Add parallel Print Page Options

31 ¿Quién le reclama al perverso por sus malas costumbres?
    ¿Quién le da su merecido por lo que hace?
32 Lo llevan a enterrar,
    y un guardia cuida su tumba.
33 Una gran multitud va adelante y atrás del cortejo,
    y hasta la tierra donde lo entierran parece agradable.

Read full chapter