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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Isaías 33:10-36:22

10 Dios dice:

«Ahora mismo voy a actuar
y demostraré mi poder.
11 Todos los planes de Asiria
son pura paja y basura;
pero mi soplo es un fuego
que los quemará por completo.
12 Sus ejércitos arderán
como espinas en el fuego,
y quedarán reducidos a cenizas.
13 Ustedes, los que están lejos,
miren lo que hice;
y ustedes, los que están cerca,
reconozcan mi poder.

14 »En Jerusalén
los pecadores tiemblan,
los malvados se llenan de miedo
y gritan:
“No podremos sobrevivir
al fuego destructor de Dios;
¡ese fuego no se apaga
y no quedaremos con vida!”»

¿Quién se salvará en el juicio de Dios?

15-16 Isaías dijo:

«Sólo vivirá segura
la gente que es honesta
y siempre dice la verdad,
la que no se enriquece
a costa de los demás,
la que no acepta regalos
a cambio de hacer favores,
la que no se presta
a cometer un crimen,
¡la que ni siquiera se fija
en la maldad que otros cometen!
Esa gente tendrá como refugio
una fortaleza hecha de rocas;
siempre tendrá pan,
y jamás le faltará agua».

La gloria futura de Jerusalén

17 Isaías les dijo a los israelitas:

«Ustedes verán a un rey
en todo su esplendor;
verán un país tan grande
que parecerá no tener fronteras.
18 Y cuando se pongan a pensar
en el miedo que sentían, dirán:

“¿Y dónde han quedado
los que nos cobraban los impuestos?
¿Dónde están los contadores
que nos cobraban tanto dinero?”

19 »Ya no volverán a ver
a ese pueblo tan violento,
que hablaba un idioma
tan difícil y enredado
que nadie podía entender.
20 Fíjense en mi templo
y en la ciudad de Jerusalén:
¡allí celebraremos nuestras fiestas!
Será un lugar tan seguro
como una carpa bien plantada,
con estacas bien clavadas
y cuerdas que no se rompen.
21 ¡Allí Dios mostrará su poder!

»Jerusalén tendrá ríos muy anchos,
pero los barcos enemigos
no podrán pasar por allí.
22 Dios es nuestro juez
y nuestro rey.
¡Nuestro Dios nos salvará!

23 »Las naves de Asiria
tienen flojas las cuerdas,
su mástil tambalea
y no sostiene su bandera.
Sus enemigos, y hasta los cojos,
les quitan todas sus riquezas.
24 Pero Dios perdonará los pecados
de los habitantes de Jerusalén.
Ninguno de ellos volverá a decir:
“Siento que me muero”».

Dios juzgará a las naciones

34 Isaías advirtió:

«Pueblos y naciones,
habitantes de toda la tierra:
¡Acérquense y escuchen!
¡Presten atención!
Dios está enojado con ustedes
y con todos sus ejércitos.
Dios los ha condenado
a una total destrucción.

»Por las montañas correrán
verdaderos ríos de sangre.
Los muertos quedarán abandonados,
y despedirán mal olor.
Los planetas dejarán de verse,
el cielo se cerrará,
y las estrellas caerán
como hojas secas en otoño».

Dios castigará al reino de Edom

Isaías continuó diciendo:

«Ya se ve en el cielo
la espada de nuestro Dios;
está a punto de castigar
a todo el pueblo de Edom.
¡Dios lo ha condenado a muerte!
Habrá una matanza en Bosrá,
la ciudad capital de Edom,
y correrá mucha sangre.
La espada de Dios se empapará
de sangre y de grasa,
como cuando en el altar
se ofrecen corderos y cabras.
La gente caerá muerta
como los toros en el matadero.
Su país se empapará de sangre;
¡la tierra se llenará de grasa!
Ese día Dios se vengará;
será el año de su venganza
en favor de Jerusalén.

»Por los arroyos de Edom
correrá brea[a] en vez de agua;
la tierra se volverá azufre
y arderá como resina caliente,
10 que arde todo el tiempo
y siempre levanta mucho humo.
El país quedará abandonado para siempre,
y nadie volverá a pasar por allí.
11 Dios convertirá ese país
en el más árido desierto.
Allí se refugiarán los búhos;
allí pondrán sus nidos
los cuervos y las lechuzas.

