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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Números 6-7

Instrucciones sobre el nazareato

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Di a los israelitas: Si alguien, hombre o mujer, hace voto solemne de nazareo, consagrándose al Señor, deberá abstenerse de vino y de cualquier otra bebida embriagadora; no beberá vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagadora; tampoco beberá zumo de uva ni comerá uvas frescas ni secas. Durante el período de su nazareato no comerá nada de lo que se obtiene de la vid, ni los granos de la uva ni el hollejo. Mientras dure su voto de nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que se cumpla el tiempo de su consagración al Señor, será algo sagrado y dejará crecer su cabello sin cortarlo. Mientras dure su voto de nazareato en honor del Señor, no se acercará a ninguna persona muerta. Ni siquiera por su padre o su madre o su hermano o su hermana, en caso de que mueran, podrá contaminarse; porque tiene la consagración de Dios sobre su cabeza. Todo el tiempo de su nazareato será una persona consagrada al Señor.

Si una persona muere de repente cerca del nazareo, contaminará su cabello consagrado, por lo que deberá raparse la cabeza el día de su purificación, es decir el día séptimo, 10 y el octavo día traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la entrada de la Tienda del encuentro. 11 El sacerdote ofrecerá uno como ofrenda de purificación y el otro en holocausto; así hará expiación en favor del nazareo por el pecado en que incurrió al estar cerca del muerto. Ese mismo día consagrará nuevamente su cabeza, 12 comenzará un nuevo período de nazareato dedicado al Señor y traerá un cordero de un año en ofrenda de reparación. El período previo quedará anulado por cuanto su nazareato fue contaminado.

13 Este es el ritual para el nazareo: el día que se cumpla el período de su nazareato será conducido a la entrada de la Tienda del encuentro. 14 Como ofrenda al Señor presentará un cordero de un año sin defecto alguno en holocausto, una cordera de un año sin defecto alguno como ofrenda de purificación y un carnero sin defecto alguno en sacrificio de comunión. 15 Llevará también un canastillo de panes sin levadura hechos de flor de harina amasada con aceite, junto con tortas sin levadura untadas con aceite, además de la ofrenda de cereal y las correspondientes libaciones.

16 El sacerdote lo presentará todo ante el Señor y hará la ofrenda de purificación y el holocausto. 17 Ofrecerá el carnero en sacrificio de comunión al Señor, junto con el canastillo de los panes sin levadura y la ofrenda de cereal acompañada de las correspondientes libaciones. 18 Entonces el nazareo rapará su cabeza consagrada a la entrada de la Tienda del encuentro, tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que arde debajo del sacrificio de comunión.

19 Después el sacerdote tomará la espaldilla ya cocida del carnero, junto con un pan y una torta sin levadura del canastillo, y lo pondrá todo en las manos del nazareo una vez que este se haya rapado la cabeza consagrada. 20 El sacerdote realizará el rito de la elevación en presencia del Señor, y todo le pertenecerá como ofrenda sagrada, además del pecho sometido al rito de la elevación y de la espaldilla reservada. Después de esto el nazareo podrá beber vino.

21 Así reza la ley para el que hace voto de nazareato. Pero si, además de las obligaciones de su nazareato, añade otra ofrenda al Señor, según le permitan sus recursos, deberá cumplir lo prometido de acuerdo con la ley del nazareato.

La bendición sacerdotal

22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23 — Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas:

24 ¡Que el Señor te bendiga y te proteja!
25 ¡Que el Señor te mire con benevolencia
y tenga misericordia de ti!
26 ¡Que el Señor te mire favorablemente
y te colme de paz!

27 Invocarán así mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré.

Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (7—8)

Ofrenda de los carros y los bueyes

Cuando Moisés acabó de instalar la Morada, la ungió y la consagró junto con todos sus utensilios; asimismo ungió y consagró el altar y todos sus utensilios. Una vez que hubo ungido y consagrado todo, los principales de Israel, es decir, los jefes de las casas patriarcales y los jefes de las tribus que habían presidido el censo, se acercaron y trajeron sus ofrendas delante del Señor: seis carros cubiertos y doce bueyes; un carro por cada dos jefes y un buey por cada jefe. Cuando los presentaron ante la Morada, el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Acéptalos de su parte para el servicio de la Tienda del encuentro y dáselos a los levitas, a cada uno conforme a las tareas que debe desarrollar.

