Marcos 9:14-29
Reina-Valera 1995
Jesús sana a un muchacho endemoniado(A)
14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que discutían con ellos. 15 En seguida toda la gente, viéndolo, se asombró; y corriendo a él, lo saludaron. 16 Él les preguntó:
—¿Qué discutís con ellos?
17 Respondiendo uno de la multitud, dijo:
—Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18 el cual, dondequiera que lo toma, lo sacude; echa espumarajos, cruje los dientes y se va secando. Dije a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no pudieron.
19 Respondiendo él, les dijo:
—¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
20 Se lo trajeron, y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, que cayó al suelo revolcándose y echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre:
—¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?
Él dijo:
—Desde niño. 22 Y muchas veces lo arroja al fuego o al agua, para matarlo; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo:
—Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
24 Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo:
—Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu impuro, diciéndole:
—Espíritu mudo y sordo, yo te mando que salgas de él y no entres más en él.
26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndolo con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: «Está muerto.»
27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo enderezó; y se levantó. 28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte:
—¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
29 Y les dijo:
—Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
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Lucas 9:37-43
Reina-Valera 1995
Jesús sana a un muchacho endemoniado(A)
37 Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al encuentro. 38 Y un hombre de la multitud clamó diciendo:
—Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; 39 y sucede que un espíritu lo toma y, de repente, lo hace gritar, lo sacude con violencia, lo hace echar espuma y, estropeándolo, a duras penas se aparta de él. 40 Rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no pudieron.
41 Respondiendo Jesús, dijo:
—¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
42 Mientras se acercaba el muchacho, el demonio lo derribó y lo sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu impuro, sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. 43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
Jesús anuncia por segunda vez su muerte(B)
Estando todos maravillados de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
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