12 »No volverán a tener reyes,
y se quedarán sin jefes.
13 En sus palacios y fortalezas
crecerán cardos y espinos,
y allí buscarán refugio
los chacales y los avestruces.
14 Allí las cabras
se llamarán unas a otras;
se juntarán los chacales
y los gatos monteses.

»Allí encontrará su lugar
el fantasma que espanta de noche;
15 allí anidará la serpiente,
que pondrá sus huevos
y tendrá sus crías;
¡allí se reunirán los buitres,
cada uno con su pareja!

16 »Estudien el libro de Dios;
lean lo que allí dice:
De todos estos animales
no faltará uno solo;
todos tendrán su pareja
porque así Dios lo decidió;
Dios los ha reunido
con un soplo de su aliento.
17 A cada uno de estos animales
le dio su propio territorio,
y allí vivirán para siempre».

Los israelitas volverán a Jerusalén

35 Isaías anunció:

«¡El desierto florecerá
y la tierra seca dará fruto!
Todo el mundo se alegrará
porque Dios le dará al desierto
la belleza del monte del Líbano,
la fertilidad del monte Carmelo
y la hermosura del valle de Sarón.

»Fortalezcan a los débiles,
den fuerza a los cansados,
y digan a los tímidos:

“¡Anímense, no tengan miedo!
Dios vendrá a salvarlos,
y a castigar a sus enemigos”.

»Entonces se abrirán
los ojos de los ciegos
y se destaparán
los oídos de los sordos;
6-7 los que no pueden andar
saltarán como venados,
y los que no pueden hablar
gritarán de alegría.

»En medio del árido desierto
brotará agua en abundancia;
en medio de la tierra seca
habrá muchos lagos y manantiales;
crecerán cañas y juncos
donde ahora habitan los chacales,
en pleno desierto habrá un sendero
al que llamarán “Camino Sagrado”.

»No pasarán por ese camino
ni los impuros ni los necios;
no se acercarán a él
ni los leones ni otras fieras.
Ese camino es para los israelitas,
que han estado prisioneros,
10 pero que Dios va a liberar.
Y ellos entrarán en Jerusalén
cantando con mucha alegría,
y para siempre vivirán felices.
Se acabarán el llanto y el dolor,
y sólo habrá alegría y felicidad».

El rey de Asiria invade Judá (2 R 18.13-37; 2 Cr 32.1-19)

36 Ezequías tenía ya catorce años gobernando, cuando el nuevo rey de Asiria, llamado Senaquerib, atacó todas las ciudades fortificadas de Judá y las conquistó. Senaquerib envió desde Laquis a uno de sus oficiales de confianza al frente de un poderoso ejército para que hablara con Ezequías en Jerusalén. Cuando llegaron, acamparon junto al canal del estanque de Siloé, por el camino que va a los talleres de los teñidores de telas. Eliaquim, encargado del palacio del rey Ezequías, y Sebná y Joah, sus dos secretarios, salieron a recibirlo. Entonces el oficial asirio les dio este mensaje para Ezequías:

«El gran rey de Asiria quiere saber por qué te sientes tan seguro de ganarle. Para triunfar en la guerra no bastan las palabras; hace falta un buen ejército y un buen plan de ataque. ¿En quién confías, que te atreves a luchar contra el rey de Asiria? ¿Acaso confías en Egipto? Ese país y su rey son como una caña astillada que se romperá si te apoyas en ella, y te herirá. Y si me dices que confías en tu Dios, entonces por qué has quitado todos los altares y ordenaste que tu pueblo lo adore solamente en Jerusalén.

»Tú no tienes con qué atacarme. Es más, si ahora mismo me muestras a dos jinetes yo te doy los caballos. Y si estás esperando a los egipcios, déjame decirte que los caballos y carros de combate de Egipto no harán temblar ni al más insignificante de mis soldados. 10 Además, hemos venido a destruir este país, porque Dios nos ordenó hacerlo».