Entonces Moisés tomó los carros y los bueyes, y se los dio a los levitas. A los guersonitas les dio dos carros y cuatro bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar; a los meraritas dio cuatro carros y ocho bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. Pero a los queatitas no les dio nada, porque los objetos sagrados que tenían a su cargo debían transportarlos a hombros.

10 Los jefes también trajeron ofrendas para la consagración y dedicación del altar. Mientras los jefes ofrecían sus ofrendas ante el altar, 11 el Señor dijo a Moisés:

— Que cada día un jefe presente su ofrenda para la dedicación del altar.

12 El que presentó su ofrenda el primer día fue Naasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.

13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 14 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 16 un macho cabrío para ofrenda de purificación; 17 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón, hijo de Aminadab.

18 El segundo día presentó su ofrenda Natanael, hijo de Zuar, jefe de Isacar. 19 Presentó como ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 20 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 22 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 23 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael, hijo de Zuar.

24 El tercer día fue el turno de Eliab, hijo de Jelón, jefe de los descendientes de Zabulón. 25 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 26 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 28 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 29 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab, hijo de Jelón.

30 El cuarto día fue el turno de Elisur, hijo de Sedeur, jefe de los descendientes de Rubén. 31 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 32 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 34 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 35 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur, hijo de Sedeur.

36 El quinto día fue el turno de Selumiel, hijo de Zurisaday, jefe de los descendientes de Simeón. 37 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 38 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 40 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 41 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel, hijo de Zurisaday.

42 El sexto día fue el turno de Eliasaf, hijo de Deuel, jefe de los descendientes de Gad. 43 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 44 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 46 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 47 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf, hijo de Deuel.

48 El séptimo día fue el turno de Elisamá, hijo de Amihud, jefe de los descendientes de Efraín. 49 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 50 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 52 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 53 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisamá, hijo de Amihud.

54 El octavo día fue el turno de Gamaliel, hijo de Pesadur, jefe de los descendientes de Manasés. 55 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 56 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 58 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 59 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel, hijo de Pedasur.

60 El noveno día fue el turno de Abidán, hijo de Guideoní, jefe de los descendientes de Benjamín. 61 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 62 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 64 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 65 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán, hijo de Guideoní.

66 El décimo día fue el turno de Ajiecer, hijo de Amisaday, jefe de los descendientes de Dan. 67 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 68 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 70 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 71 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ajiezer, hijo de Amisaday.

72 El undécimo día fue el turno de Paguiel, hijo de Ocrán, jefe de los descendientes de Aser. 73 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 74 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 76 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 77 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Paguiel, hijo de Ocrán.

78 El duodécimo día fue el turno de Ajirá, hijo de Enán, jefe de los descendientes de Neftalí. 79 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 80 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 82 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 83 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ajirá, hijo de Enán.

84 Esta fue la ofrenda que hicieron los jefes de Israel con motivo de la dedicación del altar el día en que este fue consagrado: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce bandejas de oro. 85 Cada plato de ciento treinta siclos y cada jarro de setenta siclos; el total de la plata de la vajilla fue de dos mil cuatrocientos siclos, según el peso del siclo del santuario. 86 Las doce bandejas de oro llenas de incienso tenían un valor de diez siclos cada bandeja, según el peso del siclo del santuario; el total del oro de las bandejas fue de ciento veinte siclos.

87 El total de ganado mayor para servir de holocausto fue de doce becerros, doce carneros, doce corderos de un año, con sus respectivas ofrendas de cereal, y doce machos cabríos como ofrenda de purificación. 88 En cuanto al ganado mayor para servir de sacrificio de comunión, el total fue de veinticuatro novillos, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, una vez que fue consagrado.

89 Cuando Moisés entraba en la Tienda del encuentro para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba por encima de la cubierta de oro que cubría el Arca del testimonio, entre los dos querubines. Y el Señor le hablaba desde allí.

Marcos 12:38-13:13

Contra los maestros de la ley (Mt 23,1-36; Lc 20,45-47)

38 Decía también Jesús en su enseñanza:

— Cuídense de esos maestros de la ley, a quienes les agrada pasear vestidos con ropaje suntuoso, ser saludados en público 39 y ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes. 40 ¡Esos que devoran las haciendas de las viudas, recitando largas oraciones para disimular, recibirán el más severo castigo!

