The Daily Audio Bible
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29 »Esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que habita entre vosotros, 30 porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. 31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas. Es un estatuto perpetuo. 32 Hará la expiación el sacerdote que sea ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; se vestirá con las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas, 33 y hará la expiación por el santuario santo y el Tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación.
34 »Esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel.»
Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.
El santuario único
17 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 «Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová:
3 »Cualquier hombre de la casa de Israel que degüelle un buey o un cordero o una cabra, en el campamento o fuera de él, 4 y no lo lleve a la puerta del Tabernáculo de reunión para presentarlo como ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será culpado de la sangre derramada. Tal hombre derramó sangre y será por tanto eliminado de su pueblo, 5 a fin de que los hijos de Israel traigan sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, que los traigan al sacerdote, ante Jehová, a la puerta del Tabernáculo de reunión, y así ofrezcan sus sacrificios de paz a Jehová. 6 El sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la puerta del Tabernáculo de reunión, y quemará la grasa como olor grato a Jehová. 7 Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras los cuales se han prostituido. Tendrán esto por estatuto perpetuo para sus generaciones.
8 »Les dirás también: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre vosotros, que ofrezca holocausto o sacrificio 9 y no lo traiga a la puerta del Tabernáculo de reunión para ofrecerlo a Jehová, tal hombre será igualmente eliminado de su pueblo.
Prohibición de comer sangre
10 »Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, come alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que coma sangre, y la eliminaré de su pueblo, 11 porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona.
12 »Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: “Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que habita entre vosotros comerá sangre.” 13 Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, que cace un animal o un ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra, 14 porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los hijos de Israel: “No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, y cualquiera que la coma será eliminado.”
15 »Cualquier persona, tanto de los naturales como de los extranjeros, que coma de un animal muerto o despedazado por una fiera, lavará sus vestidos y se lavará a sí misma con agua, y será impura hasta la noche: entonces quedará limpia. 16 Y si no los lava ni lava su cuerpo, cargará con su pecado.»
Relaciones sexuales prohibidas
18 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los hijos de Israel y diles:
»Yo soy Jehová, vuestro Dios.
3 »No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual habitasteis.
»No haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos.
4 »Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios.
5 »Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, porque el hombre que los cumpla, gracias a ellos vivirá. Yo, Jehová.
6 »Ningún hombre se llegue a parienta próxima alguna para descubrir su desnudez. Yo, Jehová.
7 »La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez.
8 »La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.
9 »No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera.
10 »La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, pues es tu propia desnudez.
11 »No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana.
12 »La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre.
13 »La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es.
14 »La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no te acercarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre.
15 »La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo: no descubrirás su desnudez.
16 »La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás: es la desnudez de tu hermano.
17 »La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás, ni tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad.
18 »No tomarás una mujer juntamente con su hermana, haciéndola su rival y descubriendo su desnudez mientras la primera viva.
19 »Tampoco te acercarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté con su impureza menstrual.
20 »Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella.
21 »No darás un hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo, Jehová.
22 »No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.
23 »Con ningún animal tendrás ayuntamiento, haciéndote impuro con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.
24 »En ninguna de estas cosas os haréis impuros, pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo expulso de delante de vosotros, 25 y también la tierra fue contaminada. Pero yo visité su maldad, y la tierra vomitó a sus habitantes. 26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que habita entre vosotros 27 (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada), 28 no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes que vosotros. 29 Cualquiera que haga alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hagan, serán eliminadas de su pueblo. 30 Guardad, pues, mi ordenanza, y no sigáis ninguna de estas costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, para que no os contaminéis en ellas. Yo, Jehová, vuestro Dios.»
La fe de la mujer sirofenicia(A)
24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entró en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. 25 Una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, luego que oyó de él vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, sirofenicia de origen, y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo:
—Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros.
28 Respondió ella y le dijo:
—Sí, Señor; pero aun los perros, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
29 Entonces le dijo:
—Por causa de esta palabra, vete; el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando la mujer llegó a su casa, halló a la hija acostada en la cama, y que el demonio había salido de ella.
Jesús sana a un sordomudo
31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al Mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. 33 Entonces, apartándolo de la gente, le metió los dedos en los oídos, escupió y tocó su lengua. 34 Luego, levantando los ojos al cielo, gimió y le dijo:
—¡Efata! (que quiere decir: “Sé abierto.”)
35 Al momento fueron abiertos sus oídos, se desató la ligadura de su lengua y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo:
—Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír y a los mudos hablar.
Alimentación de los cuatro mil(B)
8 En aquellos días, como había una gran multitud y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
2 —Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer; 3 y si los envío en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.
4 Sus discípulos le respondieron:
—¿De dónde podrá alguien saciar de pan a estos aquí en el desierto?
5 Él les preguntó:
—¿Cuántos panes tenéis?
Ellos dijeron:
—Siete.
6 Entonces mandó a la multitud que se recostara en tierra, tomó los siete panes y, habiendo dado gracias, los partió y dio a sus discípulos para que los pusieran delante; y los pusieron delante de la multitud. 7 Tenían además unos pocos pececillos; los bendijo y mandó que también los pusieran delante. 8 Comieron y se saciaron; y recogieron, de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. 9 Los que comieron eran como cuatro mil; y los despidió. 10 Luego, entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.
Oración pidiendo salud
Al músico principal. Salmo de David
41 Bienaventurado el que piensa en el pobre;
en el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, le dará vida
y será bienaventurado en la tierra.
No lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sostendrá en el lecho del dolor;
ablandará su cama en la enfermedad.
4 Yo dije: «Jehová, ten misericordia de mí,
sana mi alma, porque contra ti he pecado.»
5 Mis enemigos hablan mal de mí, preguntando:
«¿Cuándo morirá y perecerá su nombre?»
6 Y si vienen a verme, hablan mentira;
recogen malas noticias
y al salir afuera las divulgan.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
contra mí piensan mal, diciendo:
8 «Cosa maligna se ha apoderado de él;
el que cayó en cama no volverá a levantarse.»
9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba,
el que de mi pan comía,
alzó el pie contra mí.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí y hazme levantar,
y les daré el pago.
11 En esto conoceré que te he agradado:
en que mi enemigo no se alegre de mí.
12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado
y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 ¡Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
por los siglos de los siglos!
¡Amén y amén!
15 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
la debilidad de los pobres es su pobreza.
16 La obra del justo es para vida;
el fruto del malvado es para pecado.
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