11 Eliaquim, Sebná y Joah le dijeron al oficial asirio:

—Por favor, no nos hable usted en hebreo. Háblenos en arameo, porque todos los que están en la muralla de la ciudad nos están escuchando.

12 El oficial asirio les respondió:

—El rey de Asiria me envió a hablarles a ellos y no a ustedes ni a Ezequías, porque ellos, lo mismo que ustedes, se van a quedar sin comida y sin agua. Será tanta el hambre y la sed que tendrán, que hasta se comerán su propio excremento y beberán sus propios orines.

13 Después el oficial asirio se puso de pie y gritó muy fuerte en hebreo:

«Escuchen lo que dice el gran rey de Asiria: 14 “No se dejen engañar por Ezequías, porque él no puede salvarlos de mi poder. 15 Si les dice que confíen en Dios porque él los va a salvar, 16 no le crean. Hagan las paces conmigo y ríndanse. Entonces podrán comer las uvas de su propio viñedo, los higos de sus árboles y beber su propia agua. 17 Después los llevaré a un país parecido al de ustedes, donde hay trigo, viñedos, olivos y miel. 18-20 No escuchen a Ezequías, pues él los engaña al decirles que Dios los va a salvar. A otras naciones, sus dioses no pudieron salvarlas de mi poder. Ni los dioses de Hamat, Arpad y Sefarvaim, pudieron salvar a Samaria de mi poder; ¿cómo esperan que el Dios de ustedes pueda salvar a Jerusalén?”»

21 La gente se quedó callada, porque el rey les había ordenado no contestar. 22 Después Eliaquim, Sebná y Joah rompieron su ropa en señal de angustia, y fueron a contarle al rey Ezequías lo que había dicho el oficial asirio.

Gálatas 5:13-26

13 Hermanos, Dios los llamó a ustedes a ser libres, pero no usen esa libertad como pretexto para hacer lo malo. Al contrario, ayúdense por amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.» 15 Les advierto que, si se pelean y se hacen daño, terminarán por destruirse unos a otros.

Obedecer al Espíritu de Dios

16 Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo. 17 Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje. 18 Pero si obedecen al Espíritu de Dios, ya no están obligados a obedecer la ley.

19 Todo el mundo conoce la conducta de los que obedecen a sus malos deseos: no son fieles en el matrimonio, tienen relaciones sexuales prohibidas, muchos vicios y malos pensamientos. 20 Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los demás. Se pelean unos con otros, son celosos y se enojan por todo. Son egoístas, discuten y causan divisiones. 21 Son envidiosos, se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas malas. Les advierto, como ya lo había hecho antes, que los que hacen esto no formarán parte del reino de Dios.

22 En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, 23 ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto. 24 Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos.

25 Si el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo. 26 No seamos orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos mejores que ellos.

Salmos 64

El destino del malvado

SALMO 64 (63)

Himno de David.

64 Dios mío,
¡escucha mi queja!
¡No dejes que mis enemigos
acaben con mi vida!
Son una banda de malvados;
son una pandilla de malhechores;
¡escóndeme de sus planes secretos!
Sus palabras hieren
como espada afilada;
sus palabras matan
como flechas envenenadas.
Se esconden, y desde allí
disparan contra la gente inocente;
no tienen miedo de nada ni de nadie;
¡disparan sin que nadie se lo espere!

Cuando hacen sus planes malvados,
se animan los unos a los otros;
piensan dónde esconder sus trampas,
y creen que nadie las verá.
Planean muy bien sus maldades
y creen tener el plan perfecto;
piensan que nadie los descubrirá.
Por eso, sin que lo esperen,
Dios les disparará sus flechas
y caerán heridos de muerte.
Su propia lengua será su ruina,
y quienes los vean
acabarán burlándose de ellos.
El mundo entero alabará a Dios,
hablará de sus acciones,
y llegará a entenderlas.

10 ¡Que se alegre la gente buena
por todo lo que Dios ha hecho!
¡Que todos los justos lo alaben
y pongan en él su confianza!

Proverbios 23:23

23 Acumula verdad y sabiduría,
disciplina y entendimiento,
¡y no los cambies por nada!