La ofrenda de la viuda (Lc 21,1-4)

41 Estaba Jesús sentado frente al arca de las ofrendas y miraba cómo la gente echaba dinero en ella. Muchos ricos echaban en cantidad. 42 En esto llegó una viuda pobre que echó dos monedas de muy poco valor. 43 Jesús llamó entonces a los discípulos y les dijo:

— Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el arca más que todos los demás. 44 Porque todos los otros echaron lo que les sobraba, pero ella, dentro de su necesidad, ha echado cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.

Jesús predice la destrucción del Templo (Mt 24,1-2; Lc 21,5-6)

13 Cuando Jesús salía del Templo, uno de sus discípulos le dijo:

— Maestro, ¡mira qué hermosura de piedras y qué construcciones!

Jesús le contestó:

— ¿Ves esas grandiosas construcciones? Pues de ellas no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido!

Los signos del fin del mundo (Mt 24,3-14; Lc 21,5-6)

Estaba Jesús sentado en la ladera del monte de los Olivos de cara al Templo, cuando Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron aparte:

— Dinos cuándo sucederá todo eso y cómo sabremos que esas cosas están a punto de realizarse.

Jesús les contestó:

— Tengan cuidado de que nadie les engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, y engañarán a mucha gente. Cuando oigan noticias de guerras y rumores de conflictos bélicos, no se alarmen. Aunque todo eso ha de suceder, todavía no será el fin. Se levantarán unas naciones contra otras, y unos reinos contra otros, y por todas partes habrá terremotos y hambres. Estas calamidades serán sólo el principio de los males que han de sobrevenir.

Preocúpense por ustedes mismos. Los entregarán a las autoridades y los golpearán en las sinagogas. Por causa de mí los llevarán ante gobernadores y reyes para que den testimonio delante de ellos. 10 Pues antes del fin ha de ser anunciada a todas las naciones la buena noticia [de la salvación]. 11 Cuando los conduzcan para entregarlos a las autoridades, no se preocupen por lo que han de decir; digan lo que en aquel momento les sugiera Dios, pues no serán ustedes quienes hablen, sino el Espíritu Santo. 12 Entonces el hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. 13 Todos los odiarán por causa de mí; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.

Salmos 49

Salmo 49 (48)

No perdura el ser humano por su riqueza

49 Al maestro del coro. De los hijos de Coré. Salmo.
Escuchen esto todos los pueblos,
oigan cuantos habitan la tierra,
el pueblo llano y los nobles,
los ricos y los humildes.
Proclamaré palabras sabias,
serán sensatas mis reflexiones,
prestaré atención al proverbio,
expondré con la cítara mi enigma.
¿Por qué he de temer en tiempo adverso
que me cerque la maldad de mis rivales,
de aquellos que confían en sus bienes
y de su inmensa riqueza se jactan?
Pues nadie puede redimir a otro,
ni pagar a Dios su rescate.
Es tan alto el precio de su vida
que siempre les falta algo.
10 ¿Seguirá vivo por siempre?
¿Acaso no verá él la tumba?
11 He aquí que también perecen los sabios,
lo mismo que mueren los necios e ignorantes,
y dejan a otros sus riquezas.
12 Piensan que sus casas son eternas,
que son perpetuas sus moradas,
que para siempre dominan las tierras.
13 Pero el ser humano no perdura por su riqueza;
como los animales mueren, igual él.
14 Este es el destino del que en sí confía,
el porvenir de los que hablan satisfechos. [ Pausa]
15 Se dirigen al reino de los muertos
cual rebaño al que la misma muerte pastorea.
De mañana los someten los íntegros
mientras su imagen se desfigura
en el reino de los muertos;
lejos de sus palacios.
16 Pero a mí Dios va a rescatarme
de la garra del reino de los muertos,
sí, él me llevará consigo. [ Pausa]
17 No recelaré si alguno se enriquece,
si aumenta el prestigio de su casa,
18 pues al morir nada podrá llevarse,
su prestigio no descenderá tras él.
19 Mientras él vivía, se felicitaba diciendo:
“Te admiran porque has prosperado”.
20 Marchará junto a sus antepasados
que ya nunca más verán la luz.
21 No perdura el ser humano por su riqueza;
como mueren los animales, igual él.

Proverbios 10:27-28

27 El respeto al Señor prolonga la vida,
los años del malvado se acortan.
28 El porvenir del justo es alegre,
la esperanza del malvado perece.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España