratan.
Yo haré que cambie la suerte
de los que ahora andan dispersos,
y los haré volver a su tierra.
¡Esto lo verán ustedes mismos!

»Si antes los ofendían,
ahora sólo hablarán bien de ustedes,
y la fama de ustedes llegará
a todos los países de la tierra.
Yo, el Dios de Israel,
juro que así será».

Apocalipsis 10

El ángel y el librito

10 Luego vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Un arco iris adornaba su cabeza; su cara brillaba como el sol, y sus piernas eran como dos columnas de fuego. En su mano llevaba un librito abierto. Cuando el ángel se detuvo, puso el pie derecho sobre el mar y el pie izquierdo sobre la tierra. Entonces gritó con fuerte voz, como si fuera un león que ruge; y cuando gritó se oyeron siete voces fuertes como truenos.

Estaba yo por escribir lo que dijeron las siete voces, cuando oí una voz del cielo que me dijo: «No escribas lo que dijeron las siete voces fuertes como truenos, sino guárdalo en secreto.»

El ángel que se había detenido sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha, 6-7 y juró por Dios que diría la verdad. Dijo: «Dios ya no esperará más. Cuando el séptimo ángel toque su trompeta, Dios hará todo lo que había planeado y mantenía en secreto. Hará todo lo que ya había dicho a sus servidores los profetas.» Y el ángel juró por el Dios que vive para siempre y que creó el universo.

Entonces la voz del cielo, que yo había oído antes, me habló otra vez y me dijo: «Ve y toma el librito abierto. Tómalo de la mano del ángel que se detuvo sobre el mar y sobre la tierra.»

Yo fui y le pedí al ángel que me diera el librito. Y el ángel me contestó: «Tómalo y cómetelo. En la boca te sabrá dulce como la miel, pero en el estómago te sabrá amargo.»

10 Yo tomé el librito de la mano del ángel, y me lo comí. Y en efecto, en la boca me supo dulce como la miel, pero en el estómago me supo amargo. 11 Entonces me dijeron: «Tienes que anunciar los planes de Dios a la gente de muchos países, razas, idiomas y reyes.»

Salmos 138

Dios es bondadoso

SALMO 138 (138)

Himno de David.

138 Dios mío,
¡quiero alabarte de todo corazón!
¡Quiero cantarte himnos
delante de los dioses!
Quiero ponerme de rodillas
y orar mirando hacia tu templo;
quiero alabarte
por tu constante amor.
Por sobre todas las cosas,
has mostrado tu grandeza,
has hecho honor a tu palabra.
Te llamé y me respondiste;
me diste nuevas fuerzas.

4-5 Dios mío,
¡grande es tu poder!
Te alabarán los reyes de este mundo
cuando escuchen tu palabra
y sepan todo lo que has hecho.

Dios mío,
tú estás en el cielo,
pero cuidas de la gente humilde;
en cambio, a los orgullosos
los mantienes alejados de ti.
Cuando me encuentro en problemas,
tú me das nuevas fuerzas.
Muestras tu gran poder
y me salvas de mis enemigos.
Dios mío,
tú cumplirás en mí
todo lo que has pensado hacer.
Tu amor por mí no cambia,
pues tú mismo me hiciste.
¡No me abandones!

Proverbios 30:11-14

11 »Algunos hablan mal de sus padres,
y hasta los maldicen.
12 Hay quienes se creen perfectos,
pero están llenos de pecado.
13 Hay quienes se creen superiores,
y a todos miran con desprecio.
14 Hay quienes aman tanto el dinero
que despojan a los pobres
y a los indefensos de este mundo;
les sacan hasta el último centavo,
y los dejan desnudos en la calle.