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¡Ya sé lo que haré! Así, cuando se me quite la mayordomía, seré bien recibido en cualquier casa.” Llamó entonces a cada uno de los deudores de su amo, y al primero le dijo: “¿Cuánto le debes a mi amo?” Aquél respondió: “Cien barriles de aceite.” El mayordomo le dijo: “Toma tu cuenta y, enseguida, siéntate y anota cincuenta.”

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